Les recuerdo que nada es mío, los personajes pertenecen a Stephanie Meyer, y la historia a MrsK81, yo solo traduzco.
Gracias a mi compañera de armas y amiga Erica Castelo por corregir mis horrores.
Capítulo 23 – Siempre odié el crepúsculo
BPOV
Mi mamá estaba llorando y mi papá estaba a punto cerrar la puerta en nuestras narices. Reí en mi interior al pensar cómo las cosas habían dado un completo giro desde la despedida en el aeropuerto todos esos meses atrás. Ahí mi mamá me despedía emocionada y papá había querido que me quedara.
Pero hoy, Edward y yo, éramos los orgullosos dueños de nuestra casa. Habíamos pasado nuestra última noche en mi recámara y ya no tendríamos que probar las habilidades culinarias de Renee que nunca mejoran o tolerar los refunfuños de mi padre sobre cómo había demasiadas personas en su pequeña casa.
Esperamos unos cuántos meses antes de tomar al toro por los cuernos y mudarnos… de acuerdo—tal vez es justo decir que nos habíamos visto forzados a desalojar por mi papá.
¿La razón?
Bueno, puede o no que tenga algo que ver con el hecho que simplemente no tenía suficiente de Edward y viceversa. Obviamente, Edward no estaba trabajando, el alboroto que rodeaba su desaparición aún era intenso y él estaba comprensiblemente asustado de romper nuestra burbujita al revelar al público dónde estaba. De modo que al estar Edward recluido todo el día con mi padre que aún estaba en recuperación y mi madre discapacitada culinaria, él estaba demasiado tenso.
Además de eso, yo pasaba el día en un salón de clases con adolescentes hormonales—y sí, estábamos prácticamente desesperados por una forma de relajarnos para cuando yo llegaba a casa.
Y en mi defensa, yo había pasado semanas escuchando a mamá y a papá haciéndolo. En realidad, no veía el problema.
"Oh, Dios, justo ahí… mmm, Edward… joder, estoy muy cerca…"
"Por todos los cielos, Bella, por favor, ¿pueden detenerse ustedes dos?"
La cabeza de Edward se levantó de entre mis piernas con una expresión aterrorizada en su rostro y mi papá volvió mi orgasmo efectivamente obsoleto. Siempre tratando de aguarme la fiesta. Maldito hipócrita.
"Mira, ya no puedo soportar esto. Ustedes dos tienen que encontrar su propia casa. Ningún padre tiene que escuchar lo que he estado escuchando en los últimos dos meses. Sé que no va ser fácil para ustedes encontrar un lugar asequible con solo un sueldo, pero voy a pagar su maldita renta si tengo que hacerlo." Mi papá golpeó mi puerta y casi rompió en llanto.
Después de una "reunión familiar", unas horas después, en la que mi papá nos presentó una lista de propiedades disponibles en Forks y las áreas circuncidantes, me di cuenta que hablaba muy en serio sobre deshacerse de nosotros, así que estuvimos de acuerdo en tratar de encontrar dónde vivir solos. Bueno, quizás no completamente solos—todavía teníamos a Emmett y él tenía que estar dónde estuviera Edward al menos por los siguientes meses.
No era una tarea fácil. Aunque algunos residentes de Forks sabían que el expríncipe Edward vivía en la casa del jefe Swan, no era algo que supiera todo el pueblo y se podía confiar en que los que sí sabían lo mantendrían en secreto.
De hecho, desde que se había anunciado la declaración oficial por el Palacio de Buckingham, no se había publicado ninguna pista sobre el paradero de Edward. La prensa parecía no poder rastrearlo y por supuesto, su familia no divulgaría nada. Edward no hablaba mucho sobre su familia pero sabía que, a su manera, los echaba de menos. James siempre había sido una gran parte de su vida, y además de la ocasional llamada telefónica o mensaje de texto en realidad no había hablado con él desde que dejó Inglaterra.
También estaba mucho más relajado con su padre, y también era difícil para él lidiar con eso. Después de años de animosidad y resentimiento, finalmente habían dado los pasos para recuperar una relación saludable, y una vez más, en realidad no podía hablar y pasar tiempo de calidad con él.
