¡Buenas! Tenía muchísimas ganas de escribir esta pequeña historia, la cual tengo pensada dividirla en tres. Espero la disfruten en esta primer parte.
Desde ya, muy agradecida por los comentarios.
...
En ocasiones el corazón pone razones que no pueden encontrar lógica aún en tanto pensar.
Ella se veía hermosa mientras practicaba sus pasos para la coreografía que acordamos, mientras que yo perdía toda atención al verla esforzarse tanto. No podía saber si los suspiros que escapaban entre mis labios eran por cansancio o por ella.
AZALEA se presentaría en un par de días en el auditorio del Instituto y decidimos por cantar Galaxy Hide and Seek. Hanamaru-san estaba encargada de los vestuarios, Kanan-san de la coreografía, y por mi parte, como centro de la presentación, debía armar la letra.
- ¿Ya tienes algo de la letra, Dia? –se sentó a un costado de la pista secando el sudor de su frente con una toalla.
- Si, simplemente me queda darle algunos retoques… -me quedé atónita frente a ella.
- Eso es genial, seguramente es una canción fabulosa –elogió con inocencia.
- So-solo es algo que se me ocurrió… -pude sentir como mis mejillas ardían ligeramente- No es para tanto…
- Cuando acabes debemos practicar
- Si –me senté a su lado- Para mañana por la tarde la tendré lista
- Contaré con ello.
La letra que terminé escribiendo es una confesión. ¿Por qué me dejé llevar por estos sentimientos? Aunque es verdad que haberme enamorado de ella es… ¡Inconcebible! Ciertamente, Kanan-san ya tiene a Mari-san, y eso es… Prefiero no pensarlo.
- ¿Por qué será que suspira tanto, Dia-san?
- Hanamaru-san… -me olvidé que ella también estaba.
- ¿Será que tiene problemas con la letra zura~?
- No, simplemente mi cabeza… -sonreí para quitarle preocupación- Estoy algo cansada, solo eso.
- No debe esforzarse de más zura~ La necesitamos bien…
- Me tendrán completa… -acaricie su cabeza al ponerme de pie- Gracias Hanamaru-san.
Al día siguiente llevé la canción, mi adorada hermana me ayudó a terminarla a tiempo ayer por la noche. Es bonita, así que espero las chicas de AZALEA piensen lo mismo, aunque admito que me incomoda un poco haber expresado de más en aquellas estrofas.
Luego de las clases fuimos a las prácticas. Realizamos algunos ejercicios en grupo para después separarnos por sub unidades. Hanamaru-san fue en busca de los trajes que había confeccionado.
- ¿Puedo tener un adelanto de la canción, Dia? –se pegó a mi tomándome por sorpresa.
- Pigya! –estoy segura que me cara está totalmente roja- Ka-Kanan-san! No hagas eso…
- Oh, Dia… -se quedó abrazada a mi haciendo caso omiso a mi petición- Sigues como siempre –comenzó a reir.
- N-no te burles de mí, por favor… -bajé la mirada dejando en sus manos el reproductor de MP3 donde estaba la canción.
- No lo hago, me gusta abrazarte –se alejó a la vez que sus palabras atravesaron mi corazón el cual comenzó a latir rápido.
- Tienes a Mari-san para abrazar… -me senté frente a ella tomando los auriculares, dividiendo ambos para escuchar cada una del reproductor.
Sé que en ese momento soné completamente molesta y creo que hasta ella que suele ser despistada pudo darse cuenta que estaba celosa. Pero ya no importa, debo hacerme ya a la idea que no puedo alcanzarla…
La miré de reojo tras unos segundos de haber comenzado la pista de audio, ella estaba viéndome… Espera, ¿está sonrojada? No, eso no… ¡Desvía la mirada Kurosawa Dia! Para mi suerte noté que Hanamaru-san ya estaba volviendo con los trajes.
