Capitulo 3: Liberación del sueño de piedra

Era de noche en Ponyville, la oscuridad cubría el cielo y se podían ver varias figuras rondando cerca del antiguo castillo de las hermanas. Eran las princesas Celestia, y Luna, así como Twilight y sus amigas, quienes se acercaban hacia el jardín de las estatuas, donde la Legión Oscura vió su final. Todas siguieron el camino que Apple Bloom había encontrado, hasta llegar a la antigua fortaleza. Había muchas estatuas en el sitio, todas con expresiones tristes y desoladoras. Celestia y Luna se sentían acongojadas al ver esta escena y pensar en el destino que habían sufrido esos guerreros solo por seguir los dementes designios de Nightmare Moon. Un pequeño contingente conformado por soldados de la Guardia Real, la Guardia Lunar y la armada Cygnus Damocles se encontraban cercando el perímetro, en caso de que fuera necesaria su intervención como último recurso para un contrataque inmediato.

-Uuuuuuuyyyyy, miren cuantas estatuas – dijo Pinkie Pie, mientras brincaba entre ellas.

-Se ven …aterradoras –dijo Fluttershy asustada.

AppleJack, Rainbow Dash y Rarity, que ya habían estado ahí antes, asintieron con la cabeza en silencio, dando la razón al comentario de su amiga.

-Es más impresionante de lo que me contaron, chicas –dijo Twilight.- No me imagino lo que ellos han sufrido tras estar encerrados por más de mil años.

Luna y Celestia avanzaron hasta estar a una distancia prudente de las estatuas, observando las figuras de roca. Luna miró con melancolía la estatua de su antiguo general y subalterno.

-Mi fiel Grey Shadow, eras el mejor: integro, leal y valiente, no merecías sufrir este destino.

Celestia inclinó la cabeza, en señal de estar de acuerdo con lo que dijo su hermana.

-Ya es hora, hermana -dijo la soberana de Equestria. Ambas retrocedieron varios pasos hasta estar a una distancia prudente.

-Princesa Twilight –pregunto Celestia mientras se dirigía a su alumna-, estudiaste bien el hechizo que te envié?

-Así es, Su Alteza, lo memorice por completo –dijo la pequeña alicornio mientras avanzaba hacia su maestra.

-Queridas ponies, -dijo Celestia, dirigiéndose a las demás-, les pido que utilicen los Elementos de la Armonía, y una vez que lo hayan hecho, se mantengan a una distancia segura, no sé que es lo que pueda ocurrir, y no quiero que corran ningún riesgo.

El resto de las ponies hicieron una reverencia y se colocaron los pendientes que representaban a los Elementos y se acercaron hasta quedar a lado de Twilight, quien estaba lista para seguir las indicaciones de su maestra.

-Bien, comencemos -dijo Celestia.

Las dos hermanas nobles cerraron los ojos y comenzaron a conjurar con sus cuernos una poderosa magia, un antiguo hechizo creado siglos atrás, al mismo tiempo que Twilight y sus amigas invocaban el poder de los Elementos de la Armonía. Tras unos minutos de concentración, y de reunir la cantidad de magia necesaria, las tres energías se combinaron en un solo rayo de energía tan brillante como el sol, el cual cubrió el lugar por completo. Hecho lo anterior, las cinco ponies se colocaron detrás de un árbol, a una distancia prudente, pero suficientemente cerca para estar al pendiente de lo que ocurría, y de ser necesario salir a defender a su amiga y a sus regidoras.

Tras desvanecerse la cegadora luz, las tres princesas miraron cuidadosamente las estatuas, las cuales no parecían haber sufrido modificación alguna. Siguieron observándolas fijamente por un par de minutos que parecían eternos. Solo podía oírse el viento soplar y los sonidos propios del bosque Everfree. De pronto, notaron que algunas de las estatuas comenzaron a resquebrajase.

