-Ni acercarte, ni hablarle... ¡Ni siquiera votearás a verla! ¿Me has entendido?- siseó Cat Noir señalando amenazadoramente al chico atado con la cuerda del yoyo de su compañera a su bastón.

-S-Sí, señor...- tartamudeó aterrado el muchacho. Ladybug se limitaba a mirarlos a ambos detrás de Cat Noir. No quiso decirle nada a quien más temprano le había hostigado. Tan sólo pretendía asustarlo. Pero cuando Cat Noir le aseguró que aquello no sería suficiente, no se opuso a dejarlo hacer su voluntad.

-Ahora, me dirás que planeabas más temprano...

-¿Planear?

-Exacto. Es decir, no creo que pretendieras enamorar a esa chica con insistencia, ¿o sí?

-¿Enamorarla? No, yo sólo...

-¿Tú sólo...?- alentó el héroe a terminar la idea. Ya no le gustaba el rumbo que tomaba aquella oración.

-E-Escucha, ya aprendí mi lección. ¿Está bien? Por favor, d-déjame ir...

-¿Tú sólo qué? ¡¿Qué rayos pretendías con ella?!- exclamó el gato furioso acercándose con paso amenazante al indefenso chico.

-¡Hey! ¡Guarda tus garras, Cat!- le detuvo Ladybug tirando de su cola.- No importa ya. No creo que intente nada más...- agregó mirándolo con sus ojos entrecerrados en una expresión de furia.

-N-No, señorita. Lo juro...- Cat Noir suspiró, aligeró su cuerpo y tiró del yoyo para soltarle. Mas cuando el espantado chico quiso echar a correr para alejarse lo más posible de ambos, el bastón del minino frente a él le detuvo.

-Ni a Marinette, ni a ninguna otra chica...- ordenó con voz de ultratumba.- No son juguetes ni están allí para tu diversión. Te estaré vigilando...- El muchacho asintió y sin esperar más salió de allí.

-¿Cómo sabías lo que esa chica Marinette...?- preguntó Ladybug intrigada.

-Logré tener un buen vistazo de lo que sucedió esta tarde...- dijo sin más.- Su actitud con ella fue algo que te haría hervir la sangre de ira...

-Sí, creo que puedo imaginármelo...- respondió ella mirando con disgusto hacia un lado. Cat volteó hacia su compañera y notó su no tan camuflado disgusto. En un intento de no dejarla ir esa noche con sólo ese recuerdo, tomó su mano y la besó con afecto.

-Pero lo dije en serio.- comentó tras esto.- Lo estaré vigilando. A él y a cualquier otro idiota que quiera pasarse de listo con cualquier chica. Ellas merecen salir a la calle sintiéndose seguras.- Ladybug escuchó con atención aquello, conmovida por su iniciativa tan noble.

-Todas las chicas de París estarían agradecidas de escuchar eso, Cat. Y en nombre de todas ellas...- tomó su rostro y plantó un suave beso sin prisa en su mejilla, dibujando sin saberlo una gran sonrisa de enamorado en su cara.

-¿Qué tal un beso por cada chica de París...?- probó suerte al verle ella de frente de nuevo. La heroína alzó una ceja con una sonrisa divertida.- Jeje...

-¿Me dirás ahora qué rayos pasó con tu ojo...?

-Descuida. Creo que ya fue un "ojo por ojo"...- respondió aún a sabiendas de que sólo él entendería aquel comentario.

-Muy... bien...- contestó Ladybug algo extrañada.- Buenas noches, Cat.

-Buenas noches, Ladybug. No olvides llamarme si alguien te causa problemas de camino a casa...

-Creo que puedo arreglármelas yo solita...- aseguró ella mostrando su yoyo.- Pero lo tendré en mente...

Un pedido que no me pude negar...

Pero fuera de todo al asunto de la cursilería, el acoso no está bien. Chicos y chicas, con acoso no van a conseguir nada más que desprecio por parte de la otra persona. Se los aseguro...

Y si son ustedes los acosados, hablen. Recuerden que hay mucho loquito suelto. A como puede ser un ridículo falto de atención, puede ser un chiflado dispuesto a llegar a más. Por fa, cuídense. 3