El resto del tiempo que estuvimos ensayando fue normal, aunque no podía quitarme de la cabeza el rostro de Kanan sonrojada. ¿En verdad la canción le parecía vergonzosa? ¿Acaso eso le recordaba otra cosa? Ah, podía ser cualquier opción, pero justamente cuando pienso en abandonarlo todo ella me regala esa expresión, tan hermosa…
- Dia, ¿puedo pedirte un favor? –dijo Kanan mientras terminaba de arreglar su uniforme.
- Ah… -sin voltear para verla- S-si… ¿En qué puedo ayudar Kanan-san?
- ¿Estás libre este sábado? –tomó su bolso y lo cargó en su hombro.
- Sí, creo que si… -la miré- ¿Qué sucede?
- Bueno, quería me ayudaras con la canción –rascaba su mejilla un tanto ruborizada, me mataba verla así, tan vulnerable- Tengo algunos problemas con la segunda estrofa, y quizás el puente…
Por un momento dejé de prestar atención a lo que decía, solo estaba enfocada en que ella estaría conmigo a solas, ensayando la letra que escribí pensando en ella…
- Dia… Oye… Dia-san~
- Si… -reaccioné y ella estaba muy cerca de mi rostro.
- Pensé que te había perdido –apoyó su mano sobre mi frente e inmediatamente me sonrojé- Vaya, si tienes un poco de fiebre… -tocó su frente también para comparar temperaturas- ¿Prefieres que te acompañe a casa?
- No no no… -creo incluso comencé a sudar por ponerme nerviosa- Estoy bien…
- ¿Segura?
- ¿Onee-chan? –la voz de la pequeña Ruby se escuchó entrando a la sala.
- Ru-Ruby… -claro, estaba esperándome para volver a casa y yo me había tardado aquí.
- Ruby-chan, creo que Dia se siente un poco cansada… -me tomó de la mano y mi corazón explotó.
- Onee-chan… -Ruby se acercó a mí y me abrazó con el fin de sostenerme.
Creo que todo se descontroló de cierta manera, pero al menos pasó como si tan solo estuviera cansada. Ruby me acompañó hasta el auto, ofreciéndole a Kanan llevarla hasta su casa a lo cual accedió ya que se había hecho un poco tarde. Mi pequeña hermana lo sabe, entiende perfectamente los sentimientos que llevo guardados en mi corazón hacia mi compañera de clases, mi amiga de la infancia… Y como poco a poco fui ocultándolos al ir creciendo.
- Cuida de tu hermana, Ruby-chan –escuché que dijo Kanan al bajarse del auto.
- Así lo haré, no te preocupes… -contestó la pequeña- La regañaré si es necesario…
- Cuento contigo~ -cerró la puerta y se dirigió a su casa.
- Ruby… -me relajé finalmente- No era necesario que me dejaras todo el viaje hasta aquí junto a ella –suspiré- Podrías haberte sentado en medio de ambas.
- Nada de eso onee-chan –parecía divertida- Además en verdad ella se veía preocupada por ti
- No puedo tranquilizar mi corazón cuando se acerca –eché mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos- Por suerte es despistada y solo supuso me sentía cansada
- Onee-chan, deberías…
- No Ruby, no debo hacer nada… Kanan-san y Mari-san…
- Ellas solo son amigas… -dijo interrumpiendo- Solo estas suponiendo cosas
- Ruby…
- Maru-chan y yo hemos prestado atención a como se llevan –le presté especial atención ahora- Y aunque Mari-san sea como es, Kanan-san no corresponde a sus sentimientos, ella no pareciera alterarse ni nada de eso…
- Pero…
- Nada de "peros", onee-chan… No quiero que renuncies a lo que sientes, cuando en verdad eso te hace feliz.