-Tropas, permanezcan alerta! –ordenó Celestia. Hermana, permanece detrás de mí!

-QUUUEEEE! No hare tal cosa! -reclamó Luna-, es mi deber hacerles frente, son MIS tropas, son MI responsabilidad! No tengo por qué esconderme! Dijiste que haríamos esto juntas!

Celestia volteo y miró con severidad a su hermana menor, quien se incomodó un momento ante esa expresión, una expresión que hace muchas lunas no había visto en ella.

-Escucha, querida hermana –dijo Celestia con tono muy serio- ellos esperan a Nightmare Moon, no a ti, y si deciden atacar, no permitiré que te lastimen. Si es necesario, los enfrentaré yo primero, quedó claro?

Luna no dijo ni una palabra, solo asintió con la cabeza a la indicación de su hermana.

Conforme avanzaban los minutos, todas las estatuas se fueron resquebrando, revelando a los guerreros que aprisionaban. Se podía oír tanto las cuarteaduras de la roca como los gritos de los ponies quieren iban liberándose de su encierro de piedra. Era un espectáculo tan aterrador como asombroso. Las princesas se quedaron inmóviles en su sitio, mientras veían como los cautivos se desplomaban y caían exhaustos. Algunos trataban de incorporarse, mientras otros se quedaban en el suelo. Parecían confundidos y sin entender que había acontecido. Luna ponía especial atención en su antiguo general, quien fue el último en liberarse, en medio de un grito aterrador. Grey Shadow, un unicornio de pelaje gris, con cascos, hocico y crin de color negro, y más alto que la Princesa de la Noche, puso sus cuatro cascos en el suelo, y se tambaleaba un poco mientras trataba de reincorporarse y mantener el equilibrio.

-UUUURRGGHHHHH, mi cabeza…donde…dónde estoy? -dijo Grey Shadow mientras ponía su casco delantero derecho en su cabeza, y volteaba a ver a su confundida tropa, quienes aún sufrían los efectos del despertar de su encierro.

-General Grey Shadow –dijo Celestia con decisión, mientras daba unos pasos hacia el frente- Ha pasado mucho tiempo desde nuestro último encuentro.

-Princesa…..Princesa Celestia? -preguntó el confundido potro, y de repente fijo su mirada en la alicornio que le hablaba, y recordó con mortal precisión toda la situación que vivió siglos atrás, -Ya…..ya recuerdo que fue lo paso….y lo recuerdo muy bien!.

De impreviso, Grey Shadow recobró la compostura y se puso en posición de ataque. Aunque estaba mareado y tambaleante, asumió una posición de ataque, sin dejar de mirar a Celestia con una furia salida del mismísimo infierno, y que llevaba mil años creciendo en su interior.

-Escuche General, han pasado más de mil años desde que Nightmare Moon fue derrotada, es tiempo de que depongan las armas, la orden que les dio ya no es válida.

-MENTIRA!, ESA ORDEN SIGUE SIENDO VIGENTE PARA NOSOTROS!- dijo Grey Shadow molesto.-Y mientras siga respirando, nada me impedirá continuar con sus designios!

-Es la verdad, y no solo eso, mi hermana ha vuelto a ser la Princesa Luna, observe.

Y diciendo eso, bajó su ala izquierda, mostrando a su hermana menor. Luna avanzó un par de pasos y miró a su antiguo campeón.

-General Grey Shadow, desista de esa absurda orden, Nightmare Moon ya no existe, debe de rendirse y evitar una masacre.

El unicornio gris la vio de reojo, como si la escudriñara con la mirada y exclamó:

-Acaso es una broma? Ella no puede ser nuestra Princesa Luna. Ella era fuerte, poderosa, imponía terror y respeto entre todos sus súbditos. Esta es una vulgar imitación, una impostora!

Luna estaba estupefacta, no podía creer que el mismo potro que la cuidó y protegió por años no la reconociera ahora, así que volteo mientras su mirada se nublaba, haciendo lo imposible para evitar llorar.