En resumidas cuentas, Edward estaba en una posición difícil, pero era claro para todos los que lo conocían que su nueva vida la sentaba bien. Sus ojos estaban libres de preocupación y su sonrisa era genuina y feliz. Incluso cuando se dio cuenta que se había mudado al lugar más húmedo y aburrido de Estados Unidos, no parecía molesto. Después de pasar veintiséis años deseando algo, por fin lo había logrado. Supongo que nadie podía aguarle la fiesta.
En fin, de vuelta a la búsqueda de casa. Pasearse por la ciudad buscando propiedades resultó difícil. Todavía estaba trabajando para el Instituto de Forks y no quería estar muy lejos de la ciudad, ni queríamos vivir relativamente cerca a otras personas. Eso no ayudaría a la privacidad de Edward o a mi tendencia de chillar como un alma en pena siempre que tenemos sexo.
Después de dos semanas de visitas furtivas, no teníamos nada. A mi papá le salían más canas con cada día que pasaba, y Edward no quería alterarlo más—así que refrenaba al Cetro siempre que papá estaba en casa.
Hijo de puta.
Desesperada, cachonda, y harta de estar atrapada en la casa. Arrastré a Edward al exterior para una "caminata". No tenía intenciones de hacer senderismo por kilómetros y kilómetros—solo quería llevarlo tan lejos de la casa como pudiera. Amarnos al aire libre había sido divertido en Londres y me había convertido en una fan en las últimas semanas.
Tan pronto como supe que estábamos solos, ataqué al pobre tipo. Eso sí, no es como si no estuviera dispuesto. Maldita sea, este tipo era tan insaciable como yo. Sabía que los únicos espectadores serían los animales salvajes—solo esperaba que no hubiera cerca ninguna criatura que comiera carne humana.
"Bella, juro por Dios, vas a conseguir que tu padre me dispare, o que me arresten por jodido exhibicionismo." Edward dijo al dejarme caer de rodillas y abrir sus pantalones.
"¿Debería detenerme entonces, cariño?" Le pregunté con inocencia, mis labios a solo unos centímetros de su polla. "Me refiero a que, si no te sientes cómodo haciendo esto aquí…" Dejé un suave beso en su punta y levanté la vista hacia él.
"No… Mierda… por favor, no te detengas." Dijo con voz estrangulada y reí en mi interior.
Pasé mi lengua hacia arriba y hacia abajo por su eje un par de veces antes de que lo tomara en mi boca. Hice lo que sabía que le gustaba más, chupar y apenas rozar con mis dientes su tensa piel. No importaba cuántas veces hiciera eso, nunca dejaba de reaccionar de la misma forma. Todo su cuerpo se tensó y sus dedos presionaron mi cabeza cuando se corrió con un sexy gemido de mierda que soltó un tremendo torrente en mi ropa interior.
Yo, por supuesto, seguía siendo la misma Bella, y mi loca imaginación aún creaba absurdos escenarios para que contemplara en momentos completamente inapropiados. Hoy, en mi cabeza, de pronto me convertí en She-Ra y comencé a corear "¡Tengo el poder!" Pero en vez de una poderosa espada tenía el Cetro. Y en vez del caballo Spirit—tenía una confiable camioneta oxidada que nunca me había fallado.
Sí, aún era una puta loca como siempre. Pobre, pobre, Edward. En serio, no tiene idea, ¿verdad?
"Quítate los jeans, Bella," Edward me ordenó, sus ojos aún con los párpados pesados pero al mismo tiempo fieros y llenos de lujuria.
Sonreí e hice lo que me pidió. Él se dejó caer al suelo y me acercó con rudeza a su rostro. No voy a mentir, esa posición fue malditamente increíble. Nunca olvidé cómo se sintió ese día en los jardines del Palacio de Kensington y hoy podía gritar hasta cansarme porque no había nadie alrededor que escuchara. Y, cuando la lengua de Edward pasó por mi centro con un veloz movimiento eso fue exactamente lo que hice.
Me besó, chupó y lamió llevándome al puto cielo. Sosteniéndome con una mano, deslizó dos dedos de la otra en mi interior y sentí ese fantástica tensión en mi vientre explotar y fluir por mi cuerpo con un placer que provocó que se enroscaran mis dedos. Y, sí, vergonzosamente entré en la tierra de la locura una vez más tan pronto como pude formar una idea coherente.
Solo que ahora, Edward se había convertido en He-man y estaba contoneando sus caderas y su polla por todos lados coreando "¡Tengo el poder!"
