Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, el título pertenece a la canción de Surf Curse- I'm not making out with you.

Nota: Gracias Lizette por ayudarme, eres un amor.

I'm not making out with you.

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Era un Viernes normal, un día de escuela hasta las 2.30 PM con clase de deporte para finalizar y con una carga de tarea para sábado y domingo. Viktor habría jurado que su viernes terminaría como otra más, con el caminando con su chico de la mano en dirección a casa; cargaría la mochila de su acompañante rubio y la suya. Él le contaría al chico sobre su día y ambos estarían tirando mierda a los profesores.

Jamás tomó en cuenta la posibilidad de que esa misma tarde Yuri Plisetsky le mandaría directito a la mierda. Vaya que el chico había pisoteado por completo su corazón.


— ¡Viktor! No te puedes encerrar en ese baño para siempre— La puerta de color verde se había cerrado con fuerza frente a la cara del rubio mejor amigo de Viktor, Christophe se había mantenido con el ruso durante su gran pesar. Todo su viernes se había ido a la basura en cuanto el chico de ojos azules le hablo con voz quebradiza mediante la línea telefónica.

Pero su mejor amigo lo valía, la perra de Plisetsky se las había arreglado para humillarlo y destrozarlo frente a gran parte de los estudiantes. Como era de esperarse el pobre ruso solo encontró paz refundiéndose en el baño de su habitación.

— ¡Quiero estar solo, Chris!— Por enésima vez Viktor vocifero esa frase, su voz se escuchaba terriblemente ahogada y seguramente estaría sentado en el suelo, sosteniendo el perro de peluche con el que se había encerrado 30 minutos atrás.

—Vamos Nikiforov, estás haciendo un drama por alguien que te estaba montando los cuernos— Cruel y realista, Chris era el hombro perfecto para llorar— Recuerda cuando ese chico de primero me dejo, tú, pequeña mierda rusa, me diste un patada en el culo para que saliera de mi cuarto y me tiraste un bote de helado a la cara.

— ¡Tú dejaste a Minami! Ni siquiera lloraste, idiota.

La puerta se abrió dejando ver la figura del chico ruso, su rostro estaba enrojecido al igual que su mirar, pequeñas marcas de lágrimas adornaban las suaves mejillas y ña cabellera platinada lucia desordenada.

El peluche aún permanecía abrazado a su pecho.

—Bien, bien. Eso siempre funciona— Sonrió el chico de ojos verdes, sabía que su amigo siempre salía de donde sea cuando se trataba de echarle algo en cara. En específico esa ocasión—Bien, Myrtle la Llorona, en vista de que no planeas mover tu ruso trasero de esta habitación te propongo algo: hoy quédate todo lo que quieras a llorar y suplicar por el desleal de tu ex, llora y maldice al gatito por cambiarte por el chico de la motocicleta y tatuajes cools.

—Otabek— Interrumpió el ruso.

—Lo que sea, ahora Yuri se revuelca con él— Si algo que debía admitir Giacometti es que el chico jamás le gusto para su mejor amigo, demasiado rudo y cortante con su pobre Vitya. Una parte de él festejaba la separación de la pareja y gustaba de tirarle tierra al rubio menor aun sabiendo que a su amigo podría ponerlo de malas—Bien, en lo que estábamos. Hoy te quedas pero mañana saldremos de fiesta loca, loca, loca.

Viktor torció la boca un poco, la idea no le parecía del todo buena. No tenía ganas de nada ni de nadie y estaba casi seguro que su amigo pensaba en buscarle el suplente para su exnovio. Conociéndole como lo hacía no dudaba en que ya tuviere a alguien en mente.

—No lo sé Chris, no me parece una buena idea… No es correcto.

Chris lo miro con incredulidad tatuada en el rostro.

—Viktor Nikiforov ¡este no eres tú! ¿Dónde está tu zipper?— El rubio se abalanzo a su amigo, con una mano buscó la hendidura en la nuca que demostraría que el ruso no era más que un ovni jugando a ser Viktor… o eso pensó— No puedo creer que me estés diciendo esto, cuando tú fuiste el encargado de mi fiesta para despedir al chico de los bonitos ojos marrones. Incluso me presentaste a tu primo a la hora de romper con ese tipo.

