¡Hola! Lamento la demora, pero no me gustaba como quedaba el capítulo y lo tuve que reescribir varias veces. Espero que les guste
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PARTE 4
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-No importa que tan retorcido haya sido el viejo David. De acuerdo a lo que me han contado y lo que he leído de él, todos sus planes siempre estaban preparados a futuro. De nada serviría desmoralizar al enemigo, si al final, el que tenía la desventaja de poder era él.
-Entonces, ¿para qué realizar tan complicado plan, si al final iba a perder?
Aladdin estaba confundido, sentía como si le faltara una pieza importante del rompecabezas, pero aun no lograba encontrarla.
-El no quería ganar tío Belial.
Ahora el que se mostraba confundido, era el líder.
-¿a qué te refieres príncipe?
El príncipe no estaba seguro de decirlo, porque sonaba demasiado horrible para poder ser pensado por un ser humano. Pero, todo lo estaba llevando a la misma conclusión, su abuelo ansiaba el caos, pero no para todas las especies, si no para el ser humano, para la especie que había elegido a su hijo como líder. Pero… ¿al final, que? Las cosas parecían más complicadas de lo que pensaba.
No pensó que al hablar con su tío Belial, terminaría enterándose de tanto. Y al tener ese pensamiento, una incertidumbre comenzó a llenar al príncipe de repente, ¿Por qué su tío le estaba contando esto? Cuando le pidió hablar, este le había dicho que, antes de que le diera respuestas debían de repasar esa última batalla con David, pero ¿Por qué?
Observo fijamente al líder. Por un momento, se sintió como en una prueba, su tío quería ver hasta qué punto era capaz de deducir con las cosas que estaba diciendo. ¿Qué tenía que ver la última batalla de David con lo acontecido en la gran falla? Tenía que pensar con detenimiento en todo lo que estaban hablando. David tenía todos los elementos para, al menos, no perder de forma tan simple como lo había hecho. Todo hubiera sido más brutal, más digno de él.
Pero no lo hizo.
¿Entonces porque había era tan importante saber de eso? ¿Por el daño que pudo haber causado? ¿Por los conocimientos de David?
No, había algo más. Algo que no le estaba diciendo Belial, porque quería que se diera cuenta por sí mismo. Porque cuando se diera cuenta, obtendría todas sus respuestas.
Volvió a repasar lo que le había dicho: magia de clarividencia, magia de transporte, magia de sustitución y una poderosa magia defensiva, magia que se activaba a través de la ciudad que funcionaba como una enorme herramienta mágica, no dejaba que nada entrara y que nadie saliera. Eso quería decir que ni los bastones de los magos servirían para poder atravesarla.
Ni los bastones de los magos…
"Se encontraron vestigios de un sistema de David, uno que requería muchísimo poder"
Las palabras de su tía Leraje, llegaron a él, y de pronto sintió como si todo tomara sentido. Observo sorprendido a su tío.
-El sistema de la ciudad ¿Cómo funcionaba?
-No estoy del todo seguro príncipe – hablo pensativo - pero Lord Ugo dijo que se necesitaba una cantidad monstruosa de magoi, y más que eso, dijo que el sistema no solo requería ese poder, sino una retroalimentación constante del mismo. De hecho, nos dijo que ni juntando el poder de todos los bastones se podría activar.
¡Claro! ¡Era por eso que su padre y su tío Ugo, así como los líderes que exploraron la catedral, se preocuparon cuando hallaron vestigios de magia cerca de la falla continental!
Solo necesitaba una última confirmación.
-Tío – le llamo inquieto – la magia que encontraron en la catedral, tanto el sistema de la ciudad como la magia de transporte, sustitución y la de clarividencia… - trago saliva con nerviosismo – corrígeme si me equivoco, pero… cuando ustedes las encontraron, estas habían sido simplemente interrumpidas ¿cierto?
Los ojos de Belial brillaron y asintió sin decir más. Y Aladdin no sabía si sentirse feliz por sus conclusiones, o aterrarse porque ahora era consciente de lo que temía su padre.
Interrumpido. Eso quería decir que el sistema se activó y funcionaba, pero la fuente de energía fue "cortada" de golpe, sin embargo quedan pequeños resquicios de magoi que rodean los sistemas y que desaparecen lentamente, es como si una olla se enfriara después de que la sacan del fuego. Si el magoi no hubiera sido suficiente para activar el sistema, este no hubiera dejado resquicios del mismo.
Y su padre lo sabía.
Por alguna razón, David había decidido cambiar sus planes, algo ocurrió, algo lo suficientemente importante como para interrumpir su plan y aceptar una patética derrota.
Pero el hecho de que su sistema haya sido interrumpido, solo indicaba una cosa: David, de alguna manera había recolectado una cantidad inimaginable de magoi.
Y ahora entendía que tenía que ver lo ocurrido en la falla continental con lo que ocurrió con su abuelo. Porque, si David había decidido no utilizar el magoi para que tuviera éxito su plan.
¿Qué había hecho con todo ese poder?
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El rey de Alma Toran se encontraba en su cuarto después de haber acomodado a los últimos líderes en sus habitaciones. Ahora recordaba porque le molestaba tanto esas fiestas que organizaban sus amigos. Ya que, por lo general terminaban hasta la madrugada y después de eso dejaba que los líderes se alojaran en el palacio. Si bien no escoltaba a todos, al menos a los que él iba a dejar en la habitación que les correspondía, siempre se quedaban hablando con él. No le molestaba que hablaran, pero preferiría que lo hicieran al día siguiente, después de que hubiesen tenido unas reparadoras horas de sueño.
Pero bueno, al final ya todo había terminado. Al menos por ese lado, ya que, aunque lo quisiera, sabía que era probable que no pudiese dormir, ya que, aún había algunos "asuntos" que atender.