Edward no notó que estaba ausente con las hadas, y tan veloz como un rayo estaba de pie y me tenía de espaldas a él con mis manos presionadas contra un árbol cubierto de musgo. Giré mi cabeza y lo besé, probándonos a ambos en sus labios y lengua. Sus manos se aferraron a mis caderas con fuerza y me penetró.
Edward estaba constantemente atemorizado de ser demasiado rudo y lastimarme, por lo que tenía la tendencia de contenerse a pesar de asegurarle que a mí también me encantaba de esa forma. Pero, en raras ocasiones perdía todas las inhibiciones y literalmente me follaba hasta dejarme sin sentido. Hoy era uno de esos días.
Cada estocada llegaba cada vez más profundo y juro por Dios que vi putas estrellas. Me aferré al árbol y enrosqué mis pies mientras me recorría una oleada tras otra de placer. Se sentía tan malditamente bien que apenas podía permanecer de pie, y si no fuera por el fuerte agarre de Edward hubiese estado en el suelo. Estaba tan perdida que casi no escuché a Edward gritar una última vez antes de quedarse quieto y descansar su cabeza en mi hombro.
Ninguno de los dos podía hablar. Él estaba físicamente sin aliento y yo me sentía como si acabara de fumarme la mejor jodida marihuana del mundo. ¿Mencioné que me encantaba tener sexo al aire libre?
Cuando al fin nos volvimos a vestir, decidimos continuar la exploración del bosque. Encontramos nuestro camino de regreso a la carretera principal que eventualmente conducía a Port Angeles. Fue a un lado de esa carretera que descubrimos un camino viejo y descuidado, oculto de la vista. De la grava brotaba maleza casi tan alta como yo. Obviamente nadie se había aventurado aquí por años, de modo que decidimos averiguar qué tesoro estaba al final. Después de unos cinco minutos de luchar con los arbustos y los árboles sin podar, la vimos.
Una vieja casa de dos plantas construida en piedra entre los árboles. Los vidrios estaban hechos añicos, las tejas del techo estaban rotas y una chimenea de ladrillo rojo había empezado a derrumbarse de la estructura principal.
Pero, era absolutamente perfecta.
A un lado de la casa principal estaba una construcción más pequeña— ¿tal vez un viejo garaje? Ese también estaba en muy mal estado. Todo el frente de la casa estaba cubierta con adoquines y alguna parte no muy lejos, podía escuchar los indiscutibles sonidos de un río. Tan solo los árboles que rodeaban la casa proveían un perfecto camuflaje, y cualquiera que pasara no tendría idea que había algo aquí en absoluto.
Cometimos un ligero allanamiento y exploramos la casa y los jardines en los que se encontraba. Algunas de las habitaciones todavía estaban amuebladas. Una mecedora en una habitación, un juego de té de porcelana china en la mesita de noche en el piso de arriba, e incluso un viejo periódico del lado de la cocina. El polvo dentro de las habitaciones era denso y pesado, y las ventanas que no estaban rotas estaban tan cubiertas de tierra que no podías ver a través de ellas. Este había sido el hogar de alguien—esto había estado alguna vez lleno de vida y era casi triste verlo en este estado.
A pesar de su apariencia deteriorada y en ruinas—me encantó y también a Edward.
Tan pronto como regresamos a casa le pedimos a papá que hiciera algunas llamadas y al finalizar el día descubrimos que fue comprada por un joven matrimonio en 1929. Vivieron ahí hasta su muerte, hace treinta años. Su único hijo heredó la casa pero decidió nunca regresar, rentarla, o incluso venderla y por eso la habían abandonado todo ese tiempo—como un tipo de santuario para los anteriores dueños. Conseguimos localizar al hijo en una casa de retiro en Sarasota y le preguntamos si consideraría venderla. No podíamos creer nuestra suerte cuando dijo que lo haría por el precio justo y nos dio el número de su abogado.
Tenía un trabajo temporal con apenas algunos ahorros, y Edward estaba desempleado por el momento, por lo que no había manera que postuláramos para ningún tipo de préstamo con el banco. Mis padres ofrecieron su casa como aval para apoyar la solicitud, y aunque ni a Edward o a mí nos agradaba la idea, asumimos que nos quedaban muy pocas alternativas.
Y ahí es cuando entran los Cullen.
