Disclaimer: Boku No hero Academia no me pertenece, tampoco los personajes.
Pertenecer a la U.A no es tarea fácil, e Izuku lo sabía perfectamente. Acababa de terminar otra agotadora clase con el profesor Aizawa, clase de entrenamiento para ser más precisos. Midoriya siempre era el único que no resaltaba en este tipo de clases, al no tener el control del "One for All" se le dificultaba usar su quirk, aunque poco a poco lograba dominar su don.
Todos los estudiantes de la academia se encontraban dejando el establecimiento, algunos agotados por el arduo trabajo que exige la academia. El joven, como todas las tardes, seguía sumido en sus pensamientos, en lo que aprendió ese dìa en clases y en como llegar a ser un héroe, algo esperable viniendo del peliverde.
-Midoriya!- grito alguien a sus espaldas, antes de que ponga un pie fuera de la entrada de la U.A. Era Kirishima, quien venìa acompañado por Mineta y Kaminari.
El no esperaba encontrarse con nadie a la salida. Siempre que volvìa a casa sin la compañía de lida-kun o Uraraka-chan, Nadie lo detenía o lo acompañaba.
-Oh, Ho-hola chicos- Dice el joven Midoriya, dándo media vuelta para quedar de frente con ellos.
Kirishima, siempre con un aire alegre, se dirigió a el para dar el primer paso en la conversación. Los otros dos estaban balbuceando algo entre ellos. –¿Oye, notaste como se veìa Yaoyorozu?- Dice con un aire pervertido. Aunque tenía dudas, el ya venìa venir por donde iba la mano.
-No se a que te refieres- Dice el peliverde confuso. Mineta lo interrumpe, dando un salto y exclamando con su típica cara de pervertido feliz. -Ella llevaba un nuevo escote!-
Lo que esperaba viniendo de ellos 3. Izuku respondió con una sonrisa improvisada mientras pensaba que responderles. -Sus encantos se remarcaban mucho màs que antes, se veìa fantástica!- susurra Mineta al mismo tiempo en el que simula apretar unos pechos con sus manos.
-Bueno, no me había fijado en eso…- Responde Midoriya, este se ruborizo por un momento. Los otros comenzaron a reir.
Kaminari, quien no dijo nada hasta ahora, le reprocho al peliverde. –¿Izuku, acaso no te fijas en ninguna de las chicas?- Esa pregunta puso nervioso al chico. Ahora si no sabìa que responder.
-Vamos amigo, alguna de las chicas te tiene que atraer, la mayoría están buenas- sugiere Kirishima, al mismo tiempo en el que le da una palmada en la espalda. Ya se dieron cuenta de que Izuku se quedó sin respuesta.
Luego de unos segundos, Midoriya recupero la compostura y respondio ante los 3 chicos. –Bu-bueno, creo que si…- susurra mientras juega con cierto nerviosismo con sus dedos. Una sonrisa se dibujo en el rostro de Mineta. –¿Dejame adivinar… se trata de Uraraka, no es cierto?- responde Mineta.
-Nonononono- niega Izuku, temblando y sonrojado. –Vamos, es muy obvio- Lo interrumpe Kaminari. –Andas con ella todo el tiempo, hacen todo juntos, siempre rien al hablar, esta claro- Mineta corta el dialogo del Rubio. –Y no olviden lo importante, tiene un buen cuerpo- Midoriya suelta una risa falsa, mientras se da vuelta para seguir su camino.
-Cr-creo que tienen razón- susurra cabizbajo, -Pe-pero bueno, tengo que volver a casa, hasta luego!.- El peliverde apuro el paso, queriendo salir de la conversación. -Adios midoriya!- los 3 se despidieron, riéndose en voz baja de la timidez del chico.
El ocaso comenzaba a oscurecerse cada vez màs rápido, la noche caería dentro de poco. Los pensamientos del joven Midoriya volaban de un lado a otro dentro de su cabeza. El sabìa perfectamente que era inexperto en la materia "mujeres". Nunca le había prestado atención a ese campo, pero era consciente de que era muy importante. Todos los chicos hablan de mujeres, que si son bonitas, que si estan buenas, y luego tenemos a gente como Mineta.