Celestia avanzó y con su ala cubrió nuevamente a su hermana a manera de escudo, al darse cuenta que el combate sería inevitable.

-Esta es la última advertencia, General, debe desistir de cumplir esa orden. Si es necesario, no me dejara más opción que enviar a la Guardia Real para que lo ponga bajo arresto, o incluso tener que neutralizarlo -amenazó Celestia con severidad en su voz.

-Esos novatos? Esos…esos principiantes? Puede traer a toda la Guardia Real si quiere, ni todos juntos podrían derrotarnos, les mostraremos el verdadero poder de la Legión Oscura, sabrán porque nuestros enemigos nos temían, y porque me apodaban "el Terror de la Noche".-dijo el antiguo unicornio, sonriendo maliciosamente. Con su magia sacó dos espadas cortas que portaba en su cincho, las cuales, para sorpresa de las Princesas, se transformaron en dos enormes espadas curveadas, una blanca, casi traslúcida, de doble hoja; la otra, negra como la noche, aserrada de la mitad hacia abajo, diseñada para desgarrar de la forma más cruel a los enemigos; eran sus legendarias armas, "Justicer" y "Vindicator", conocidas en todo el reino en la antigüedad. Al ver eso, Celestia y Luna sabían que el unicornio se preparaba para pelear.

-TROPAS! FORMACIÓN DE FALANGE! -grito Grey Shadow.

Sus tropas aún estaban confundidas y tratando de incorporarse.

-DIJE, EN FORMACIOOOOOÓN! Gritó el general con el tono de voz tradicional de Canterlot, el cual también sabía usar como Luna.

Los guerreros se despabilaron al oír la orden, y rápidamente se colocaron detrás de su líder. Se podía ver que eran al menos 60 guerreros, entre batponies, ponies terrestres, unicornios y pegasos, tanto potros como yeguas, así como otras criaturas que los acompañaban. Había un par de grifos al fondo y un joven dragón con armadura al costado, todos obedeciendo en sincronía las órdenes que su líder les daba.

-Genial! –bufó Rainbow Dash- Como si "Potrila" no fuera suficiente, también su pandilla de fenómenos tiene su propio escuadrón de ataque aéreo.

-Prepárense para el combate! - ordenó Grey Shadow.

Acto seguido, todos los guerreros empuñaron diversas armas con sus hocicos y garras: hachas, martillos de guerra, espadas, lanzas, ballestas y demás arsenal medieval, el cual era antiguo pero igual de eficiente y mortal que el día en que fue forjado con fuego y furia siglos atrás. De improviso, del lado derecho de la formación militar, apareció una pequeña potranca, tan joven como las Cutie Mark Crusaders, vistiendo una diminuta pero completa armadura de combate. Al verla, las amigas de Twilight se asomaron para verla.

-AAAAhhhhhhh, que ternura de niña –dijo Rarity enternecida.

-Es una pequeña muy linda -dijo Fluttershy, al verla igual de joven y llena de vida como las Cutie Mark Cruzaders.

-Se ve tan tierna como un lindo pastelito de crema - dijo Pinkie Pie con brillo en sus ojos, considerándola una nueva compañera de bromas y entretenimiento.

-Que corrales hace esa potrilla al lado de esos tipos tan rudos? dijo Applejack extrañada.

-Descuida, AJ, seguro sólo sirve el té. Apuesto que no puede levantar ni una cuchara -dijo burlonamente Rainbow Dash.

Al oír esa respuesta, uno de los ponies guerreros se acercó a la pequeña potrilla, y susurró en su oído: "Muéstrales".