Se sentó en su cama, para al menos, lograr descansar un poco sus piernas, a los pocos minutos, entro su esposa acompañada de Ugo y atrás de ellos llegaron apresurados Falan, Wahid, Setta, Ithnan y Arba. Todos entraron pidiendo disculpas por la intromisión.
-Espero que ya todos los invitados se encuentren en sus habitaciones.
Todos respondieron de forma positiva.
-Bien, pues entonces hagamos recuento de los daños – dijo con desgano.
En las anteriores fiestas, el recuento de los daños era corroborar que todos los invitados habían sido atendidos, que nada se hubiese roto (cosa que consideraba inevitable en una fiesta de gran magnitud), también era intercambiar comentarios sobre lo que se hablaba en la fiesta y reportar cualquier incidente que hubiese ocurrido, ya fuese provocado o accidental. Era necesario, porque en las primeras celebraciones, todo era un caos, era demasiado difícil poder controlar a tantas personas juntas en una fiesta, pero poco a poco se fueron dando cuenta en cómo podían arreglarlo.
Un par de años atrás, Ugo había desarrollado un sistema de clarividencia que permitía la visión de diferentes puntos del castillo a la vez, solo necesitaban un medio para conectar la magia. Por lo que resultaba más fácil vigilar todo el castillo sin necesidad de estar en todos lados. Por lo general, se turnaban para poder mantener esa vigilancia constante en ese tipo de celebraciones.
Por lo que, poco a poco, el recuento de los daños no era más que los chismes y comentarios que sus amigos tuvieran respecto a la fiesta o sobre si habían tenido alguna conquista, o cualquier cosa curiosa que hubiese pasado.
Pero sabía que esa noche, todos hablarían de lo mismo. Y al ver la mirada de ansiedad de las mujeres y la de escepticismo de los hombres, sabía que no se equivocaba. Pero por alguna razón, parecía que ninguno quería comenzar a hablar. Talvez no sabían cómo abordar el tema.
Suspiro.
A veces sus amigos podían ser TAN infantiles.
-¿Cómo se encuentra el invitado de mi hijo?
-¡Él se encuentra descansando en una habitación! – hablo rápidamente la reina y con un tinte de emoción en su voz – Fue revisado por los médicos y dijeron que solo tuvo una pequeña recaída de su fiebre, pero que estará bien mañana.
-Supongo que el príncipe le esta acompañando – lo aceptaba, era divertido ver lo emocionados que estaban todos.
-El príncipe Aladdin hablo con algunos líderes cuando estaban revisando al chico, pero después de eso no se ha separado de su lado – ahora contesto Wahid, como si estuviera contando un secreto.
-¿Algunos líderes? –pregunto ahora interesado.
-Con Leraje y Astaroth primero– agrego rápidamente Arba – parece ser que Leraje estaba preocupada por el estado del chico y vi que Astaroth le estaba explicando algo al príncipe. Después a él se acercaron Belial y Focalor, los dos también le preguntaron por el estado del chico. – termino la mujer seriamente, como toda una profesional.
-¿Y cómo sabes eso Arba? – pregunto con burla el rey.
Todos vieron como las mejillas de la mujer se tornaron de un ligero carmesí, y se puso un poco nerviosa
-Yo… pasaba por ahí – dijo ladeando la cabeza, dando a entender que no quería ser cuestionada.
Solomon sentía como si pudiese reírse en cualquier momento.
-Espera – comento Setta de forma pensativa – ¿no fueron ellos cuatro a los que fue a invitar personalmente el príncipe?
-¡Es cierto! – Respondió Falan – pero… ¿Eso quiere decir entonces, que el chico es conocido de los lideres?
El rey ladeo la cabeza con incredulidad, no sabía si sus amigos estaban en negación o eran un poco torpes.
-¡Es obvio que no mujer! – Le regaño su esposo – ¡si los lideres saben de él, es porque lo conocieron cuando Aladdin fue a invitarlos!
-¡¿Y porque lo llevo con él?! – grito ahora Ugo con verdadera confusión.
-¡Entonces es cierto! – exclamo la reina bastante emocionada y sin poder contenerse
-¿¡Que cosa?! – volvió a preguntar Ugo.
-¡No puedo creer que no nos hayamos dado cuenta hasta ahora! – le siguió Arba, quien ya no podía ocultar su emoción, pero aún se notaba cierta confusión
-¡El príncipe ya creció! – dijo Falan conmovida y con un exagerado brillo en sus ojos.
-¿¡Eh?!
Ugo no entendía nada.
-Y pensar que las cosas ocurrirían de este modo, casi como si fuera el destino – Setta también se notaba bastante inspirado.
-¡Pero no puedo creer que mi hijo hiciera una cosa tan irresponsable! – Wahid se jalaba los cabellos - ¿Qué le diría al príncipe si algo le pasaba al chico?
-¡¿Pero, porque?!
La desesperación y confusión de Ugo, le daban risa al rey, ahora se daba cuenta porque su amigo seguía soltero después de tantos años. Pero bueno eso era tema para otro día, por lo mientras se encargaría de dispersar la niebla en la mente de su amigo.
-¿Qué no lo notaste Ugo? – se adelantó a hablar Ithnan, quien se había mantenido callado durante todo ese rato, nada más observando las exageradas reacciones de sus amigos – Dime que al menos te diste cuenta de lo apasionante que fue el rescate del príncipe después de que el chico rubio se desmayara.
Esta vez, el rey no pudo evitar reírse; y es que, simplemente no podía olvidar como su hijo había ido corriendo hacia el chico que se había desmayado en el escenario, obviamente en el momento no se rio, ya que realmente se preocupó de lo que pudiera pasarle al chico. Pero ahora que lo recordaba, no podía dejar de darle risa la manera en que Aladdin arrebato al rubio de los brazos de Ithnan, quien era el más cercano al escenario y fue el primero en auxiliarlo. Igualmente mientras lo llevaba a una habitación le hablaba con genuina preocupación, y obviamente también noto como había tomado una de sus manos y no la soltó en todo el tiempo que lo cargo.
