Ubicado en algún momento del CBI...

Patrick estaba haciendo de las suyas molestando a Lisbon desde su sillón, así de intenso era su poder de fastidio sobre ella cuando quería.
-Ya te lo pedí un millón de veces, haz tu papeleo porque yo no lo voy a hacer. Tienes todo en cualquier parte, si no lo haces tiraré los archivos de Red John a la basura...- dijo en un reto cual madre amenazando a su hijo.
-Pero Lisbon, lo hago por ti, sé que te encantan las horas extras de papeleo. - dijo con sorna sabiendo que cual madre nunca cumpliría sus amenazas.
-Esta es la última vez...- dijo muy a su pesar sabiendo que no lo era. Mientras agarraba una pila desordenada de papeles que estaba arriba de un estante del sillón un poco alto para ella.
No se dio cuenta que arriba de toda la montaña de papeles había un objeto pesado y contundente que la desequilibró. Patrick no llegó a tiempo para parar el impacto en la cabeza de la pobre Lisbon. Ella quedó con pajaritos en sus ojos sentada en el suelo con las piernas extendidas.
-Lisbon! Estás bien?! Lo siento mucho, déjame ayudarte.- dijo asustado como un niño cuando comete una travesura y se le va de las manos. La ayudó a ponerse en pie.
-Estoy bien, ve a buscar hielo. -como siempre minimizaba la situación.
Estaba totalmente perdida y cada vez más mareada. Para cuando Patrick llegó al otro lado de la habitación Teresa se desplomó en el piso pero esta vez sin ningún elemento extra. Vino Van Pelt de la cocina al sentir el impacto.
-Ohh por Dios, qué le hiciste a la jefa?!- corrió hacia ellos, Patrick ya la estaba sosteniendo en brazos pero había entrado un poco en pánico. Mientras Rigsby y Cho recién se asomaban por la puerta.
-Se-se golpeó la cabeza y se desmayó, pero recién estaba bien!-
-Hay que llamar a emergencias. - dijo Cho con su calma habitual.
-No no, yo la llevo en mi auto. - dijo Patrick que ya la estaba cargando y se iba.
-Te seguimos con el auto. - Wayne comentó mirando a Cho, el cual no estaba muy convencido.
-Yo también quiero ir. - dijo Van Pelt con ilusión.
-No, alguien tiene que quedarse para atender los teléfonos. - Sentenció Cho. A lo que ella no pudo decir nada porque seguía siendo la más joven de la unidad.
Patrick la acomodó suavemente en el asiento de copiloto de su citroën pero cuando encendió la marcha pisó el acelerador a fondo. Cuando llegaron al hospital el rubio hizo una de sus grandes escenas teatrales para que la atiendan lo más rápido posible. Lo cual como siempre le funcionó de maravilla. Rápidamente la internaron en observación y le pusieron un suero. Mientras los tres esperaban en el pasillo a Patrick le sonó el teléfono. Tenía que ir a la oficina del CBI para entregar sí o sí un archivo que estaba en ese caos de papeles que quedaron a la buena de Dios decorando el piso de la oficina. Refunfuñó al no poder pedírselo a Van Pelt, el administrativo que se lo pidió estaba muy enojado con el rubio por no cumplir con los plazos y le negaría definitivamente el archivo de Red John. Y este señor si cumplía con sus amenazas. Siempre lo salvaba Lisbon que se encargaba tarde o temprano de entregárselos a pesar de ser ella la que se terminara quedando para cumplir con el papeleo de Patrick.
-Chicos, voy al CBI y vuelvo en un abrir y cerrar de ojos. - y salió corriendo para no perder el tiempo.
Exactamente cuando se fue se despertó Lisbon y los chicos llamaron al médico. Una vez el médico la examinó los dejó pasar advirtiéndoles que temporalmente Teresa padecía de amnesia.
-Espera espera...- dijo Rigsby a Cho interponiéndose entre él y la puerta.
-Rigsby, me hiciste venir y ahora no me dejas pasar. - Cho tenía la facilidad de convertir las preguntas en afirmaciones irónicas.
-Que pasa si aprovechamos este mal momento para un bien mayor. -
-...- Cho lo miró esperando que su amigo termine de decir sus insensateces.
-Mira, se me ocurrió que podríamos hacerle creer a la jefa que tiene una relación con Jane...- Cho lo miró como si Rigsby padeciera una enfermedad mental.