Recomendación: Canción "Your Guardian Angel -Red Jumpsuit Apparatus" para el momento en que bailan y resto del capítulo.
Advertencia: Capítulo con contenido explicito, es decir, habrá sexo gay.
Caballeros, ha sido un honor tocar con ustedes esta noche(?) Disfruten la lectura.

Capítulo 19: Sempiterno [Juntos una vez más]

Las almas gemelas son personas que forman un entendimiento profundo entre sí y una conexión de naturaleza misteriosa, más fuerte que nada; viven la una por la otra y la fuerza de los vínculos y experiencias emocionales que crean sobreviven más allá de la muerte del cuerpo.

Por eso el cielo es piadoso y las almas gemelas que por algún motivo no pudieron consumar su amor en una vida tienen una segunda oportunidad, en otra.

"No entiendo porque debo colocarme un traje"

"Toothless, -Hiccup le ajustó la corbata- debes usar un traje en tu fiesta de graduación y punto"

Nightfury hizo un mohín chistoso, cosa que robó la risa de Hiccup. Se encontraba un poco inclinado para que él pudiera arreglarle el nudo y con esa cara parecía un niño grande y caprichoso.

"Si quisiera ver idiotas y gente amontonada solo tendría que darle un par de cervezas a tus amigos, sin necesidad de una fiesta"

"Hemos evitado que beban con tal de no causar desastres mayores en la ciudad, si les acercas una gota de alcohol voy a arrancarte los dientes"

"Wouh, -Toothless silbó y abrazó su cintura, pegándole a su cuerpo. -¿qué paso con Hiccup pacifista?"

"Está nervioso ya sabes porque, así que no le hagas enojar o ya verás"

"Pero te ves muy lindo enojado" le dio un beso en la mejilla, que pronto se calentó. Hiccup no podía evitar ruborizarse como un idiota cada vez que hacia esas cosas.

"Y tú eres un tonto" terminó de arreglar la corbata del chico y correspondió el abrazo, dispuesto a darle un beso más largo.

"¡Chicos! –Valka entró de improviso en la habitación de su hijo. –Oh, que bueno que están vestidos"

De alguna forma el castaño sintió cierto doble sentido en esa frase, no podía evitarlo teniendo madre y amigas fujoshis.

"Es hora de que vayan, Stoick vendrá por mí en unos minutos" Les avisó ella antes de dirigirse a su alcoba.

"Es hora" murmuró Hiccup conformándose con un casto contacto de labios.

"Es hora" repitió Toothless, burlón.


"Por último, Tuffnut Thorston, no sabemos cómo pero lo logró y es lo que importa"

Stoick esperó a que el chico subiera al mini escenario dispuesto en el salón de eventos del instituto. Tuffnut tenía los ojos aguados y cuando recibió el diploma que acreditaba su paso por el instituto las lágrimas cayeron.

"¡Esto es por ti, gallina!" gritó mirando al animal, en uno de los asientos de primera fila en medio de sus padres.

(Gallina también lloraba, su niño ya era todo un hombre)

"Para finalizar vamos a escuchar el discurso de despedida, -Stoick sonrió con orgullo. –Hiccup, adelante"

El castaño asintió a su padre y se dirigió al estrado. Carraspeó y comenzó a hablar.

"Buenas noches a todos, de alguna forma me complace ser quien haga esto aunque al principio no fuera voluntario"

(Varios rieron, vagos recuerdos de cloroformo y cuerdas rondando sus cabezas)

"El motivo que nos reúne es que finalizamos una etapa muy importante de maduración, de logros como personas y estudiantes de este instituto; hoy entramos aquí por última vez como alumnos, quedándose muchos hechos y recuerdos que no se repetirán, cosas únicas que vivimos, alegría, tristezas, momentos que marcaron nuestra vida estudiantil"

Sintió su voz temblar, de pronto se quedó en blanco.

Mierda.

Tragó saliva y busco a alguien en particular en la fila que componían sus compañeros. Encontró su mirada, el bosque de sus ojos le dio la seguridad que le faltaba y continuo hablando, emanando seguridad.