-Todo un príncipe salvando a la princesa – dijo en voz alta el rey, llamando la atención de todos.
Se alegraba sinceramente que lo que tuviera el chico no hubiera sido nada grave, pero ahora no podía evitar recordar con gracia todo lo ocurrido. Desde que se había tocado el tema con anterioridad, su hijo parecía bastante indispuesto a hablar de esa persona de quien gustaba. Pero le daba risa que su hijo se hubiera expuesto el solo sin necesidad de que ellos hicieran nada.
Ahora volvió su rostro hacia sus amigos que se burlaban de Ugo por no haberse dado cuenta al momento, y es que en realidad el príncipe había actuado de una manera sobreprotectora con el chico, como si no quisiera que ni el aire le tocara. Por lo que sí, Ugo era bastante despistado por no darse cuenta inmediatamente.
Su hijo era demasiado obvio con sus sentimientos. Oh, porque para el era mas que obvio lo flechado que estaba su hijo con el chico. Eso lo había sacado de su madre. Pero se preguntaba si Aladdin ya se había dado cuenta de lo que sentía, porque en ese aspecto era más parecido a él. Y su hijo era cariñoso por naturaleza, le preocupaban las personas y su bienestar, por lo que talvez, aun no se haya dado cuenta que tenía un sentimiento especial por su amigo. Aunque bueno, si no se había dado cuenta por el momento, era mejor.
Así tenía más tiempo para burlarse de él.
Y aunque no quisiera admitirlo, le intrigaba un poco el chico.
-¡Es como si fuera un hijo del sol! – hablaba Falan emocionada –su cabello y ojos dorados, así como esa actitud que refleja alegría, ¡Es simplemente encantador! Por lo que no te debes de preocupar Sheba – tomo de los hombros a la mencionada y le observo con seriedad – te aseguro que tendrás unos adorables nietos.
-¡Falan, eso es imposible! – la reina parecía avergonzada por las palabras de su amiga, sin embargo, esta no paro y siguió diciendo que debía prepararse porque en cualquier momento podría convertirse en abuela.
El rey pensó por unos minutos en eso, no en los nietos obviamente, si no en que el chico de verdad llamaba la atención, no solo físicamente, si no que tenía un aura que parecía atraer a las personas hacia él, pero no para seguirlo, sino más bien para estar a su lado. Era un poco extraño lo admitía, pero por lo mientras mantendría esos pensamientos en su mente. Sheba se podía poner bastante paranoica a veces.
Siguió observando como todos seguían molestando a Sheba y a Ugo, quien parecía a penas haber captado la situación de la que hablaban; pero su mirada se detuvo en Ithnan, su amigo se mantenía serio y un poco alejado. Eso le pareció raro, el parecía de los más emocionados cuando se bromeaba respecto a que Aladdin tuviera pareja.
¿O acaso era por la forma en que su hijo lo alejo del chico? Esperaba que no. Pero ya lo hablaría a solas con él, con más calma. Aun había muchas cosas que arreglar, además de que tenían que ir a ver a su hijo. Esperaba que al menos el chico hubiera guardado sus regalos adecuadamente.
-Por cierto Arba – llamo ahora de forma más seria, ahora que pensaba en eso, había un regalo del cual estaba algo "inconforme" – Pensé que al menos me dirías cuando quisieras entregar el bastón de David.
Todos quedaron en silencio y observaron a la mujer, un poco nerviosos. Era cierto que nadie esperaba que su amiga le diera un objeto tan importante al príncipe. Sin embargo, la mujer no parecía nerviosa por el cuestionamiento.
-¿He actuado mal? – pregunto la castaña
-Pensé que tú eras la más renuente de entregar ese bastón a alguien, tanto que ni siquiera me dejabas a mi o a Ugo acercarnos mucho a él– contesto sin dar una respuesta directa.
-Es por esa razón que he decidido entregárselo al príncipe – hablo de forma firme – He visto las investigaciones que usted y Ugo han realizado, y estoy bastante segura de que querrán usar ese bastón en algún punto.-decía mientras observaba de Ugo hacia Solomon - Llegado a ese momento estoy segura de que no les importara que yo lo tenga resguardado
-¿y crees que si el bastón está en manos de mi hijo no lo tocare?
Sheba noto inmediatamente la molestia de Solomon; observo a Arba para decirle que parara, pero noto que la mujer tenía una mirada retadora. No se dejaría amedrentar por el rey, lo que había hecho era lo que ella creía correcto.
-No es que no lo pueda tocar- contesto – es que el príncipe no se lo permitirá – hablo con seguridad.
-¿Qué te hace pensar eso Arba? – el rey nivelo un poco más su tono, sin embargo aún se sentía cierto enfado en su voz. - ¿Por qué crees que mi hijo es menos peligroso que yo, con ese bastón? Recuerda que el también nació con una enorme curiosidad por el mundo y la magia.
La voz del rey sonaba también con una pequeña pizca de sarcasmo. Ninguno de sus amigos sabía que decir, incluso si sabían que Solomon era su Rey, la única que parecía poder enfrentarlo cara a cara sin intimidarse parecía ser Arba. Y lo estaba demostrando, ya que vieron que después del cuestionamiento del rey, esta dibujo una pequeña sonrisa en su rostro.
-Es cierto que el nació con la misma curiosidad que usted posee, de hecho, son tan parecidos que a veces simplemente no puedo evitar verlo a usted cuando tenía su edad. – Dijo con nostalgia – sin embargo – volvió a hablar con seguridad – el príncipe también posee un enorme amor por los seres vivos, un amor que resalta mucho más que el suyo.
Todos quedaron sorprendidos por las palabras de la mujer.