- Ruby… yo…
En verdad mi pequeña hermana estaba regañandome. Tiene razón, me hace muy feliz sentir esto por Kanan, y ni decir sobre pensar en salir con ella. Somos chicas de Instituto, hasta llegué a pensar que sólo era una locura mía, sentimientos que nacen entre amigas que pasan tanto tiempo juntas… ¿Costumbre? No no no… Comprobé que en verdad la quería cuando regresó Mari-san, mis celos se fueron por las nubes y definitivamente entendí que debía pelear por ella. Aunque a veces flaqueo un poco en mi determinación. Soy una tonta.
Los días siguientes pasaron tranquilos. Las prácticas fueron un poco más intensas ya que se nos acortaban los días, y entre las obligaciones con el Consejo y las tareas de Hanamaru-san en la biblioteca esto se iba atrasando.
- Lo-lo siento zura~ -hizo una reverencia hacia nosotras.
- No te preocupes Hanamaru -puso su mano en los hombros de la pequeña- Entendemos que tienes obligaciones
- Kanan-san…
- Ve y termina con tus asuntos, Hanamaru-san -le dije animándole- Practiquemos en casa y el Lunes ensayaremos con más intensidad.
- Muchas gracias -se levantó con una gran sonrisa y se alejó.
- El Lunes es el día final… -dijo acomodando su bolso- El Martes por la mañana es la presentación
- ¿Estás lista, Kanan-san? -viendola desde donde me encontraba sentada.
- Quiero realizar la mejor actuación para AZALEA -su mirada decidida me dejaba tranquila.
Con la charla que tuve con Ruby me calmé un poco con esos pensamientos negativos sobre lo que siento por Kanan. Debía aprovechar al máximo tenerla sólo para mí cuando ensayabamos en la sub unidad.
- No olvides que mañana tenemos que vernos, Dia -dijo sentándose a mi lado, muy cerca debo admitirlo.
- Ah, si… Ci-cierto… La canción… -aclare mi garganta recordando que solo es práctica.
- Sé que con tu ayuda no me será difícil interpretarla -se recostó en el suelo viendo el cielo azulado.
- Haré mi mayor esfuerzo para ayudarte Kanan-san… -quería verla de reojo, pero su posición lo hacía un poco difícil.
- ¿Crees que pueda llevar pescado para el almuerzo? -de un empujón se sentó viéndome fijamente.
- ¿A-almuerzo? -mi rostro nuevamente ardía por la distancia.
- Sí, si no hay problemas… Podemos almorzar juntas…
El silencio que nos envolvió al cruzarse nuestras miradas fue eterno. Quien sabe si sólo fueron mínimos segundos o la misma eternidad, sólo sé que podía sentir un pequeño latido, no sé si era el mío o el de ella… Quizás mi imaginación me estaba jugando una mala pasada. No quería desviar mi mirada, sentía ese magnetismo entre ambas… ¿Qué estaría pensando Kanan-san? Tragué saliva y me sorprendió que las mejillas de ella estaban rojas.
Espera espera… ¡¿Sonrojada?! ¿Será por la situación? Claro, no debe ser por mí… ¿Y si lo es? ¡No! No no no no no… Tranquila Dia, tranquila… Si sigo así comenzaré a respirar fuerte y ella lo notará. ¿Tendré un rostro extraño? Aaah~ Ella se ve tan linda, y aún luego de entrenar huele tan bien…
Como un acuerdo sincronizado, ambas desviamos la mirada, yo cubría mi rostro con ambas manos dándole la espalda.
- Es para… Agradecerte… -dijo finalmente entre murmuros.
- Ah, s-si… Sería bueno… -me puse de pie sin valor para verla- Te espero mañana, Kanan-san.
Salí presurosa de la escena. Mi cara estaba roja y en mi pecho resonaba con fuerza los latidos de mi corazón.
Han pasado ya muchos años desde la primera vez en que conocí a mi preciada amiga Kanan. Vive junto a su familia en la costa donde tienen una tienda de buceo, al parecer disfruta mucho el contacto con el mar. Cuando conocimos a Mari, las tres fuimos inseparables, aunque la rubia fuera un poco más reservada al principio, Kanan siempre se preocupó por ella, incluso por mí, aunque no lo entendía bien del todo me agradaba mucho saber que contaba con ellas cuando pasaba por algún problema.