El punto es que, el era demasiado tímido como para confesar su amor a alguien, o minimamente darle algún piropo a alguna chica. Era mucho para el. Uraraka parece su mejor opción, pero ni siquiera esta seguro de si ella siente lo mismo, o si tendrá los huevos para hablar con ella y pasar a ser "algo mas que amigos"
Aunque logre ser un héroe, alguien como All Might, sentía que le faltaba valor, un valor distinto al de enfrentarse a un villano, el valor d…
-Deku! Maldito imbécil!- Midoriya cayo al suelo junto con Bakugou. Estaba tan distraído que no se dio cuenta de que estaba por chocarse con el. Izuku se levanto rápidamente, temblando mientras levantaba su mochila y trataba de ayudarlo a levantarse. –L-lo siento Kacchan!-
Baku ignoro sus disculpas, bufó y retomo su camino, sin antes insultar de pies a cabeza a Izuku. Este, con la mirada baja, noto algo raro en la mochila de Kacchan. Una especie de papel rosa. Midoriya señalo con miedo el papel. –Ka-Kacchan, t-tienes algo en tu mochila- Este paro de caminar y miro fijamente a Deku.
-No fuiste tu, no?!- Pregunta Bakugou con enojo. Este se saca la mochila y toma el papel de su bolso. Parece ser un sobre. –N-no Kacchan, yo no tengo sobres rosas!- suplica Midoriya mientras le muestra su mochila. Bakugou Levanta una ceja mientras ve su mochila. –Tu también tienes un sobre en tu mochila-. El peliverde se dio cuenta al instante. La curiosidad de ambos entro en aumento, alguien estaba tramando algo con ellos, y definitivamente eso no le gustaba a Kacchan. Era el tipo de personas que no soportaba el misterio.
En cambio, Izuku estaba intrigado. Tomo el sobre, y ambos lo abrieron al mismo tiempo. Un papel rosa, escrito con tinta negra. Midoriya reconoció la letra casi al instante. –Es la caligrafía que tiene Uraraka- dijo en voz alta con total seguridad. -¿La chica de cabeza redonda?- Pregunta Bakugou. Izuku asiente con la cabeza.
"Calle 135, casa 3, a las 20:00"
-U.T.M.M.K.T
Ambos se miraron extrañados. Muchas dudas les surgieron a los dos. El primero en hablar fue Bakugou. –Se que es esa dirección- dice mirando a Deku, este lo miro atentamente. –Ahí es donde vive tu amiga, la de cabeza redonda. Tube que ir junto con el chico de cabello rojo a hacer un proyecto sobre EraserHead- susurra como si recordara algo que le desasgradara. En ese momento Deku recordó el lugar, como lo pudo olvidar, justamente el la solìa acompañar a su casa de vez en cuando.
-¿Qué significa la firma?- pregunto Bakugou. Deku hizo un ademàn de no saber nada con sus hombros, pero respondio la pregunta de Kacchan. –Lo sabremos cuando vayamos, no es así Kacchan?- Katsuki se mofó del comentario de Izuku, mostrando desacuerdo. –¿Te piensas que volveré a su casa? Ni de broma Deku, mucho menos si tu también estaràs ahí!- Antes de que Midoriya pueda decir alguna palabra, Baku tomo el sobre y lo tiro al suelo, siguiendo su camino e ignorando a Izuku en el proceso.
Midoriya se quedó en el lugar, pensativo mientras observaba fijamente el sobre. ¿La casa de Uraraka? Que estaba tramando? "Uraraka…" pensaba el chico. De todas las chicas de la institución ella fue la primera en dirigirle la palabra, ella fue quien lo salvo de caerse el primer día de clases en la academia, en el examen de admisión, y fue la que lo salvo de una caída peligrosa luego de destruir el robot de 0 puntos. "Una chica alegre, amable y algo linda…" Se repetía el peliverde en su cabeza, aunque el sabía perfectamente que era hermosa.