—Lo sé, lo se fui de lo peor. Pero Yuri era especial para mí— Viktor llevó una mano a su pecho, en parte drama parte verdad. Perder al ruso era algo ¿complicado?—Él era mucho para mí, compartíamos tantas cosas y me hacía sentir especial.

Chris entrecerró los ojos y arrugo el entrecejo un poco consternado ante las palabras de su amigo.

—Por Kim Kardashian y todo el plástico que hay en su cuerpo, ¿estamos hablando del mismo Yuri Plisetsky?, el chico que tardo más de 3 meses para contestarte un "hola" en Facebook y dijo que había estado ocupado, el chico con el compartías la nacionalidad y algunas veces besos y abrazos. Vik perdóname, pero ese chico no era bueno. Lo sé, lo sabes y lo sabemos todos.

—Ya sé, yo solo…—El ruso no pudo contenerse más, el llanto volvió a salir como si no hubiese un mañana, cualquiera que lo viera podría jurar que ese no era el sonriente Viktor Nikiforov. El chico de los ojos de en sueño y cuerpo espectacular.

—Vamos Vik, ya no llores— Chris tomo a su amigo por un brazo y lo llevo a su cama para que se sentase sobre la mullida colcha— Viktor, lo estoy diciendo porque te adoro, eres mi mejor amigo y lo que menos quiero es mentirte. Odio ver lo que ese chico te hace y saber que él no siente ni una minúscula parte de lo que tu… Es terrible.

Abrazó por unos momentos a su amigo, de cierta forma era graciosamente irónico pensar que hace unos meses él estaba en una situación bastante similar. Solo que Viktor era mucho más dramático ante las circunstancias, él si se daba la oportunidad de llorar y moquear sobre su hombro.

—Parezco un disco rayado pero, Chris, yo sé que lo dices por mí bien así como sé que Yuri no era bueno conmigo. Jamás entendía muchas cosas de él pero era divertido tenerlo ahí.

El chico Nikiforov absorbió por la nariz y suspiró cabizbajo. Eso de cortar con Yuri no era algo que fuera a afectarle por mucho tiempo, Viktor podía jurarlo; solo estaba un poco resentido porque el menor le había botado frente a sus demás compañeros y le había echado en cara su relación con Otabek Altin. Relación que había comenzado cuando la suya aún estaba en pie.

—Que puta mierda, Chris— Exclamó el peligris, saber que Yuri era infiel le dolía, el sí que se había encariñado con el chico.

—La verdad, sí. Todo muy feo como la mierda—puntualizó— ¡Y por esoooo! Iremos a la ¡fiesta!

—Chris…

— ¡Oh! Vamos Viktor, te hará bien salir mañana— Insistió Chris, en verdad creía que salir le haría bien a Viktor. Esa es la medicina que todos necesitan— No te estoy diciendo que conozcas al próximo señor Nikiforov o que te acuestes con alguien, aunque eso no estaría tan mal…

— ¡Chris!— Grito escandalizado.

—Solo quiero que te relajes, que salgamos a bailar y reír— Sonrió y acaricio los mechones claros de su amigo.

Viktor cerró los ojos y los abrió de inmediato, en su expresión se notaba que estaba pensando en las posibilidades de dar su brazo a torcer. Chris ya estaba anotándose la victoria mentalmente.

—Solo será por un rato, nos iremos cuando yo me sienta mal o cuando tú ya estés tomándote hasta el agua de los floreros.

Eso era una afirmación. Chris ya había ganado.


El día anterior había sido una nube gris en su totalidad, se cernía sobre sus cabezas y no paraba de mojarlos como en las películas; Viktor se la había pasado tirado sobre su colchón siendo un desastre total y arrastrándolo en el proceso. Terminaron rindiéndose ante a la depresión y el confiable netflix, vieron Mean girls en busca de comedia para apaciguar el dolor de su amigo. Regina George era todo lo que sus cabezas necesitaban.

Pero el sábado todo fue diferente, los botes de helado no estaban en sus planes y la ducha era la encargada de retirar los rastros de la noche anterior. Viktor y Christophe decidieron tomar caminos diferentes parte de la mañana-tarde y durante la noche se volverían a encontrar cuando el sueco pasara nuevamente por la casa Viktor, de ahí partirían a donde sería la tan mencionada fiesta.

