Aclaraciones: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son todos propiedad de Tomas Astuc y compañía.

Sin más los dejo con la historia.


UNA CITA ESPECIAL


.-.-.-. Maquinaciones .-.-.-.


Todo comenzó una bonita tarde de primavera, con una de esas conversaciones fortuitas y bobas… de esas que se desarrollan sin razón alguna en el tiempo libre entre clase y clase, justo al interior de una de las salas del colegio Françoise Dupont.

— ¿Qué haces Mari? —Preguntó Alya alzando una de sus cejas con curiosidad, haciendo un gesto gracioso al descubrir lo que su amiga había estado bocetando durante la clase de historia.

— ¡Nada! —Gimió nerviosa, sintiendo como todos los colores se le subían a la cabeza mientras que torpemente intentaba sujetar su libretita entre sus manos.

Pero por más que intentó retenerla entre sus dedos el dichoso cuadernito se le escapó y salió volando directo a la cabeza del rubio que estaba sentado justo delante de ella, en un puesto un poquito más bajo.

La morena soltó una risita divertida al ver la cara que ponía Nino, quien segundos más tarde estalló en una carcajada al ver la inigualable expresión de sorpresa en el rostro de Adrien, el que parpadeó un par de veces antes de decidirse a quitar el cuadernillo de su bien mantenida cabellera.

— Cielos… hoy las libretas están fieras —agregó, justo antes de soltar una risita tímida y simpaticona.

— En especial si es la de Mari —se burló Alya, riendo de buena gana.

— Si… se ve que le tiene ganas a Adrien —insinuó Nino también entrando en el juego de su novia, quien parecía estar disfrutando de la bochornosa situación que repentinamente se había armado—. Digo… la libreta, claro está.

El rubio se sonrojó al escuchar el comentario de su amigo, y entonces no se le ocurrió otra "mejor" idea que escapar de la miradita acusadora de Nino para detenerse en la muchacha de coletas, que seguía agitando sus manos como loca, tratando de espantar al moreno como si fuera un demonio o algo peor.

Y entonces… no pudo evitar unirse a las risas de sus amigos. Definitivamente Marinette actuaba muy extraño a veces, pero le parecía una chica encantadora y divertida. En realidad, era una de las personas del instituto que le gustaría conocer mejor.

— ¿Es tuya Marinette? —Sonrió al tiempo que le extendía amablemente el cuadernito del problema a su joven compañera.

— ¡No! ¡Digo... si! osea… este… —no sabía por que demonios siempre se le trababa la lengua cuando tenía que hablarle a Adrien.

¿Qué tenía en su maravillosa mirada que siempre la dejaba sin habla?

¿Por qué diantres tenía que ser tan perfectamente hermoso?

Sonrió bobamente, aún con el rojo adornando sus mejillas y extendió su temblorosa mano para alcanzar la ya "famosa" libretita.

— Espero que no se haya estropeado.

Aún sonreía y la observaba fijamente, notando la tímida actitud que caracterizaba a la muchacha cada vez que se le acercaba, ¿Por qué actuaría así con él?

Había notado que la joven Dupain no se relacionaba de la misma forma con los otros alumnos de la clase, por alguna misteriosa razón que en verdad desconocía, ella lo trataba de una forma diferente y él quería cambiar de alguna forma aquello.

— Gra… gra… gracias —murmuró Mari sujetando finalmente la escurridiza libreta entre sus manos y luego… volvió a respirar. Había estado conteniendo el aliento desde que Adrien había comenzado a mirarla.

Alya sonrió con un dejo de malicia al observar la escenita y Nino, quien notó la expresión en el rostro de la castaña, se acercó a ella por sobre el pupitre y le susurró algo junto a su oído.

— Eres un genio —le respondió compartiendo ahora una cómplice sonrisa con su novio —. ¡Chicos! Mañana no tenemos clases, ¿Por qué no vamos todos al parque?

— ¡Es una excelente idea Alya! —Exclamó Nino acomodándose su gorrita mientras le dedicaba una mirada divertida al rubio— ¿Qué dices amigo? ¿Vas con nosotros al parque?

Adrien se atropelló por contestar inmediatamente un "si", pero la pequeña sílaba no alcanzó a salir de su boca al ponerse a pensar si realmente mañana no tendría alguna molesta sesión de fotos o alguna entrevista para alguna connotada revista.

Pasó su vista por la entusiasmada expresión de su amigo, luego por la divertida y simpaticona sonrisa de Alya y finalmente por la expectante miradita de la muchacha de cabellos azabaches que lo miraba sin pestañar con esos bonitos e intrigantes orbes, tan parecidos a los de su lady.

Agitó su cabeza sacándose esa boba idea de la cabeza, sintiendo como al recordar a la misteriosa enmascarada se le aceleraba el corazón de golpe.

— Ahí estaré amigo —respondió finalmente golpeando con su puño el de Nino, sellando ese compromiso como siempre lo hacía con su amigo— ¿Tú también irás Mari?

La pobre muchacha aún no había alcanzado a menguar la tremenda emoción que se había apoderado de ella al escuchar que su "príncipe soñado" asistiría a la junta, cuando el mismísimo Adrien se le ocurría hacer semejante pregunta.