¿Cuándo fue que comencé a ver a Kanan-san con otros ojos? No recuerdo exactamente, ya que siempre fue importante para mi, después de todo es mi primer amiga. Gracias a ella conocí a Mari-san. Me dio el valor para afrontar mis miedos y continuar con mi sueño de ser una School Idol, incluso se unió a mi sin saber mucho sobre el tema. Aun cuando tuvimos problemas en Tokyo por la lesión de Mari, ella siempre estuvo dispuesta a protegernos manteniendo esa sonrisa en su rostro.
Admito que fue doloroso ver como ella callaba su dolor por el viaje de nuestra amiga al extranjero. No podíamos hacer nada después de todo, y no me quedaba otra que apoyar su postura incluso si tampoco estaba de acuerdo con disolver el grupo de School Idol. Sin embargo los días posteriores se fueron dando con normalidad. Su padre tuvo una lesión y tuvo que hacerse cargo de la tienda de buceo dejando de lado las obligaciones en la escuela, aunque tomé parte y la ayudé con los apuntes necesarios para que no le fuera difícil retomar las clases en cada examen del semestre.
Finalmente, Mari decidió volver. Fue un caos, tanto para Kanan como para mi. Ella se vio con sentimientos encontrados en cuanto a felicidad y preocupación, quizás un poco de enojo ya que finalmente Mari-san se salió con la suya de dejar sus estudios en el extranjero. Mientras que por mi parte, comenzaba a entender que prefería seguir al lado de Kanan, recibir su atención, sus palabras cada día en que iba hasta su casa, ayudarla en los estudios, pasear por la ciudad para despejarnos. Estaba celosa. Fue allí cuando entendí que Kanan me importaba de esa forma, exactamente en ese momento supe que me gustaba.
Nos unimos a Chika-san y las demás luego que Kanan y Mari se reconciliaran. Se supone mantendría mi cabeza en otro lado, en verdad estaba feliz por volver a ser una School Idol pero no podía quitar los ojos de ella, de mi hermosa compañera peliazul. Ella estaba feliz de volver a esto, cantar y bailar, lo hacía a la perfección después de todo.
Su felicidad se debía a ella, ¿no?... A Mari-san… ¿La extrañaba tanto? ¿Por qué ahora soy yo la que debo cargar con estos sentimientos encontrados?
Pensaba demasiado las cosas, era mi tortura. Ahora incluso compartiríamos en la sub unidad, pensé que tal vez era una mala jugada del destino… O quizás no. En oportunidades sentía que podía ir por todo con ella, y en otras simplemente me desanimaba prefiriendo quedarme encerrada en el Consejo Estudiantil firmando solicitudes de los demás estudiantes.
- Kurosawa-san.
- ¿Eh? –la voz del ama de llaves de casa me alejó sorpresivamente de mis pensamientos.
- Su amiga Matsuura-san ha llegado, señorita.
- ¿Ya? –miro la hora. ¿En verdad había pasado tanto tiempo perdida en mis recuerdos? No preparé nada. Me alarmé porque todo en mi cuarto era un desastre. ¿Ruby seguía dormida en mi cama? ¡Ah! – S-si, en un momento saldré, puedes acomodarla en la sala mientras.
- Como guste, Kurosawa-san.
Fui rápidamente a verificar que mi cuarto no fuera un completo desastre, si bien la sala estaba a nuestra disposición por la mañana, en la tarde mis padres tendrían una reunión. Ruby por su parte ya había despertado y me ayudó a ordenar un poco mis cosas. Adoro a mi pequeña hermana, ella es la voz de la razón dentro de mi alocada cabeza llena de pensamientos dispersos y alocados.
- Buenos días Kanan-san –me acerqué a la sala, donde ella estaba esperando sentada cerca de la mesa leyendo sus apuntes. Se veía hermosa aun vistiendo algo tan casual como esa blusa y jeans – Perdona la espera.