-Hoy lo pude comprobar al ver la manera en que protegía a su novio. El comienza a tener personas a las que quiere cuidar y no quiere perder. Sabe que necesita poder para eso, pero también conoce los límites y no está dispuesto a perder a sus seres amados por una pizca de conocimiento. No, puede que el incluso encuentre otras manera de obtener ese conocimiento, no se ira simplemente por la opción más obvia. Yo sé que él no usara ese bastón, porque sabe que maneja un poder que una vez doblego al mundo. – ahora la mirada de Arba se volvió dura y fría – Yo siempre he admirado su sed de conocimiento, ese fue el comienzo de la caída del viejo David, sin embargo, estoy segura que a pesar de lo que tiene, usted no dudaría en abandonar a su familia y su reino con tal de entender la magia que manejaba David. A usted solo le interesan los resultados, y no le importa lo que pueda perder en el proceso de obtenerlos.
Las palabras de la mujer fueron firmes y filosas, como armas que fueron directas al rey y que no estaba dispuesta a retirar. Incluso los amigos de Solomon lo notaron, la mujer hablo con una seguridad que parecía hacer que el Rey no pudiera negar sus palabras.
Los ojos de Arba y el Rey no dejaban de mirarse, la tensión parecía poder romperse con un cuchillo, y nadie sabía que debían decir para que ambos adultos se calmaran.
-Arba, por favor, no hables de lo que no sabes
La voz tranquila pero firme de la reina hizo que ambos adultos rompieran el contacto visual y ambos observaran a la peli rosa.
La reina camino y se colocó enfrente de su amiga.
-Arba, yo sé que temes al poder que el viejo David manejaba, de hecho, - su vista viajo de sus amigos al rey – a todos nosotros aun nos infunde temor. Pero estoy segura de que tanto tú, como el rey y todos los que estamos aquí presentes sabemos todo lo que se tuvo que sufrir para derrotarlo. – Su mirada cambio a una de impotencia – por eso, no hables como si Solomon simplemente pudiera desechar todo eso.
La castaña se sorprendió por las palabras de su Reina, pero se dio cuenta de lo incomoda que estaba resultando esa platica para los demás presentes, por lo que bajo la mirada con tristeza por unos segundos y después la alzo para ver a su Rey, se hinco en el suelo mientras hacia una reverencia en señal de disculpa.
-Lamento mis palabras Rey Solomon –hablo la mujer con vergüenza – pero yo… de verdad creo que el bastón de David debe de ser cuidado ahora por el príncipe Aladdin.
Todos, incluida la reina, observaron a Solomon para saber su respuesta. No deseaban que esa noche terminara con una rencilla entre dos buenos amigos. Y estaban seguros de que el Rey y Arba tampoco lo deseaban.
Solomon los observo a todos y se dio cuenta de que se había comportado un poco infantil, sin embargo, era un hecho que sus palabras y las de Arba reflejaban lo que de verdad pensaban.
Suspiro con resignación.
-Discúlpame a mi Arba, yo siempre te he pedido que me mantengas con los pies en la tierra y me señales mis errores. Tú no has dejado de hacerlo, por lo que no debí de haber dudado de tus acciones – término con una sonrisa.
La mujer se alegró de que sus acciones y palabras le llegaran a su Rey, por lo que sonrió y el resto de los presentes suspiro con tranquilidad.
Solomon observo como Sheba ayudaba a la castaña a levantarse mientras le decía que por ahora solo debían de preocuparse por que Aladdin no arruinara su recién "descubierto" noviazgo. Sin duda esa mujer era maravillosa, siempre tan leal y con un inmenso amor para entregarle.
"A usted solo le interesan los resultados, y no le importa lo que pueda perder en el proceso de obtenerlos"
Las palabras de Arba no dejaban de repetirse en cabeza, y al observar a su esposa lo supo: él no se merecía a una mujer tan increíble como ella.
-Bueno, vamos a hacerle un poco de compañía al príncipe. – dijo mientras tomaba a su esposa por el brazo mientras se dirigían a la salida del cuarto
No quería pensar en cosas complejas por esa noche.
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Aladdin se encontraba sentado cerca de la cama en la que Alibaba descansaba, en el mismo cuarto se encontraba su hermano Tess. El mayor se sentía responsable por la condición del rubio, por lo que se había empecinado a ayudar a su hermanito en lo que necesitara.
Según le habían dicho los médicos, el chico no había sufrido más que una recaída de su resfriado, pero que no era nada de gravedad, fue simplemente por el cambio brusco de temperatura que había sufrido el chico al estar tan cerca del fuego.
-Deberías descansar Aladdin, oíste al médico, dijo que era probable que no despertara hasta la mañana – hablo Tess, mientras soltaba un bostezo.
-Lo sé – dijo un poco serio – pero me quedare hasta que despierte, necesita un buen regaño por su imprudencia.
Y es que, por más feliz que estuviera porque su amigo había llegado a su cumpleaños, realmente se había preocupado cuando vio que el chico se desmayó. Por su mente pasaron mil pensamientos, cada uno más terrible que el anterior, por lo que lo regañaría por haberlo preocupado tanto.
Tess lo observo por unos segundos y después se puso a reír a carcajadas, cosa que descoloco un poco al príncipe.
-¿de qué te ríes? – dijo un poco ofendido. Sin embargo, su hermano no dejo de reír.
-Aladdin, no puedes enojarte de que haya querido sorprenderte.
-¡Pero descuido su salud! – Hablo con preocupación - ¿y qué hubiera pasado si resultaba ser algo mucho más grave?
-Pero no lo fue – respondió Tess con tranquilidad – Además, oíste lo que dijo la tía Leraje y el tío Astaroth ¿no? El chico realmente quería sorprenderte.
El príncipe se quedó sin palabras, ya que era cierto. Después de que su amigo fue llevado a una habitación para ser atendido, los dos líderes se acercaron a él para preguntarle por el estado de su amigo. Después de que se les informo lo que había dicho el médico, ambos se mostraron un poco preocupados. Si bien no le extrañaba de su tía Leraje, ya que parecía haber congeniado muy bien con su amigo; si le sorprendió la reacción de Astaroth, quien incluso parecía un poco apenado.