Volvió al mundo real en el momento en el que vio las puertas de la academia cerrarse. Reviso rápidamente su reloj, eran las 18:00. Tenía que volver a casa y decidir bien lo que haría. Por favor, era su mejor amiga de la academia, no podía fallarle en algo asi, era una invitación a su casa. Y quien sabe, puede que por fìn ocurra algo entre los dos, Izuku podría dejar de ser el típico Friki tímido antisocial. –Si Deku- Se dijo a si mismo en voz alta. –Iré a su casa y le diré que me gusta!- Alza la mirada con determinación pero la baja rápidamente. –No, no puedo decirle eso, es muy directo. Tal vez podría darle un ramo de flores. No, eso es muy cursi, incluso para una persona tan dulce como Uraraka- La ausencia de Kacchan era un alivio para el, nadie lo molestaría mientras se encuentre con Uraraka. Pero eso lo llevaba a otra duda.
¿Por qué razón invito a Kacchan? Ochako y el no eran para nada cercanos. De cualquier modo, no habrían problemas, mientras nadie los interrumpa. Y asi comenzó su debate mental. Siguió su camino hacia su casa para prepararse, sumido en sus pensamientos.
1 HORA MÀS TARDE
Midoriya ya había llegado a su casa. Paso casi volando por la entrada, llegando a su habitación en un instante. Su madre se encontraba cocinando, esta casi ni se entera de que su hijo llego a casa. Revolviendo cada esquina de su cuarto, Izuku estaba buscando algo aceptable para vestir en la casa de Uraraka. Tampoco sabìa el motivo de la invitación, no sabìa que ponerse. ¿Desde cuándo Izuku era así?
Tomo una camisa blanca, unos pantalones verdes oscuros y una chaqueta verde. Nada muy elegante, pero al mismo tiempo decente.
-¿Qué puedo llevar?- susurro mientras revolvía su casa. "¿Y si me invita a cenar? ¿Qué pasa si me invita a hacer algún trabajo de la escuela? ¿Y si es algo importante?" pensaba para sus adentros. La mama de Izuku lo observaba desde el sofá.
-¿Vas a lo de tu amiga?- pregunta su mama con una mirada tierna.
-Si mama, no se para que pero me invitaron a último momento para ir a su casa- responde mientras toma su mochila y se dirige a la cocina. -¿Puedo tomar la caja de bombones del estante? Todavía nadie la abrió- pregunta al mismo tiempo que la toma.
-Claro que si Izuku, todo sea por tu amiga ¿No?- pregunta mientras levanta una ceja. Midoriya ignora el comentario de su mamà, pero le da las gracias. Se despidió de ella y comenzó a caminar a la casa de Ochako. Ella vivía a 20 minutos de su casa, tenía el tiempo perfecto para llegar a tiempo.
A 2 calles antes de llegar a la casa de la joven Uraraka, el peliverde se jacto de que una floristería aún seguía abierta. Se planteó por un momento comprar algunas para dárselas a Uraraka, solo en el caso de que tenga las agallas suficientes para declarársele a su amiga. Seguìa caminando, pero antes de pasar la tienda se detuvo bruscamente.
"Midoriya, no tienes que ser un cobarde!" se grito para sus adentros. Su rostro cambio a una mirada de determinación, y con valentía pidió un ramo de rosas. Pago por ellas y las guardó al fondo de la caja de bombones. Era lo suficientemente grande para camuflarla por debajo de los bombones, además de que el envoltorio taparía los pétalos. Si se confesaría, lo haría bien.
Se fue rápidamente de la tienda, atravesó las calles que lo separaban a el de las calles de Uraraka y se dispuso a tocar el timbre. Desde afuera, vio la silueta de Uraraka a través de la ventana que daba con la sala de su hogar. Tomo aire y se preparo para recibir a su amiga, Ochako…