- Buenos días, Dia –su mirada acompañó mi caminar hasta sentarme frente a ella- No te preocupes, solo fueron unos pocos minutos.
- Sería bueno que nos enfoquemos en las partes que más difíciles se te hacen –viendo su cuaderno- Traeré el MP3 y así ensayaremos juntas para no perder el ritmo.
- Me parece bien… Gracias.
- No debes agradecerme –me puse de pie- Estamos juntas en esto –sonreí.
El tiempo pasó volando mientras ensayábamos la letra y el tempo de la canción. Kanan-san no parecía tener problema alguno, aunque hubiese dicho que se le dificultaba en sus partes. Ella se esforzó en verdad para que nada fallara el día de la presentación.
- Aah~ -se dejó caer sobre la mesa- Estoy exhausta, no había practicado tanto desde que Chika-chan vino con la idea de cantar "Mijuku DREAMER" en tan poco tiempo… -suspiró cansada.
- Chika-san tiene la voluntad de mover toda una escuela si asi lo desea… -serví un poco de té en la taza para ella.
- Sí, es verdad… -se acomodó dejando a un lado su cuaderno para beber un sorbo de té- Vaya, es un té exquisito, aunque noto un sabor diferente al que siempre preparas…
- Es una infusión diferente –me alegra notara ese mínimo detalle- La preparo cada vez que practico vocalmente, ayuda a que las cuerdas vocales se relajen.
- Eres una experta en el arte del té, Dia-sama.
- O-oye… No me digas así… -la estaba llevando bien hasta que ella empieza a ponerse linda conmigo.
- Recuerdo que cuando éramos pequeñas –apoyó sus manos en el suelo y se echó ligeramente hacia atrás- Tenias tantos deberes que era difícil salir a jugar contigo… -sonrió.
- Mi familia tiene sus tradiciones –bebí un sorbo del té.
- Me alegraba que aun así te hacías de tiempo para nosotras… Aun me alegra mucho, ya que sé muy bien que los sábados tienes clases de yamatogoto, ¿no?
- A-ah… Bueno… -ella es tan despistada en algunas cosas, pero en otras me sorprende la atención a los detalles- Es que mi clase… Se suspendió…
- Es muy mala mintiendo, Dia-sama~ -soltó una pequeña risa, y eso hizo que me sonrojara.
- Es cierto…
- Señorita –interrumpió el ama de llaves entrando a la sala- El almuerzo estará listo en pocos minutos.
- Oh, muchas gracias.
- Si traje el pescado seco –dijo Kanan incorporándose- Aunque me hubiera gustado prepararlo yo –se lamentó, y cuando me voltee a verla se sonrojó, como si cayera en lo que dijo, o en la idea de cocinar para alguien más- Ya sa-sabes… Como agradecimiento…
- No te preocupes –sentí mi rostro arder levemente, ¿en verdad esta mujer podía ser tan bonita?- Puedes pasar al baño para lavar tus manos…
El pescado que había traído Kanan estaba más que delicioso, aunque admito me hubiera gustado probar algo hecho con sus manos. Podría invitarla nuevamente y tratar de cocinar algo, sin embargo mis habilidades culinarias no están muy bien pulidas como para satisfacer su paladar. Que dilema. Podría tomar clases con el ama de llaves, ella cocina muy bien, tal vez con Ruby para pasar desapercibida, mi padre se pondría histérico si supiera que quiero aprender a cocinar para alguien. Vaya problema. ¿Y mi madre? Ella es hábil a la hora de sacarnos la verdad con sus preguntas, desearía ser tan virtuoda como ella, no duraría ni un segundo y ya descubriría que quiero cocinar algo para Kanan-san. Somos dos chicas… Quizás solo piensen que es una cena de amigas, si, es lo más seguro. ¿Podría invitar a Ruby? No, ella no aceptaría aunque le rogara, seguramente me diría algo como "¡onee-chan debes aprovechar las oportunidades!". Soy una cobarde.