"Me disculpo príncipe, de haber sabido que el chico se había enfermado, no hubiera realizado la magia de fuego a esa distancia de él. Le ruego que no se enoje con el chico, el me pidió ayuda para su acto y me pareció buena idea el uso de magia".
Aun recordaba las palabras de su tío Astaroth y admitía que realmente le había sorprendido saber la participación de este en el acto de su amigo, pero al menos ahora sabía que fue lo que había hecho Alibaba cuando se desapareció de la habitación por todo un día. Era increíble pensar que le había pedido eso al líder, pero era aún más increíble pensar que Astaroth había aceptado.
Su amigo estaba lleno de sorpresas.
"Alibaba-chan me pidió que le aconsejara el tipo de historia que le gustaría escuchar al príncipe durante su celebración. Parecía realmente preocupado por el asunto, por lo que yo le recomendé que contara una historia que significara algo especial para él".
Y así, también se había enterado por su tía Leraje, que Alibaba parecía estar dispuesto desde el principio a darle una función. Realmente se sorprendió de no haberlo notado. Sin embargo, si mal no recordaba, Tess le había dicho que la función de Alibaba era su regalo ¿cierto?
-Oye Tess – le llamo – Los tíos me dijeron que Alibaba-kun estaba preparando su regalo, pero, ¿no me habías dicho que fuiste tú quien contacto con él para que pudiera hacer su función? – pregunto con verdadera confusión
-Si. Cuando te fuiste de viaje para invitar a los líderes, comencé a buscar algo que te pudiera sorprender, y en el pueblo fue que me hablaron de Alibaba-kun, sin embargo, cuando le fui a buscar, note que no estaba en su casa y algunos mercaderes me dijeron que lo habían visto salir de viaje, por lo que fui a su casa casi todos los días para ver si regresaba. Justo cuando me daba por vencido, me dijeron que lo habían visto regresar y fue cuando fui a verlo. Le pregunte si quería hacer un acto en el castillo y el me respondió inmediatamente que si – Tess se quedó un momento pensativo – Supongo que mi inesperada proposición, facilitaba más las cosas para su regalo hacia ti. –Sonrió de forma picara – El chico de verdad quería hacer algo muy especial para ti.
El tono de voz de su hermano lo avergonzó un poco. Sabía lo que su hermano estaba pensando respecto a su amigo, de hecho, sabía lo que probablemente TODA Alma Torán pensaba sobre Alibaba-kun, y es que el simplemente entro en pánico cuando vio cómo su amigo caía desmayado. Por lo que sí, sabía que había hecho toda una "escena" cuando fue a ayudar a su amigo.
Si bien quería arreglar los rumores respecto a su supuesta "novia", se dio cuenta que ahora sería imposible, ya que no solo fueron sus padres, tíos y líderes los que lo vieron. ¡Fue todo el reino! Por lo que ahora debía de estar preparado para las bromas de sus tíos y los otros líderes. Esperaba que al menos no hicieran mucho revuelo por el asunto.
Ya se había dado cuenta que su hermano le quería preguntar mil cosas al respecto, pero al menos a el podía solo ignorarlo. Pero sabía que con sus tíos o mucho peor, sus padres, no serían tan fáciles de evadir.
Bueno, ya pensaría eso en su momento.
-Por cierto –hablo Aladdin tratando de cambiar el tema – dijiste que lo fuiste a ver cuándo te dijeron que ya había regresado – Tess asintió - ¿Qué no te diste cuenta que estaba enfermo?- y es que a veces su hermano era un poco irresponsable.
-La primera vez si lo vi en la cama, pero él me dijo que no era nada grave – refunfuño – además, el resto de los días que fui, él ya se notaba bastante bien, por lo que no me preocupe y como el también se veía bastante emocionado, creí que en verdad no era nada lo que tenía.
-Espera. ¿Cuántos días fuiste a verlo?
Tess tomo su mentón de forma pensativa.
-Bueno, pues toda la semana.
-¡¿Y cómo es que yo no me di cuenta en absoluto?! ¡Yo estuve con el toda la semana! - ¿Cómo no se había dado cuenta de que alguien más lo había ido a visitar?
-Awww, lo estuviste cuidando toda la semana – respondió su hermano de forma melosa mientras lo abrazaba – Eres un buen novio Aladdin. Pero no te preocupes, mis visitas no eran para cortejar a Alibaba-kun
Sus palabras hicieron que el príncipe se sonrojara y se avergonzara mucho más. Él sabía que las cosas no eran como Tess las pensaba, pero de alguna manera, la idea de él y Alibaba "juntos", le provocaba una extraña emoción que no quería enfrentar en ese momento.
-¡No es así! – Trato de discutir aun sonrojado - ¡No cambies el tema! ¿¡Cómo es que no me di cuenta de tus visitas?! – siguió gritando mientras su hermano reía.
-Porque él iba por las noches.
Una tercera voz, sorprendió a los dos chicos, quienes giraron rápidamente a observar la cama, en donde el rubio se sentaba despacio.
-¡Alibaba-kun! – Hablo Aladdin emocionado - ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres comer algo?
-N-no Príncipe, estoy bien- respondió un poco avergonzado el rubio – pero… - observo el lugar y después a los dos chicos que estaban con él. - ¿Dónde me encuentro?
-Estas en el palacio – respondió Tess rápidamente – parece ser que tuviste una recaída por la magia de fuego que estuvo cerca de ti, pero no te preocupes, el medico dijo que solo debías de descansar y estarás bien.
-Oh ya veo – hablo apenado y después miro a Aladdin – lamento mucho los problemas.
-Alibaba-kun – el príncipe le llamo – si he de ser sincero, si estaba enojado porque te hayas expuesto cuando apenas estabas recuperándote, y aunque Tess, Leraje y Astaroth ya me contaron como ocurrieron las cosas; tus acciones siguen siendo irresponsables.
