Hola gente linda, gracias por entrar aquí. Primero que todo, quiero agradecer a todas las personas que dedican parte de su tiempo en leer mis historias, a las que me escriben reviews, a las que marcan mis historias o a mí, como favorita o siguiendo, muchas gracias, se los agradezco de corazón.
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Nota del autor:
Respecto a esta nueva publicación, algunas personas ya sabían que iba a publicar algo este fin de semana, pero no es el fic que mencioné que iba a publicar jajajja, es verdad que le falta poco, pero no lo terminé o la inspiración no llegó, pero sí me llegó la inspiración de otra historia que tenía durmiendo. Bienvenidos a este nuevo long fic AU, ShikaTema.
Capítulo dedicado con cariño a todas las personas que me escribieron un reviews en mis dos últimos one-shot: Miros, Roronoa Saki, Lirio-Shikatema, Karma3985, Anabelita N, Marfer Hatake, Fiorelaa91, Coeli Nara, L3onn, Kyrie HawkTem y LinLuLoLi.
Quiero hacer una mención especial a alguien que hace como dos semanas o más, marcó todas mis historias como favoritas y siguiendo. No sabes cómo me alegró despertar, mirar mi teléfono móvil y ver más de 20 mail en el gmail. Gracias, DavidC20OfficialWriter, para ti también va dedicado este capítulo.
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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.
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Lo que siempre nos unirá
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Capítulo 1: Tarde.
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POV Shikamaru.
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Conducía relajadamente mi vehículo con destino a la residencia Uzumaki. Hoy era la fiesta de compromiso de Naruto, el acontecimiento del año. Por fin mi rubio amigo sentaba cabeza y se comprometía con Hinata, después de varios años de noviazgo, y un hijo en camino.
Al llegar al lugar del evento, busqué donde estacionarme, lo que no se me hizo difícil, ya que mi amigo contaba con un gran patio trasero donde se podía aparcar sin ningún problema. Caminé junto a mi esposa en dirección al jardín, lugar donde estaba el festejo. A medida que avanzaba, pude observar a varios de nuestros ex compañeros y amigos; eran los amigos de siempre, así que nos acercamos animadamente a saludarlos.
—¡Shikamaru! —gritó alegremente, el dueño de casa.
Giré sobre mis talones y vi como Hinata y Naruto se acercaban para darnos la bienvenida. Nos saludaron como corresponde, y a su vez, nosotros los felicitamos por la decisión tomada. La pareja nos agradeció muy alegre, y se quedó con nosotros conversando. Unos minutos más tarde, Hinata le dijo a mi esposa si la acompañaba a la cocina, para chequear que todo estuviese funcionando bien. Ambas mujeres se fueron en dirección a la residencia, cuchicheando. Me quedé con mi rubio amigo en silencio, y observé que éste estaba algo extraño, reflejaba una mezcla entre preocupación y nerviosismo.
—¿Te sucede algo Naruto? —pregunté con curiosidad, sonriéndole—, ¿no me digas que te estás arrepintiendo?
—No es eso Shikamaru, dettebayo, lo que pasa es que tenía que contarte algo hace unos días, pero con esto de la fiesta, el cóctel y los invitados, se me olvidó—me respondió incómodo, el rubio—. Quería decírtelo cuando llegaste, pero… pero Tayuya no se despegaba de tu lado.
—Suéltalo, Naruto, ¿qué pasa? —espeté intrigado, mientras metía mi mano derecha en el bolsillo buscando la caja de cigarrillos y el encendedor.
Estaba encendiendo el cigarrillo cuando un gran bullicio se produjo detrás de nosotros, de seguro eran los invitados más esperados, debido al gran revuelo que se formó. Para mi desgracia una de las voces la reconocí de inmediato, la cual caló hondo en mi corazón, trayendo al presente recuerdos que ya creía enterrados, lo que hizo acelerar mis pulsaciones cardiacas a mil, haciendo que por reflejo soltara el cigarrillo de mi boca. Miré a amigo queriendo confirmar lo inevitable, éste al verme tan afectado, sólo asintió.
—Eso era lo que quería contarte, Shikamaru —agregó el rubio muy complicado, luego de una larga pausa, y continuó—. Tuve que invitarlos por insistencia de mi padre. Se suponía que tú ibas a estar fuera de la ciudad por asuntos de negocios, y no ibas a venir. Hace unos días atrás los encontré en casa de mi viejo. Ella no quería aceptar la invitación, pero mi padre insistió tanto, que terminó cediendo, luego que mencioné quienes asistirían y quienes, no. Disculpa amigo, dettebayo.