Después que Edward se fue, Esme se preocupaba por él como si fuera su propio hijo. Quería que estuviera rodeado por gente en la que pudiera confiar y amar para ayudarlo a ajustarse a su nueva vida. De modo que, poco después que se dio la noticia, Carlisle se había tomado un amplio periodo de vacaciones no remuneradas de su clínica en Inglaterra y aceptó una posición a corto plazo en el Centro Médico Harborview en Seattle. Esme lo acompañó, por supuesto, y a pesar de las tres horas de viaje al trabajo de Carlisle, invirtieron en una propiedad a las afueras de Forks. Tan pronto como ella escuchó sobre la casa, fue con nosotros a verla de nuevo y en seguida nos hizo una oferta que no pudimos rechazar.
Esme y Carlisle ofrecieron proveer el capital para comprar la casa y nosotros simplemente les devolveríamos su dinero como podamos arreglárnoslas. Sin embargo, había una condición en la oferta. Esme quería ayudarnos a reconstruir y decorar, lo que estaba perfectamente bien para mí.
De modo que Alice y Jasper volaron para unirse al proyecto y solo en cuestión de semanas el trato estaba cerrado y el trabajo comenzó. Edward, Emmett, y Jasper hicieron la mayor parte del trabajo manual ellos mismos. Pero, cuando fue necesario llamar a contratistas profesionales, Edward se mantenía fuera de la vista y Jasper se hacía cargo.
Mientras daba mis clases en el Instituto de Forks, todos los demás trabajaron como mulas. El techo fue remplazado, la chimenea reconstruida, el sistema eléctrico reconstruido y las ventanas reparadas. Gracias a su incansable trabajo, pronto la vieja casa estaba orgullosamente de pie y hermosa. Después que la mayoría del trabajo en el edificio estaba completo, Jasper comenzó a trabajar en los jardines. Recortó los árboles y arbustos, mató la mala hierba y pronto tuvimos una entrada bonita y accesible. Alice le hizo instalar la iluminación y rejas eléctricas para asegurar el terreno. El río que había escuchado en la parte de atrás de la propiedad era, de hecho, el Hoke Riverand manteniendo los relajantes sonidos de agua corriendo. Jasper nos creó un pequeño jardín de serenidad con todo y un columpio de madera y sí, nuestra propia casa Wendy situada al fondo entre los árboles.
El tipo era un puto genio con buena mano para las plantas.
Esme era incansable. La encantadora y dulce mujer que había conocido en Inglaterra había desaparecido y fue remplazada con una versión bastante atemorizante de sí misma. Hizo un programa y nadie se atrevía a cuestionarlo. No permitía que nadie se retrasara y atizaba los traseros de los chicos a cada oportunidad.
Las paredes interiores fueron retiradas y transformó la planta baja en un magistral espacio abierto sin paredes interiores. La visión de Esme era firme e hizo que remplazaran la pared al fondo de la casa con ventanales del piso al techo. Había puertas francesas en la cocina que se abrían a una terraza de madera en el jardín trasero y creaba la maravillosa sensación al aire libre en toda la planta baja.
La sala estaba equipada con una chimenea que sería perfecta para las noches frías y también me recordó el picnic en su viejo departamento para mi cumpleaños. Fue casi como si Esme hubiese recreado todas las mejores partes de nuestro tiempo juntos y les dio un lugar permanente en nuestro nuevo hogar.
Alice estaba esperando pacientemente su tiempo para brillar y me llevó de compras a miles de tiendas diferentes para elegir una variedad de mierda que iría dentro de la casa. Gabinetes de cocina, mesas, sillas, camas, ropa de cama, cortinas, inodoros, sofás… y blablablá. Poco a poco estaba perdiendo la voluntad para vivir. Pero constantemente me recordaba el artículo terminado. Mi casa—con Edward. Algo que nunca soñé que conseguiría, y ahora era algo sin lo que no podría vivir.
En poco tiempo, la casa estaba terminada. El interior estaba decorado e incluso Emmett tenía su propio anexo por lo que quedaba de su tiempo aquí. El garaje había sido reconstruido y un pequeño estudio había sido construido en la parte superior. A él le encantaba, le daba seguridad a Edward si se le necesitaba, y tenemos nuestra privacidad. Jodidamente perfecta, pensé.