El rubio bajo la mirada con tristeza y Tess pensó que su hermano estaba siendo un poco duro.
-Pero… - se acercó más a Alibaba – La verdad es que estaba muy feliz de saber que te habías esforzado tanto por mí. Gracias Alibaba-kun.
El príncipe le sonrió a su amigo con dulzura y el rubio se contagió por el gesto. Si Aladdin era sincero consigo mismo, ese día, el simplemente se sentía de terrible humor de pensar que su amigo no estaría celebrando con él, pero cuando lo vio aparecer en el escenario, sintió una enorme felicidad. Por lo que en realidad estaba muy agradecido por los actos de su amigo.
El carraspeo exagerado de Tess saco a Aladdin de su ensoñación y ahora ambos voltearon a ver al mayor, quien se notaba un poco avergonzado.
-Si quieren puedo irme – hablo con un imperceptible sonrojo.
-¡Tess!- comenzó a regañar el peli azul, en realidad sería bastante incomodo si su hermano dijera alguna broma respecto a él y Alibaba. Principalmente porque Alibaba no estaba al tanto de los rumores.
Para su buena o mala suerte, la puerta se abrió de golpe.
-¡¿Qué pasa aquí?! ¡Huelo un ambiente sospechosamente romántico!
Esa era su bella y maravillosa madre, la reina parecía un poco alterada e hizo una inspección rápida del lugar con la vista. Aladdin creía que a esas alturas de la noche (o la madrugada) sus padres ya estarían dormidos, pero parecía que tal y como lo había temido, sus padres venían a interrogarlo.
Y la sonrisa burlona de su padre no auguraba nada bueno
-Cálmate Sheba, molestaras al invitado – le regaño Solomon.
La peli rosa pareció darse cuenta de su desplante y rápidamente pidió disculpas, mientras su esposo reía con burla; para después encaminarse en dirección a la cama
-Lamento la escena, nosotros somos los padres de Aladdin y esperamos que ya te encuentres mejor – se dirigió el rey hacia el chico que estaba acostado.
-¿eh? – Dijo confundido – digo, ¡Si, me encuentro mejor! ¡Lamento las molestias!
Aladdin noto que su amigo se veía bastante nervioso, ¿sería por sus padres? bueno, después de todo estaba frente a los reyes de Alma Toran. Aunque no parecía nada avergonzado cuando veía a los líderes de las tribus
-Puedes quedarte aquí hasta que te sientas mejor – hablo más calmada la pelirosa.
-Muchas gracias – contesto rápidamente el rubio – realmente lamento las molestias – el chico aun parecía nervioso - ¡Por cierto, no me he presentado! ¡Mi nombre es Alibaba!
Sinceramente, el príncipe encontraba divertida la actitud de Alibaba, se notaba realmente nervioso y avergonzado. Era nuevo ver ese tipo de comportamiento, siempre parecía tan tranquilo o sereno.
-Nosotros somos los padres de Aladdin – respondió Sheba con una sonrisa. – mi nombre es Sheba y el – señalo a su esposo – es Solomon, somos los reyes de Alma Toran.
La mirada del rubio era de vergüenza absoluta, probablemente no pensaba que se fuera a encontrar cara a cara con los gobernantes de aquel reino, al menos eso pensó Aladdin.
-Me gustó mucho el cuento que contaste Alibaba-kun – hablo la reina – me conmovió mucho la historia, aparte de que su mensaje de amistad y superación es muy bello.
Hasta ese momento, pese a que ya lo había nombrado su tía Leraje; Aladdin por fin se puso a pensar en la historia que había contado su amigo. Sin duda era una historia bonita e inspiradora, pero cruel en muchos sentidos. De hecho, recordaba que al principio se sintió un poco incómodo de que tocara el tema de esclavitud, y más aún, ¡Esclavitud entre humanos!
La sola idea de esclavitud entre la gente de una misma especie le parecía bastante siniestra.
-Gracias, en realidad es una historia que significa mucho para mí – dijo Alibaba con un rostro que reflejaba una gran nostalgia.
Aladdin recordó lo que le dijo su tía, ¿Por qué era tan importante esa historia para él? ¿Acaso había conocido a alguien en ese tipo de situación? Sinceramente lo dudaba.
-Dime Alibaba-kun – esta vez, fue el rey quien hablo. - ¿Conoces a los Fanalis?
La pregunto sorprendió a todos.
-¿Fanalis? – pregunto Aladdin.
-¡Claro! –Entendió rápidamente Tess – las habilidades de la chica que describiste, coinciden mucho con los de la raza Fanalis, excepto que ellos no son humanos – término un poco pensativo.
Aladdin haba escuchado hablar de esa raza antes, sin embargo sabía que Vivian demasiado alejados de las demás tribus, eran de un origen casi ancestral, igual que la madre Dragón. Eran los poderosos Leones rojos, según tenía entendido, eran tan fuertes, que ni siquiera su tía Arba (la mujer más fuerte en Alma Toran) se atrevía a enfrentarse a uno de ellos sola.
-Yo… - Aladdin noto un poco de duda en su amigo – solo he escuchado algunas historias y leyendas de esa raza, pero no, jamás he tenido el placer de poder verlos en persona.
-Ya veo – sonrió el Rey.
¿Qué esperaba su padre preguntando eso? Aladdin no lo entendía.
-Bueno, solo venimos a ver que te encontraras mejor- dijo nuevamente la reina – por lo que por ahora ya nos retiramos, espero que podamos hablar mañana en el desayuno.
-¡Cla-claro! – Dijo nuevamente avergonzado – gracias por todo lo que hicieron por mí.
