Habían pasado unas semanas desde que habían regresado de Midvale, aunque las palabras de su hermana aún resonaban en su cabeza,"¿Y tú?¿Estás mejor?"Ni siquiera se había atrevido a responder la pregunta, pues era plenamente consciente de que las palabras que hubiesen salido de su boca habrían sido completamente mentira, ya que habría asegurado estarlo, a pesar de no ser así, porque en esos momentos era ella quién debía animar a su hermana y no al contrario.

Sin embargo, ¿estaba bien ahora? Esa era la pregunta que debía hacerse, pues había conseguido que su mayor sueño se hiciese realidad, por lo que debería estarlo, ¿no? Eso era lo que esperaría la gente, pero la realidad era mucho más complicada como para poder estar contenta o, simplemente, bien. Así que debía admitirlo, no estaba bien, es más, aunque fuese egoísta decirlo, ahora mismo desearía que no hubiese regresado, por lo menos una parte de ella lo hacía, aunque la otra se mostrase tranquila únicamente por el hecho de saber que él estaba bien.

El descubrimiento de aquella nave no había hecho nada más que hacer saltar las alarmas, lo que les había llevado a investigarlo de la misma manera que lo hacían siempre, tal vez siendo un poco más cuidadosos que otras veces, aunque nada, absolutamente nada, podría haberla preparado para lo que iba a suceder.

No sabría decir lo que sintió en el momento que le vio, quedándose completamente bloqueada mientras esperaba que fuese él quien avanzase hacia ella, pero parecía encontrarse en su misma situación, únicamente mirándose el uno al otro a la vez que sus ojos se llenaban de lágrimas, pues no podía ser él, debía ser un sueño, era imposible. No pudo decir lo mismo cuando sus manos agarraron su cara comprobando que era él, que no iba a desvanecerse si le tocaba, por lo que le abrazó con efusividad, queriendo mantenerle pegado a ella durante el mayor tiempo posible, pero la respuesta que esperaba por su parte, no llegó, pues apenas la abrazó y pensó que, tal vez, era porque todavía estuviese procesando la situación, sin embargo, la frialdad había continuado durante el resto del día.

Suspiró. Recordaba haberse encontrado en el mismo sitio en el que se estaba hoy, sentada en el sillón, pero la sensación de ayer a hoy era distinta. Ayer tenía tantas preguntas que quería hacerle, que la costaba decidirse por alguna, sin poder aguantar hasta que llegase el día siguiente. Pero hoy..., seguía teniendo interrogantes ante muchas cosas, sin ser los mismos de ayer, estando condicionados por todo aquello que él había dicho a lo largo del día, por todo aquello que la había explicado.
En un principio no lo había entendido, ¿cómo podía haber cambiado tanto en tan solo siete meses? El Mon-el que ella recordaba no era así, no hubiese atacado a ningún agente, hubiese confiado en ella para explicarla lo que sucedía, pero no lo hizo, es más, seguía sin hacerlo, pues apenas la había explicado nada. Sin embargo, recordaba como se había alterado cuando le preguntó aquello, como había gritado que para él habían sido siete años, dato que consiguió que su corazón se encogiese en un puño, ¿cómo era posible? No, no podía ser cierto, no podía haber pasado tanto tiempo.

Enterró su cara en sus manos conteniendo las lágrimas. Mon-el, aquel que ella conocía, que había puesto en aquella nave, que había visto hacía siete meses atrás en una despedida de lo más desgarradora, no era el mismo que había regresado en aquella nave, pues venía del futuro, donde había pasado siete años en vez de meses.
Debía reconocer que se había enfadado en el momento que vio el colgante en su cuello, pues no comprendía para qué seguir llevándolo cuando ni siquiera era capaz de confiar en ella. Sin embargo, era capaz de recordar sus palabras, "You have to believe that no matter what century or Universe or World I'm living in, that I would never forget you, never", las cuales, habían conseguido que le hubiese mirado verdaderamente conmovida, pero que de nuevo se hubiese llevado otro golpe al creer que podrían darse una segunda oportunidad.