La pequeña avanzó hacia un mazo de bola con picos y cadena, un arma de la época medieval de Canterlot. Con su hocico lo levanto con inesperada facilidad, y comenzó a darle vueltas hasta que se convirtió en un letal torbellino de hierro y arremetió contra una roca que estaba a su lado. La roca quedo reducida a un montón de polvo y escombros, y volteó a ver a las ponies esbozando una sonrisa y una mirada picara. Todas se abrazaron entre si al ver esa inusual e inaudita demostración de fuerza.

-Ehh, retiro lo dicho! - dijo Rainbow Dash –si puede cargar algo más pesado que una cuchara.

-Ya no me parece tan tierna- dijo Rarity.

-Es aterradora!- dijo Fluttershy, escondiéndose entre sus amigas.

-No me gustaría topármela por la noche en un callejón oscuro- dijo Apple Jack.

-Si eso le hace a una roca, que le hará a una piñata? -dijo Pinkie Pie, mientras todos voltearon a verla, tratando de entender sus palabras. Los grifos se miraron el uno al otro, Grey Shadow intercambiaba miradas con Celestia y la pequeña pero poderosa potrilla con Applejack, encogió sus hombros al desconocer a que se refería la pony rosada.

- BASTA DE DISTRACCIONES SIN SENTIDO!- gritó Grey Shadow, mientras apuntaba sus dos espadas en dirección de las Princesas– ES HORA DE ACABAR CON ESTO!

Celestia se dio cuenta del inminente peligro que se acercaba, una lucha sin cuartel estaba a punto de desatarse de un momento a otro, y sabía que el veterano unicornio no sería un enemigo fácil de vencer. Su reputación de conquistador implacable derrotando ejércitos de ponies, centauros, changelings, quimeras, dragones y demás criaturas salvajes de Equestria lo precedía, incluso las crónicas decían que se enfrentó al ejercito del Rey Sombra y lo derrotó con éxito, así que pelear contra él y su Legión sería una verdadera misión suicida.

-TWILIGHT, LUNA! PERMANEZCAN DETRÁS DE MÍ! TROPAS, DEFIENDAN SU POSICIÓN, NADIE DEBE DE SALIR DE AQUÍ! –ordenó Celestia, mientras sus tropas se acercaban para formar un cerco y defender a su regidora, aun a costa de su propia vida.

-MANTENGAN LA FORMACIÓN! UNA VEZ QUE YO INICIE EL ATAQUE, SIGAN DETRÁS DE MÍ Y AVANCEN! QUIERO QUE ARRASEN SIN PIEDAD CON TODO AQUEL QUE LES IMPIDA EL PASO!- concluyó Grey Shadow de una forma fría y tajante.

Alzó sus dos espadas y tomo la iniciativa para lanzar el primer ataque; como un relámpago, comenzó a galopar y se lanzó directamente hacia Celestia.

-POR LA GLORIA DE NIGHTMARE MOON!- gritó mientras avanzaba, y acto seguido, sus tropas empezaron a correr tras de su general, gritando y aullando, listos para dar una embestida directa y mostrar el poderío de su legión.

Celestia se puso a la defensiva, preparando su magia para un contrataque, pero de improviso, Luna se puso enfrente de ella, con la mirada fija en el ejército que se acercaba.

-LUNA! QUE ESTÁS HACIENDO? REGRESA! –grito Celestia con desesperación.

-Te lo dije antes, hermana, yo resolveré esto, no soy una niña, ASI QUE NO ME SUBESTIMES! –gritó Luna con coraje y determinación.

Observó a su antiguo general, quien se acercaba como una avalancha, blandiendo sus dos enormes espadas, una de color claro como el marfil y la otra oscura como la noche. Luna desplegó sus alas y de un enorme salto, ascendió como un cohete hasta alcanzar una buen altura y descendió en picada a una velocidad increíble, en dirección de la Legión Oscura…y de Grey Shadow.

Celestia observaba a su hermana, mientras Twilight contenía el aliento. Las portadoras de los Elementos de la Armonía observaban la escena, y Rainbow Dash, quien reconoció la maniobra, grito:

-CUBRANSE! VA A CAER COMO UN METEORITO!

