Este fue mi primer fanfic Riren-AU(2014). Mío y de Isayama ewe
-CUATRO DÍAS PARA AMAR-
Capítulo uno: Prólogo de cuatro paredes
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Grisha Jaeger encontró un libro en su juventud. Un pequeño libro oculto entre las ruinas. Y decidió hurtarlo.
No pudo deshacerse del libro, por más que lo intento el pequeño tomo seguía apareciendo dentro de su habitación, el maldito tomo que arruinó su vida.
Una maldición escrita en letras de un idioma desconocido amenazaba a cualquiera que posea tan valioso objeto.
Grisha vivió una vida sumida en la desgracia.
Años después, el único hijo del hombre abrió el libro y quedó marcado para siempre.
"El cuerpo tan solo es un estuche que contiene el alma, el cuerpo es una caja que guarda al espíritu, el cuerpo puede ser transformado y será dividido hasta el día en que puedas mirar dentro de tu propio corazón".
Grisha azotó al chico toda la noche, más la maldición estaba hecha y las cartas puestas en la mesa.
Decidido a ocultar su vergüenza del mundo, escondió a Eren dentro del sótano por varios años, hasta que un accidente le arrebató a su esposa Carla dejándolo trastornado.
No se supo nada más del hijo de ambos.
Simplemente desapareció.
Ƹ̴Ӂ̴Ʒ
Eren se acurrucó en la cama, cobijándose lo más que pudo dentro de las sábanas. El frio mordía esa noche.
Tan solo esperaba el ansiado amanecer para poder estar solo, lejos de Mikasa. Ella era una prima lejana, una lunática que se negaba a darle su tan ansiad privacidad. Le volvía loco y desesperaba en gran manera, quitándole la paz sin darle la compañía necesaria.
A pesar de los años, él jamás se acostumbraría a vivir con ella.
No en esa situación.
No en su situación.
Eren hundió la mejilla dentro de su brazo, sus cabellos castaños caían por su frente y los moretones de sus piernas no sanaban del todo, afeando su bella piel.
Podía escuchar los pasos de Mikasa en la habitación continua, el sonido de la maleta siendo cerrada y su continuo murmurar en voz baja.
Tocaron a su puerta y Eren se encogió, cubriéndose el rostro con la pesada cobija.
—Volveré en una semana —escuchó decir a Mikasa, su voz hizo eco en las cuatro paredes. La cabellera negra de la mujer se hizo presente dentro de la habitación y unos ojos negros espiaron su respirar durante unos segundos.
—No me tengas rencor, Eren —susurró ella, saliendo y cerrando la impenetrable puerta de hierro.
Dentro de la celda con paredes del color del limón –el color favorito de Mikasa-, la luz del día no se hacía presente y solo una diminuta ventana enrejada le permitía ver la calle y los miles de autos que pasaban por ella. Aunque Mikasa le había prohibido el acceso durante dos semanas, luego de que se portada mal.
El baño se encontraba ahí mismo, tan solo dividido por un pasador de plástico con la cara de Pluto y los muebles más indispensables tenían los bordes acolchonados.
Su cama, un armario, el pequeño estante con su televisor y varios comic. Esas eran sus únicas pertenencias. Todo escogido y comprado por Mikasa.
Las cuatro paredes le protegían del mundo, le asfixiaban.
—Esto está mal—murmuro entre dientes.
Dejándose llevar por el silencio de la noche, sumergiéndose en sus eternas pesadillas nocturnas.
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Cuando sus padres habían muerto, Eren se quedó solo y desamparado hasta la llegada de Mikasa, una prima que lo puso bajo su ala y se convirtió en la fiel amiga a quien alguna vez hubo amado tanto.
Más todo cambió cuando ese amor que ella le profesaba se transformó en una sombra obscena que le daba miedo.
Eren todavía era un niño y no comprendía mucho de la vida, no comprendía porque Mikasa lo tocaba ahí abajo cuando se bañaban, ni porque los dulces besos se habían trasformado en algo sucio que le hacía sentir incómodo.
Tampoco se lo podía contar a algún familiar, sus amigos se habían quedado muy lejos, puesto que Mikasa le llevó a vivir a la gran ciudad donde no conocía a nadie. Y por culpa de la maldición, Mikasa no dejó que fuera a la escuela o hiciera amistad con los niños del edificio donde vivían
Pasaron los años.
Mikasa fue infiltrándose en su vida, poquito a poquito, dominándole y destruyendo aquellos ilusos sueños que alguna vez hubiera podido cumplir.
Eren trató de defenderse, trató de poner un alto a esa insana relación, pero ella sabía cómo amedrentarlo y clavarle la espina donde más le doliera.
Cuando cumplió quince años, Mikasa hizo que perdiera la virginidad con ella.
A los dieciséis, Eren se negó a continuar con aquellos encuentros íntimos y preparó las maletas para largarse de ese horrible lugar.
Sin embargo despertó dentro de la celda, lo suficientemente drogado como para no poder mover un solo músculo.
Las oportunidades de escapar estaban acabándose, escurriéndose entre sus dedos.
Era débil durante la noche, volvía a la normalidad durante el día. Vigilado constantemente, trató de romper la ventana y fracasó, torciéndose el tobillo que Mikasa se había negado a curar.
Agazapado en una esquina de la celda, rompió las sábanas y entablillo el hueso como Grisha le había enseñado que hiciera.
Desde entonces le negaron el acceso a la ventana.
Eren se acurrucó en su cama y esperó la llegada del anochecer, cuando la luz de luna besara su piel y su apariencia cambiara, siempre atento a las cuatro paredes que lo separaban de la libertad, pero no importaba.
En el fondo él sabía que pronto iba a salir de ahí, tenía un plan.
ACLARACIONES: La maldición de Eren consiste en que él puede cambiar de apariencia cuando el sol se pone, su cuerpo se convierte en el de una mujer por las noches y al amanecer vuelve a la normalidad.
Esto es un Levi x Eren (Riren) pero también se incluirá a fem-Eren. Esto es fantasía, no entraré en detalle.
En aquellos tiempos el fem Eren era una novedad y el Ereri no existía XD, mucho menos las imágenes con Eren mujer junto a Levi. Recuerdo que edité el cabello de Eren con Paint, fueron tiempos vergonzosos. También me prometieron un fanart :O ¡me sentí famosa! Lamentablemente nunca llegó. :,V
Borré el fanfic porque era una mierda mal escrita, no era la gran cosa en ese entonces, pero encontré los borradores y me dí cuenta que había investigado MUCHO para escribir el fic y le tengo un cariño especial a mi propuse guardarlo hasta que tuviera tiempo para reeditarlo, poner tildes y darle un poco de lógica.
Hoy ha llegado ese día.
Nos leemos.
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