Viktor aún no estaba muy seguro que ponerse, sus ánimos estaban por los suelos y la idea de asistir a una fiesta no le terminaba por convencer, aun así no se permitiría ir desgarbado. No, no y no. Era Viktor Nikiforov y no se permitiría una imagen desastrosa para un evento; por más simple que fuera se rehusaba a dejarse ver sufrido, no importaba si iba con solo intenciones amistosas.

Él siempre se veía espectacular y esa noche no sería la excepción.

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Cuando Chris toco a su puerta él ya estaba listo, su atuendo no era del todo ostentoso pero sí que le asentaba muy bien; con un simple blazer negro, camisa gris básica en cuello V y un pantalón negro lograba destacar su figura. Se sentía cómodo y poco cargado. Su cabello lo dejo tal cual después de cepillarlo tras la ducha, agrego un poco de loción corporal y estaba listo.

Chris por otra parte había optado por colores menos serios, al igual llevaba un blazer solo que este era color hueso y con unos pequeños botones negros en la manga, debajo portaba un sweater de tela delgada de un vibrante tono naranja y pequeñas figuras sobresalientes, el pantalón era un sencillo en mezclilla obscura insufriblemente pegado. Cualquiera que los viera no lo pensaría ni un minuto e iría tras ellos.

— ¿Estás listo Vik?

— ¿Tengo otra opción?— Preguntó con notable resignación.

—Claro que no, Viktor— Chris soltó unas risillas y le abrió a puerta a su amigo. Su padre había sido lo suficiente amable para soltarle el carro esa noche.

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Viktor en un principio había puesto más en duda la idea de aceptar, la fiesta era por parte de unos chicos de su instituto; al parecer los padres y hermana del anfitrión habían decidido partir un fin de semana a su país natal y el chico se había quedado con casa vacía. El rumor de la fiesta se había esparcido como pólvora y chicos de casi todos los grados se habían apuntado. Viktor temía por aquello, encontrarse a Yuri no estaba en sus planes por una buena temporada, y estaba casi seguro que él podía estar incluido en los asistentes de segundo grado.

Chris ante la idea de que su amigo tuviese un terrible altercado con el otro ruso, este movió sus contactos y consiguió que una fuente "anónima" asegurara la ausencia de Plisetsky en la fiesta. Viktor podía casi jurar que consiguió hablar con Altin.

Chris no lo quiso aceptar, pero en fin, el chiste era no encontrarse al rubio.

— ¿Listo para el mejor sábado por la noche?

Viktor solo sonrió dando por entendido que sí.


Cuando llegaron eran apenas un cuarto pasado de las nueve, la casa se mostraba suficiente grande, lo suficiente para recibir a los dueños de los carros aparcados a lo largo de la acera y alrededores de la calle.

Una vez más relajados, tras la cacería de aparcamiento, fueron capaces de identificar la música que envolvía el ambiente: David Guetta y Nicki Minaj les daban la bienvenida con la pegajosa "Hey mama" ante esto Chris se meneaba de manera sensual con el ritmo de la canción, algo gracioso considerando que aún no entraban al recinto.

Como era de esperase gran cantidad de personas estaban aglomeradas en la entrada, algunas de ellas sostenían vasos rojos con lo que podía estar seguro el contenido seria alcohol. Otros reían estruendosamente entre grupitos.

Toda una fiesta de chicos de último grado, aunque ente ellos se encontraban- obviamente- caras más jóvenes. Chris se detuvo a saludar y a platicar de manera fugaz, el solo asentía y sonreía cuando alababan lo bien que se veía. Estaba seguro que muchos esperaban más que una sonrisa esa noche, la manera en que le hablan era bástate insinuante.

Supuso que se sintieron muy decepcionados cuando atravesó el umbral de la casa acompañado únicamente por su mejor amigo.

El interior de la casa era muchísimo más cargado que el exterior, las bocinas sonaban fuertísimo y algunos lazers de colores se movían por la pared dando la ilusión de estar en un antro. La cantidad de gente andando de aquí para allá era inimaginable. No quería pensar en lo que esos chicos con alcohol en la sangre le harían a la pobre casa.

