N/A: Llegando tarde como siempre, pero igualmente llegando. Aquí con este pequeño emprendimiento de one-shots para celebrar la Stingue week de este año. ¡Larga vida al Stingue! Y que el BL os acompañe.
Prompt Day 1: Games.
Arcade crush
No eran muchas las situaciones en las que Rogue podía jactarse de sí mismo. No obstante, existía una que se repetía con frecuencia: el resultar vencedor tras una partida de MK.
Desde que tenía memoria, cada vez que retaba o era retado, indistintamente, el resultado era el mismo.
Y puede que ser el mejor en un juego de maquinita no fuese ningún logro deportivo ni académico, pero ¡maldición! Con una racha así era imposible no sentirse orgulloso.
Igualmente, pese a su éxito, los humos seguían sin subirse a su cabeza. Rogue podía ser un campeón, pero no sería uno presumido.
Y la tarde en cuestión, había sido igual. Vencer chicos y chicas en el Arcade. Ganarse algún que otro insulto y halago. Lo cotidiano.
Así había sido hasta que ese chico hubo entrado al local.
Rubio, alto para su edad, facciones delicadas, y estilo. Todo lo contrario a él.
En el momento, no supo el motivo exacto, pero desde el instante en que hubo cruzado el umbral una sensación de desagrado se apoderó de él. Entonces, sin razones aparentes, Rogue realmente ansió hacerle morder el polvo.
Con un andar lento y confiado, el chico se aproximó hasta donde él se hallaba. Sus suposiciones eran correctas, venía a por el juego. Sin embargo, algo sucedió o mejor dicho no sucedió, que hizo a Rogue sentirse un tanto extraño. Sí, el muchacho se había posicionado junto a sus retadores pero, ¿por qué no había dejado su ficha sobre la máquina? ¿acaso era sólo un espectador? Esta idea lo hizo sentirse un tanto decepcionado.
Apartó tal idea de su mente y se apresuró a terminar la partida que había empezado.
Sabía que podía permitirse pensamientos ajenos al combate durante este y aún así, obtener la victoria. Mas a pesar de ello, no era alguien que le gustase tentar su suerte.
Con la atención de vuelta en el juego, concluyó rápido con la partida. Y al notar que ya sólo restaban espectadores, sonrió maliciosamente.
Desvió la mirada hacia el otro muchacho para comprobar que seguía ahí. Al hacerlo, notó que le miraba como pasmado; motivo por lo que intentó captar su atención.
—¿Juegas?—preguntó.
—¿Disculpa?—respondió el otro, como quien sale de un trance.
—Que si juegas—repitió, ahora apuntando hacia la máquina.
—Eh, sí. Claro.
El rubio ingresó su crédito en la máquina, y pronto estuvieron listos para seleccionar sus personajes.
Rogue, sin pensarlo dos veces, optó por Sub-Zero. Si bien era capaz de hacer frente a cualquier partida haciendo uso de cualquier personaje, como toda persona, tenía sus preferencias.
Por otra parte, el muchacho a su lado se tomó un par de segundos para meditar su elección, para finalmente terminar optando por Scorpion.
"Opuestos en realidad y ficción" pensó Rogue, a quien la situación no podía tornársele más divertida.
La partida dio inicio a la brevedad, y como siempre, Rogue fue a hacerse con el primer golpe, el cual le dio de lleno a su oponente. Rápidamente, acertó varios más haciendo disminuir a la barra de poder de su oponente casi en su totalidad.
—Realmente no tengo idea de lo que estoy haciendo—lo oyó murmurar entretanto.
Al oír esto lo ahondó la duda. Sí, Rogue había notado que hasta el momento la partida iba demasiado fácil, incluso tratándose de él. Pero, ¿de verdad era posible que este chico no supiese nada de nada?
"Bueno, en parte tiene sentido" pensó. Hasta el momento no había notado ningún intento del otro de bloquear o esquivar sus ataques. Simplemente movimientos descoordinados. Pero rápidamente descartó la idea. El chico había visto su partida anterior, por lo que definitivamente sabía en lo que se estaba metiendo.
Esta conclusión hizo que la sensación de desagrado ocasionada por el otro se profundizara. Si había algo que no toleraba Rogue era que la gente fuese por allí intentando justificar sus malas partidas como 'falta de experiencia'.
De esta forma, y concluyendo con una Bola de hielo, se hizo fácilmente con el primer Round.
Inició el segundo creyendo que acabaría de la misma manera, cuando para su sorpresa el chico esquivó su primer golpe. Luego el segundo, después el tercero, y de la misma manera los que siguieron después de este. Rogue estaba desconcertado. ¿Podía haber estado fingiendo todo el tiempo? Si era así, realmente era un tramposo. Pero aún sus ataques eran vagos y seguían sin darle, ¿Por qué?