"Nuestro reto ahora será superar nuestros límites, empujándolos hacia sitios a los que jamás habríamos pensado llegar" Ruffnut repitió las últimas palabras del discurso de su amigo, intentando mantener el equilibrio con un vaso de ponche en una mano.

Sobre una mesa.

"¿Es en serio? Incluso parece...–Astrid se palmeó la frente y luego miró con sospecha a los de siempre. –¿Quién fue?"

Tuffnut señaló a Snotlout y este apuntó a Hookfang quien se encogió de hombros.

"Pensé que sería chistoso"

"Ni siquiera me sorprende, tenía que ser el novio de Snotlout" Jorgenson le miró ofendido, pero en lugar de negar la relación como tantas veces hizo lo que mejor sabía: intentar lavarse las manos del asunto.

"Astrid, juro que intenté detenerle pero él me obligó a..." Hookfang le tapó la boca.

"Que cobarde eres, tendré que castigarte" Murmuró lascivo mordiendo la punta de su oreja, haciéndole ruborizar.

"Chicos, tengan algo de decencia" Fishlegs se cubrió los ojos, avergonzado.

"Decencia les pedí cuando los encontré en los baños" Hiccup colocó una mano sobre el hombro de Ingerman, brindándole apoyo.

"Y yo en los vestidores" agregó Tuffnut.

"Yo en su casa" Stormfly apareció de la nada, con cara de asco.

"Pero en mi casa puedo hacer lo que quiera" Buscó defenderse Hookfang.

"¿En la habitación de tus padres?"

Ante eso el pelirrojo se calló.

"No necesitaba saber eso" Hookfang bufó y le enseñó el dedo del medio a Toothless, quien repitió su acción.

"Extraño al Toothless que casi no hablaba" se quejó.

"Extraño tenerte lejos" Respondió el moreno, guardando las manos en sus bolsillos.

"Chicas, chicas, no peleen. –Snotlout levantó las manos, intentando parecer genial. Pero ambos le miraron desde arriba debido a la diferencia de alturas. De inmediato se tensó. –N-no dije nada, je"

"¡Muy bien, ratas de cloaca graduadas! –Por algún motivo dejaron a Gobber a cargo de la música, aunque no lo había hecho nada mal hasta ahora, algunos decían que estaba borracho. -¡Es hora de algo romántico, así que tomen a sus parejas y a la pista!"

Nadie le hubiera hecho caso de no ser por la música que comenzó a sonar.

"Oh, cielos, amo esta canción" Heather tomó del brazo a Fishlegs y lo guio a la parte central.

"¿Me concede esta pieza? –Hookfang se inclinó ante Snotlout, pero este se cruzó de brazos, así que volteó a ver a Tuffnut. -¿Qué tal ..."
Jorgenson no le dejo terminar y se lo llevó a bailar.

(Aunque acabó más bien golpeándole debido a sus tontas bromas sobre celos. Un Jorgenson no caía en esas estupideces.)

"¿Qué dices?" Toothless miró divertido a Hiccup, quien fingió un suspiro abatido.

"Supongo que no me queda alternativa" Bromeó.

Ambos se dirigieron a la pista, ahí el pelinegro posó sus manos en la cintura de Haddok y este apoyó las palmas en sus hombros.

La música era suave al principio, por lo que se movieron acompasadamente dando tan solo pequeños pasos. Hiccup se permitió descansar unos momentos la cabeza en el pecho de su novio, intentando combinar las palpitaciones que ahí golpeaban con la melodía de fondo.

La gente a su alrededor percibe el magnetismo que hay entre las almas gemelas, quienes emanan amor sin siquiera proponérselo.
Una de las cosas que mas le impactaran es mirarse a los ojos, que puede resultar en una experiencia sobrecargada de emociones.

Tuffnut, que bailaba con Gallina, evitó chocarles mientras se movía.
Astrid y Stormfly les miraban de reojo mientras charlaban entre ellas.

"Es una buena canción"

Hiccup alzó la vista mientras asentía, encontrando el verde tóxico que tanto quería.

