Adrien se encontraba en los vestidores, cambiándose la ropa de esgrima por la que traía puesta antes de que comenzara las practicas. Al bajarse el cierre de su traje y dejar su pecho como su espalda descubierta. Un compañero ve marchas de uñas en su espalda y decide argumentar.
— Wow —Exclamó un compañero de esgrima— Tu novia debe ser una fiera en la cama —Dijo haciendo un gesto con las manos como si tuviera garras.
Adrien al darse cuenta de lo que refería. Sonrió:" Y eso que me dice que yo soy el "gato" de la relación"
El muchacho arqueo una ceja en señal de que no entendía a que se refería. Adrien hizo un gesto con la mano restándole importancia.
— Nada, nada, olvídalo —Alegó— Sabes, te sorprenderías al verla, ya que ella da una aire de una muchacha inocente y tímida. Lo es, pero...
El muchacho al ver como se detiene mientras le comienzan a sus ojos a brillar, notándose perdidamente enamorado por su novia, se termina de cambiar y se despide.
Al rato, el modelo se va también. Notando que a la salida, su linda novia lo esperaba con una bolsa trayéndole postres.
— Siempre tan dulce —Le dijo tomándole de la cintura y plantándole un suave beso en los labios.
Por otro lado, el compañero de Adrien se encontraba a unos metros de ellos, ya que al salir de la institución se quedo entretenido hablando con sus amigos y mientras dirigía miradas hacia ellos, ya empezaba a comprender eso de que Adrien era el "gato" de la relación. Porque al verlo tomar de la cintura a su novia mientras miraba a su alrededor con una ligera amenaza a quien mire con ojos lascivos a la chica. Quedaba claro que el modelo parecía marcar su territorio.
Como un gato.