Finalmente pudo darle con una Barrida de fuerza, creyendo erróneamente entonces que había recuperado el control de la partida. Pues apenas el otro se recuperó del golpe, comenzó a atacar. Cuando se hubo percatado, el chico rubio ya le había arrebatado el Round a golpes y arponeadas.
Todavía sin salir del estado de shock, el encuentro inició su tercer Round. Rogue, que no estaba dispuesto perder ni la partida ni su título, inició con todo. Lanzó una bola de hielo a su contrincante, pero este logró esquivarla y contraatacó lanzando su arpón a él. Ataque que también fue esquivado.
Por unos segundos se mantuvieron así, atacando al otro al mismo tiempo que se defendían de las acometidas contrarias. Mas llegó un momento en que este equilibrio se rompió. Los ataques del rubio aumentaron su velocidad, sin dar tiempo a Rogue de que esquivar o detener. Al mismo tiempo, no encontraba una apertura para atacar. Los golpes eran tan continuos que no le daba tiempo de intentar nada.
Estaba atónito. No lograba concebir lo que estaba sucediendo.
Sin hacer uso de la razón, desvió la mirada hacia el contrario en busca de una explicación. Allí, se encontró petrificado ante aquella mirada azul.
Cuando quiso acordar, supo que había perdido. Ni siquiera tuvo que mirar la pantalla, el oír 'Scorpion Wins', fue suficiente para él.
Cogió su buzo y salió aprisa del local. Realmente no quería escuchar lo que los espectadores de la partida o el otro chico tenían que decir al respecto. A zancadas cruzó la acera. Ya estaba a punto de doblar en la esquina cuando sintió ser llamado.
—¡Espera!—sintió que le gritaban. Encontrándose al voltear con la persona que menos quería ver en todo el mundo: el rubio del Arcade.
—¿Qué quieres? ¿Acaso te fue suficiente con derrotarme allí adentro que vienes a presumir?—respondió con toda la rabia que cargaba.
—¿Presumir? ¡No! Ni siquiera quería jugar el estúpido juego.
—¿No? ¿Qué se supone que hacías?
El otro permaneció en silencio. Lo que hizo que Rogue se irritase aún más.
—Me estabas mirando fijamente, ¿Qué otra cosa podías querer de mi?
—Te miraba, pero eso no significa que jugar fuese lo que quería de ti.
—Entonces, ¿qué?—quiso saber.
El chico desvió la mirada hacia el costado, comenzando a divagar por lo bajo:
—...tu número...ajam...¿una cita?
Rogue sintió perfectamente una electricidad recorrer de arriba a abajo su cuerpo. ¿Podía ser que de eso fuera todo? ¿Invitarlo a salir? Se perdió en sus pensamientos mientras pensaba posibles respuestas a las preguntas surgidas a raíz de la súbita confesión. Así fue hasta que un bocinazo en las cercanías, lo devolvió a la realidad.
—Déjame aclarar algo—soltó, devuelta en tierra—Me mirabas fijamente, ¿porqué...?
—Me resultaste atractivo.
—Entiendo. Y estabas parado ahí ¿porqué...?
—Quería invitarte a salir.
—¿No querías jugar?
—Nope.
—Y, ¿antes de hoy habías...?
El otro negó con la cabeza antes de que pudiese terminar de formular la pregunta.
Rogue maldijo internamente, pues eso confirmaba sus tres teorías: Uno, el chico no sabía jugar antes de hoy. Dos, era asombroso en ello. Tres, él era un imbécil.
En ese momento, supo que era lo que debía de hacer. Por mucho que le doliese en el orgullo sabía que era lo correcto.
—Si son así las cosas, siento haber sido grosero. También siento haber pensado mal de ti—se disculpó.
El otro soltó una pequeña risita. Una diminuta, pero que casi logra contagiar a Rogue, a pesar de lo molesto que había estado momentos antes.
—Está bien. Pero si te sientes verdaderamente mal...podrías salir conmigo—sugirió con picardía.
—Supongo que te lo debo—accedió con más facilidad de la esperada. Pues en el fondo, quería permanecer un poco más junto a esos ojos de añil.
El rostro del otro muchacho se iluminó. Y justo cuando comenzaba a caminar en la dirección contraria, las palabras de Rogue le detuvieron.
—Sólo una cosa—soltó—salgamos a donde quieras, menos al Arcade.
Dicho esto, el rubio comenzó a soltó una carcajada y esta vez, Rogue sí fue contagiado por ella.
De esta forma, comenzaron su andar. Dirigiéndose a cualquier lado, exceptuando un sitio.
N/A: Espero el fic haya sido disfrutable, a mi me ha agradado. Quiero dar gracias a una personita especial: HarleySecretss. Que no sólo me sugirió la temática sino que me ayudo con lo que refiere al juego en sí. Lov u Hon.
También, quiero aclarar que cuando me refiero a 'MK', hablo del videojuego Mortal Kombat y que cuando hablo de 'Bola de hielo' y 'Barrida de Fuerza' me refiero a ataques del mismo juego.