"Lo es"

Lentamente se movieron en sincronía, ambos sintieron que entraban en otra dimensión, una donde sus compañeros desaparecían, la música se escuchaba lejana y el tiempo no existía. El cariño parecía desprenderse de sus ojos y podrían jurar que era lo más parecido a echar chiribitas que habían visto jamás; fueron tantas las veces que se miraron profundamente o que ni podían mirarse a los ojos, pero en esta ocasión había algo más, algo que podían sentir a flor de piel, flotando entre ambos.

No dijeron nada pero se sentían exactamente igual.

Toothless soltó una exhalación profunda, liberando el aire que contuvo quién sabe cuántos minutos.

"Salgamos de aquí" Fue la propuesta que hizo, una que Hiccup no rechazó.

Haddok se dio el tiempo de despedirse rápidamente de sus amigos y avisar a su madre que se iría con Toothless, huyendo rápidamente de sus miradas sugestivas.

Fuera hacía frío, así que ya montado en la motocicleta abrazó la espalda de su novio tan fuerte como pudo, evitando hacerle daño.

"No me sueltes" Dijo Nightfury, encendiendo el motor y partiendo.

Hiccup se aferró más fuerte a él, frotando la punta de la nariz en su espalda con cariño.

"Nunca"


Toothless abrió la puerta del departamento a tientas, más preocupado de besarle.

Entre pequeñas risas cómplices y trompicones llegaron a la habitación del pelinegro, una vez ahí se separaron un poco, cosa que Toothless aprovechó para aflojar al fin la corbata.

"Y me costó tanto anudarla bien" Se lamentó Hiccup, haciendo un pequeño puchero.

"No necesitaremos ropa ahora"

"¿Vamos a..."

"Sí, -Habló el más alto antes de que acabara la pregunta, sabiendo perfectamente a que se refería. –digo, solo si tú quieres, si no..."

La respuesta de Hiccup fue un pequeño beso cortando su frase. Luego retrocedió unos pasos hasta que sus rodillas dieron con el borde de la cama y se sentó ahí, esperándole con la mejor sonrisa que sus nervios le permitieron dar.

Claro, ellos habían tenido intimidad ya un par de ocasiones, pero no pasaron de caricias y estimulaciones, ni siquiera se vieron completamente desnudos una sola vez. Por eso la idea de llegar hasta el final implicaba gran anhelo por parte de ambos, pero también había grandes dosis de inquietud, sobre todo en Hiccup aunque intentara ocultarlo.

Por estas razones Toothless frenó su ansia con tal de asegurar el disfrute mutuo, quería que su primera vez fuera completamente especial, por cursi que sonara el pensamiento. Y es que ese tipo de cosas solo Hiccup se las provocaba.

Desabotonó su camisa con parsimonia, sin dejar de mirar al chico quieto en la cama, luego la retiró junto a la molesta corbata negra, sus manos descendieron a la bragueta del pantalón y sin prisa terminó de desvestirse, hasta quedar completamente expuesto a los ojos de su novio, sin ropa ni vergüenza alguna.

Hiccup tuvo que tragar grueso ante ello, de tener un corazón sensible ya le habrían dado dos ataques seguramente. La simple vista se le antojaba etérea; una tez blanquecina que no caía en palidez enfermiza, los músculos bien marcados, tal y como había imaginado la primera vez que le vio y una serie de cicatrices esparcidas por brazos y torso (que asumió tenían que ver con la historia que le contó Cloudjumper hace semanas). Pero de alguna forma incluso ellas parecían encajar en la armoniosa figura de su novio, como un ingrediente extra.

Pues, así como Toothless adoraba sus muchas pecas, Hiccup aceptaría y besaría cada cicatriz con todo el afecto que merecía.

Acabó excitado sin remedio alguno más que el esperado toque de Nightfury, quien con un andar elegante, similar al de un felino, se acercó hasta él y se inclinó para comenzar otro beso.

