Nombre: Un Sol Escarlata para una Luna Esmeralda –Parte 1- (Prólogo)
Personajes principales: Haru Shinkai & Yuujin Oozora
Universo: Digimon Universe (AU)
Género: Romance, yaoi, drama, tragedia, hurt/comfort
Sinopsis: (PRÓLOGO) Shinkai Haru, un noble amable, gentil, tímido, asustadizo e inteligente. Oozora Yuujin, un chico de la clase media deportivo, atento, energético y apuesto. Cuando dos polos totalmente opuestos se encuentran en una coincidencia del destino comenzará una historia llena de misterios…teñida en escarlata y esmeralda.
Advertencias: Ninguna.
NOTA DE AUTORA: Pequeño long-fic conformado por one-shots. SHIPS: Haruujin, Reiharu, Aijin, Eritora, entre otras. AU del anime/manga original.
"UN SOL ESCARLATA PARA UNA LUNA ESMERALDA – PARTE 1-"
-15 de Junio del 2014 ~ Ciudad Fujimizaka, Shinjuku, Japón-
Suavemente sopla el viento de aquella cálida mañana de Junio. Los niños se dirigen a la escuela y los adultos al trabajo. Las hojas de los árboles se mecen con sutileza al ritmo de la brisa, mientras que el sonido de los automóviles, transportes públicos, celulares y de las aves crean una melodía que acompaña al paisaje parcialmente soleado. El reloj marcaba las 9:35 de la mañana.
Justo en lo que parecía ser una mañana tranquila, un chico de 11 años corría por las calles apurado, por su frente escurría sudor y su respiración era agitada, pareciera que llevaba un buen rato corriendo de esa manera. Vestía una sencilla playera color verde con dos franjas amarillas en el centro, las mangas cortas estaban arriscadas dejando a la vista levemente sus hombros, su short arriba de las rodillas era de color café-verdoso y sus tenis blancos con adornos verdes hacían juego junto a sus ropajes. Su piel era levemente morena, sus ojos eran de color esmeralda brillante y su cabello era corto y moderadamente alborotado de color rojo escarlata.
-¡Maldición, es demasiado tarde! – Exclamó el chico pelirrojo mirando el reloj en la pantalla de su celular mientras intentaba acelerar (aún más) su andar.
Pasaron algunos minutos para que el chico pudiera divisar su destino: la primaria de Fujimizaka. Una sonrisa se dibujó en los labios del agotado chico, quien una vez que llegó la entrada de la escuela se detuvo para reponer el aliento que le faltaba, apoyando sus manos en sus rodillas mientras daba respiraciones agitadas y profundas.
Cuando finalmente se reincorporó notó las puertas de la primaria que yacían cerradas. El chico tardó un poco en procesarlo, pero entendió que había llegado con casi dos horas de retraso a clases. Soltó un suspiro largo y después caminó hacia un punto ciego entre los arbustos, se sujetó fuerte de la barda que rodeaba a la primaria y con un fuerte impulso comenzó a treparla hasta llegar a la cima, una vez ahí se acomodó para bajar.
-Lo siento. – Murmuró como si alguien pudiera escucharlo, sintiendo que estaba quebrando las reglas al brincar la barda para entrar.
El pelirrojo tomó aliento una vez más y después decidió ir a buscar su aula rodeando por atrás de los edificios para evitar ser visto. Su corazón se detuvo por unos segundos cuando escuchó unas voces provenir detrás del edificio. Estuvo a punto de huir del lugar para evitar ser descubierto cuando una voz lo detuvo.
-¡Deténganse…! – Gritó una voz delicada inundada de miedo.
-¿Eh? – Murmuró el pelirrojo deteniendo sus pasos, girando la cabeza hacia el lugar de donde provenía.
-¡Por favor…deténganse! – Volvió a exclamar aquella voz.
-¿Acabas de decir algo? – Preguntó la voz de un chico con cierta burla.
