Una última vez os traigo el capítulo de la semana y os agradezco de antemano por leerlo.
Centésimo capítulo
Perlas del mar
¿Qué tantas cosas podían salir mal en un cumpleaños infantil? Demasiadas. Como, por ejemplo, que su hermana, su marido y el pequeño Souji no pudieran llegar a tiempo por culpa de una carroza rota; que el payaso que habían contratado para los niños hubiese sido por equivocación el payaso de cierto libro de terror, gracias a ello Satoru se la pasó llorando asustado y Hana comenzó a reír como idiota, feliz de tener un invitado tan guay. Probablemente para la menor aquello fue mejor que ver a Santa, lo que los llevaba al próximo problema, "Santa" había ido como invitado a la fiesta.
- ¿Cuantas veces te dije que Santa no aparece en verano? ¿Y por qué te sigues vistiendo de él? - preguntó Mutsu a su padre
- Así nadie le ve la calva a Santa - añadió el hombre avergonzado por su brillante cabeza sin pelo - Pero ya lo entendí, si no puedo ser Santa, seré Satán -
- Fuera de mi casa - ordenó Mutsu sin ganas de más estupideces
- Mamá, tío estúpido está hablando solo nuevamente - añadió Hana
- Ya te dije que no es estúpido, es solo... ¿raro? - añadió la mujer
- No es raro, es Katsura - se quejó el hombre
- Corrijo, es realmente estúpido - añadió Mutsu harta de las locuras del hechicero al que le debían tanto
- ¿Vendrá tío Kamui? - preguntó Hana con una gran sonrisa
Mutsu tragó saliva, no lo habían invitado, de contrario todos acabarían peleando entre sí, nuevamente.
- Kamui es alguien muy ocupado y la autora siempre tiene problemas con su personalidad, así que decidió que no saldrá más - explicó la mujer
Hana pareció no entender aquello, pero Mutsu estaba segura de que lo verían muy pronto de visita, después de todo eran familia.
Para cuando la familia Okita llegó, ya quedaba poco de la fiesta. Pero todos se alegraron de verse. Los menores comenzaron a jugar y a correr entre todo el caos que eran los restos de la fiesta mientras que Kagura y Mutsu se abrazaron y comenzaron a ponerse al día de lo ocurrido desde la última vez que se vieron.
Sakamoto y Sougo seguían siendo amigos contra todo pronóstico, pero ahora tenían un tema favorito del que adoraban hablar.
- Mi hijo es el mejor - alardeó Sougo
- Los míos son mejores y tengo dos - siguió Sakamoto el juego
- Yo prefiero calidad a cantidad, así que Souji gana -
- Hana es más inteligente que Souji y Satoru... su nombre rima con gato - añadió Sakamoto sin saber que decir sobre su hijo
Sougo quería quejarse de lo mal padre que era Sakamoto con ese último comentario, pero decidió dejarlo pasar, más que nada porque escuchó gritos.
Katsura estaba borracho, lo que en cada historia cliché solo podía significar uno, problemas. El hechicero intentó hacer algo con sus pociones, pero como siempre el tiro le salía por la culata. Katsura quiso ayudar a Umibozu con su problema de calvicie, usando una de sus nuevas pociones. El resultado fue peor de lo esperado, pero Umibozu al menos conservaba su cabeza y joyas de la corona.
- ¿Esto te parece gracioso? - preguntó Umibozu enfadado
Katsura no podía parar de reír, así de loca se veía la imagen ante él. A Umibozu no le había crecido el cabello, pero si varias algas verdes que parecían ser un reemplazo de su antigua melena. Era demasiado gracioso para todos.
- ¿Es demasiado tarde para decir que te sacaré canas verdes? - siguió burlándose Katsura
Para el colmo de Umibozu, su pequeño nieto Souji lo confundió con comida y se subió por su espalda hasta llegar a su cabeza y comenzó a comer las algas o pelo de su abuelo. Eso lo heredó sin duda alguna de Kagura.
Umibozu no sabía que le dolía más, si el haber sido un iluso que creyó que esta vez podría recuperar su melena perdida, o el orgullo por parecer ahora una lechuga con patas.
Que Sougo estuviese poniendo tomates en su cabeza y algo de aceite no ayudaba en nada.
