La estación de buses III

Limones amargos

Sasuke descartó sus pensamientos pues sería imposible que la muchacha a su lado guardara relación alguna con Naruto. Si el rubio la conociera seguramente estaría fascinado por el color de su cabello y habría tenido que escuchar acerca de ella un montón porque él nunca cerraba la boca, ni para comer ramen.

Un Naruto sonriente se acercó a Kizashi.

- ¿Van a ir a recoger a Sakura al terminal? – preguntó con una sonrisa socarrona - Es que un amigo mío también viene de Suna y …

- No digas más. Recogerlo es lo mínimo que podemos hacer como agradecimiento por recibirnos, Naruto-chan

A Naruto se le salió una sonrisa enorme al sentir el cariño de los padres de Sakura.

- Le avisaré al teme que lo van a recoger, con todo el tráfico que hay en estos días estará agradecido de tener cómo llegar

"Teme" "Un amigo va a a ir a recogerte" "Su hija también viene de Suna" "Los invité a comer" "Sé que eres anti-social pero te conviene" "Los tomates fritos se ven horribles" "Supongo que eso es bueno" "Ya le di tu número a Kizashi" "Le conté a qué hora llegabas y me dijo que su hija llegaba casi al mismo tiempo" "Te llamará cuando leguen al terminal"

El pelinegro suspiró al ver que Naruto le seguía escribiendo a pesar de su advertencia. Al leer los mensajes no pudo evitar entrecerrar los ojos. Una muchacha de Suna. Su suerte no podría ser tan miserable. Quería preguntarle todo acerca del asunto de estas nuevas personas, pero no se dignaría a hacerlo. No se negaría a que le recogieran porque sabía de primera mano cómo era el frenesí a fin de año. Además, aunque se negaba a admitirlo, tenía curiosidad de si dicha muchacha sería la fastidiosa a su lado.

"Bueno"

Naruto no esperaba menos de su amigo. A diferencia suya siempre encontraba la manera de usar la menor cantidad de palabras posibles. Eran completos opuestos y aun así eran tan cercanos cómo podían llegar a serlo dos amigos.

Al pelinegro se le hizo rápido el viaje pues estuvo ignorando a Sakura y encargándose de correos del trabajo de los que se quería deshacer lo más pronto posible. Mientras tanto, ella lo miraba a ratos disimuladamente pensando en lo guapo que era su grosero compañero de viaje. La pelirrosa no querría alimentar el ego de Sasuke mirándolo fijamente, entonces sacó un libro de detectives que esperaba acabar en el bus. Él a ratos la escuchaba suspirar sorprendida o musitar palabras que no lograba entender. Y así se les pasó lo que quedaba de viaje, procurando ignorarse.


-¿A quién vamos a recoger? Olvidé su nombre- preguntó el pelirrosa distraídamente al rubio

-¡Mi mejor amigo de toda la vida! Sasuke Uchiha- exclamó en respuesta con una sonrisa- Es un tanto amargado y me disculpo por adelantado, pero es buena persona, dattebayo. Si te fijas vas a ver que su cara se ve como si hubiera probado un limón feo jeje.

-Ah, creo que lo has mencionado… ¿Es Uchiha como el nombre de la multinacional?

-Sí, Itachi y él dirigen la empresa actualmente- comentó con un tono orgulloso que no pasó desapercibido. Era claro que a Naruto le llenaba el corazón ver cómo el niño callado y con ojos vacíos que había conocido años atrás había llegado a ser un amargado menos amargado. Y es que no solo era menos amargado, también era algo agradable de vez en cuando, ¡hasta lo llamaba al celular a veces!

Mientras el rubio pensaba en su amigo, Kisachi se preguntaba si el Uchiha se llevaría bien con su hija. Sakura era linda e inteligente, y él mismo había visto que no se le dificultaba encontrar algún hombre interesado en ella. Sí, él sabía que su prioridad no debería ser conseguir pareja. Pero él no podía evitarlo, una parte de sí quería verla contenta con alguien y saber que esa persona podría cuidarla. "Papá, no necesito de alguien que me cuide. Deberías ver los puños que puedo lanzar, shannaro" le había respondido ella un día. Estaba orgullosos de ella, nadie podría dudarlo, pero solía descuidarse mucho y pensar solo en sus pacientes; él solo quería alguien que pudiera meterle en la cabeza que su salud era importante también. A lo mejor era rebuscado esperar que unos días con Naruto y su amigo pudieran hacer que una relación floreciera, pero uno podía soñar.

-Iré saliendo, no quiero llegar tarde – dijo Kizashi como despedida a su esposa y al rubio. No les preguntaba si le acompañaban pues sabía que ella cocinaría y él le ayudaría probando toda la comida y lavando platos. Naruto adoraba la comida de Mebuki, incluso cuando no era ramen.

Con un gesto de despedida de Naruto y un beso de su esposa él salió contento.


Llegó el momento de bajarse y la pelirrosase despidió cordialmente del pelinegro. Un "hn" fue la respuesta que tuvo y decidió bajarse a recibir su maletín en lugar de quejarse ante tales modales.

Sasuke sonrió de medio lado al ver la gigante maleta rosada que le iban a entregar a la muchacha. No podía ser más predecible que era de sus pertenencias. Esperaba verla caerse o algo similar con tal equipaje. Ella lo vio y levantando una ceja lo cargó con facilidad, no era un debilucha. Él ni se inmutó, al menos no que se evidenciara en su cara.

"Las apariencias engañan, aniki" le había oído decir a su hermano.

-SAKURA-CHANNNNNNNNNN- gritó innecesariamente una voz masculina cerca.

"Probablemente todos en el radio de un kilómetro oyeron ese alarido" pensó Sasuke con fastidio volteándose a ver un cabello rosa con tono cenizo que se acercaba peligrosamente rápido. Si kami existía, ese hombre no sería quien lo iba a recoger. Luego vio cómo dos matas de cabello rosa se abrazaban largamente, tal vez le daba un poco de envidia ver padres abrazando sus hijos, pero no era algo que dejaría ver.

-Cada día resplandeces más, Sakura-chan, tu mamá estará saltando de felicidad al verte. Nos has hecho mucha falta… -exclamó con un asomo de lágrimas de felicidad en su cara - ¡Oh! Debo llamar al amigo de Naruto- murmuró el padre de Sakura sacando su celular y llevándoselo al oído tras presionar unos botones

"No" "Kami no existe".

Y su celular sonó monótonamente.

Los tres se miraron.

-¿Sasuke?- no podía ser casualidad que el teléfono sonara en ese momento.

-Hn- suspiró el pelinegro "resignándose" a pasar el resto del día con gente ruidosa.

Naruto había mencionado que era algo amargado, pero Kizashi se había limitado a pensar que cualquiera se veía amargado al lado del rubio hiperactivo. Realmente parecía que había probado un limón amargo.


¡Hola!

Perdonad la tardanza, estoy acabando clases. Quedo atenta a vuestros comentarios, son todos bienvenidos.