PRÓLOGO
Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de mi completa autoría.
Había pasado una semana desde que Charles Albert Swan falleciera después de una larga convalecencia a consecuencia de un infarto del que no pudo recuperarse. En ese momento, su hijo mayor, Charlie se encontraba en el despacho del rancho Swan acompañado del abogado de su padre, John Summers, donde acababade finalizar la lectura del testamento. Se levantó para estrechar la mano del abogado cuando este le interrumpió:
—Un momento Charlie. —Dijo Summers mientras le tendía un sobre pequeño blanco acompañado de otro más grande de color amarillo y lacrado—. Tu padre me pidió que una vez que se finalizara con la lectura del testamento te hiciera entrega de esto, que leyeras primero el sobre blanco y después el amarillo, hizo especial hincapie en eso.
—¿Que es? —Preguntó intrigado puesto que ya se había hecho mención a todas las propiedades— Creí que ya estaba todo.
—No lo sé, tu padre me lo entregó en el despacho hace un tiempo y lo único que me dijo fue que te lo debería dar una vezque hubiera finalizado la lectura, que era de caracter personal y que una vez que estos sobres estuvieran en tus manos habría finalizado todo.
—Muchas gracias John —Dijo Charlie mientras estrechaba su mano y lo acompañaba a la puerta— Por todo, ya sabes que mi padre te tenía un gran aprecio.
—Lo sé, y yo a él. —Respondió melancolicamente— Era un buen hombre—. Se miraron y sumieron en un silencio apacible recordando al difunto Charles— te dejo, ya sabes, si tienes cualquier duda al respecto de las propiedades o cualquier otro asunto no dudes en llamarme.
—Lo haré, no te preocupes, que tengas un buen día. —Se despidió del licencido y se acercó al escritorio, donde su padre guardaba una botella de Coñac y un vaso, se sirvió una copa y tomando asiento se dispuso a leer el contenido de aquellos sobres— Veamos.
«Querido hijo:
Espero que cuando termines de leer esta carta no me odies. Quiero que sepas que todo lo que he hecho en esta vida ha sido pensando en tu felicidad, o al menos eso creía.
Conocer a tu madre fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Ella lo era todo para mí, mi vida, la razón para despertarme cada día, ver su sonrisa, escuchar sus ocurrencias, sus divagaciones... lo era todo hasta que llegasteis vosotros y completasteis mi felicidad.
Siempre fuisteis diferentes, desde pequeños, incluso vuestro nacimiento no tuvo nada que ver el uno con el otro. Recuerdo que cuando tu naciste todo fue tan rápido, cuando nos quisimos dar cuenta tu madre te acunaba en sus brazos, sin embargo, Bill dio problemas desde el principio. Un parto largo, con complicaciones, tan duró que pensamos que tu madre no sobreviviría, pero lo hizo, se recuperó y después de unas duras semanas en el hospital pudimos volver a casa para seguir disfrutando de nuestras vidas.
Recuerdo vuestra infancia con una inmensa sonrisa en la cara, momentos de los cuatro juntos, juegos y vivencias llenas de buenos momentos, días y semanas que dieron paso a vuestra adolescencia y a ese fatídico día en el que tu madre nos dejó. Su muerte nos marcó a todos, pero en especial a tu hermano, de hecho, creo que en ese momento fue cuando todo cambió. La tristeza nos embargó a todos, tú poco apoco te fuiste recuperando ,pero Bill se volvió más taciturno que de costumbre. Ninguno de los dos recuperó el brillo en la mirada, hasta que apareció ella: Renné.
En el momento en el que os vi juntos supe que todo iba a cambiar. La mirabas igual que yo miré a tu madre en su día, cuando estabais juntos el mundo desaparecía, erais tan jóvenes, estabais tan enamorados, y yo me alegraba tanto por ti que no supe ver la envidia en los ojos de tu hermano.
Cuando empecé a sospechar de sus sentimientos por Renné lo envié lejos, intente alejarlo lo máximo posible para que no interfiriera en vuestra relación, por eso lo mandé a Phoenix con tu tío, lo alejé de este rancho pensando que esa iba a ser la solución, pero no pensé que cuando volviera iba a cometer la atrocidad que hizo.
Fue en la fiesta de tu vigésimo sexto cumpleaños. La casa estaba a rebosar de gente, la música lo inundaba todo, Renné y tú llevabais toda la noche bailando, sonriendo…, hubo un momento en el que desapareciste y vi como ella salía al jardín, hasta ahí no había nada extraño, lo que me llamó la atención fue el hecho de que Bill la siguiera. Esperé pensando que solo iban a charlar, imaginando que tu hermano había salido a fumarse un cigarro y buscar algo de conversación, pero cuando pasó más de un cuarto de hora y no regresaron mi preocupación aumentó, crucé las puertas del jardín, pero allí no había nadie, me dirigí hacia las jardineras por si habían decidido sentarse, pero a medida que la música iba atenuándose en mis oídos otros sonidos comenzaron a llegarme.
Al principio pensé que eran imaginaciones mías, pero conforme me acercaba más a los establos los gritos y jadeos eran cada vez más claros. Cuando llegué la imagen que se abría ante mis ojos me llenó de furia, rabia y miedo. Tu hermano estaba medio desnudo intentando forzar a Renné que tenía el vestido desgarrado y el labio partido. Me abalancé sobre él y le separé de golpe de ella, le grité y golpeé y en un acto de cobardía le pedí que se fuera.