Con timidez decidió tocar aquel perfecto cuerpo que se le presentaba en bandeja de plata, decantándose por pasear tan solo las yemas de su diestra sobre el abdomen duro. Bajo ese pequeño toque el otro se tensó, lamiendo el labio inferior de Hiccup para profundizar en la cavidad dulce que era su boca.

Y aprovechó la aparente sumisión de Hiccup para comenzar a desvestirle, repitiendo el proceso que llevo a cabo en sí mismo: desanudar la corbata y abrir la camisa paulatinamente, revelando la piel que deseaba como una droga. Haciendo copia de sus acciones deslizó los dedos contra el calor de su cuerpo deleitándose con los temblores que provocaba, que a estas alturas parecían pequeñas invitaciones a más y más.

Cuando la camisa ya no era un impedimento se separó un poco y tomó la mano de Hiccup, aquella que tocaba tímidamente su abdomen. Besó los nudillos uno a uno, pasando al antebrazo donde las motas que le cautivaban comenzaban a aparecer, volvió la vista al castaño y no pudo evitar sonreír enternecido por el gran sonrojo que adornaba su faz.

Empujó sus hombros para que quedara finalmente recostado sobre la cama, con ambos brazos a los lados de su cabeza. Decidió entonces repartir pequeños ósculos sobre su torso, tan ligeros como plumas cosquilleando sobre la piel cálida, sobre las pequeñas pecas.

Era simplemente hermoso, digno de retratar y guardar para la posteridad. Su Hiccup tenía un firmamento repartido en toda la extensión de su cuerpo, tan irresistible que le hacía desear unir cada pequeño punto en un camino de besos hasta sus labios y ahí perderse como un náufrago.

"Toothless..." le escuchó susurrar y en sus ojos encontró el mismo deseo desbordante que sentía ahora mismo; relamió sus propios labios, como quien va a probar un plato delicioso.

Dioses, era justamente lo que haría.

Con el conocimiento previamente adquirido que tenía de su cuerpo sabía que Hiccup por algún motivo no podía resistir las caricias en la cintura, no era de abeja como la que desearía una mujer, pero era ligeramente más estrecha que la suya y podía encajar sus manos perfectamente, cosa que hizo con tortuosa sensualidad sin dejar de besar su pecho.

El efecto fue el que esperaba, un gemido agudo, de esos que hacían erizar su piel y doler su entrepierna de pura lujuria. Motivado por esto lamió un botón rosa hasta que se halló erecto, estirándolo con los dientes con sumo cuidado, acariciando con dos dedos el otro.

Haddok intentaba acallar los sonidos que se atropellaban uno tras otro para salir de su garganta, sabía que esta vez era hasta el final, sabía que lo deseaba tanto o más que Toothless, pero...

¿Cómo seguir, si ya se sentía cercano a un borde, a punto de caer?

"Hiccup, -Toothless lamió alrededor de su ombligo, mirándole directamente. Deslizó su lengua tibia con falso recato y guiado por las líneas de la pelvis llegó al límite que establecían los pantalones, que sin mayor diligencia desabrochó. –Hiccup..."

Tal vez fue un murmullo de aviso, tal vez fue solo el placer de decir su nombre, sea como sea no se detuvo y trazó el elástico de la ropa interior con los dedos, comenzando a bajarla con la atención digna de alguien que busca un tesoro.

Una débil pelusilla colorina se dejó ver y tras eso el miembro de punta brillante por el líquido preseminal, que hacia su escape lentamente por el glande.

No podía. Simplemente no podía aguantar mucho más, así que deslizó la ropa inferior por las piernas de su novio, quien quedo tan desnudo como él.

Hiccup se incorporó un poco apoyándose en sus codos.

"Te necesito, -le confesó ya sin pudor su castaño- te necesito ya"

Los orbes parecían la representación de un bosque ardiendo en pura pasión, una en la que Toothless estaba dispuesto quemarse.
Maldición.

"Debemos prepararte. –Le explicó haciendo uso de su autocontrol para no tomarle sin prevención alguna. –Sino te va a doler"

Hiccup asintió, pero luego le miró curioso cuando dos dedos largos fueron acercados a su boca.

"¿Qué?" le preguntó confuso.

