Sakura

¿Cómo se enamoran las personas?

¿En verdad existe esa chispa al momento de verla?

¿Cómo debemos reaccionar ante ella?

Esas son las preguntas que cualquier chica de secundaria se plantearía al ver al chico que le gusta, o eso es lo que se espera ¿no? pero la realidad es…diferente ya que esas cuestionas las tiene un chico Hitoshi Shinsō, que está enamorado de una chica y no de cualquiera sino de Izuku Midoriya, con sólo ver la dulce e inocente mirada de aquella joven pudo sentir que su corazón se derritió al verla sonreír de manera única. Quería verla, conocerla más…el único problema es sólo podía verla desde lejos, en específico verla sentada en un asiento del tren mientras que ella escribía en su libreta que pareciera que intentaron quemarla.

"No seas idiota, háblale"

"No seas gallina, ve con ella"

"Con un simple hola bastaría ¿verdad?"

Miró por encima de su hombro con un sonrojo notorio en su cara, de nuevo estaba ella, escribiendo en su libreta, la joven se sobresaltó al sentir la mirada de Hitoshi y alzó la vista para descubrirlo, con rapidez voltea avergonzado.

"Eres un idiota"

Sí, definitivamente lo era, cerró los ojos decepcionado de sí mismo, ya son varias veces que le pasa, pareciera que fuera un acosador. Una gota de sudor recorrió por su sien.

"Lo intentaré otro día" — Pensó — "Tengo que hablar con ella"

Bajó del tren desprendiendo un aura que provocaría un escalofrío a cualquiera que pasara a su lado, en verdad quería hablarla ¿Tan difícil era?, estaba tan cerca de él.

Al ir a su escuela pasó todo el día pensando en Izuku, ni siquiera se tomó la molestia de hacerle caso a sus compañeros cuando le pidieron que usara su Kosei contra un docente a causa de una tarea que había dejado.

No iba a usar su individualidad para eso, él quiere ser un héroe no un villano. Llegó a la estación esperando a que su tren llegará pero en realidad tenía esa pequeña esperanza de ver de nuevo a la joven aunque la probabilidad era muy baja.

Cuando entró en el vagón vio que ya no quedaban asientos disponibles así que se limitó a agarrarse de la barra de apoyo.

Después de varias paradas pudo sentir el roce de una figura muy familiar, buscó con la mirada y ahí estaba… Hitoshi observó a Izuku que parecía muy deprimida, su corazón se contrajo al ver una lágrima asomándose en sus ojos.

"Acercarme, debo de acercarme"

"Tengo que animarla"

Sus mejillas se sonrojaron y desvió la mirada para verse indiferente…más cool, no pudo evitar posar su mano atrás de su cuello para luego soltarlo.

—Parece que lloverá en cualquier momento. — Dijo él captando la atención de la joven.

—Sí, tienes razón.

—Debes tener cuidado al ir a casa

—Sí…

"No es algo que esperaba pero con algo se empieza"

"Rápido, di algo interesante…"

—El tiempo se va rápido… ¿ya decidiste a que instituto ir?

"¿Qué estás diciendo? No soy nadie para preguntarle ese tipo de cosas"

—Yuuei. —El joven abrió los ojos por la sorpresa pero no dijo nada. — Siempre me dicen que no podré convertirme en un héroe por mi condición.

Las palabras de Izuku de inmediato retumbaron en la cabeza del muchacho, sabía exactamente como se sentía al ser desalentado por otros a causa de un pequeño factor en su situación sería el prejuicio de su don.

—A mí también me dicen algo parecido, "no puedes hacerlo porque tu Kosei es para un villano no para un héroe" pero yo ya estoy acostumbrado a ese tipo de comentarios.

La joven se sobresaltó al escuchar eso, también se sentía de la misma manera…aunque el caso de ella es un poco diferente, sintió ternura al escuchar las palabras de Shinsō y alzó la vista para encontrarse con la mirada de este y ella se sonrojó al darse cuenta que estaba hablando con un chico que no sea uno sus matones. Le sonrió provocando que el chico de aterradora mirada se pusiera más nervioso.

—Parece que tenemos mucho en común…esto, no sé su nombre — Mencionó ella.

—Hitoshi Shinsō

—Mucho gusto, Shinsō-san. Mi nombre es Izuku Midoriya.

Su sonrisa fue lo mejor que pudo ver en toda su vida, simplemente hermosa, llena de calidez y ternura. Ninguno de los dos se percató que eran vigilados por una mirada escarlata llena de furia.

—Perra, me las vas a pagar— Murmuró Bakugou Katsuki