—No te preocupes Naruto —articulé, tratando de mantenerme la compostura —, esto tarde o temprano iba a pasar, tengo que ser capaz de enfrentar mi pasado.
Vimos que Ias mujeres regresaban, así que decidimos esperarlas para luego ir a saludar a los recién llegados. Tenía que armarme de valor y enfrentar a la dama en cuestión.
Caminamos con nuestras respectivas parejas hacia donde estaban ellos. Mientras avanzábamos, no pude evitar fijar mis ojos en su cuerpo exacto; tantos años sin verla, tantas preguntas sin respuestas, tantas ilusiones rotas, tantas cosas que provocó esa mujer en mí, dolor y desamor.
— ¡Felicidades, Hinata y Naruto! —dijeron al unísono, Sabaku No Temari y Uchiha Itachi.
Esa espléndida sonrisa y esa mirada altiva terminaron por aniquilarme. Nunca pensé que me podía afectar tanto volver a ver a esa mujer, y más encima del brazo del hermano de Sasuke, no lo podía creer. —Mendokusai —pensé.
La pareja saludó a los novios con normalidad, intercambiaron un par de palabras, y rieron como si nada. Luego miraron hacia nosotros, y se acercaron.
Pude notar una leve molestia en tu mirada, imperceptible para el resto, no para mí; sin embargo, seguías sonriendo. —No has cambiado en nada mujer, estabas fingiendo —me dije mentalmente.
—¡Años sin verte, Nara! —me dijo el Uchiha, junto a un apretón de mano y una abrazo improvisado.
—Sí, muchos años —acoté fingiendo simpatía, aceptando su saludo—, de los tiempos que íbamos hacer trabajos para la universidad en casa de Sasuke.
Le sonreí cínicamente, pero internamente sentía tanta rabia de que él estuviese junto a ella. Luego de unos segundos, reaccioné y me maldije mentalmente por sentir tantas estupideces; ella era parte de mi pasado, y aunque haya quedado muchas cosas inconclusas entre nosotros, ya había pasado más de cuatro años desde que ella se había marchado. Decidí seguir intercambiando palabras de buena crianza con Itachi, mal que mal, él siempre me trató con consideración. Era un tipo buena gente, como se dice, no podía hacerle un desaire.
Observé de reojo como se saludaron ellas. Tayuya saludó a Temari con cautela, como estudiando al enemigo. Ella siempre ha sido una mujer celosa, y supongo que ahora lo será más, ya que sabía muy bien lo que había significado aquella rubia en mi vida. Temari, en cambio, la saludó muy cordial, la conocía de la universidad, y aunque nunca habían sido amigas, la trató como una amiga más.
Llegó el turno de saludarnos, y la ansiedad se apoderó de mí. Los nervios me carcomían, las manos me sudaban, parecía un adolescente viviendo una de sus primeras experiencias con una chica. Ella fijó sus bellos ojos en los míos, y a través de éstos pude ver su alma. No era esa mirada orgullosa y altanera, que le gustaba presumir, sino era esa mirada limpia, de la cual, hace casi ocho años atrás me enamoré.
—¿Cómo has estado Shikamaru? —como siempre ella habló primero, tal como lo hizo en nuestra primera cita, tal como lo hizo nuestra primera vez. Me sonrió con sutileza, se veía realmente bella.
—Bien, ¿y tú? —musité extrañamente feliz de tenerla enfrente, aunque mi nerviosismo continuaba, la angustia que sentí hace un rato atrás, ya se había disipado.
—Muy bien, gracias —respondió y volvió a sonreírme, sin quitarme su mirada aguamarina.
Pude sentir las miradas de nuestras parejas puestas en mi nuca, por lo que me separé de ella, y volteé mi rostro hacia Naruto. Éste entendió mi mirada, y enseguida intervino, sacándonos del tenso momento.
—Vamos con el resto de los invitados, hay muchas cosas para comer y degustar por allá—sonrió alegre Naruto, haciendo un ademán con su mano—, ¿cierto Hinata?
—Eh… eh… s-sí…, acerquémonos a las mesas —respondió nerviosa, la peliazul, tomando a mi amigo del brazo.
Fuimos a donde se concentraba el resto de los invitados, la noche recién comenzaba, así que no quedaba otra que disfrutar fiesta.
El resto de la noche lo pasamos junto a Ino y Choji, y sus respectivas parejas. Traté de disfrutar y despejarme, pero no podía, era imposible no pensar en ella, si la tenía tan cerca.