-¿Cuántas veces tenemos que decirte que los secundarios como tú no tienen permitido hablar? – Dijo otra voz masculina siguiendo la burla del primero.
-¡Ah~! – Gimió de dolor la delicada voz después de que un golpe sonara. – No más…por favor… -
-Tch, tú nunca aprendes, ¿verdad? – Reprochó el segundo chico.
-Creo que no te hemos educado lo suficiente. – Apoyó el primer chico.
-¡Deténganse! – Gritó el chico pelirrojo acercándose a ellos.
El primer chico era alto, fornido, de cabello negro y ojos marrones. El segundo chico era un poco más bajo que el primero, tenía el cabello de color castaño y ojos azules oscuro, su complexión era delgada. Ambos chicos eran de sexto grado, a diferencia de la tercera persona, quien parecía ser un niño de quinto año. Él tenía el cabello verde esmeralda, su piel era blanca y sus ojos color azul zafiro, su complexión delicada lo hacía parecer una niña, y su voz no ayudaba mucho a su apariencia en sí. Su rostro delicado estaba lleno de tierra y moretones al igual que parte de sus brazos y sus rodillas.
-¿Quién eres? – Preguntó el chico de cabello negro mirando al recién llegado.
-Lárgate. – Ordenó el segundo chico.
-¡Déjenlo en paz! – Dijo el pelirrojo mirándolos fijamente.
-Maldito mocoso… ¡No te metas en los asuntos ajenos! – Replicó el castaño corriendo hacia el pelirrojo dispuesto a darle un puñetazo. No obstante, el menor rápidamente esquivó su golpe y antes de que el otro lo notara lo golpeó con la rodilla en el estómago, sofocándolo.
-¡Keita! – Exclamó el de cabello negro. - ¡Me las pagarás! – Dijo lanzándose sobre el pelirrojo, golpeándolo tres veces en el rostro, antes de que pudiera darle el cuarto golpe el menor le detuvo el brazo y le dio un cabezazo con fuerza, noqueando levemente al mayor. - ¡Maldito mocoso…! –
-¡Déjenlo en paz, dije! – Repitió el pelirrojo mirándolos fijamente con una mirada filosa. - ¡La próxima vez que vea que lo molestan se las verán conmigo! –
-Ya verás… - Bufó Keita antes de salir corriendo del lugar junto al otro chico.
-Tontos abusivos. – Murmuró el pelirrojo cruzando los brazos por unos segundos, después soltó un suspiro y se giró a ver al chico de cabellos esmeraldas que se había mantenido en silencio tumbado en el suelo. – Está bien, ya se fueron. –
-Ummm… - Murmuró el de cabellos esmeralda temblando levemente.
-No tengas miedo, ven. – Dijo inclinándose levemente para extenderle la mano. – No temas, no te haré nada. –
Los ojos azules del menor se clavaron en él por un momento y lo recorrieron desde los pies hasta la cabeza, una vez que el chico terminó de analizarlo extendió con temor su mano y tomó la del pelirrojo, quien lo ayudó a levantarse.
-Gra-Gracias… - Murmuró el de ojos azules mientras sacudía su ropa.
-No agradezcas, odio a la gente como ellos. – Respondió el pelirrojo. – Soy Oozora. Oozora Yuujin. Estoy en la clase 5-3. –
-Gracias por salvarme, Oozora-kun. – Respondió el chico bajando la mirada. – Mi nombre es Haru. Shinkai Haru, de la clase 5-1. –
-¿Shinkai…? Tu apellido me suena… - Murmuró Yuujin tratando de recordar. - ¿Dónde lo oí? –
-Tengo que irme, adiós. – Dijo Haru tomando su mochila del suelo y comenzando a correr.
-¡Ah! ¡Espera! – Exclamó Yuujin intentando correr detrás de él, pero Haru le hizo una señal con su mano para que se detuviera y este, aun no muy seguro, lo obedeció. – Que chico tan raro… - Murmuró.
