DISCLAIMER: Los personajes de "Buffy The Vampire Slayer" no me pertenecen, son propiedad de Joss Whedon y Mutant Enemy Productions. Yo solo me atrevo a tomarlos prestados algunas veces para inventar con ellos para mi entretenimiento y el de otros fans, historias sin fines de lucro, en especial románticas sobre Buffy y Spike, porque adoro a esos dos.

Llegamos al desenlace de esta historia y les agradezco de corazón por haberla seguido. Nos leemos en una próxima aventura.

Capítulo IV: Despertar

Apenas empezaba la noche y Buffy tendida en su cama, recostada boca arriba mirando el techo de su habitación, no podía dejar de pensar nerviosa en cómo resultarían sus horas de patrulla más tarde… cuando le tocaría enfrentarse de nuevo al mundo oscuro (como de costumbre), esta vez un tanto cansada… y sobre todo cuando le tocaría además afrontarlo a Él.

Está demás decir que no había podido dormir bien la noche previa por no conseguir sacarlo de su mente, dándose vueltas en la cama sin dejar de rememorar como colocando en una balanza sus buenas y malas acciones, y resultándole para sus adentros casi increíble que las nuevas parecían empezar a cubrir y compensarle las antiguas bien dignas de olvidar. Le había resultado imposible conciliar el sueño también pensando en sus numerosas demostraciones amorosas sumadas ahora al reciente contacto físico que todavía sentía arder por todo su cuerpo… imaginando que de nuevo se perdía en sus fuertes abrazos que parecían repararla estremeciéndole hasta el alma o que se regocijaba en más de sus desesperados besos, causantes de despertar en su interior una especie de llamarada que le había vuelto a hacer sentir viva a totalidad. Necesitaba más de su azul mirar cargado de sentimientos sobre ella que le hablaba en resumen de Amor verdadero… pero estaba consciente de que no debía.

Se reclamaba de tal modo a sí misma el estar perdiendo por completo la razón más eso no le restaba el sentirse cautivada. Spike con todo su ímpetu, su fuerza, su intensidad inclusive con su insurrecta manera de actuar, le recordaba al fuego y el fuego le atraía. Más estaba dudando de sí misma y aquello la asustaba… y cuando algo la asustaba era cuando de peor humor se ponía.

Creyó resolver así todo al final de cuentas en un instante de rabia, haciéndole caso a su lado más responsable y desestimando esa especial forma que tenía Spike para lograr llenarle sus vacíos en pro de hacer prevalecer su deber de Cazadora. Recordándose que no debía dejarse volver a fascinar por lo prohibido involucrándose con otro vampiro, ni ilusionarse además con las cosas adicionales que éste podía hacerle sentir. Por lo tanto armándose de rudeza como siempre que iba a la batalla, se preparó para reclamarle de ser necesario a Spike, el que le estaba haciendo, por qué con sus encantos vampíricos como si se tratase de un oscuro hechizo la estaba confundiendo. Intentó por lo mismo convencerse que tanta gentileza proviniendo de él no podía ser verídica ni traerle a la larga nada bueno, diciéndose que debía conducirse con cuidado.

Se obligó a tener presente además de forma primordial que por mucho que repitiera quererla, era un ser sin alma y que aquello le impedía en realidad amar, que por ende lo que decía sentir era una mera ilusión y que no debía bajar la guardia. Y para variar, para cerrar con broche de oro, el montón de razones genuinas que afloraban en contra para un posible relacionamiento entre ambos, estaba el hecho de que su grupo, a excepción de Dawn, claro estaba, jamás iban a terminar de aceptarlo, ya que nunca verían con buenos ojos que algo se suscitara entre los dos… aunque eso a decir verdad era lo que menos le importaba.

En fin, con aquella decisión tomada dentro de su cabeza, se dirigió llegada la hora al principal cementerio de la ciudad, lo que no contaba era con encontrarlo enseguida, no muy lejos del portón de entrada, sentado sobre una alta lápida. Deslumbrante y misterioso como el sensual vampiro de leyendas que era, esperándola. Seguro de que no faltaría.

Bastó solo ese instante para echar abajo toda su postura, para que sin poder reprimírselo más su ánimo variara, contenta de verlo, y él al notar el efecto que le había causado, de un brinco descendió de la tumba para acercársele despacio con su caminar seguro, contoneante y felino, hasta quedar frente a ella.

-Esa es mi chica, sabía que tendrías el valor de venir y dar la cara. Te extrañé Cazadora, si supieras cuánto- le dijo arreglándole con ternura el flequillo del cabello que el viento se había encargado de despeinar, logrando terminar de conmoverla y hacer caer sus defensas, y atraída como un imán por su mirada al igual que una polilla a la luz, no dijo nada pero lo atrajo del cuello de la chaqueta hacia ella para volver a perderse en el mágico y casi anestésico contacto de sus labios.

-Cállate bobo y bésame- le ordenó contra su boca.

Era oficial, no podía descuidarse y abrirle del todo su corazón pero tampoco podía resistirse a él. Lo necesitaba como el aire para respirar, aunque sabía que involucrarse con él sería lo más alocado de su vida. Requería su compañía porque aparte de constituirle una liberación, de alguna manera sin darse cuenta se le había inmiscuido en el corazón.

Luego de concluido el beso, Spike le acarició el rostro con una dulzura que jamás le viera y juntó su frente a la suya. Acto seguido, le ofreció el brazo para que se tomara de él y pudieran así ambos dar un paseo por el camposanto antes de comenzar a realizar la patrulla, y algo le dijo a Buffy que a partir de allí formaría parte de ellas aunque no hiciera falta ni se lo pidiera.

Distinguiendo por un momento impresionada en él al caballero inglés que alguna vez fuera, aceptó así la silenciosa propuesta de caminar juntos por los senderos que vendrían por delante, tal como empezaran a hacerlo desde esos mismos instantes esa noche al confundirse entre la neblina, las luces blanquecinas de los faroles del lugar y las tumbas.

FIN


¡Mil gracias por leer!

Belén (Moonlightgirl86)