Luego del almuerzo fuimos a mi cuarto para estar más cómodas, en cualquier momento llegarían las visitas de mis padres.
- Dia… Dia-san~
- Ah… Disculpa…
- Hace tiempo que te pierdes en tus pensamientos –viéndome fijamente- ¿Qué te tiene tan fuera de ti?
- N-no es fácil explicarlo… -si fuera lo suficientemente valiente podría culparla de todo esto que pasa en mi pecho- Son cosas… Un poco…
- Puedes contar conmigo si necesitas desahogarte –hablaba en serio, y su mirada remarcaba lo decidida que se encontraba.
- No es algo que… Pueda comentárselo a otra persona tan a la ligera –no encontraba camino alguno que me librara de esto.
- ¿No confías en mi, Dia? –su mirada se suavizó derritiendo mi corazón. ¡Eso es jugar sucio Kanan-san!
- S-si confío en ti –miré a un costado para no dejarme llevar por esos ojos tan profundos.
- Si no quieres decirme está bien –se rascó su mejilla con su dedo índice, estaba un poco sonrojada.
- Kanan-san… -me sorprendió desistiera tan rápido- Lo siento…
- ¿Acaso Galaxy Hide and Seek es tu confesión?
- ¿Qu-qu-qué? –no puede ser, lo descubrió, estas acabada Kurosawa Dia… ¿Fui tan obvia? ¡AH! Ya no puedo escapar
- En una parte de la canción dice "Si pudieras decirme con telepatía dónde estás ahora estaremos conectados, y será el comienzo de un milagro" –leyendo en sus apuntes- Entonces creí que tú estabas esperando a alguien especial…
- E-e-es algo que se me ocurrió…
¿Será que mis sentimientos si llegaron a ella? ¿Pudo sentirlos? Esto estaba matándome lentamente, pero no tanto como el dolor que se generaba en mi pecho por ser descubierta. Sabía que no debía ser tan explícita en la letra… ¿Por qué no escribí sobre la amistad como lo hicieron las chicas de CYaRon? O sobre esforzarse… Hubiese sido menos problemático escribir sobre comida, sí, eso hubiese sido mejor.
- Ya veo –dijo finalmente luego de un suspiro- Algo que se te ocurrió… -la miré extrañada, parecía relajada ahora- En verdad me preocupé…
- ¿Te preocupaste? –ella estaba ligeramente sonrojada- ¿Por mí?
- Pensé que ya te habías enamorado de alguien… -rio nerviosa- Bueno, Kurosawa Dia es muy impresionante y tiene muchos seguidores en la escuela –bajó la mirada y en ocasiones mientras hablaba miraba de reojo mis reacciones- Destacas incluso fuera del Instituto…
- Eso no es cierto.
- Claro que lo es… Incluso cuando voy caminando hacia el Consejo para recogerte me preguntan por ti –giró sus ojos al parecer molesta- Como si fuera a decirles… -se sonrojó nuevamente tragando saliva, ahora verdaderamente se la notaba nerviosa.
- Kanan… -por alguna razón el ambiente se puso denso, ambas estábamos sonrojadas, cada una tenía sus razones, y me intrigaba demasiado saber el porqué de su sonrojo, pero ahora pareciera que ella lucha por saber qué palabras soltar.
- Lo siento por ponerme así –trató de alivianar el ambiente.
- Iré por algo de jugo –saliendo de la habitación, pudiendo al fin tomar aire.
Definitivamente estaba rara. "Pensé que ya te habías enamorado de alguien…". Esas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. ¿Estará celosa? No no no no… No puede ser eso… ¿O si? No no no no… Solo es imaginación mía.
- Ya regresé –dejé la bandeja con los vasos con jugo en la mesa y luego cerré la puerta. Antes que pudiera voltearme para volver a sentarme, un golpe en la puerta me sorprendió- ¡Pigyya! –los brazos de Kanan me atraparon contra la puerta sin oportunidad de voltearme siquiera podía verla a los ojos.