En ese momento el timbre que indicaba la hora del almuerzo sonó, haciendo que Oozora gritara desesperado.
-¡Llegaré demasiado tarde! – Gritó comenzando a correr a toda prisa al interior del edificio.
Por otro lado, recargado en un árbol rodeado por una valla de flores y viñedos, se encontraba Haru con una mano en su corazón. Estaba respirando agitado mientras sus mejillas estaban coloradas y unas pequeñas gotas de sudor caían por su frente.
-Oozora…Yuujin… - Murmuró Haru abriendo ligeramente sus ojos, centrando su vista en el pequeño charco que había cerca de él, admirando su rostro sonrojado. – Gracias… -
-01 de Julio del 2014 ~ Parque de Juegos de Fujimizaka, Shinjuku, Japón-
-¡Feliz cumpleaños, Haru-san! – Exclamó Yuujin extendiendo un pequeño regalo a Shinkai.
-¡Gracias, Oozora-kun! – Respondió Haru sonriéndole con gentileza mientras aceptaba el regalo. – No era necesario. –
-Quise hacerlo, así que no digas nada. – Dijo Yuujin mirándolo.
-Bueno, gracias. – Dijo Haru encogiéndose de hombros.
-No tienes que agradecer. – Respondió Yuujin sonriéndole. – Somos amigos. –
-¿Ami…gos…? – Murmuró Haru confundido.
-¿Eh? ¿No lo somos? – Preguntó Yuujin sintiendo que había dicho algo indebido.
Haru lo miró fijamente por unos momentos y después agachó la mirada, un leve sonrojo apareció en las mejillas de Shinkai mientras este asentía lentamente.
-Sí… - Respondió en un murmullo avergonzado. – Somos amigos… -
Aquellas palabras por alguna razón hicieron que el corazón de Yuujin se acelerara, una sonrisa se dibujó en sus labios e impulsivamente abrazó a Haru por los hombros sin borrar su emoción.
-¡Sí, amigos! – Respondió Yuujin soltando una risita de alegría.
Haru notó esta reacción por parte de Oozora y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios mientras asentía, por alguna razón se sentía feliz de ver la emoción de Yuujin por una simple afirmación de su parte: somos amigos…la verdad ni siquiera él podía evitar sentir felicidad ante aquél hecho. Ellos eran amigos, y nadie lo cambiaría.
-Abre tu regalo. – Dijo Yuujin soltándolo para verlo al rostro.
-¿Eh? S-Sí. – Asintió Haru desenvolviendo con cuidado el regalo para no maltratar el decorado, abrió la pequeña caja y se sorprendió de lo que encontró: era un anillo de plata con una piedra de color rojo de adorno. - ¿Un anillo? –
-Quería darte algo que nos identificara como amigos. – Dijo mostrando el anillo plateado con una piedra color esmeralda que él llevaba en su dedo anular derecho. – Es raro ¿verdad? – Preguntó desviando la mirada avergonzado.
Haru negó y después sonrió. – Es lindo, gracias Oozora-kun. – Dijo colocándose el anillo en el dedo, haciendo que Yuujin sonriera de alegría.
-Me alegro de que te gustara, Haru-san. – Respondió Yuujin chocando su mano con la de Haru en una especie de saludo especial que ambos tenían. – Y dime Yuujin, a cambio te diré Haru ¿vale? –
Haru lo miró confundido ante esta petición, pero casi al instante sonrió y asintió. – Está bien, Yuujin. –
-¡Sí, Haru! – Asintió Yuujin sonriéndole.
Esa felicidad que compartíamos juntos en ese momento…no duraría mucho tiempo.
-18 de Agosto del 2014 ~ Escuela Primaria de Fujimizaka, Shinjuku, Japón-
-¡Buenos días, Oozora! – Saludó un niño chocando puños con Yuujin.