-¡No te preocupes! – Sonrió la reina mientras ponía un brazo en el hombro de su hijo - ¡Además, es lo menos que podíamos hacer por el no-
-¡Mama! – Grito el príncipe, mientras tapaba la boca de su madre para que no dijera alguna imprudencia - ¡Creo que ya es hora de que se vayan! – comenzó a empujar a sus padres hacia la salida del cuarto.
-¡Tu también te vas jovencito! –Reclamo su madre sin detener su camino a la puerta – ¡ni creas que permitiré que te pongas romántico con Alibaba-kun tan débil!
-¡Madre!
Ahora la vergüenza del príncipe había pintado su cara completamente de rojo. Por suerte Alibaba no se enteraba de nada, ya que solo ladeo la cabeza en señal de confusión. Mientras Tess y el rey trataban de ahogar sus risas
-¡Esta bien, está bien! ¡Yo también me iré! – dijo, llegando finalmente a la puerta, pero al abrirla noto como varios cuerpos caían tras ella.
-¿Mamá? ¿Papá? – pregunto Tess a sus padres que se encontraban tirados en el suelo
-Hola Tess, ya ve a dormir – contesto Falan con una sonrisa inocente.
Encima de los padres del peli naranja, se encontraban también Seta, Ithnan, Arba y Ugo. Para el príncipe fue más que obvio lo que hacían, pero por el bien de su salud mental, simplemente los sacaría del cuarto de Alibaba-kun.
-Creo que es hora de que TODOS nos vayamos a dormir ¿cierto, tíos? –pronuncio en un tono de voz siniestro
Todos se levantaron entre risas y después de presentarse de forma general con el rubio, todos empezaron a retirarse, deseándole buena noche.
-Lamento eso Alibaba-kun – decía todavía apenado el príncipe – mañana hablaremos con calma ¿está bien? – le sonrió.
Sin embargo, noto que su amigo no le había prestado atención, el chico observaba la puerta por donde estaban saliendo, y al seguir la mirada de su amigo, noto que de hecho estaba viendo a su padre, quien estaba a un lado de la puerta y se burlaba de sus amigos que salían regañados por Sheba por haberlos espiado.
La mirada de su amigo era extraña, una extraña mezcla de ansiedad y emoción.
-¿Alibaba-kun? – le hablo más fuerte
-¡¿eh?! – Se sorprendió el rubio – Lo siento Aladdin, creo que aún me encuentro muy cansado – respondió nerviosamente, mientras ya todos habían salido.
-No te preocupes, te decía que mañana podíamos hablar con calma.
-Si – le sonrió alegre – Buena noche Aladdin.
-Buena noche Alibaba-kun.
Se dirigió a la puerta y antes de salir, su amigo volvió a llamarlo. El príncipe lo observo.
-Feliz cumpleaños Aladdin – le sonrió su amigo con dulzura.
Y Aladdin sintió como si esa felicitación, era todo lo que necesitaba para que ese caótico cumpleaños haya valido la pena.
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A pesar de que se sentía demasiado cansado después de lo que había pasado el día anterior, no pudo dormir mucho, fue la primera persona que se levantó y estaba seguro que ese día, el 90% de las personas en el reino se despertarían bastante tarde.
Se vistió y se dirigió al cuarto de su amigo, solamente se asomó para ver si es que no se le había ocurrido escapar, pero por suerte no fue así, su amigo descansaba con tranquilidad. Eso lo calmo bastante. Se alejó del cuarto y se dirigió ahora al despacho de su padre, sabía que probablemente el rey seguiría durmiendo, pero había decidido esperarlo, aún tenía una conversación pendiente con su padre que no podía ser postergada.
Tenía que decirle a su padre la conclusión a la que había llegado después de hablar con su tío Belial.
-Que madrugador hijo
La voz de su padre lo sorprendió, no esperaba verlo levantado tan temprano.
-Lo mismo digo – le sonrió.
-Bueno, yo no madrugue hijo, de hecho yo no dormí – dijo mientras soltaba un gran bostezo.
Eso sorprendió a Aladdin. Juraría que su padre era el más interesado en poder dormir y descansar después de una agotadora semana planeando una fiesta.
-Ser rey es difícil, siempre hay algo que se debe resolver – dijo ante la cara de sorpresa de su hijo.
Aladdin vio como su padre se sentaba en un enorme almohadón que su madre había dejado porque "era lindo", y aunque al rey le molestaba no lo había quitado, porque de hecho se acostaba en el cuándo estaba demasiado cansado.
-¿Qué se te ofrece hijo? – le cuestiono su padre cuando se había acomodado.
El príncipe se preguntó si era buen momento, después de todo, su padre estaba cansado y no sabía si le pondría atención. Pero, lo que tenía que decirle no podía esperar más. Esperaba que su padre notara la seriedad del asunto.
-Padre – hablo con seriedad – durante mi viaje para invitar a los líderes de las tribus, mi tía Leraje y el tío Belial me comentaron a cerca de lo ocurrido en la falla continental. – lo mejor era ser directo
Toda la atención del rey se centró por completo en su hijo. Incluso se levantó del almohadón y se sentó en una silla, invitando a Aladdin a que hiciera lo mismo, quedando frente a él.
-Supongo que debes de tener muchas preguntas al respecto, y probablemente algunas quejas.
Aladdin suspiro.
-Si soy sincero, después de que me lo conto la tía Leraje, me encontraba muy enojado porque no me hubieran tenido la suficiente confianza para contármelo – dijo bajando un poco la mirada – pero después comprendí que probablemente no lo hicieron con mala intención. Por ahora no te cuestionare tus decisiones padre, porque de hecho el tío Belial me dijo que gran parte de la información ha quedado oculta para muchos líderes, incluso para mi madre.
El rey asintió, no creyó que Belial fuera a contarle tanto, pero al menos eso le ahorraba explicaciones.
-Supongo que también te conto acerca de la última batalla de David.
Aladdin asintió, era de hecho todo lo que había pasado en la última batalla con su abuelo que podía comprenderse porque su padre y Ugo estaban preocupados al respecto de lo que había pasado en la Falla Continental.