"Bueno, con algo debo abrirte..." La respuesta tan descarada hizo fruncir el ceño al menor.

"Tú no tienes remedio" se quejó, sin embargo estiró un poco el cuello hasta alcanzar los dígitos, sacando su lengua y tanteando unas lamidas. Toothless podría correrse con esa simple imagen sumada a la sensación hormigueante que recorrió desde su mano hasta su vientre; pronto las lamidas pasaron a succiones lentas y lascivas con el único propósito de descomponer al moreno.

'Dos podemos jugar' pensó Hiccup orgulloso por la expresión del contrario, por la mandíbula tensa, por los ojos entrecerrados y atentos a él.

Los dedos abandonaron su boca y sus piernas fueron abiertas como una maldita puerta, no tuvo tiempo de decir nada, porque los dígitos húmedos tantearon su entrada y sin tapujo ingresaron lentamente, todo marcado por la sonrisa socarrona de Toothless.

"Mi turno, cariño"

Al principio se sintió realmente raro por la intrusión en su cuerpo, pero poco a poco, con cada segundo y cada pequeña estocada comenzó a relajarse, entonces la incomodidad inicial quedó relegada cuando cierto punto dentro de sí fue tocado, obligándole a soltar un jadeo necesitado.

El moreno amplió su sonrisa y queriendo provocarle más se dedicó a darle una pequeña dosis de sexo oral, lamiendo sin inhibición alguna la punta del pene ajeno para obtener más líquido, mismo que uso para mejorar la lubricación en sus dígitos. Entonces ingresó el falo en su boca al mismo tiempo que volvía a introducir los dedos y acompasó el ritmo de ambas acciones.

Ante eso Hiccup comenzó a pedir más y más, moviendo sus caderas hacia delante mientras pequeñas lagrimas escapaban de sus ojos, todo producto de la sobre estimulación.

Toothless sintió su miembro palpitando de la pura antelación y tomando en cuenta la facilidad con que sus dedos se movían dentro de Hiccup este ya debía estar listo. Retiró la virilidad ajena de su boca e inhaló profundamente listo para el paso definitivo: se posicionó mejor entre las temblorosas piernas del chico y acomodó su miembro en la entrada rosada, ingresándolo lentamente.

El gesto del castaño se tornó tenso inmediatamente; era demasiado grande.

"Relájate, -intentó calmarle Toothless, inclinándose y juntando sus frentes, enfrentando sus ojos. –confía en mí, Hiccup"

El efecto de su mirada resultó un poco nuevo para el castaño, pero funcionó como una especie de tranquilizante natural, uno que logró relajarle de manera que el dolor comenzó a transfigurar en placer.

Y en este punto de inflexión los gemidos abarrotaron una vez más dentro de esas cuatro paredes, agudos y necesitados de Hiccup, roncos de Toothless. La sinfonía se vio acompañada del sonido seco de piel contra piel, las respiraciones y jadeos frenéticos, el somier rechinando bajo sus cuerpos.

Para ambos era perfecto, sin saberlo sus palpitaciones se sincronizaron, como si hubiera un solo corazón latiendo desbocado.

Sus almas se abrazaban en armonía.

El vaivén adquirió un ritmo desenfrenado; Hiccup movía sus caderas tanto como podía mientras Toothless daba certeras estocadas, se encontraban con fuerza, como el agua chocando en las costas durante una tormenta.

Hiccup sentía la excitación en forma de nudo dentro de su vientre a punto de explotar, por lo que enredó las piernas alrededor de Toothless añadiendo profundidad a las penetraciones mientras se encontraba en esa típica encrucijada: las ganas de seguir experimentando aquel placer contra el deseo de alcanzar la liberación y, diablos, mentiría si dijera que no era la mejor cosa que había vivido hasta ahora.

"Toothless, Toothless" Rogó y el moreno entendió perfectamente su mensaje; comenzó a masturbarle mientras golpeaba sin piedad aquel punto que había encontrado en su interior minutos atrás.

"Mio, mio" Comenzó a repetir como un mantra sin dejar de mirarle, absorbiendo cada pequeño detalle de su hermoso novio.