Justo antes de que se aproximara el temible legión, Luna asestó un fuerte golpe en el suelo con sus patas delanteras; la onda expansiva del golpe derribó a Grey Shadow, quien salió volando varios metros hacia atrás, al igual que el resto de sus tropas, quienes cayeron al unísono como fichas de dominó. La fuerza del golpe se sintió en todo el bosque Everfree, lo que hizo que sus habitantes sintieran como si el mundo llegara a su fin. Todos se quedaron asombrados al ver a la alicornio ejecutar esa maniobra tan impresionante. La princesa de la noche se incorporó y avanzó con su porte serio, elegante y desafiante, aproximándose al unicornio caído, quien luchaba por tratar de incorporarse.

-GENERAL GREY SHADOW!- habló la princesa Luna usando el tono de voz tradicional de Cantelot, mientras sus ojos se encendían con una furia incontrolable- COMO SE ATREVE A DESAFIAR LA AUTORIDAD DE LAS SOBERANAS DE EQUESTRIA Y A DESOBEDECER NUESTRAS ORDENES! Y ADEMÁS DE ESO, HA INSULTADO A SU PRINCESA! LA PONY A QUIEN USTED ESTABA ENCARGADO DE PROTEGER CON SU PROPIA VIDA! SU CONDUCTA ES UNA DESHONRA, UNA VERGÜENZA PARA SU INVESTIDURA! SOLO POR ESO USTED DEBERÍA SER EJECUTADO AHORA MISMO!

Grey Shadow se quedó paralizado al oír esas palabras, y reconocer en todas y cada una de ellas a la princesa a la cual le había jurado lealtad siglos atrás.

-Princesa Luna! Realmente es usted! Ha vuelto!- dijo con lágrimas de alegría en sus ojos.

-SILENCIOOOOOO!- gritó Luna, mientras usaba su magia para levitar al unicornio caído, hasta tenerlo frente a frente y volvió a hablar- Y ESCUCHE MUY BIEN! NIGHTMARE MOON HA SIDO DERROTADA, LA UNICA Y VERDADERA PRINCESA DE LA NOCHE SOY YO, Y NADIE MAS! ASI QUE OLVIDE ESA ABSURDA ORDEN Y DEPONGA LAS ARMAS, AAAAHOOOOOORAAAAAA!- concluyó con tono amenazante mientras nubes y relámpagos se agolpaban en el cielo y con su magia lanzaba a su antiguo subordinado al suelo.

-Si mi Princesa, como usted ordene- dijo con una actitud totalmente sumisa y dócil, distinta a la que proyectaba minutos antes.- TROPAS! DEJEN SUS ARMAS E INCLÍNENSE ANTE NUESTRA SOBERANA, YAAAAA!

Al oír esa orden, todos los guerreros tiraron inmediatamente sus armas, y se inclinaron ante quien reconocían como la Princesa que los comandó un milenio atrás.

-Princesa Luna, perdóneme! Perdóneme por mi vergonzoso comportamiento! No merezco su piedad; si usted decide que debemos ser castigados, aceptaremos su condena con orgullo y resignación- dijo Grey Shadow mientras cerraba los ojos e inclinaba la cabeza al suelo, esperando el castigo que su princesa le impondría como siglos antes solía hacer.

Luna avanzó hacia su fiel guardia, lo miro un par de segundos, e inesperadamente se sentó frente a él, como lo hizo su hermana con ella cuando fue liberada de la oscuridad por los Elementos de la Armonía. Conmovida por ese gesto, cambio su tono de voz a uno más confidente y dulce.

-No General, soy yo quien les debo una disculpa a todos ustedes.

Grey Shadow abrió los ojos y asombrado miro a su princesa mientras hablaba, sin poder creer que quien le hablaba era la misma que derrotó a su tropa minutos atrás.

