Los personajes de Saint Seiya clasico, TLC, Omega, ND y Sainta Sho no me pertenecen.
Prólogo.
Un corazón.
Cabo de Buena Esperanza, Sudáfrica, año 3345.
-Aqui Alpha-18 Scorpio. Cubriremos la retirada.
-Entendido Alpha -18 Scorpio.
Kardia apretó los dientes mientras apretaba el gatillo en su mando derecho. Les estaban dando una paliza y tenían que retirarse.
-Alpha-18 Scorpio ¿Me copias?
-Fuerte y claro, vete cubo de hielo que te cubro.
-Preferiría quedarme y cubrirte.
-Aqui el capitan soy yo -Informo Kardia mientras hacía que su mecha enterrara la filosa espada en medio de otro enemigo metálico- La orden es retirada, no te preocupes...
-No creo...
-¡Que te retires! -Puso el arma en modo metralla y derribo a otros dos- Mi deber es garantizar el retorno seguro de mi escuadrón, ya hemos perdido a dos... -Hizo una pausa cuando por breves segundos las imágenes de los otros dos mechas estallando, pasaron pavoneándose en su memoria reciente- no quiero perderte a ti.
-Como ordene, Capitán.
Kardia, como lider y capitan del escuadron se aseguró que sus camaradas pudieran retroceder mientras los cubría. Jamas le habia dicho a su hermano menor que era el líder de su escuadrón. Le encantaría presumirle al enano lo que era, pero hacerlo sería estallar una tormenta de preguntas que no quería responder.
A un costado del tablero tenía la foto familiar que había tomado cuando el ejército lo fue a buscar, era lo primero y lo último que miraba tras cada misión. Milo y sus padres le sonreían desde la fotografía.
El sensor del mecha comenzó a chillar, por lo cual se vio obligado a cambiar de postura y evadir el inclemente ataque.
-¿Y este de donde salio? -Observó lo que tenía delante- Alpha-18 Scorpio a Santuario. Respondan. -Estática- Alpha-18 Scorpio a Santuario, el enemigo posee un mecha desconocido. -Estática de nuevo- Maldita sea... -Apretó un comando que grabó lo que decía y veía, apenas hubiera una minúscula señal lo enviará.- Mecha oscuro, aproximadamente cinco metros de alto, cañones de alto calibre... Tiene dispositivos en la espalda similares a alas. A un no compruebo si vuela.- Y espero no tener que comprobarlo.
Puso el arma en posición y comenzó a disparar al recién llegado, este comenzó a evadir los disparos con una agilidad nunca antes vista en un mecha. No en un mecha que Kardia conociera en poder del enemigo...
En breve lo tuvo tras él, Kardia solo le había visto saltar y salir de su campo visual inmediato. El sistema anunció su presencia a sus espaldas. Un grito de dolor abandonó la garganta de Kardia cuando la descarga eléctrica atravesó todos los sistemas de protección de la cabina.
Las manos laxas dejaron los mandos y su cabeza se ladeó hacia un costado.
Estaba inconsciente y los circuitos de su mecha, principales, completamente quemados. Esa descargaba había atravesado a las protecciones de todos los sistemas... Incluso la que tendria que protegerlo de ese tipo de daños.
Su mecha cayó al suelo y luego comenzó a ser arrastrado hacia el territorio recientemente adquirido por el enemigo.
Un dron sobrevoló el territorio justo cuando le habían dejado rodeado por los mechas conocidos del enemigo. A través de una coneccion de este con los sistemas primarios de sobrevida del mecha, el ejército pudo constatar la supervivencia del piloto y su estado de inconsciencia. El Capitán Kardia Dimitri Antiko, era prisionero del enemigo.
Dentro de la cabina, la inconsciencia mantenía a Kardia en un profundo y grato sueño... En su sueño. En ese fantasioso deseo de que volvía a casa de la escuela y que todo era normal para ellos. Milo jugando con sus autos, su madre leyendo una novela mientras lo supervisa y su padre corrigiendo exámenes en su sillón favorito.
Las sonrisas y saludos afectuosos hacia él, la ausencia de guerra y la inquebrantable calma de saber que nadie va a llegar para arrebatarlo del confort y amor de su hogar lo hacían feliz...
Cuando la cabina fue abierta, Kardia seguía inconsciente. Lo quitaron de ahi y lo depositaron en el helado y metálico suelo al costado de donde reposaba el mecha del joven. Una mano amorfa se posó en su pecho, percibiendo la vitalidad y fuerza de su corazón.
-Es un órgano fuerte... Digno de servir al gran amo.
-Su mente... -Otra mano se posó sobre el casco de Kardia y lo retiró, dejando a la vista sus cabellos indigo sujetos en un rodete tosco.
-Ah... Veo mucha informacion... Y algo que define como familia. - Llevó sus ojos a la mano posada sobre el corazón- Cada vez que eso se presenta, su órgano vital se hace más fuerte...
-¿Que más nos revelan...?
-Una nueva arma, él sería el piloto de ella. -Retiró la mano de la cabeza, pero no así la del corazón- Es perfecto para los deseos del gran amo...
-Entonces... Colocarle el colmillo... Su sumisión debe estar garantizada... Pero antes debemos probar si es digno con el colmillo.
Las manos amorfas rompieron la partes del traje de piloto de Kardia, dejando a la vista la modesta camiseta que lleva debajo de este. Rasgo la remera azul y aproximó sus dedos al corazón de Kardia
-A partir de este momento, pertenece al gran amo. -Sentenció.
El pequeño artefacto blanco, se fue enterrando bajo la piel del piloto. Kardia hizo muecas inconsciente ante el dolor y las pequeñas líneas de sangre que emergian de su pecho. Uno de ellos aproximó su mano una vez más y la herida sanó por completo.
-Debemos llevarlo ante el gran amo, el tomara la decisión final. Dejemos que los esbirrosencargarse de esto. - Señaló despectivamente el mecha del joven- Su nueva arma, es deplorable...
-Este no es el Scarlet needle. -Sentenció el otro- Esa arma es por mucho superior a esta… Debemos dar con ella, podría hacerle frente a Quetzal.
-Y eso no complaceria al señor...
Continuara.