Esa pobre muchacha estaba aterrorizada, temblaba como una hoja golpeada por una ventisca; débil, llorosa, asustadiza y yo me aproveché de su debilidad. Sabía que si iba a la policía a acusar a Bill terminaría entre rejas y si te lo contaba a ti, le matarías. Me aproveché de su vulnerabilidad y la chantajeé; le dije que no la creerías, que nadie iba a creer que una joven sola y sin recursos, que todos conocían la posición de Bill, en definitiva, la asusté.
La obligué a marcharse de la ciudad esa misma noche, sin despedirse de ti, con sus pocas pertenencias bajo el brazo, la acompañé a la estación de autobuses y le compre un billete con destino a Washington, mis últimas palabras hacia ella fueron para recordarla que si intentaba ponerse en contacto contigo se arrepentiría toda su vida. Después volví al rancho, encerré a tu hermano en su habitación hasta la primera hora del alba del día siguiente que sería cuando volvería a Phoenix y disimulé ante ti cuando buscaste como un loco a Renné.
Me comporté como un cobarde, como un ser ruin y deplorable, y esa decisión me ha estado atormentado toda mi vida, cada vez que te veía sufrir por su ausencia se me desgarraba el corazón, pero no podía perder a mi familia, no podía permitir que tu hermano fuera a la cárcel por un error. Y así con ese terrible secreto he convivido todos estos años, ese remordimiento de conciencia me ha acompañado cada vez que te miraba a los ojos. Y ahora te preguntarás: ¿Por qué contar todo esto después de tantos años?
Cuando Bill murió en ese terrible accidente hace ocho años intenté saber que fue de ella. Contraté a un detective y después de años de búsqueda sin frutos, hace un año conseguí lo que estaba buscando; averigüé que había sido de Renné Dwayer.
Ojalá pudiera darte buenas noticias, compensar todo el dolor que te he provocado a lo largo de estos veintitrés años, pero no puede ser así: Renné murió, murió hace tres años en Seattle como consecuencia de un duro cáncer. Lo siento tanto hijo, siento tanto volver a ser yo quien vuelva a causarte tanto sufrimiento, pero si te digo esto es porque hay algo más, algo que me llenó de alegría en su momento, una noticia, que espero que compense en algo todo lo que has pasado. Tienes una hija, Charlie, una hija tuya y de Renné, una hija que yo sin saberlo te negué y que espero puedas recuperar con la información que tiene el abogado en un sobre lacrado.
Espero que la puedas recuperar, que al menos puedas disfrutar de tu hija, aunque te hayas perdido sus primeros años. Sé que ahora mismo me odiarás, a mí por ocultártelo, a tu hermano por el vil acto que cometió, pero quiero que sepas que no ha habido ni un solo día en mi vida en el que no me arrepienta de lo que hice, saber que cuando te enteraras me odiarías, que tu madre jamás me lo hubiera perdonado, que por mi egoísmo e insensatez no he podido conocer a mi nieta. Tengo muy claro que lo estaré pagando como Dios crea y ese va a ser mi castigo.
Hijo, una vez más siento todo el daño que te he podido causar, espero que con la información que he podido recabar puedas llenar los días de tu vida de alegría, como te dije al principio de esta carta todo lo hice pensando en tu bien, porque sé que tampoco podrías haber vivido sabiéndote causante de la muerte de tu hermano.
Te quiero, te he querido y siempre te querré, has sido un orgullo de hijo, y estoy seguro de que serás un orgullo de padre.
Perdóname.
Charles Albert Swan.
Lágrimas de dolor, rabia e ira surcaban el rostro de Charlie, la carta estaba arrugada en su mano derecha y en la izquierda apretaba tan fuerte el vaso de coñac que de un momento a otro el cristal podría romperse.
—¡Como pudiste! —Gritó mientras estrellaba el vaso contra la pared y lanzaba contra el suelo todo los papeles que estaban sobre la mesa de roble— ¡Como te atreviste a echarla!, ¡A solapar la fechoría que hizo tu hijo!, ¿Y esperas que te perdone?, ¿Qué no te odie? — vociferó mientras miraba al techo de la habitación y la puerta se abría violentamente dando paso a la señora Cope que entró alertada por los gritos.
—¿Que pasa hijo? —Preguntó asustada la mujer.
—¡Fuera!, ¡Largo de aquí! —Respondió Charlie fuera de si a la que ha sido el ama de llave desde hace años.
—¡Tranquilízate por favor!, Dime que ocurre. —Insistió la mujer.
—¿Que qué ocurre?, ¿Que qué ocurre?, ¡Da gracias a Dios que mi padre está muerto porque si no yo mismo estaría matándolo en este mismo momento!
—¡Hijo por Dios!, no digas eso —Suplicó la mujer acercándose a él e intentando tranquilizarlo.
—¡La encontraré!, ¡Te juro que la voy a encontrar!, ¡Voy a recuperar todo lo que me quitaste!, o al menos lo que me queda.
Aquí inicio mi nueva aventura y espero que me acompañen en ella. He sido lectora en la sombra durante años y esta es la primera historia que me animo a escribir. He revisado y corregido los capítulos, aun así, espero que me disculpéis si hay alguna falta de ortografía.
Agradecería saber vuestras opiniones e impresiones sobre esta historia que ha sido escrita con mucho cariño e ilusión.
El prólogo y el primer capítulo de la historia serán subidos en el mismo día, pero las actualizaciones se realizarán una vez a la semana.
Espero que os guste.
Nos vamos leyendo.
Saludos.