Una explosión lleno a todo el vecindario de miedo, mas de uno se escondió donde podía. Los bomberos habían llegado hacia unos minutos y trataban de apagar el fuego que comenzaba a esparcirse hacia los otros negocios, unas calles mas lejanas una persecución se llevaba a cabo, un grupo de policías tratando de detener a unos jóvenes con mascaras quienes eran los causantes de todo el alboroto.

-Como puede ser que en dos años esta ciudad se haya ido deteriorando? -se preguntó un anciano, que miraba todo desde su asiento.

-Desde la desaparición de Hibari Kyoya la ciudad a quedado en manos de los delincuentes -le dijo una señora de edad a su lado.

-Las autoridades no son competentes -dijeron al mismo tiempo que un muchacho le robaba el bolso a la señora delante de un policía que no hizo nada.

Y eso solo era en la mañana, por la tarde se efectuaban robos y homicidios, los hospitales ya no tenían cupo para sus pacientes y los políticos que manejaban la ciudad no hacían nada por miedo. El único lugar seguro en toda la ciudad era el instituto de Nami-chuu y las sedes educativas de este.

-Por que Hibari-sama nos abandono? -se preguntaban unos.

-Sera que lo secuestraron? -decían otros.

-Desearía que Hibari-sama estuviera aquí -se repetían algunos.

Eso y mas se podría escuchar por las calles de la ciudad, el colegio de Nami-chu trataban de tener todo en orden para que así Kyoya volviera con ellos pero nada funcionaba.

Hacia ya dos años desde que él desapareció junto a otros siete jóvenes y sus familias, nadie sabia la causa del por que los Sawada, Miura, Sasagawa y Yamamoto se fueron de la ciudad sin dejar rastro alguno de su existencia en Namimori exceptuando algunos documentos y fotos.

-Director nos han llegado otra carta de ello -hablo la secretaria.

-Miremos de que se trata esta vez Sakurai-san -la mujer le paso el sobre que tenia una extraña insignia junto al logró de Vongola- pero que esto?!

El director del colegio le paso la carta a su secretaria para que esta verificara si era falsa o verdadera. La joven mujer no cabía de la sorpresa por lo dicho en ese papel.

"Estimado Director de Namimori School.

La presente es para comunicarle de la llegada de los jóvenes Hibari Kyoya y Rokudo Mukuro, por ello es necesario que no le diga a nadie mas que a su secretaria y el vicepresidente del comité disciplinario, Kusakabe Tetsuya.

Enviar a un grupo de cinco personas para recogerlos el día x de este mes, entre ellos debe ir Kusakabe-san.

Gracias por su atención.

Att:
S.T"

Simple pero llena de esperanza para ellos dos y para toda la ciudad, era de conocimiento publico que esos dos eran mas fuertes y que gracias a ellos la ciudad era mas tranquila.

El día de llegada de los demonios hubo un atentado al aeropuerto de la ciudad, según en el bajo mundo se rumoreaba que los dos guardianes mas fuertes del décimo Vongola llegarían a Namimori en su jet privado, obviamente estaban muy equivocados y habían provocado a cierta nube que ya venia irritada.

-Callense manada de idiotas -grito uno de los yakuzas que se habían tomado el lugar.

-Cuando van a llegar esos dos? -pregunto uno de sus compañeros.

-Y yo para saber, no soy vidente estúpido -dijo el que estaba gritando.

Todos estaban agachados y sollozando, otros estaban a punto de desmayarse por el susto, algunos estaban en shock. Un grupo de cinco jóvenes estaban escondidos en un local de recuerdos, uno de ellos con un extravagante peinado los otros cuatros eran chicos que estaban nerviosos y no sabían que hacer.

_El vuelo 1869 de la aerolínea Vongola Aire, del destino Palermo-Namimori, acaba de aterrizar_ se escuchó una voz robótica anunciando la llegada del vuelo.

Fue aquí donde el ambiente se tenso mas de lo necesario, el enemigo obligó a una de las empleadas a ir donde estaba el avión y decirles que todos estaban bajo un secuestro de la yakuza "mas" fuerte de todo Namimori, lo que paso después fue una desgracia para esa manada de ignorantes.