No quise esperar a que fiesta terminara, así que le dije a Tayuya que nos retiráramos, excusándome que estaba cansado por el viaje relámpago que tuve que hacer, para no faltar a la fiesta de compromiso de mi amigo. Ella me respondió que quería terminar el trago que estaba compartiendo con Karui, y yo simplemente asentí. Le dije que iría al baño.
Caminé con pereza en dirección a la casa, cuando una voz hizo que me detuviera en seco.
—Espérame Shikamaru —chilló Ino, apurando el paso —, yo también quiero ir al baño.
—No que a las mujeres les gusta ir al baño en grupo de mujeres —espeté con mi típica parsimonia, guardando las manos en los bolsillos del pantalón.
—Tienes razón Shikamaru, pero no quiero que estés solo en este momento —mi amiga me miró con cara de que algo ocultaba, y luego enganchó su brazo con el mío.
Ingresamos a la casa.
—¿Qué pasa Ino? —pregunté intrigado, mirando sus ojos azules—, ¿hay algún problema?
—No supe que inventar para que no vinieras al baño —musitó mi amiga sin desviar sus ojos de los míos—, así que decidí acompañarte.
—Habla claro Ino.
—Temari vino al baño.
—¿La viste ingresar a la casa?... pero, ¿cuándo?, ¿cómo?
—Shikamaru, tú sabes que yo tengo ojos por todos lados.
—Mejor devolvámonos —giré sobre mis talones, llevándome a Ino conmigo.
—Shikamaru, aprovecha hablar con ella —mi amiga se detuvo en seco, y tiró de mi brazo para que no avanzara—, si no lo haces ahora, no podrás vivir tranquilo.
—Ino, no tengo nada que hablar con ella, ya es tarde para hablar.
—Nunca es tarde, Shikamaru.
La puerta del baño se abrió frente a nosotros, y la vi salir. Alzó su mirada topándose con la mía; pude notar su nerviosismo, el mismo que estaba sintiendo yo en ese momento.
—¡Temari!, ¿cómo estás? —espetó efusivamente, Ino. Agradecía, sin duda, su intromisión, ya que de alguna manera bajaba la tensión—. Estás muy linda, ese vestido te queda perfecto.
—Hola Ino, estoy bien —articuló con serenidad, Temari, mirando a mi amiga —. Gracias por el cumplido, tú también estás muy linda, ¿cómo estás?
—No tan bien como tú —continuó Ino, como si nada—, si estás guapísima, ¿cierto Shikamaru?
—Sí… está muy bella… —musité ante la incómoda pregunta de Ino, pero supongo que ella lo hizo sin querer.
—Voy a entrar al baño y luego entras tú —interrumpió Ino, girando hacia mí para mirarme a los ojos. Vi como movía sus labios diciéndome «aprovecha hablar con ella», y luego volteó para dirigirse al baño.
Un incómodo silencio se produjo entre nosotros, el cual ella rompió rápidamente.
—Ino nunca cambiará —habló en su tono habitual, Temari —, trata de ayudar, pero a veces, la embarra.
No pude evitar sonreír ante su comentario, Ino siempre era así.
—Es una buena amiga —sonreí mirándola nuevamente a los ojos, y luego proseguí —. ¿Vienes de paso por Konoha o tienes pensado quedarte?
—Nos quedaremos una temporada en Konoha—espetó con firmeza, sin desviar su mirada de la mía—, Itachi viene hacerse cargo de la empresa, ya que Sasuke quería ver como marchaban las inversiones en el extranjero.
—Ya veo —proseguí sin quitar mi vista de sus orbes aguamarina—, entonces en más de alguna ocasión nos volveremos a encontrar.
—Supongo que sí.
Mi mente quedó en blanco, no supe que más preguntarle.
—Ino se está demorando mucho —murmuré, desviando la mirada.
—Las mujeres somos así —pude ver su sonrisa de reojo, pero luego su semblante cambió a uno serio—. Shikamaru, tengo que conversar algo contigo, pero no en este momento, sino más adelante.
Mis ojos volvieron a fijarse en su rostro.
—Temari, no creo que tengamos algo en común de que hablar—musité escudándome tras mis palabras.
—Es necesario, Shikamaru, sino no te lo estaría pidiendo —artículo con determinación, Temari. El ruido de la puerta hizo que desviara mi mirada, Ino estaba saliendo —. Más adelante, te contactaré a través de Naruto.
—Shikamaru, ya puedes entrar —habló Ino, mirándonos a ambos.
—Bueno, yo me retiro. Sigan pasándolo bien —espetó Temari, con una sutil sonrisa, abandonando el pasillo.