- No soy una ensalada - se quejó el hombre
Souji comenzó a llorar, triste de no poder seguir comiendo la ensalada-abuelo. A Umibozu solo le quedaba resignarse.
- Esta bien, seré una ensalada - murmuró el hombre sin opción alguna
Souji sonrió y siguió disfrutando de las algas.
Al menos había que ser positivo, lo más probable es que tuviese el cabello más llamativo y extraño de todo el reino, eso era algo que no todos podían asegurar.
Entre las discusiones, las risas y la diversión, anocheció sin que nadie se diese cuenta y los menores fueron enviados a dormir, Umibozu incluido, pues jugó hasta tarde con sus nietos.
Al final solo quedaban los dos matrimonios despiertos y Katsura al que ya se le había pasado el efecto del alcohol, pero no el de la idiotez.
- Creo que necesitamos un descanso - añadió Kagura
- Tú te la pasas durmiendo - recriminó Sougo
- Pues eso, entre mis siestas y Souji es mucho trabajo y necesitamos unas vacaciones - añadió la mujer
- Eso sería una buena idea, nosotros tenemos las manos ocupadas con los gemelos y nos vendría bien unas vacaciones - añadió Sakamoto
Mutsu creía que era una buena idea, pero tendrían que ponerse todos de acuerdo.
- ¿Las montañas? - preguntó Katsura
- Tú no estás invitado - añadió Sougo
- Pero yo quiero ir, sería un viaje en familia - explicó el hechicero
- No recuerdo estar relacionado con gente tan estúpida - añadió Sougo para después mirar a Sakamoto - Mierda, olvida lo dicho -
- Eso es cruel - se quejó el hombre
Kagura estaba callada, lo cual era peligroso, pero al ver a Mutsu, ambas sabían lo que estaban pensando y como hermanas que eran, era exactamente lo mismo.
- Creo que tengo una buena idea - añadió la menor
- Una muy buena idea - continuó Mutsu
Sus maridos estaban seguros, eso no podía ser una buena idea.
- ¿Qué os parecería unas vacaciones en un lugar fresco? - preguntó Mutsu
- Con comida exótica y una residencia de lujo - continuó Kagura
Definitivamente, era una horrible idea.
- Además de que es hora de enseñarles a los niños a nadar - añadió Mutsu
- Ya saben nadar - añadieron Sougo y Sakamoto al unísono mientras temían por sus vidas
- Si, pero no como nosotras - explicó Kagura
- Eso es una mala idea - añadió Sougo
- Una maravillosa idea, además de que es hora de que conozcáis nuestro antiguo hogar - añadió Mutsu
Sakamoto suspiró, si se lo pedía Mutsu no podría negarse.
- Por mí está bien – se resignó el hombre
- Traidor- gruñó Sougo
Ya no tenía alternativa alguna.
- Nos vamos de vacaciones - añadió Kagura emocionada
- De vuelta al mar - anunció Mutsu
- Nos vamos a ahogar - pensaron los hombres
Al menos sus hijos tendrían mucha diversión y quien sabe, a lo mejor les acababa gustando el cambio de ambiente.
Fin
Eso es todo, realmente os agradezco si habéis leído la historia hasta el final ^^ se me hizo muy largo y será extraño no seguir con ella en el futuro, pero sentía que se estaba estirando demasiado (son cien capítulos después de todo) y mi vida personal es un desastre de momento, así que prefería darle un final antes de tener que abandonarla o algo parecido 😊 siempre me gustó ser puntual y finalizar mis historias, así que "perlas del mar" no podía ser una excepción ^^ mentiría si dijese que no es mi historia favorita hasta el momento, así que espero que al menos os haya gustado una pequeña parte de lo que a mí me gustó escribirla y os agradezco enormemente por vuestro apoyo estos dos años.
Todo esto no significa que dejaré de escribir historias en ff o wattpad, solo que de momento renuncio a comenzar historias largas para no tener que atarme a fechas de entrega y evitarme así estrés innecesario, pero en lo que respecta a oneshots, ya sean de Gintama o no, seguiré mucho tiempo por aquí, así que espero nos encontremos nuevamente en otras historias.
Muchas gracias por todo vuestro apoyo y maravillosos comentarios, realmente me alegran el día vuestras dulces palabras