También estaba el asunto de Rose. Después que Angela y yo dejamos Inglaterra en seguida del accidente de mi padre. Jess y Rose se habían quedado en Londres. Pero, cuando Emmett acompañó a Edward de vuelta a Forks, de pronto ella perdió todo el interés en cumplir con nuestro plan original. Ella y Jess estaban en un vuelo de regreso solo tres días después de Navidad. Emmett había estado más que complacido de verla, y habían reanudado su relación "casual" en seguida.
Tenía que preguntarme qué harían cuando pasaran los seis meses asignados a Emmett—era escalofriantemente reminiscente de la situación entre Edward y yo, ¡y mira cómo terminó eso!
Pero, por ahora, todos parecían estar felices. Sabía que estaba más que contenta y sin duda, todo estaba funcionando mejor de lo que podría haber esperado alguna vez.
Cuando llegó la mañana de nuestra mudanza, mi papá estaba cargando cajas en mi vieja camioneta oxidada incluso antes de que el sol saliera. Incluso con el yeso todavía puesto se movía como una jodida comadreja. Para ser honestos, ¡sí, estaba un poco ofendida que estuviera tan malditamente ansioso por sacarnos!
Por lo que, con unas cuantas cajas y mierda sentimental de la casa en la que había crecido. Edward y yo hicimos el viaje de quince minutos a nuestra nueva casa. Emmett nos seguía, por supuesto, pero por unos minutos pretendí que solo éramos nosotros. El sol se ponía y al maniobrar por el serpenteante camino de entrada, vi a Edward sonreír.
"¿Por qué la sonrisa, Cullen?" Pregunté.
"Es el crepúsculo," respondió.
"Oh— ¿Y…?" Fruncí el ceño.
"Siempre odié el crepúsculo." Se encogió de hombros. "El final de un día y el regreso de la noche. Siempre sentí mucha más lástima de mí mismo por las noches. El deseo de una vida normal parecía abrumarme cuando yacía solo en mi cama."
"¿Y ahora? ¿Todavía piensas lo mismo?" Detuve la camioneta frente al garaje y me volví para ver a Edward.
"No." Edward sacudió su cabeza y me miró. Fue esa expresión que me hacía sentir como si fuera la única persona en la faz de la tierra. "Ahora, me doy cuenta que sin experimentar la oscuridad nunca hubiese conseguido ver las estrellas."
Labioso hijo de puta.
Tienes toda la razón Bella, tienes toda la razón, y es todo tuyo. Así que, colorín colorado, este cuento se ha acabado…por ahora ;) Espero que pronto pueda subirles la secuela, y por supuesto, espero que hayan disfrutado de esta hermosa y graciosa historia. Disculpen la tardanza pero estos días han sido algo complicados para mí, espero poder ponerme al corriente con las otras historias y pronto compartir una nueva con ustedes :)
Y como siempre lo hago, les recuerdo que estamos aquí por ustedes, gracias a aquellas que se toman unos minutos para dejar un review y dar las gracias por nuestro trabajo, para expresar su opinión sobre la historia y lo que les gustaría leer en ella. Son ustedes las que me mantienen aquí y también las que podrían hacer que considerara una pérdida de tiempo seguir haciendo esto, no lo olviden por favor. Y como les he explicado, son también sus reviews los que permiten que más autoras den su permiso y que las que lo han dado no se arrepientan de ello y permitan que más de sus historias sean traducidas. Así que, ahora les voy a pedir, POR FAVOR, que le dejen un review a la autora en la historia original, para las que no saben inglés podrían poner esto:
1.- Hi :) I'm writing this to thank you for allow the Spanish translation of this beautiful story. You're a marvelous writer! Greetings from (tu país de origen)
2.- Thanks for writing an awesome fic, I loved every single word! And I'm very greatful that authors like you allow the translations of such incredible stories. I'm sad it's over but I'm looking forward for read more of your work, so I hope you give your permission for more Spanish translations. Greetings from (su país de origen)
3.- Thanks for sharing your incredible talent with us. This was such a good story and reading it in my language, Spanish, it was amazing! Thanks for allowing the translation. Greetings from (tu país de origen)
Escojan una opción, sin el número, y solo UNA, copien y peguen. El link de la historia original está en mi perfil o estará como publicación marcada en mi grupo. Recuerden que un gracias no cuesta nada y si nos da mucho.
Si esta es la única traducción mía que has leído, te invito a leer las demás que están en mi perfil, y si quieres leer la secuela, no olvides ponerme en alerta de autor ;) Gracias por leer y sobre todo, gracias por sus reviews.