- Dia… -su voz se sentía muy cerca, voy a morir si continuo sintiendo su respiración en mi nuca.
- Ka-Kanan-san… -mi voz temblorosa salió en respuesta- ¿Qu-qué sucede? Podemos sentar… -un suspiro de ella me interrumpió, mi cuerpo se estremeció.
- No –cortante- ¿Te gusta alguien? –preguntó sin vueltas.
- Si se trata de la canción…
- Dia, ¿te gusta alguien? –cerré mis ojos con fuerza, no se iba a detener.
- Si.
- ¿Quién?
- Es algo incómodo esto, Kanan-san –mi corazón estaba por salirse de mi pecho.
- Necesito saber contra quien perdí mi oportunidad…
Mi corazón se detuvo por mínimos segundos y luego al sentir como los cabellos de mi amiga tocaban mi espalda se disparó latiendo muy rápido. Mis ojos se abrieron por la sorpresa, y no podía voltearme, deseaba ver el rostro de Kanan, lo deseaba demasiado, pero estaba acorralada entre la puerta y su cuerpo, entre mis sentimientos y los suyos. Mi cuerpo se sentía caliente y mi respiración costaba controlarla. ¿Me acaba de confesar que yo le gusto? ¿Por eso estaba tan rara hace unos minutos atrás?
- Kanan-san… Podemos hablarlo mejor si nos sentamos, y nos tranquilizamos…
- No quiero veas mi rostro ahora… -movía su cabeza en mi espalda.
- Solo vamos a tomar aire… -traté de moverme para finalmente voltearme- Kanan… -se abrazó a mi cayendo al suelo- O-oye, espera… -mantenía su rostro hundido en mi pecho.
Nos quedamos de esa manera por un largo rato, el Sol ya estaba cayendo dando paso a un hermoso atardecer que teñía la habitación de un tono naranja opaco. Podía oír como las visitas de mis padres continuaban charlando, sus voces llegaban hasta arriba, al parecer se estaban divirtiendo. Kanan me abrazaba, por mi parte me mantenía acariciando su espalda y en ocasiones su cabello. En cierto modo creo que no he reaccionado acerca de lo que dijo, me preocupaba más cómo se sentía ella como para divagar en mis pensamientos locos.
- Luego de escuchar la canción que escribiste… -dijo finalmente, interrumpiendo mi respiración por un momento- Me sentí tan triste. Imaginé miles de posibilidades en las que tú me dejabas de lado por ese "alguien especial", luego pensé que era imposible, ya que tú misma decías que no tenías tiempo… Entre Aqours y tus deberes, las obligaciones en tu familia… -su abrazo se volvió más posesivo- Pero en las prácticas te noté más sensible, tus pensamientos estaban en otro lado, por eso mismo supuse la canción era una confesión y la cantarías fervientemente en la presentación para que llegara a su corazón… Entonces mi pecho comenzó a doler, muchísimo más de lo que me duele cada día al verte…
- Kanan-san…
- Tenía miedo que me dijeras que si te gustaba alguien, porque ese alguien no era yo… -me miró apoyando sus manos a los costados de mi rostro- Incluso ahora estoy haciendo el ridículo y poniéndote en una situación difícil –las lágrimas en su rostro brotaban de sus ojos cayendo hacia mis mejillas, manteniendo una falsa sonrisa en su rostro- Pero somos amigas, y no quiero ocultarte más nada, aun arriesgando todo lo que hemos hecho durante todos estos años… Mari me dijo que te perdería si seguía siendo tan cobarde…
- Espera, Kanan-san… -su mano acariciando mi mejilla me detuvo. Necesito hablar, pero mi voz no sale, quiero llorar al ver sus hermosos ojos lamentarse.