Faltaba tan poco, y no importaba si no duraban mucho más, porque ambos querían terminar juntos.

"¡Nhg, ah, te amo!" Hiccup fue el primero en alcanzar el éxtasis, contrayendo los músculos de tal forma que bastaron un par de estocadas más y el pelinegro cayó al abismo conocido como orgasmo.

Cerró los ojos con fuerza y aun a través de ellos pequeñas explosiones de luz parecían acaparar su mirada; sus músculos se relajaron liberando toda la tensión acumulada, rápidas exhalaciones abandonaban su boca y solo le quedó desplomarse sin fuerza alguna al lado de Hiccup.

Les costó varios minutos recuperarse y cuando estuvieron algo revitalizados simplemente se metieron bajo las mantas luego de que un muy perezoso Toothless cerrara la puerta y bajara el interruptor de la bombilla.

(Ni siquiera recordaba en que momento la encendió)

De todas formas las cortinas de la ventana no eran obstáculo para la luz de luna, que esa noche decidió bañar sus delgadas figuras en plata.

Hiccup tenía medio cuerpo sobre Toothless, su mano descansaba sobre el pecho ajeno mientras era abrazado con esa posesividad ya característica del azabache.

Los parpados de ambos pesaban, el cansancio pasaba factura y la somnolencia se abría camino.

"Lo he estado pensando un tiempo" Murmuró Toothless, enredando la mano que no usaba para abrazarle en sus hebras castañas, húmedas todavía por el sudor.

"¿En qué?"

"Que lo sabía desde que llegué, desde que te vi sentado en medio del salón. –Continuó hablando cada vez más bajo, su tono era calmado, como quien relata un cuento de hadas. -Aquella vez que no podía dejar de mirarte, yo ya lo sabía"

"¿Qué sabías?" preguntó Hiccup con las ultimas fuerzas que le quedaban, sus parpados cayeron.

"Que yo también te amo..."

Hiccup abrió los ojos una vez más, el cielo estaba oscuro.

Berk se hallaba en lúgubre silencio, el frío calaba los huesos de cada vikingo fuese joven o anciano, pero era lo que menos les importaba en ese momento.

Los dragones decidieron irse de noche, con la luna llena como farol guía.

El joven jefe de la tribu de los Hairy Hooligans soltó lágrima tras lágrima, viendo como su dragón, el alfa, partía junto a los suyos.

Nunca más vería sus hermosos ojos, el verde tóxico que tanto amaba.

Toothless volteó una vez más, su corazón dolía, su alma rugía en lamentos mudos.

Nunca tuvo una oportunidad con él...

El amor de las almas gemelas jamás morirá, es un amor eterno que trasciende toda barrera, ya sea tiempo o de espacio, nada ni nadie puede despojarles de él, siempre está ahí, esperando ser redescubierto.

Hiccup despertó jadeando, como si el aire hubiera sido completamente arrebatado de sus pulmones. Sus ojos se abrieron sobremanera cuando vislumbró la figura que yacía a su lado, todavía durmiente.

No importan los siglos que pasen,
nos veremos en otra vida.

Entonces me enamoraré de ti,
tú te enamoraras de mí
y viviremos nuevas aventuras.

Seremos felices, unidos.

Estaremos juntos, una vez más.

"¿Toothless...?"

[Fin]

.

.

See you next level.

Okno.

Nota de autora: Quiero partir diciendo que estoy muy feliz y orgullosa de acabar porque es mi primer fanfic largo, le puse todo el empeño que pude y créanme, me costó porque nunca había seguido una historia de mas de dos capítulos.

Gracias por todos sus reviews, son muy importantes para mi c: especialmente Amry que me aguantó como nadie con algunas estupideces que me pasaban escribiendo x´D te dedico este capítulo, en serio, espero que sea de tu agrado~

También Pau, recuerdo que tus reviews me hacían sentir muy feliz n.n

Sin más que decir, tengan buena y larga vida haha! Si tienen dudas sobre algo manden PM y responderé gustosa n.n