La barra era bastante prometedora y los chicos que manejaban la música dejaban claro que querían una fiesta intensa.

Por supuesto no podía faltar el puñado que estaba prácticamente bailando en cualquier rincón vacío disponible, en verdad que era mucha gente.

— ¡Viktor! Creo que acabo de ver a Masamuni por allá, iré a saludar— Viktor asintió un poco destanteado por la música.

Y mentalmente aseguro que sería la última vez que vería a su amigo durante la noche. Viktor rodó los ojos y empezó a caminar por el lugar en dirección a los tragos.

Si iba a estar ahí esperaba que tuvieran buen alcohol.

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No estaba 100% seguro del tiempo que llevaba en el lugar, máximo podría calcular dos horas y contando. No podía decir que estaba feliz en el sentido entero de la palabra; pero era divertido y su mente ya estaba más que distraída por las diferentes distracciones que ocurrían en la casa. Alcohol, adolescentes y música, sí que habían resultado ser una bomba para olvidar su más reciente decepción amorosa.

A lo largo de la velada se había topado con algunos conocidos, había encontrado a Milla, una compañera y amiga de la escuela, la chica llego saludando y a la larga de su conversación sacaron a flote el tema sobre lo ocurrido con Plisetsky. Viktor con unos tragas encima se decidió por contarle un poco. Solo un poco.

Al final del tema la chica pelirroja se alegró de no ver al rubio por ahí, sentía una gran pena porque finalizaran así su relación. Se despidió deseándole lo mejor a Viktor y brindándole su confianza y apoyo por si tenía algún problema.

Y nuevamente se había quedado solo, su vaso rojo y él solos otra vez. Había optado por sentarse en un sillón de la segunda planta, no tenía idea de porque el sillón había terminado ahí pero estaba seguro que ese no era su lugar. Desde arriba se escuchaban múltiples risas y gritos. Algunos chicos y chicas habían optado por jugar póker de prendas y al parecer la partida ya estaba siendo prometedora. La cosa se había prendido más cuando alguien comenzó a tirar condones a todos los espectadores y jugadores.

Viktor seguía preguntándose qué diablos haría el dueño de la casa, que cabe recalcar aun no tenía el gusto de conocer; hasta donde sabia el chico era un japonés de apellido Katsuki y había estado bebiendo en la barra por un buen rato. Hasta cierto momento nadie supo darle razón de su nombre, después de un rato dejo de preguntar.

La gente ya estaba muy alcoholizada para siquiera prestarle atención.

Acercadas las doce comenzó a creer que sería momento de buscar como regresar a casa, no era que la hora fuese problema sino que Chris no había aparecido por ningún momento y no planeaba dormir ahí. Aunque se rehusaba a dejarlo atrás; sin importar con quien estuviera lo ideal era regresar juntos.

—Donde estas Chris…

—Parece que no te diviertes— Una voz masculina se hizo escuchar justo a un costado suyo. Sin darse cuenta ya tenía a un chico sentado en el segundo espacio del sofá. — No voy a acosarte, si es lo que estás pensando.

Viktor alzo una ceja, el chico portaba gafas y vestía de manera bastante sencilla: Jeans oscuros, camisa negra y pelo revuelto; también eran notables los rasgos asiáticos en su rostro. Gracias a las gafas el chico tenía un aspecto bástate nerd y tierno. Tampoco parecía estar en un elevado nivel de alcohol, su voz se escuchaba bastante clara.

—Parece que estas escaneándome hasta el alma— Menciono divertido, Viktor sin duda le estaba dando, como dirían vagamente, la "zorreada" de su vida.

Sin imaginarlo Viktor sintió el escozor en sus mejillas, se había sonrojado sin control.

—Ah… lo siento— Comenzó a excusarse, lo último que quería era que lo atraparan viendo al chico. Justo lo que acaba de pasar— Pero tu rostro no me resulta familiar, no quería ser descortés y llamarte por otro nombre.

El chico sonrió y asintió comprensivamente.

—No te preocupes, mi nombre es Yuuri ¿tú eres?...

"Yuri" ¡Que feo nombre!

