Desde aquel día en el que me topé con Akko no he podido dejar de pensar en ella, inclusive mientras atendía como de costumbre a los pacientes ya fuese en consulta o en urgencias ella era la única dentro de mis pensamientos, a pesar de tener ya su número para poder llamarla no tenía el valor suficiente para marcar e iniciar una plática, no era para nada sencillo, para empezar ¿Qué se supone debo decirle? tal vez tuvimos una relación larga y estuvimos a casi nada de casarnos pero no tengo la menor idea de cómo charlar con Akko sin crear una situación incómoda, tal y como ello lo mencionó en un año ambas pudimos haber cambiado ya sea en forma de pensar o actuar, de verdad no sé que hacer. Antes de que prosiguiera divagando e inundándome en mil suposiciones el llamado a mi puerta de consultorio hizo que detuviera toda idea emergente.

-Adelante- dije con voz alta para avisar a quien sea que estuviese del otro lado de la puerta pasara sin ningún inconveniente, aproveché el pequeño lapso de tiempo para observar mi reloj de mano la hora pues desde donde me encontraba sentada podía ver muy bien a través de las ventanas que ya era de noche, efectivamente, ya eran las veinte horas con treinta minutos, hace ya más de tres horas que mi hora de trabajo terminó pero como no tenía nada más que hacer en un veinte y ocho de Diciembre preferí quedarme un rato más en la clínica atendiendo pacientes.

-Buenas noches Doctora Cavendish, sé que es muy tarde para venir pero hay dos personas en el área de buscándote- saludó cerrando detrás suyo la puerta mi amiga y compañera de trabajo Barbara Parker ambas nos conocimos durante nuestra rotación en pediatría hace un par de años, en un inicio nuestras pláticas solo se basaron en realizar ingresos de pacientes hasta que hicimos guardia juntas un día y todo cambió por completo cuando después de atender a un pequeño niño de 5 años con dolor de estómago a causa de una indigestión, descubrimos que teníamos la misma inspiración de poder atenuar el malestar en los niños a pesar de que se encuentren en malas condiciones.

-Por supuesto que no Doctora Parker y menos si se trata de alguien en estado grave en urgencias quien me necesite, vamos- anuncié levantándome de prisa de mi asiento y dirigirme directamente a la puerta de entrada, sin embargo no logré avanzar más pues la Doctora Parker lo impidió colocando ambas manos suyas sobre mis hombros deteniendo cualquier movimiento hacia en frente que quisiese hacer.

-Creo no me expliqué muy bien, en realidad no es alguien que se encuentre en un estado de vida o muerte más bien se trata de dos personas que no ha visto en muy buen tiempo-

-No entiendo a qué te refieres podrías ser más específica-

-Sé que no es de mi incumbencia pero no creo sea el momento adecuado para hablar con…-

Las palabras de Barbara quedaron interrumpidas pues en ese instante la puerta se abrió tan deprisa dejando a la vista a las dos personas que menos esperaba ver en este día, ahora sí comprendí a qué se refería mi amiga hace un instante.

-¡Cavendish, no me importa si eres la dueña de esta maldita clínica o si eres la doctora más reconocida de nuestros tiempos! No pretendo esperar como lo hacen tus pacientes, digo ya he esperado lo suficiente para que continúes ignorándome-

-Amanda, esa no ha sido la mejor forma de anunciar nuestra llegada, te recuerdo que estamos en una clínica perteneciente a un hospital de gran prestigio-

-Seamos honestos Handbridge, estamos en casi víspera de año nuevo y honestamente dudo mucho halla muchos pacientes en estos instantes en el hospital, así que no hay alguien que lo vaya a notar además de nosotros-

Exactamente, a mi consultorio llegaron mis dos grandes amigos de la infancia, Amanda O´neill y Andrew Handbridge, desde hace tiempo evitaba charlar con Amanda pues ella es muy entrometida cuando se trata de mi vida amorosa, de hecho la razón de no verla radicó en que ella no dejaba de insistir en que buscara a Akko por cielo mar o tierra, con decir como último recurso me mandó a un investigador privado para iniciar la búsqueda de mi ex-prometida, por supuesto decliné los servicios de aquel hombre y por ende opté por ignorar a O´neill desde entonces, de ello ya datan unos seis meses, en cuanto a Andrew, no tengo algún inconveniente de hecho me alegra verlo pero nuevamente aclaro, no estoy con los ánimos que debería para recibirlo como se merece.

-Bárbara puedes retirarte, ya sé que debo hacer-

-¿Estas segura de ello? cuentas conmigo lo sabes- decía Bárbara no del todo dispuesta a dejarme con aquel par sola.

