Muy buenos días. Después del desastre de ayer he intentado volver a colgarlo, esperemos que esta vez si lo podáis leer.

MUCHÍSIMAS GRACIAS por avisarme ayer en los comentarios, de verdad, sobretodo a: SwanQueen108, a mayeli85 y a Samantha S. Dracul.

Sé que llevo un tiempo sin actualizar pero este nuevo curso me está quitando muchísimo tiempo de todo en general, pero poco a poco intento continuar.

Así que, aquí tenéis el nuevo capitulo. (Esperemos que esta vez se pueda leer.)

Regina al abrir la puerta se encontró a un sonriente Henry.

"Hola cariño, no me acordaba que venías hoy, perdón." Dijo la morena dejándolo pasar. El joven le quitó importancia con un beso en la mejilla acompañado de un "Tranquila, mamá".

Después de dejar sus cosas en su habitación y cambiarse por algo más cómodo como su madre, bajó. La notaba extraña, como si no fuera ella, como si hubiera perdido ese porte de reina que siempre la rodeaba.

"Mamá, ¿pasa algo?" Decía mientras se sentaba en un taburete de la isla de la cocina.

Regina dejó de cortar la verdura que iba a hacer para cenar y se apoyó en la encimera pensando en qué contestarle. "No, ¿porque lo dices?" Preguntó mientras se giraba con una sonrisa para que no sospechara nada.

"Mamá..." La miró con la cara de: no me mientas. " Emma me ha preguntado por ti, ¿ha pasado algo? ¿Ya no sois amigas?"

Regina resopló, como le iba a decir a su hijo que Zelena se había ido, que la echaba de menos y que tenía esa lucha interior confusa y sin significado.

"Zelena se ha ido."

"¿En serio? ¿Por qué?"

"Por qué no le queda prácticamente nada ni aquí ni en Oz, los habitantes de Storybrooke la siguen viendo como a una villana aún sin tener magia. Así que ha decidido irse con Robin a una casa en Boston." Se sentaba en el taburete delante de su hijo. "Es muy bonita, y grande. Con un patio y un lago al lado." Decía mirando y jugando con sus manos con un tono neutro. Henry sabía que su madre estaba triste y conociendo a Emma seguro que habían peleado por eso, era bien sabido que para la rubia las únicas personas que pueden cambiar son Hook y Regina, pero eso es un tema del que se deberá dar cuenta ella misma. A Henry también le había dejado un poco tocado esa noticia, ya que en los últimos meses que había podido estar más cerca de Zelena, se había acercado mucho a ella y se llevaban bastante bien. El joven se levantó de un salto y Regina lo miró extrañada.

"Entonces ya se que vamos a hacer para sacarnos eso de la cabeza." La ceja alzada de su madre le dijo que continuara. "Mañana vamos a hablar con las hadas y a preguntarles si hay un nuevo amor verdadero. Si cuando Daniel murió, apareció Robin; cuando Robin murió debió aparecer otro amor verdadero para ti."

"Henry..."

"No, de Henry nada. Mañana iremos, te mereces ser feliz y tener a alguien que te cuide y te ame." La ilusión en los ojos de su hijo no hizo más que dejar a Regina fuera de ese combate, suspirando un "Bueno, de acuerdo."

Se pusieron una película antes de ir a la cama, incluso Regina había dejado a Henry hacer palomitas. Lo que su madre no sabía era que él ya sabía quien podría ser su amor verdadero, era el autor y tenía el libro de todo lo que pasaba entre los habitantes del pueblo. Después de la Maldición Oscura Henry se dió cuenta de que el libro se iba actualizando solo, que ya no era necesario la presencia de un autor, que los personajes de cuentos de hadas ya no eran escritos por alguien, si no que ellos mismos escribían su historia.

Henry, nada más terminar la película le dió las buenas noches a su madre y subió a su habitación, debía comprobar algo. Sentándose en la cama, abrió el libro por las últimas páginas. Unos meses atrás, Henry se dió cuenta que el color de las letras cambiaban a rojo cuando dos personas destinadas a ser amores verdaderos interactuaban. Y así se dió cuenta, cada vez que interactuaba con ella las letras cambiaban, cada vez que la miraba sus ojos se teñían de algo sin definir y cada vez que la tenía delante, una sonrisa dibujaba su cara. Pero se borró nada más pasar página, volvían a aparecer las letras rojas con su madre y otra persona distinta.

"Curioso... Mamá tiene dos amores verdaderos…" murmuró para sí mismo. Cerró el libro y se metió en la cama, mañana lo solucionarían todo.

