Prólogo

A veces, el destino es extraño.

A veces, el destino es cruel y gusta de jugar con las personas. Poniéndolas en situaciones demasiado complicadas, llevándolas al límite.

Tal vez el destino nos unió, de forma caprichosa, a través de una sola letra.

L

El mejor detective del siglo.

Una de las mentes más brillantes del mundo.

Sería inútil (además de absurdo) mencionar los innumerables casos que resolvió y la cantidad de criminales que envió a prisión. Más que cualquiera de las agencias policiales del mundo. Su sola existencia formaba parte de un equilibrio en el mundo. Sin él, no se hubieran evitado muchas víctimas inocentes e incontables guerras. Su desaparición por si sola aumentaría la tasa de criminalidad en un gran porcentaje.

Por supuesto, la sola idea de su muerte representaba un gran peligro para el mundo. Nadie estaba más consciente de ello que el propio L

Por eso, necesitaba un sucesor.

Para eso se fundó la Casa de Wammy, para reunir niños con habilidades excepcionales, genios de todas las esquinas del mundo. Potenciales sucesores que eran educados e impulsados para que mejoraran el mundo a su manera.

Esa fue la primera generación

Eso es lo que éramos.

Los niños de L, reunidos en un solo lugar.

Pero crear un L falso, era más fácil decirlo que hacerlo.

Porque cuanto más intentábamos ser como él, cuanto más cerca llegábamos, más lejos estaba él.

Como una cima imposible de alcanzar, como una pintura imposible de falsificar, como una firma que no puede ser imitada.

Incluso ahora sigo creyendo que L no podía, ni podrá ser igualado. Al menos no por una sola persona.

Y por eso la primera generación fracaso.

Los primeros sucesores

Los sucesores malditos

A y B

El primer sucesor A, fue incapaz de lidiar con la presión de vivir como L y se quitó la vida. Mientras que el segundo, Beyond Birthday, era brillante y desviado. Convirtiéndose en un criminal

La A significaba "After" (después de)

La B significaba "Backup" (respaldo)

El primer experimento, el primer gran fracaso, que se convirtió en una especie de manual de lo que no se debía hacer.

Tal vez, L siempre supo que fracasaríamos. Aunque jamás lo admitió abiertamente.

Aun así, hasta el día de hoy, muy pocos de la Casa de Wammy saben la verdad sobre lo que sucedió en ese entonces.

Tampoco es que tenga la intención de contarlo en estas líneas.

Porque a pesar de todo esta historia no trata de nosotros, sino de L

L el mejor detective del mundo

L era la persona a la que todos admirábamos

L era la meta de todos en la Casa de Wammy.

L era lo que nos motivaba a ser mejores. A sobre esforzarnos.

L era como una sombra que se cernía sobre nosotros, a la que no podíamos sobrepasar, a pesar de internarlo una y otra vez.

Cada uno de nosotros quería superarlo.

Pasar por encima de él.

Pasar sobre él.

A lo hacía, B lo hacía, M lo hacía y N lo hacía.

A como un suicida que renuncio a ser solo una pieza de reemplazo, B como un criminal que no quería ser una copia.

Mello como un retador de Kira y Near como un sucesor que lo atrapó.

Cada uno a nuestra manera.

A veces pienso que B y yo estábamos malditos, por lo tanto jamás podríamos llevar esa letra.

Sin embargo, ellos, Mello y Near…

Si tan solo hubiesen unido sus fuerzas…

Realmente habría surgido, alguien digno de superarlo.

Supongo que haber sido así, yo no hubiese tenido que inferir después, mucho después para salvar a uno de ellos.

O tal vez fue gracias a eso, que no me quedo más remedio que afrontar ese pasado que trate de ocultar y que surgió para arrastrar con todo a su paso. Probablemente hubiera sido una víctima más de no ser por esos dos.

Pero, mi participación en esta historia comenzó antes de lo que cualquiera de ellos pudo haber imaginado. De lo que yo siquiera pude haber pensado o querido.

Y me vi obligada a hacer algo que prefería no haber hecho jamás

Todo por culpa de un estúpido asesino con un complejo de Dios y un Shinigami aburrido.

Si hasta ahora no has adivinado quién soy, querido lector, entonces déjame presentarme:

Mi nombre es Alex.

A

El primer sucesor de L que se quitó la vida. Una letra más.

O más bien:

La primera sucesora de L, que intentó suicidarse y sobrevivió, renunciando a ser un sucesor. Quien no quería vivir de acuerdo a L; quien quería dejar de fingir ser alguien que no era; quien no quería ser solo una letra más, la que seguía después de.

Una chica.

El primer fracaso de L.