No estaba en shock, pero tampoco estaba feliz, para nada. Era una pena escuchar ese nombre cuando ya estaba tan distraído por la algarabía del lugar.

—Mi nombre es Viktor—contesto más calmado de lo que hubiese contestado antes, incluso dejo salir el acento característico de su nación.

— ¡Tienes un nombre genial!—Exclamo emocionado, el chico había quedado maravillado por la manera de entonarlo— Uno aquí teniendo nombres tan… tan Yuuri.

—Lo sé, me lo puedo imaginar… es un nombre horrible—Contesto sin mucho interés, más a los segundos cayó en cuenta de la grosería que acababa de cometer en parte la expresión del chico le había dicho de mas—Yo… am, lo siento. En verdad lamento eso último… Yo estaba con alguien con un nombre así… em, pero no salió… bien. Lo siento, no quise ser grosero.

El chico de la camisa negro ladeo la cabeza y sonrió mostrando completamente los dientes. Muy bonitos a criterio de Viktor.

—No importa, supongo que lamento lo de tu relación— Contesto el chico sin dar profundidad al tema, se meció un poco ante la ligera incomodidad que percibía del otro chico—¿te encuentras bien?

—Claro, ¿Por qué la pregunta?

—Creí extraño ver a alguien sentado, solo y un tanto alejado del bullicio— explico el chico— todos están abajo y ya están comenzando con las canciones aburridas y melodramáticas. Lo último que queremos es que alguien se sienta en verdad triste.

Considerando lo antes mencionado por Viktor, Yuuri encontró bastante irónica la situación: el chico estaba triste y ahí abajo ya estaban quitándose la ropa mientras empezaban a sacar la música que seguramente encontraría en un perfil de Tumblr.

—Bueno, creo que es mejor estar aquí que allá, de buena fuente sé que están arrojando condones y tirando líquidos que no son específicamente alcohol… Además estoy esperando a un amigo.

— ¿Tienes mucho buscándolo?— Preguntó.

—No lo estoy buscando con exactitud, simplemente estoy esperando a ver si lo veo— Nikiforov mordió su lengua un poco ante lo último, era un gesto que no significaba mucho pero que le saca una sonrisa al chico de gafas—Vine con él y tengo que regresar con él, además no creo ni se si se pueda dormir aquí.

—Yo creo que sí, solo enciérrate en una habitación si no quieres despertar solamente con un poncho—El tono del chico dejo entrever burla, aunque a su vez fue lo demasiado convincente para que Viktor preguntara si era verdad.

De ahí derivo la plática más loca, extraña y sin sentido que hubiese tenido en un buen tiempo.

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Sabía cómo, sabía cuándo, sabia donde… Pero no sabía el porqué.

Estaban justo en la improvisada pista de baile, con una cuantas parejas más a su alrededor y las luces siendo más tuenes. Desde hace rato la música había cambiado a un ritmo lento y otras veces ni siquiera podía ser "bailada" pero ya no importaba. El único punto era seguir el compás de sus cuerpos.

Todo había comenzado con la simple platica del poncho y de ahí habían continuado con más y más, como si se tratase de viejo amigos siguieron tejiendo la conversación; tomando confianza en el proceso y Viktor carcajeando, lloriqueando y "ofendiéndose" a cada momento. El chico de rasgos orientales demostraba una gran personalidad para hablar y Viktor tampoco se quedaba atrás.

La propuesta salió de Yuuri, una de sus canciones favoritas había comenzado a sonar y en verdad quería estar ahí, en la pista. El chico de ojos azules lo dudo por unos momentos… pero ¿Qué era lo peor que podía pasar?

"Love on the brain" los había envuelto en el primer instante cuando tomaron posición para bailar, con la música un poco avanzada se movieron por la superficie. Después de que terminara la canción ninguno de los dos se había tomado la molestia de parar. No lucían incomodos y coordinaban bastante bien, con sus excepciones a momento; pero en las que rieron cuando se pisaban o chocaban con otros.

Todo avanzaba muy bien, demasiado perfecto para una pista donde había condones regados y con vasos que llegaron hasta el ventilador del techo.

—Todo esto es genial… estoy feliz de que me sacaras a bailar—Comento el ruso—Gracias.