-Que fue eso? -grito uno.

-Donde esta You -pregunto otro.

-AAAAAAAAH -ese grito provoco que mas de uno se congelara.

-Malditos herbívoros molestos, por alterar el orden en el aeropuerto los Morderé hasta la muerte -una cortina de humo índigo comenzó a aparecer.

-Kufufufu al parecer alguien quiere pasar por los seis caminos del infierno -de dicha cortina aparecieron dos jóvenes, uno azabache y mirada asesina, y el otro un peli-índigo de ojos bicolor.

-Quienes son ustedes? -preguntó el que parecía ser el líder.

"Es él" "Volvió para salvarnos" "el otro chico también volvió" "sera que al fin Kamisama nos oyó" esas y mas frases se escuchaban, los mafiosos japoneses miraban confundidos a los civiles que comenzaron a sonreír aliviados.

-Quienes son? -pregunto el líder a un joven que miraba al par con miedo.

-Hemos retado a los demonios -fue lo unico que dijo antes de recibir una tonfa en todo el rostro.

-El conejito no estará feliz al escuchar en lo que se transformo esta ciudad -hablo el de cabello frutal.

-Vuelve a decirle así y te morderé hasta la muerte herbívoro piña -dijo de forma agresiva el azabache.

En menos de diez minuto el grupo de secuestradores, los cuales eran como unos treinta, acabaron inconscientes y llenos de heridas, uno que otro traumado pero no importaba. De a poco las personas comenzaron hacer reverencias de agradecimiento y una que otra palabra, la piña se estaba divirtiendo mucho por la cara de asesino serial que tenía la alondra.

-Bienvenido Kyo-san -dijo Kusakabe con una reverencia.

-Tiene mucho que explicar vicepresidente -le dijo en forma cortante.

-Si señor -fue lo único que dijo antes de ver como los dos se subían a una camioneta.

-Mañana a las dos de la tarde en esta dirección, Elvis-san -dijo con burla el de ojos bicolor- Ciao Ciao.

El grupo del comité estaban en shock, ese azabache era el tan famoso demonio de Namimori? No lo sabían pero ya lo veían con admiración al igual que a la piña, ellos dos solos acabaron con unos treinta hombres en menos de una hora.

-Volvamos a casa, y nada de esto se lo dirán a sus familias, entendido? -los otros cuatro chicos solo asintieron- muy bien, mañana nos vemos en la sala del comité a las siete, hablaremos de las nuevas reformaciones que se harán.

Después de eso los policías al fin llegaron y se llevaron a los maleantes, los paramedicos revisaron a las víctimas y preguntando sobre lo sucedido, cada uno dio su punto de vista de lo que había pasado confundiendo a los oficiales que les preguntaban.

En una mansión a las afueras de la ciudad, un par de jóvenes revisaban toda la propiedad, desde las rejas hasta el bosque que rodeaba la propiedad. Pocos minutos después los dos estaban en una sala equipada para una videoconferencia.

Así que eso es lo que paso -la persona al otro lado hizo una mueca- enviare a un grupo de la CEDEF para que los ayuden con la limpieza -los dos guardianes asintieron- la próxima semana llegaran Onii-san y Chrome-chan, estén pendientes de lo que hagan esas ratas.

-Entendido Tsunayoshi -el castaño sonrió y termino la vídeo llamada.

-Enserio necesita una buena noche de sexo -dijo Mukuro de forma de broma- Oye cuidado con esas cosas -dijo al esquivar dos tontas con pinchos saliendo de ellas.

-Lo siento, se me resbalaron -dijo Kyoya con una sonrisa sádica- creo que me dieron ganas de comer puré de piña.

-Hoy sera alondra a la parrilla -habló la niebla con una sonrisa burlona.

Así comenzó otra típica pelea de estos dos, sabían que cuando llegara la noticia de que destruyeron su nueva mansión, Tsuna los congelaría como castigo por tal osadía.