-¡Hola! – Respondió Yuujin sonriéndole. – Oye, ¿no has visto a Haru? –
-¿A Shinkai? No. – Negó el chico con la cabeza. – No le he visto en todo el día. –
-Qué raro…Haru no suele llegar tarde, mucho menos en el primer día de clases. – Murmuró Yuujin preocupado. - ¿Le habrá pasado algo? –
-Tranquilo, seguramente está bien. – Dijo el chico tratando de animarlo.
-Sí, tienes razón. – Asintió Yuujin. – Bueno iré a clases, nos vemos. –
Las clases comenzaron y el día siguió su curso normal. Yuujin, por otro lado, parecía estar perdido en su preocupación por su amigo, quien no se había aparecido en todo el día. Miles de escenarios diferentes aparecieron en la mente de Oozora, alimentando aún más su preocupación por Haru.
Una vez que el timbre de salida sonó, el pelirrojo guardó sus cosas rápidamente, colgó su mochila en su espalda y comenzó a correr por los pasillos hasta llegar a la salida. Yuujin recuperó su aliento con respiraciones profundas y agitadas, cuando estuvo bien nuevamente comenzó a correr con dirección a la casa de Haru. Algo dentro de él lo estaba inquietando, era un sentimiento preocupante que no podía sacar de su interior, y eso le preocupaba. Una vez que divisó el hogar Shinkai su rostro se llenó de alegría y una sonrisa se dibujó en sus labios, su paso disminuyó de velocidad y se reincorporó después de tomar aire nuevamente. Soltó un suspiro profundo y se acercó a la puerta, tocando el timbre.
Fue recibido por un profundo silencio, lo que comenzó a preocuparlo. Oozora tocó nuevamente al timbre y esperó, pero jamás fue atendido. El chico apretó múltiples veces el timbre, y después comenzó a llamar repetidas veces a Haru, pero nadie abrió.
-La familia Shinkai se mudó. – Dijo la vecina al notar a Yuujin gritando desesperado por Haru.
-¿Eh? – Murmuró confundido. - ¿Qué dijo? –
-Dos semanas después de que Shinkai-san falleció, su esposa y su hijo se mudaron. – Explicó la señora.
-¿El padre de Haru…falleció? – Preguntó sorprendido.
-Veo que nadie te informó nada, pobrecillo. – Dijo la señora soltando un suspiro. – Aunque no me sorprende, después de todo el pequeño Haru-kun siempre fue muy reservado. –
-Ya veo… - Murmuró Yuujin decaído, el enterarse de aquellas noticias hacían que su corazón doliera. - ¿Sabe a dónde fueron? –
-No, no lo dijeron. – Respondió la señora. – Lo siento, chico. –
-No se preocupe… - Respondió Yuujin limpiando las lágrimas de sus ojos. – Gracias, señora. – Dijo antes de dar la vuelta para regresar a su hogar. La felicidad que irradiaba momentos antes había desaparecido por completo, y en su lugar quedaba solamente una expresión llena de tristeza y decepción.
El Sol del atardecer brillaba de color escarlata y bañaba con su luz la figura de Yuujin, quien caminaba lentamente con la mirada clavada en el suelo.
Un Sol Escarlata ilumina un corazón herido.
¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~
jajajaja ¿creían que los dejaría sin un Haruujin? ¡Pues no! Aquí empieza otro longfic que irá a mi lista de incompletos (sad but true :'v), este fic será una colección de one-shots enlazados cronológicamente basados principalmente en un AU de Digimon Universe UvU la trama en sí se enfocará más en los humanos que en los Appmon, pero estos también tendrán su participación en su debido tiempo. Sin más, espero que les haya gustado esta introducción x3
Dudas, comentarios, quejas, sugerencias, opiniones y demás son muy bienvenidas en los reviews, ya que me ayudarán a mejorar y a darme inspiración para actualizar lo antes posible x3
¡NOS LEEMOS!