La sonrisa de Yuuri no se hizo esperar, Viktor no dudaba que en cualquier rato esa sonrisa fuera a matarlo. Había durado más de una hora observándola a momentos y no encontraba desperfecto en ella, era linda y sincera; causaba una calidez que te incitaba a seguir provocándola.

— ¿Te gustaría beber algo?— Pregunto Yuuri cuando la canción que bailaban termino. El ruso asintió y juntos salieron de la pista. A su vez una canción con un tono más movido no tardó en dar comienzo.

"We drove around in your car

But we didn't drive very far"

— ¿Quiénes están cantando?— Pregunto Viktor mientras llevaba el vaso rojo a su boca, por decisión de ambos habían decidido solo beber un poco de ponche de frutas que el japonés había sacado de la nevera.

—Si no me equivoco… creo que es Surf Curse— Respondió el japonés después de hacer mi gestos con la cara, este dio un largo trago a su vaso. Viktor no pudo evitar reír. El chico era bastante expresivo si se lo proponía.

—Veo que sabes bastante de música—comento Nikiforov mientras ser acercaba de a poco al chico japonés— Creo que desde que comenzamos a bailar has sabido responder a cada canción que pregunto.

—Que te puedo decir, me gusta mucho la música y Surf Curse me agrada… a demás esa canción es grandiosa.

—Yo creo que tú eres grandioso.

"Cause your tongue was in my mouth

and I'm thinking of someone else"

El chico de gafas se sonrojo, Viktor ni siquiera presto atención a que él también lo estaba. Eso sí que había sido sincero.

Yuuri solo pudo resignarse a mirarlo, alertando entre sus ojos y los labios que parecían levemente templar. Casi estaba seguro de lo que iba a pasar cuando Viktor volteo a verlo con esa mirada que sale en las películas; Cuando el beso final y esperado llega para la culminación del coqueto de toda una noche… Unas horas para ellos.

Iba a hacerlo, tenía a Yuuri a unos centímetros de la cara; con los labios rosados que formaban esa linda sonrisa esperando a ser tocados por los propios, con los ojos avellana y cerrados protegidos por el cristal de sus gafas.

"I'm not making out with you

Even though I think your cute"

"Me llamo Yuri, Yuri, Yuri…"

Yuri— Y entonces supo que estaba mal. Él no estaba ahí para eso, aun si quería hacerlo su pequeño nombre no o iba a dejar en paz. Ni siquiera le importaba que este Yuri no tuviera nada en común con el otro.

Yuuri abrió los ojos, se encontró con Viktor viéndolo… raro, no era lindo ni especial. Y esperar mucho cómo se alejaba, vio como corría murmurando muchos "lo siento".

"I'm not making out with you

Cause you always make me blue"

Viktor desapareció de su vista tan rápido como la canción justo llegaba a su final, el no hizo nada y no es como si pudiese. Ya había hecho todo lo que podía y al parecer no había funcionado. Dejó el vaso en la barra y camino rumbo a las escales con un paso lento y pesado.

Decidió que ya era hora de ir a dormir, mañana y pasado tendrían tiempo para limpiar todo el desastre de la casa. Ahora lo único que tenía que limpiar ahora eran las pequeñas lagrimas que se deslizaban por su rostro, también había que encargarse por las que se esforzaban en salir.


Letra de la canción en español:

"Manejábamos en tu choche.

Pero no fuimos muy lejos.

Porque tu lengua estaba en mi boca.

Y yo estoy pensando en alguien más."

"No me quiero besar contigo.

Pero pienso que eres linda"

"No me quiero besar contigo.

Porque siempre me hacer sentir triste"

En esta última parte "Blue" se traduce a triste porque este color esta ligado a esa sentimiento.

Hola! Nenas espero que disfrutaran leyendo ese One-shot(¿?) aún no se si hacerle la segunda parte, de ser posible en la siguiente el final si será feliz xd. Amo Surf Curse! Y si quieren escuchar la canción que les puse arriba el nombre es el mismo que el del fic; por eso le puse así v:

Gracias por leer, si puedes jeda un review y galletas que me muero de hambre. Me hace muy feliz saber lo que opinas.

Bai, bai