-Es mi culpa que ustedes hayan sido castigados de esa forma. Debí manejar la situación de otra forma, con la madurez y fortaleza que una soberana debe demostrar, y en lugar de pensar con claridad, deje que la oscuridad nublara mi juicio y mi corazón, y que esa oscuridad tomara las decisiones, y los involucrara en algo siniestro. Yo soy quien les pido que me perdonen por mi conducta, y por haberles fallado como princesa- dijo Luna mientras cerraba los ojos e inclinaba la cabeza también.

-Aceptamos con humildad y gozo su disculpa, Princesa, si usted también acepta mi más sincera disculpa por haberle fallado como su guardián y poner en riesgo a Equestria- dijo mientras agachaba la cabeza- Yo tenía la obligación de hacerle entrar en razón, o detenerla, y en lugar de eso deje que esto se saliera de control, así que también es mi culpa -dijo mientras se inclinaba también.

-Disculpa aceptada- dijo Luna haciendo el mismo gesto.

Ambos ponies mantuvieron esa posición por unos segundos, y abrieron los ojos al mismo tiempo, se miraron uno al otro, y sonrieron mientras se incorporaban.

-Mi Princesa, cuáles son sus órdenes? Que es lo que quiere que hagamos?- preguntó Grey Shadow.

-Por mi parte, les ofrezco la oportunidad de que sigamos adelante; ambos somos extraños en una era que no conocemos y a la cual no pertenecemos, pero podemos comenzar de nuevo, y esta vez, hacerlo correctamente. Qué dice, General? –dijo Luna, esbozando una discreta pero hermosa sonrisa.

-Su Alteza, sus deseos son órdenes- dijo Grey Shadow mientras agachaba la cabeza y hacia una profunda reverencia.

Celestia permaneció a una distancia prudente, y no pudo evitar derramar un par de lágrimas de orgullo al ver a su hermana actuar de una manera tan madura y valiente, como toda una verdadera soberana. Con su pata derecha delantera secó sus lágrimas, y avanzó hacia donde se encontraba la Legión Oscura, quienes aún se mantenían con la cabeza inclinada.

-Su Majestad, también le debo una disculpa por mi rudeza, mi obligación era comportarme ante ustedes como un verdadero caballero, un fiel y leal vasallo, pero en lugar de eso, me porte como un salvaje, no tengo excusas para justificar este arrebato, espero nos pueda perdonar también- dijo Grey Shadow mientras hacia una reverencia a Celestia.

-Todo eso ya quedo en el pasado, General, no necesita disculparse más. Lo importante es que tienen la oportunidad de volver a empezar, ahora que vivimos en una nueva época de paz y armonía, la cual ustedes deberán defender, está dispuesto a tomar esta encomienda?

-Como en los tiempos de antaño, lo haremos con nuestras vidas, GLORIA A NUESTRAS PRINCESAS, GLORIA A EQUESTRIA!- gritó Grey Shadow.

-GLORIA A EQUESTRIA!- respondieron los demás miembros de la Legión Oscura.

Twilight se acercó a su mentora, así como las otras ponies dejaron el árbol donde se refugiaban, al ver que el peligro había pasado, y se pusieron al lado de sus princesas.

-Princesa Celestia, esto quiere decir que ….todo terminó?

-Así es Twilight, eso se pudo solucionar, gracias a la intervención de Luna. Estoy orgullosa de ti, pequeña hermana, demostraste una madurez y un don de mando digno de una verdadera Princesa- dijo Celestia mientras acariciaba tiernamente a su hermana con su barbilla.

-Gracias hermana, también estoy feliz de que esto hay salido bien– dijo Luna mientras correspondía el afectuoso mimo de Celestia.

-Y ahora, que pasara con la Legión?- preguntó Twilight, mientras observaba a los legionarios intercambiando palabras entre sus antiguos colegas-, que será de ellos?