— A… a… —abrió su boca, pero de ella no salía ninguna palabra. Nuevamente se le había formado un nudo en la garganta.

Alya rió nuevamente, y usando su mano jaló suavemente hacia arriba el mentón de su amiga para que esta cerrara la boca.

— Ahí estaremos Adrien —le guiñó y luego se levantó para jalar a la estupefacta muchacha hacia la salida del salón.

Habían "detalles" que debía arreglar antes de que terminara el tiempo libre.

— Mari parece emocionada —agregó Nino mientras miraba como las chicas salían por la puerta—. ¿Qué piensas de ella?

— ¿De quién? —Se estaba haciendo el tonto, en realidad había entendido perfectamente la pregunta.

— De Marinette… por supuesto —insistió Nino quien no se iba a dar por vencido tan rápido.

Había apoyado su codo sobre la mesa y ahora miraba a su amigo alzando una ceja completando esa inquisitiva expresión.

— Ah, bueno —de pronto se sintió un tanto nervioso, no sabía por que aún no podía sacarse de la mente los ojos de la muchacha, por primera vez durante todo ese tiempo, había notado el increíble parecido que tenía esa vibrante mirada con los fascinantes ojos de su lady—. Es una chica agradable —sonrió bobamente al tiempo que rascaba su cabeza.

— ¿No crees que es linda? —Nuevamente volvía a insistir, ahora con una pregunta mucho más directa y franca que la anterior.

— ¡Por supuesto Nino! —Le respondió sin siquiera pensar, sonrojándose instantáneamente al darse cuenta que acababa de admitir algo que efectivamente era real, pero que él no tenía ningún derecho de admitir con esa liviandad— Digo… claro que creo que es una chica linda… hay que ser ciego para pensar lo contrario —agregó luego tratando de arreglar el aprieto en el que su amigo lo estaba metiendo. ¿Qué era lo que quería conseguir?

— Tranquilo amigo —sonrió apoyando su mano en el hombro de Adrien— es cierto lo que dices… —hizo una breve pausa y luego rodando sus ojos agregó— sería interesante saber quien llena los pensamientos de Mari ¿no?

— ¿Qué?

— Digo… es una chica increíble, linda, simpática, valiente y además siempre se preocupa por todos.

— Si… es verdad —meditó un segundo las palabras de Nino, cada una de aquellas describía a la perfección a la joven enmascarada que seguía cautivándolo en sueños.

— Deberías pensarlo, Adrien —agregó Nino en un tonito misterioso, abrazando a su amigo mientras sonreía maliciosamente— deberías pensarlo.


Mientras en el baño de chicas…

— ¡Alya, Alya! —Marinette parecía ida, se agarraba la cabeza con ambas manos y se miraba la tonta sonrisa que tenía en el rostro justo en el espejo que tenía al frente — ¡No puedo creerlo! ¡Saldré con Adrien al parque!

— Lo sé Mari —sonrió divertida, negando con su cabeza asumiendo que no había caso con su amiga— si yo fuera tú… me prepararía para mañana —agregó sonriéndole con un ligero dejo de malicia, aún estaba a tiempo para darle un nuevo empujoncito a su amiga.

— ¿Prepararme? —Observó a la castaña asustada, sintiendo que algo se le estaba pasando por alto.

— Digo… deberías ponerte bonita, usar algo diferente —insistió Alya acariciando su mentón.

— ¡Es cierto! —Exclamó lanzándose a los brazos de la morena desconsolada y alterada— ¡¿Qué voy a hacer Alya?! ¿Qué debería usar? ¡Adrien pensará que soy una chica común y sin estilo… y me odiará de por vida!

— Tranquila… tranquila —Abrazó a su amiga acariciando su cabeza, a veces Marinette era demasiado melodramática, pero a ella eso le parecía divertido, sabía perfectamente que en el fondo Mari estaba realmente enamorada de Adrien y no sabía como expresar sus sentimientos de forma correcta y "normal" —. Después de clases podemos ir a tu casa y decidir juntas que podrías usar —sonrió amablemente.

— ¿En verdad harías eso por mí?

— ¡Haría lo que fuera por mi mejor amiga!

— ¡Eres la mejor Alya! —La abrazó con más fuerza y sonriendo la estrujó fuertemente.

Estaba feliz de haberla conocido. Sabía que con su ayuda quizás la fortuna podría sonreírle y finalmente usar esa oportunidad para captar realmente la atención del rubio.

Aunque evidentemente, Adrien y Marinette estaban totalmente ajenos a los verdaderos planes de sus amigos, planes que aún ni siquiera habían comenzado.

¿Conseguiría este empujoncito acercar a los muchachos?

Continuará…


Hola a todos! :D bueno… al menos a los que se pasen a leer esta historia ^^U, la primera que escribo de Miraculous Ladybug. Tengo otras ideas redactadas XD, pero me centraré en esta para finalizarla en la brevedad :) y poder subir cosas nuevas ^^, ya que tengo planeado que será un fic cortito… de pocos capítulos XD, después de todo 9-9 sólo es una cita XDD

En verdad espero que puedan darme su opinión, sugerencias, alegados, maldiciones XD o lo que sea jajajaja X3

¡Saludos!