Tomé valor y levantándome hasta quedar sentada la sujeté del rostro, parecía sorprendida, incluso yo lo estoy por mi decisión. No soportaba más ver esas lágrimas recorrer sus mejillas, y ya que mis palabras no salían lo mejor era demostrarle cuales eran mis sentimientos.
La besé. Mi primer beso es con Kanan-san.
Sus labios son suaves y cálidos. Nos quedamos quietas por unos segundos, hasta que Kanan decidió mover su boca ladeando su rostro para profundizar en aquel contacto. La respiración de ambas se descontroló. Ella me tomó por la cintura mientras aún se mantenía sostenida por su otro brazo. El beso se tornó más lascivo, ninguna de las dos quería ceder en el juego. Kanan mordió mi labio inferior.
- Kanan… -tragué saliva al separarme de sus labios para tomar aire, me sentía un poco mareada.
- Dia… -me sujetó y levantándome me acompañó hasta dejarme sentada en la cama- Oye, ¿estás bien? –se colocó de rodillas apoyándose de mis piernas frente a mí.
- So-solo me maree por el… -mi cara estaba hirviendo. ¡La besé! ¡Besé a Kanan! Creo que moriré.
- Dia, ¿por qué lo hiciste? –tomó mi mano- No quiero sientas lástima por mí, además fui inapropiada en decirte todo eso… Cuando tú ya tienes a alguien…
- Ya basta –sujeté su mano con fuerza- Esa persona eres tú, no quisiera besar a nadie que no seas tú, tomarte las manos, abrazarte, verte cada día sonreír… Dedicarte más canciones, escribir para ti –noté como se sonrojaba y sus ojos se volvían a llenar de lágrimas- No quiero verte llorar, quiero proteger tu felicidad, desde pequeñas has sido muy importante para mí, y lo seguirás siendo por muchísimo tiempo más… Si, la canción es una confesión, una para ti, como todas las demás canciones que escribí… No puedo pensar en nadie más que en ti, eres quien me inspira, en tantos sentidos que jamás lo imaginarías… Eres tu esa "persona especial"… Me gustas Kanan.
- Dia… -se acercó con seguridad y una gran sonrisa para besarme nuevamente.
- ¿E-eso es un sí? –pregunté completamente roja.
- Me gustas, Kurosawa Dia. Me gustas desde hace años, no soportaría perderte. –volvió a besarme. ¿No es un sueño verdad? - ¿Quieres salir conmigo? –sonrió acomodando el flequillo de mi frente.
- Claro que quiero –acaricio su mejilla- No desearía fuera de otra manera…
- Puedo besar a la novia entonces…
- Oh, Kanan-san… No es un casamiento…
Repentinamente besó mi cuello subiendo a la cama empujándome hasta quedar sobre mí. Sus labios tocaban con suavidad mi piel, mientras que se encargaba de suspirar en mi oído, ya que descubrió que cada uno de ellos hacía estremecer mi cuerpo.
- Siempre quise besarte, Dia –sus ojos violáceos penetraban con fuerza sobre mí, ni mencionar sus palabras.
- También quería besarte, Kanan –acaricié su mejilla a la vez que ella movió su rostro para besar la palma de mi mano- Quiero tomar tu mano y acompañarte a todos lados, pasear juntas, salir a muchas citas…
- Jamás hubiese pensado que fueras tan tierna… -sonrió y sentí como mi rostro hervía.
- ¡No te burles! –reclamé de manera infantil.
Kanan solo se limitó a regalarme una nueva sonrisa y terminó besándome nuevamente. Sus labios son tan posesivos, y no podía detenerme, ninguna de las dos podía. Quien sabe por cuantas horas estuvimos así, o quizás solo fueron segundos, sin embargos nos vimos obligadas a detenernos cuando Ruby tocó a la puerta.
Ese fin de semana marcó el inicio de mi relación tan anhelada con Kanan, bajo el manto de aquel atardecer durante un cálido día de verano, ambas pudimos expresar nuestros sentimientos.