El sol brillaba en lo alto del cielo, el viento era refrescante. Era un maravilloso día para pasear y tanto Bridgette como Félix lo estaban haciendo, yendo algunos lugares en donde vendían telas para los futuros diseños de Bridgette. Sin embargo el modelo comenzó a notar que algo pasaba con su novia.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Félix al momento en que ella abrió la boca y la cerró como si en su cabeza reordenaba sus ideas y decidiera mejor no decirlo.

A él, eso, no le molestaría. Sin embargo al hacerlo cada minuto, comenzó a fastidiarlo.

— Ya dime Bridgette —Empezó con un ligero rastro de enfado— ¿Que sucede?

De nuevo abrió la boca lo llamó por su nombre y cuando él pensó que le iba a decir. Ella dejó salir unos balbuceos incomprensible. La cerró y tragó saliva, negando efusivamente con la cabeza.

— Nada —Alegó mordiéndose el labio inferior al tener dudas de si debía pedirlo o no.

— Si no es nada, entonces no digas nada —Diciendo eso muy enfadado. Tanto que se dio la vuelta y comenzó a caminar más rápido.

— ¡Espera! —Gritó tratando de alcanzarlo— ¡No te vayas!

— ¡Bien! No me iré —Deteniéndose y dándose la vuelta— Dime lo que te pasa.

Ello bajó la mirada y tragó saliva. Sin poder permitir que las palabras salgan.

— Vamos ¡Dímelo!—Demandó— O sino me voy.

— Dime que me amas.

Dijo de pronto, descolocando a Félix por tal declaración.

— ¿Qué?

— Dime que me amas —Le repitió mirándolo con el deseo y sobretodo la esperanza de escucharlo decir esas palabras.

— Ya te lo dije —Se limitó a contestar asomándose un leve rubor en sus mejillas.

—Sí, pero como Chat Noir —Espetó— Y también me lo demuestras con tu alter-ego... quiero escucharlo de ti.

— ¿Y no es lo mismo?

— Para mí no.

Félix bufó. Avergonzándose más.

— Por favor —Rogó— La vez que te dije que te amo, me respondiste "Lo sé"

El susodicho carraspeó, ahora estando mucho más avergonzado y desviando la mirada como con los brazos cruzados. Al rato en voz baja dijo: "Te amo"

— ¿Qué?

Félix frunció el ceño y la fulminó con la mirada.

— Te amo —Repitió, ahora, un poco más fuerte.

— No te escuche, podrías repetírmelo.

Félix ya pensó que se lo estaba haciendo a propósito. Y furioso. Gritó: "¡Te amo!" Tan alto que muchos transeúntes se rieron como causándole ternura por lo que sucedía entre ellos dos.

— ¡Oh, Félix! —Diciéndole con todo el amor del mundo— Ya te había escuchado en la primera —Confesó Bridgette— Gracias por repetirlo.

Abrazándolo dulcemente por el cuello. En cambio Félix quería ahorcarla, teniendo la cara roja y quemando como el mismo fuego.

— ¡Vamos! —Repuso cuando Bridgette lo liberó del abrazo. Ella al notar su humor, le pregunto varias veces si le pasaba algo.

En todo el trayecto. Él contesto: "Nada"