-Ellos deberán adaptarse a esta nueva época, así como lo estoy haciendo yo -dijo Luna.-Habrá que darles tiempo, no es fácil despertar después de mil años y ver que el mundo ha cambiado.

Mientras hablaban, Grey Shadow se acercó sigilosamente, como si no quisiera interrumpir la conversación que sostenían.

-Permiso para hablar, Princesa Celestia- dijo tímidamente Grey Shadow.

-Puede hablar, General- dijo Celestia con un tono de voz gentil como la brisa de verano.

-Ahora que estamos libres, necesitaremos alojamiento, y no podemos entrar a nuestro recinto, está protegido con una magia poderosa. Sería posible que…?

Antes de que concluyera la frase, Celestia uso su magia y conjuró una llave de luz, la cual se dirigió al portón cerrado con cadenas, introdujo la llave en la cerradura, dio una vuelta y se oyó como el pesado candado se abrió, dejando caer las cadenas que obstruían la pesada puerta.

-Se lo agradezco, princesa Celestia, -dijo Grey Shadow-, si me lo permiten, nos retiramos.

Las princesas asintieron con la cabeza, mientras le devolvían una sonrisa.

-Muy buen tropas! Tenemos mucho trabajo por hacer, hay que limpiar y reacondicionar nuestras barracas, en formación…avancen!

Todos los guerreros alzaron la pata derecha en señal de saludo a su general, dieron media vuelta y avanzaron marchando mientras entraban a la antigua fortificación, siguiendo a su líder. Al entrar el último guerrero, cerraron la puerta y todo el lugar quedo en silencio.

-Bueno, será mejor retirarnos, dejemos que se vayan adecuando a su nuevo entorno-dijo Celestia.

-Yo comenzare con mis labores cotidianas, hermana -dijo Luna. En cuanto pueda, los visitare para ver sus progresos.

-Nosotras iremos a dormir, princesa, ha sido un día muy atareado -dijo Twilight, mientras su amigas bostezaban y mostraban signos de cansancio.

-Que descansen, mis pequeñas ponies- dijo dulcemente Celestia.

Cuando comenzaron a partir a sus hogares, Rainbow Dash sintió un tirón en su cola. Volteó y vio a la pequeña pero superpoderosa potrilla, quien ya no portaba su armadura, observándola con sus enormes ojos azules y una tímida sonrisa.

-Disculpa, te gustaría ser mi amiga? -dijo la pequeña- No conozco a nadie más fuera de la Legión Oscura, y quisiera tener alguien con quien poder jugar y platicar.

Rainbow Dash apenas pudo contener las lágrimas. A pesar de la fuerza demostrada minutos antes, era solo una pequeña potrilla de alma pura que estaba necesitada de amistad.

-Por supuesto que podemos ser amigas! Y hablo por todas las ponies aquí presentes. Por cierto mi nombre es Rainbow Dash, pero puedes llamarme Dashie.

Todas las portadoras de los Elementos de la Armonía asintieron también al unísono:

-Mi nombre es AppleJack, AJ para mis amigas.

-Yo soy Rarity, y estoy segura que mi hermana también será tu amiga.

-Yo soy Fluttershy, encantada de conocerte.

-Y yo soy Pinkie Pie… WHEEE!

-Yo soy Twilight Sparkle, y será un placer tenerte de amiga, dinos, cuál es tu nombre?

-Mi nombre es Half Moon- dijo la pequeña con una reverencia. -Por cierto, qué es una piñata?

Todas voltearon a ver a Pinkie Pie, pensando al mismo tiempo "veamos como resuelves esto".

Tras esa intervención, Twilight y sus amigas se dispersaron por caminos distintos, Half Moon regresó a la fortificación y el bosque Everfree volvió a quedar en silencio, el cual solo era interrumpido por el ruido que salía del recinto de la Legión Oscura, quienes se preparaban para lo que sería un nuevo día en un nuevo mundo.

FIN