—Nos vemos, Temari —se despidió alegre, mi amiga.
—Adiós —fue lo único que yo pude articular.
Me quedé viéndola hasta que abandonó el lugar, de pronto sentí como alguien me remecía.
—¡Shikamaru despierta!, ¡aquí planeta tierra! —chilló Ino, casi reventándome el tímpano. Me miraba entre molesta y divertida—. Por Kamisama, trata de disimular un poquito, la seguiste con ojos como embobado, parecías un idiota.
—No me regañes Ino —espeté avergonzado, llevando mi mano derecha a la nuca, y desviando la mirada hacia el techo —. Seguí tu consejo.
—Siiiiiii —su gritó hizo que la mirara de reojo, ella saltaba emocionada como niña chica—, ¿qué pasó?, ¿de qué hablaron?
—Nada importante, regresamos con los demás —señalé con desinterés.
—No me mientas Shikamaru, mírame —me tomó de la camisa para que la mirara a los ojos—, tu semblante es muy distinto al que traías antes de llegar acá.
—No te miento Ino…—hice un silencio y luego proseguí—, pero me dijo que más adelante quería conversar conmigo.
—¡Noooo! …¿cuándo?, ¿dónde?, ¿sobre qué? —los ojos de mi amiga me miraban con expectación.
—No me dijo —susurré sacando su mano de mi camisa.
—Bueno, tendremos que esperar hasta que ella te busque.
—Ino, ¿por qué este reencuentro te hace tan feliz?
—Porque quiero que sanes tus heridas, Shikamaru —podía sentir la sinceridad de sus palabras—. Necesitas cerrar ese capítulo para poder vivir en paz, y ser feliz. Independiente de lo que decidas hacer después con tu vida, yo siempre te apoyaré.
—Nunca te ha caído bien, Tayuya.
—La verdad es que no; la mastico, pero no la trago, aunque no puedo negar que ella te ama.
—Yo también la amo, llevamos dos años de casados.
—Nunca te he creído eso, aunque me lo digas una y otra vez —habló con seriedad, Ino—. Siempre he pensado que confundiste amor con compañía, como dice cierta canción.
—Sabes, mejor regresemos con los demás—suspiré y guarde mis manos en los bolsillos—, deben estar extrañados por la demora.
—Pero si ni siquiera has entrado al baño —chilló Ino, molesta—, vamos entra y apúrate.
—Tsk, eres igual de problemática que mi santa madre, y ella de santa no tiene nada —musité fastidiado, ingresando al baño.
—Cuando regresemos con los demás, les diremos que nos demoramos porque te dio indigestión.
—Y por qué no decimos que a ti te dio eso —espeté justo antes de cerrar la puerta.
—¡Cómo se te ocurre!, eso se ve mal en una chica linda, más habitual es en un hombre.
—Ino, no seas dramática, eso le puede ocurrir a cualquier ser humano.
—Ya, Shikamaru, cierra la puerta y apúrate.
—Tsk, mendokusai.
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Salimos de la mansión hacia el jardín, donde continuaba la fiesta. Pude divisar a Temari irse junto al Uchiha. No pude evitar pensar que este reencuentro había sido tarde, demasiado tarde. Cada uno rehízo su vida como mejor le pareció, y ya no había vuelta atrás. De pronto un golpe en las costillas me sacó de mi estado de ensoñación.
—Despierta Shikamaru y cierra la boca —musitó entre dientes, mi amiga, sin dejar de sonreír— Tayuya nos está mirando.
—Gracias por advertencia, Ino —cambié mi semblante de idiota a uno aburrido, mientras me sobaba el costado.
—No me lo agradezcas Shikamaru, lo hago con gusto —susurró con sorna, Ino —. Ahora, disimula y sonríe como si nada.
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CONTINUARÁ…
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Gracias por leer, espero que les haya gustado. Cualquier cosa que me quieran decir háganlo a través de un review, me encanta leerlos y responderlos.
Para quienes les comenté que tenía un one-shot basado en otra canción de Arjona, éste es, jajjajaja… tuve que modificarlo para convertirlo en este capítulo y fusionarlo con otra historia que rondaba en mi cabeza. No sé cuántos capítulos tenga esta historia, pero ya tengo varios capítulos resueltos en mi cabeza, sólo tengo que escribirlos y contar con el tiempo para hacerlo :D
PD: Anabelita N, me concentraré en escribir el próximo capítulo de "Sin arrepentimientos" XD.
Que tengan un lindo domingo y una semana aún mejor. Abrazos y besos.