Regina por su parte aún daba vueltas en la cama. Tenía la cabeza en demasiadas cosas: las palabras de Zelena, la discusión y reacción de Emma...Estaba dolida por como la ex-bruja se había ido, tan de golpe y con esas razones, las cuales, conociendo a Zelena, no acostumbraba a dar importancia. Así que pensó en que habría otras razones escondidas que no quiso sacar, pero tenía miedo de saberlas. Por otro lado estaba Emma...No sabía qué hacer con la rubia, desde que se casó con el pirata no ha vuelto a ser la misma que conoció seis años atrás, pero aún así se la veía feliz, se notaba feliz al lado de ese manco. Y le dolía que justamente ella, estando casada con un pirata y, habiendo visto el cambio que ella misma como la Reina Malvada había hecho, juzgara a Zelena de esa manera.

Y con ese último pensamiento, se fue a dormir. Mañana sería otro día, mañana su hijo encontraría a su amor verdadero.

Zelena se despertó por los llantos de Robin, se levantó en seguida sin siquiera ponerse las zapatillas y con solo una camiseta verde. Cogió a su hija y la meció entre sus brazos, consiguiendo calmarla. Le dio el biberón y la sentó en el parqué rodeada de sus juguetes mientras ella se preparaba un café.

Salió al patio, eran las siete de la mañana así que aún hacía fresco y no puedo evitar pensar en que seguramente Regina estaría despierta. Con la taza aún en las manos, se hizo una foto después de peinar los rizos, seguida de otra fotografía del prado y el lago que tenía delante, asomando sus largas piernas por abajo. Después de dar la aprobación se las envió a Regina con un mensaje de buenos días.

La alcaldesa, después de ver la foto y quedàndose más tiempo de lo permitido viendo las fotos, decidió llamar a la ex-bruja. Después de un par de pitidos, la voz de Zelena le daba los buenos días alegremente.

"¡Buenos días, Queenie!" Regina no lo admitiría, pero la echaba de menos.

"Buenos días, Greenie." contestó más calmada. Tampoco lo admitiría, pero Zelena también la echaba de menos. "¿Qué haces?"

"Saboreando los pocos momentos que me quedan hasta que se despierte la pequeña." Decía mientras se tiraba en el sofá del patio. "¿Y tú? ¿Algún plan para hoy?"

Regina carraspeó, no sabía si contarle las intenciones de su hijo, pero aún así, no supo porqué, sentía que la pelirroja merecía sinceridad.

"La verdad es que si, hoy Henry me va a llevar delante de las hadas para que me encuentre un amor verdadero, dice estar seguro que aún hay alguien para mi ahí fuera." Una risa ahogada acompañaba esa afirmación.

Al otro lado del teléfono, la cara de Zelena cambió totalmente. Reprendiéndose al instante. Por eso te fuiste del pueblo, ¿Recuerdas? "Oh...que...que bien Regina, me...me alegro por ti. Espero que lo encuentres, realmente espero que lo encuentres."

"Gracias, significa mucho."

"Bueno, debo irme, creo que oigo a la pequeña despertarse. Adiós, Regina." Y sin esperar respuesta colgó.

La morena se extrañó, no era propio de ella, al menos no ahora que había cambiado, el ser así de seca y cortante. No entendía nada. Unos pasos la sacaron de sus pensamientos.

"Buenos días cariño, ¿cómo has dormido?"

"Muy bien mamá. ¿Preparada para hoy?" Preguntó el niño mordiendo una tostada.

"Em...bueno...sigo sin estar muy segura, la verdad…" Removió el café con lentitud.

Henry se puso delante de ella. "Mamá, te he visto cambiar tanto estos últimos años, te he visto luchar, te he visto defender, te he visto pasar por dos amores verdaderos y ninguno salió como esperábamos. Pero te quiero dar la oportunidad de ser feliz esta vez, de ayudarte a luchar por ello. Así que vamos a ir a encontrarte un nuevo amor verdadero. Además, dicen que a la tercera va la vencida, ¿no?" Terminó con una sonrisa sincera.

Regina se levantó decidida. Iba a ser feliz, no iba a cerrarse como había intentado más de una vez. "Gracias Henry, vamos allá." Y cogiendo su Mercedes ambos se dirigieron hacia el convento donde las hada iban a encontrar un nuevo amor a Regina.

Poco sabía la alcaldesa que su hijo, ya empezaba a sospechar de quien podría tratarse.

Espero que os haya gustado mucho. Como siempre os digo, toda opinion o pensamientos random son bienvenidos en los comentarios.

Hasta la próxima.

PD: Como veis esto va lento, pero poco a poco iremos viendo realmente como es cada personaje.