-Si no hay porque preocuparse, son médicos y amigos de la infancia, digo nada malo puede pasar con ellos aquí ¿O si?-

-De acuerdo, de cualquier forma cargo conmigo mi celular, estaré en el lugar de siempre- dicho esto Bárbara salió del consultorio no sin antes despedirse con una sonrisa algo coqueta a mi primo, quien correspondió con total elegancia, él ya estaba acostumbrado a recibir es tipo de coqueteos desde mucho tiempo atrás, es más no dudaría al decir que posiblemente en cualquier hospital aquí o en China es capaz de alborotar e todo el personal femenino.

-Mejor antes de recibir algún reclamo por parte de los dos porque no tomamos asiento y lo dialogamos con calma-

-Pero si de verdad estas muy MUY mal Cavendish, ni creas voy a sentarme en este consultorio, te reitero, paso la mayor parte de mis días atendiendo diversos tipos de fracturas en mi propio consultorio como para venir a hacerlo en el tuyo, menos planeo hacerlo en un día Viernes-

-Con cuerdo con O´neill al cien por ciento, es momento de que salgas a tomar un poco de aire fresco, pues según me informaron desde que rompiste con Akko no sales del hospital, aunque en realidad eso no me sorprende ya lo venías haciendo mucho antes de su rompimiento-

-¿Cómo es qué te enteraste de mi ruptura con Akko? según yo recuerdo nunca te hablé de ello- pregunté algo confusa, siempre en nuestras llamadas entre Andrew y yo evité e hice hasta lo imposible para no mencionar la ausencia de Akko a Andrew, hasta dejé de realizar video llamadas como solía hacerlo pues cuando hacía un video chat por Skype Akko se unía a la conversación y mágicamente congeniaba muy bien con mi primo.

-En realidad ya lo venía sospechando, el dejar de hacer videollamadas era un indicativo, sin embargo no había manera de como comprobarlo, no fue hasta la fiesta de Navidad que mi gran amiga pelirroja me contó todo-

-¿Por qué lo hiciste Amanda? se supone no le dirías a nadie al respecto-

-A ver, no cambiemos el tema y más aun no te quieras convertir en la victima cuando sabemos muy bien quienes deberían de estar molestos, si le conté a Handbridge sobre tu ruptura fue para que él me apoyara contigo-

-¿Apoyarte en qué? si se trata de convencerme en buscar a Akko están muy pero muy equivocados, no pienso hacer lo que sea ustedes hallan planeado- dije rotundamente negando cualquier posible plan de reconciliación o búsqueda de Akko, obvio no lo decía por querer evitar reunirme con ella sino porque siempre que Andrew y Amanda planean algo para mi nada termina bien, ellos son muy buenos médicos pero cuando se trata de solucionar conflictos amorosos o emocionales saben como errar en grande.

-Te equivocas, eso ya lo veremos en algún otro momento, ahora solo venimos a sacarte de este lugar lo más pronto posible, si es necesario te ataremos de pies y manos para ello en caso de que no cooperes- advertía Amanda acercándose a mi de manera muy sospechosa, Andrew hacía lo mismo.

-Por curiosidad, se puede saber ¿Qué planean? digo somos gente civilizada como para recurrir a ese tipo acciones, ¿Andrew qué pasó con tu actitud calmada?-

-En si no me ha pasado nada, tan solo aprendí a llevar la vida más relajada mientras estuve en España, bueno además que en la fiesta de navidad, donde tu me abandonaste, descubrí que Amanda sabe muy bien lo que está haciendo-

-De acuerdo los seguiré a donde sea que me vayan a llevar, dudo Andrew mienta sobre tus planes O´neill, solo debo quitarme la bata y avisar que posiblemente el día de mañana no pueda presentarme a trabajar-

-Diana no creo sea necesario lo de no venir a trabajar mañana, tan solo…-

-No, no, no, Andrew la Doctora Cavendish es una persona muy inteligente, sabe intuir que hoy será una gran noche-

Tal y como decía Amanda, mi intuición me decía que ir al trabajo el día de mañana no era una opción, no había pista alguna de a dónde terminaríamos esta noche, al final de cuenta permitirme salir con mis dos amigos de antaño no me haría nada mal, es más será más útil para refrescar mi mente y conseguir ideas de como iniciar una plática para nada incómoda con Akko.

-Listo, se puede saber ¿Cuál es nuestro destino?- pregunté una vez colgué mi bata en el perchero que tenía dentro de un buró y procedía a apagar las luces de la habitación.

-Es un secreto Cavendish, ahora es momento de ir a la aventura- anunció con entusiasmo Amanda a la vez que me abrazaba por los hombros y dirigía hacia la salida del consultorio.

-Amanda en qué auto nos vamos ¿El tuyo o el mío?-

-Considerando nuestros planes, creo lo más ideal será usar tu Audi en vez de mi camioneta o más bien "Mamávan"-

-¿Mamávan?- cuestioné no entendiendo a qué se refería Amanda con aquella palabra.

-Vámonos Andrew esto es una prueba de que a Diana le falta actualizarse-