-¿y que preguntas tienes al respecto? – cuestiono el rey.
Aladdin bajo la mirada recordando la conclusión a la que había llegado con Belial.
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-¡Ustedes creen que ese poder que no fue usado en la catedral, ha sido usado para lo que sea que haya ocurrido en la Falla continental! – exclamo sorprendido el príncipe.
-Así es – asintió el líder – porque el sistema era parecido al que se encontró en la Catedral.
-¿Era de magia defensiva?
-Sí, pero de acuerdo a Lord Ugo, tenía unas anomalías que eran difíciles de entender, ya que dentro del mismo sistema había hilados otros, por lo que en realidad eran pequeños sistemas que al final habían formado uno más grande.
El principio se confundió, eso era posible, sin duda alguna, pero ¿porque hacer algo tan complicado?
-¿y ese sistema simplemente apareció de repente?
-Eso es lo más extraño príncipe – hablo un poco frustrado el líder – De acuerdo a Lord Ugo, es probable que esa magia se encontrara en un plano que nosotros no conocemos, el hablo algo sobre el rukh, pero sinceramente no logre entenderlo del todo. Aun así, dijo que para que ese sistema haya llegado a este plano, algo debió de ocurrir, un tipo de magia demasiado poderosa provoco que ese sistema llegara a este plano.
Las cosas se complicaban demasiado, ¿era posible que algo así ocurriera? El había leído con anterioridad parte del trabajo de su Tío Ugo respecto al Rukh, sin embargo, había muchas cosas que no quedaban del todo claro.
Pero algo se hacía obvio. Su padre y Ugo probablemente no le darían más respuestas de las que Belial le había dado, principalmente porque ellos tampoco supieran por dónde empezar.
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-Padre, es cierto que tengo dudas – alzo la mirada el príncipe- pero en vez de hacértelas, quiero pedir tu permiso para que yo pueda resolverlas.
-¿no confías en que nosotros podamos resolverlo?
-No he dicho eso – dijo Aladdin sin mostrarse intranquilo – pero siento que hay cosas que talvez no notaron, incluso ahora no tienen mucha libertad para hacerlo ya que no quieren preocupar a los tíos o a mi madre, sin embargo, yo sí puedo ir e investigar.
Solomon sonrió, sin duda su hijo era sorprendente.
-Bien, ¿A dónde irías a investigar primero?
-Quiero ir a la catedral.
El rey se quedó en silencio por unos minutos, el príncipe sintió que su padre le negaría el permiso, después de todo, la ciudad de la Catedral se había convertido en una tierra prohibida.
-¿Por qué me pides permiso? –El príncipe le miro confundido – quiero decir, pudiste simplemente haber hecho alguno de tus viajes y de ahí ir a donde tu quisieras para poder investigar.
Aladdin se sintió un poco confundido, el también lo había pensado en algún momento, mientras estaba con Belial, pero desecho la idea rápidamente.
-Porque no quiero hacer esto como si fuera un reto hacia ti.
Esta vez Solomon no pudo evitar mostrarse asombrado.
-Como dije, estaba molesto porque no me hubiesen contado algo tan importante, pero eso no quiere decir que vaya a tomar actitudes que reten tu autoridad como si yo quisiera demostrar un punto. Cuando la tía Arba me dio el bastón de David, me di cuenta de que tengo que empezar a tomar responsabilidades de mis acciones.
El rey sonrió, no esperaba que el regalo de Arba encendiera esos sentimientos en su hijo, pero se dio cuenta que su amiga había tenido razón.
-Está bien, pero toma en cuenta que nos tienes que reportar TODO lo que encuentres así como tus conclusiones.
Aladdin se sintió feliz por esas palabras.
-¡Por supuesto que si padre!
-Aparte, yo confió en ti y en tu criterio Aladdin, por lo que si quieres contárselo a alguien estas en todo tu derecho, pero por favor se consciente de las consecuencias que puede traer este hecho.
El peli azul lo entendía, si su padre no se lo había dicho a su madre o a sus tíos, era porque el sospechaba que ellos no tomarían tan bien la noticia. Sin embargo, el probablemente ya hubiera roto un poco esa regla.
-Lo siento padre – hablo apenado – pero yo… le conté esto a Alibaba-kun – su padre le miro incrédulo - ¡Lo siento mucho, pero fue después de que hable con la tía Leraje! Yo… me sentía muy mal de que no me lo hubieras contado. Alibaba-kun se dio cuenta de que no estaba bien y me cuestiono… él fue quien me hizo darme cuenta de que no estaba reaccionando adecuadamente a la situación. – respondió avergonzado
Su padre lo observo atónito durante un rato, pero después comenzó a reír.
-Está bien hijo, ese chico parece que sabrá darte un buen golpe cuando lo necesites – decía aun entre risas.
Aladdin no sabía si sentirse ofendido porque era la segunda vez que escuchaba eso.
-No te preocupes hijo – dijo el rey mientras volvía a acomodarse en el almohadón – de hecho creo que lo mejor es que lo lleves contigo a la catedral y lo mantengas cerca de ti mientras dure todo este asunto –hablo de forma misteriosa
-¿eh? ¿Por qué? – pregunto confundido.
El rey lo observo con seriedad pero después lo miro de forma burlona.
-Porque si lo descuidas mucho mientras haces tu viaje, tu chico puede sentirse olvidado y lo pondrás MUY triste.
Las risas del rey se hicieron más fuertes mientras el príncipe Aladdin salía indignado del despacho de su padre con un ligero tinte rojo en sus mejillas. Claro que llevaría a Alibaba-kun con él, ¡pero no era por las razones que su padre creía!
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En el capítulo hubo poca interacción Aladdin- Alibaba, pero no se preocupen, ya vendrá en el siguiente capítulo, a parte, este capítulo era importante para tocar puntos que necesitaban ser tocados.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
SALUDITOS : )