"She's Imra Ardeen..., my wife" había susurradoa la vez que las lágrimas se agolpaban en sus ojos mientras intentaba comprender lo que acababa de escuchar, queriendo evitar el ponerse a llorar en frente de él, pero sin poder contenerse durante mucho más tiempo, por lo que tras intentar sonreír cuando las presentó, tuvo que disculparse para marcharse.

Ahora mismo las lágrimas ya no podían ser contenidas durante más tiempo, había sido una ilusa durante estos dos últimos días y debía haber sabido que no tendría que haberse hecho ilusiones, que la frialdad con la que él la estaba tratando era por alguna razón, aunque jamás se hubiese imaginado que hubiese sido esa.
Entonces, ¿para qué había vuelto?¿Qué le ataba a este tiempo? No lo entendía. Él tenía su vida en el futuro, una vida que a ella la hubiese gustado tener con él, pero, sinceramente, era consciente de que no iba a ser posible.

Por primera vez en todo el día se atrevió a llorar, se atrevió a mostrarse tal y como realmente se sentía, completamente rota, sin saber cómo en apenas unos minutos podía cambiar todo, de haber sonreído sinceramente por primera vez en meses únicamente por él, por el efecto que tenía sobre ella, a tener que aguantarse las lágrimas y huir de esa situación.

Se secó las lágrimas que empezaban a resbalar por sus mejillas, creyendo que no estaba hecha para amar o ser amada, porque siempre terminaba igual, con el corazón roto, pero al igual que las otras veces no había tenido esperanzas en que fuese a salir bien, no había sido así con Mon-el, tal vez al principio, pues debía reconocer que la ponía nerviosa todas y cada una de las cosas que hacía, pero tuvo esperanzas y creyó que estaban hechos el uno para el otro, "Romeo & Julieta", un amor prohibido si hubiesen continuado en sus respectivos planetas y, que, incluso aquí, lo fue. Sin embargo, ¿dónde se quedaba todo lo que habían luchado? Ese daxamita había conseguido robarla el corazón y devolvérselo roto en miles de pedazos, que no estaba segura de si iba a poder unir o si quería hacerlo, pues para que negarlo, le seguía perteneciendo a él y eso no lo podía cambiar en un día. Tal vez esto era lo que había estado esperando para poder superarle como la había dicho su hermana hacía un mes atrás, "Let me help you get over him", momento en el que no había dudado en enfadarse, "Get over him? He didn't dump me, I sent him away", sí, esa fue su respuesta y, la verdad, es que seguía siendo de la misma manera, pero ahora que podía haber comprobado que él había continuado con su vida, ella debería hacer lo mismo.

Sollozó. No pudo evitarlo. ¿Por qué tenía que sentirse así? Las palabras de Rhea resonaron en su cabeza, "He's under your spell", pero, ¿y si era al contrario?¿Y si era ella quién se encontraba hechizada por él?

Levantó la cabeza cuando escuchó que llamaban a la puerta con la esperanza de que cuando abriese la puerta estuviese él como tantas otras veces, con una sonrisa burlona antes de decirla que se había quedado con ella, que había sido una broma. Sin embargo, se encontró con los brazos reconfortantes de su hermana, quien a pesar de no saber exactamente lo que había sucedido, estaba intentando animarla y, sinceramente, se lo agradecía, pues lo necesitaba.

Puede que cuando hoy se había levantado hubiese pensado que sus planes de esta noche serían con él, pero, en estos momentos, no la parecía mala idea la noche de hermanas, hacía tiempo que no lo hacían y, la verdad, es que lo echaba de menos.

Sacudió la cabeza mientras miraba al frente, recordando las palabras que le había dicho a él, "Shame on me for having a human heart", ya que se arrepentía en parte de sus sentimientos, pero era difícil el querer olvidarlos, aunque, tal vez, eso fuese lo mejor para ambos.

Digamos que el último episodio rompió mi corazón y, al igual que la última vez que les vimos juntos, me hizo llorar como una niña, por lo que el escribir esto, en parte, me ha ayudado a creer en lo que a mí me gustaría que sucediese. Espero que os guste y no haceros llorar con esto.

Muchas gracias por leer,

Ayrin