Summary: «Los científicos han comprobado que el amor que sientes por una persona solo es una reacción química que con el pasar del tiempo acaba. ¿Qué pasa si para Bakugō no es así?».
La química del amor
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«Cosquilleos en el estómago, pulso acelerado y palpitaciones suelen ser los típicos estragos físicos del amor, ¿pero qué los provoca? ¿Por qué nos enamoramos de una persona y no de otra? Al parecer el amor, más allá de su aura romántica, despierta aún más preguntas que respuestas.
Es por este motivo que algunos científicos han trabajado en desentramar el misterio del amor, ese que se vive a nivel físico y químico en nuestro cuerpo. Y los hallazgos no dejan de sorprender.
En primer lugar, los síntomas del amor, son, según estudios recientes, el producto de una serie de cambios bioquímicos que se producen en el organismo de los seres humanos. Es decir, sentirse enamorado, sería a nivel de microscopio, el resultado de un conjunto de reacciones bioquímicas.
Se refiere a un conjunto de reacciones emocionales en donde hay descargas neuronales (electricidad) y hormonales (sustancias químicas como dopamina y norepinefrina y bajos niveles de serotonina) además de ácidos, gases y olores.
Todo ellos se mezclan creando una revolución interna que convierte lo racional en irracional, la prudencia en torpeza y la serenidad en nerviosismo. Es decir, son reacciones que explican buena parte de los signos del enamoramiento».
Leyó cada palabra con notable atención, y es que, Katsuki Bakugō se había pasado la mayor parte de la tarde ―luego de su jornada de clases en U.A.― informándose sobre ese tema en infinidades de foros y páginas web.
Investigar sobre "La química del amor" claramente no había sido su idea, esa mañana sus compañeras de clase murmuraban sobre el tema en concreto, una de ellas añadiendo algo parecido sobre que lo habían escuchado en un reportaje la noche anterior.
No es que el gran Katsuki Bakugō estuviera precisamente interesado en temas del corazón, pero... había algo que lo tenía realmente inquieto hace mucho tiempo. Algo que no hacía más que crecer cada vez que veía el alborotado cabello verde, el rostro pecoso, los grandes ojos y la gran sonrisa del chico. Sonrisa... que hace un tiempo solo era dirigida a él.
Pero Katsuki, habia logrado hace mucho tiempo que Izuku Midoriya no era precisamente un inútil, era una amenaza. Los dos querían ser héroes, los mejores héroes que alguna vez hayan existido, y solo había lugar para uno.
Y estaba dispuesto a terminar con esos sentimientos, costase, lo que le costase.
Con ánimos renovados, creyendo que tendría un indicio de cómo acabar con esas sensaciones en su estómago, se dedicó a leer el último párrafo de ese "sabio" artículo.
«Y es que, el doctor del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora (Unison), manifestó que la bioquímica que se establece dura entre seis y ocho meses»
De un rápido movimiento: cerró su ordenador portátil, y se recostó con la delicadeza propia de su persona sobre su cómodo cobertor rojo. Sentía un gran rubor provocado por la vergüenza asentarse sobre sus pómulos.
―Dura entre seis y ocho meses... ―murmuro con notable burla.
Y es que si eso era cierto...
¡¿Por qué a él le gustaba hace más de ocho años ese torpe chico de pecas?!
Lo que Katsuki no sabía, es que, tras ese "ultimo" párrafo ―luego de una imagen― se extendía una pequeña, pero, importante frase: «Si hablamos del tema de manera no científica, y tus sentimientos por esa persona traspasan ese rango de tiempo, en simples palabras, significa que estás enamorado».