Descargo de responsabilidad: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto. El fic es de mi propiedad y no permito que se comparta sin los debidos créditos. Di no al plagio.

Advertencias: Capítulo apto para todas las edades.

Nota del autor: Lamento la demora y quiero avisar que tuve algunos problemas al editar este capítulo, sí soy consciente de que hay guiones cortos en varias partes del fic, pero es que por más que lo cambiaba, cuando guardaba el capítulo, regresaba a lo mismo. Traté de modificar los guiones pero algunos no quisieron cambiar, lo siento de antemano, los editaré pronto.

¡Gracias por leer!


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Cap. 2 de 3

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Al día siguiente Hinata llegó a la escuela. Casi abrazó a su querido chófer cuando lo vio trabajando en la mañana fuera de casa. Iba un poco desvelada, y estaba triste por no haber podido despedirse de su nana y de su ama de llaves de mucho tiempo, pero no dijo nada para no preocupar por su chófer ni a sus amigos.

— Buenos días, Kiba — Saludó la chica al verlo llegar en su auto deportivo.

— Hola, te ves muy linda hoy, Hinata.— Le dijo haciéndola sonrojar un poco.

— Nada de eso... — Murmuró muy apenada, a pesar de los años aún no se acostumbraba a recibir halagos. De pronto Shino llegó como una sombra hasta ellos.

— Buenos días. — Saludó el chico y entregó un libro a la chica, a quien le brillaron los ojos con emoción. — Ayer llegó paquete.

— ¿Qué es? — Preguntó Kiba con poco interés, para él los libros no eran la gran cosa. Leía solo lo que debía para la escuela, pero sabía lo mucho que le gustaba a sus mejores amigos.

— ¡Es una nueva edición de los escritos de Arthur Conan Doyle! — Exclamó ella con emoción mientras abrazaba el libro gigantezco.

— Oh, más libros ... — Shino miró con fastidio a Kiba, a veces se pregunta cómo había logrado Kiba entrar a esa escuela.

— No es cualquier libro, es Sherlock Holmes. — Corrigió Shino.

— Pero ya los tenías, ¿No? ¿para qué los quieres de nuevo?

— Es una versión crítica, viene con notas de un investigador especializado en literatura, y sirve para leer desde otro punto de vista las aventuras de Sherlock Holmes. — Respondió ella con gran felicidad.

— Bueno, lo que sea, los acompañaré a sus salones. — Dijo el castaño, quien tomaba clases en el tercer piso del edificio de segundo año, mientras que sus amigos estaban en el primer piso, solo que en grupos distintos.

Cuando Hinata llegó a su salón, su mesa compartida estaba vacía, no había rastro alguno del chico de coleta. Poco después de haber tomado asiento, llegó Kurenai Sensei, la profesora a cargo de su grupo y que impartía la clase de física.

Así dio inicio la jornada escolar.

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El día acabó rápidamente, y Shikamaru no asistió a ninguna clase. Hinata fue una persona de palabra, por lo que cumplió con el trato de hacer todas las tareas del chico. Ningún profesor reparó en lo sucedido y terminó las clases sin ningún problema. Al final se despidió de sus amigos y llegó a donde la esperaba su chófer para regresar a casa.

— ¿Podríamos ir al centro comercial? — Preguntó amablemente la chica al mayor.

— Claro que sí. — Respondió el hombre. — ¿Necesita que la acompañe a hacer sus compras?

— No, solo compraré un celular nuevo, mojé el mío y ya no sirve. — Sonrió un poco avergonzada. No había contado su aventura de ayer a nadie.

En poco tiempo llegaron al centro comercial y la chica se dirigió sola a buscar un nuevo equipo.

Entró en la tienda indicada y comenzó a ver los modelos. En lo personal le gustaba que su teléfono inteligente tuviera una buena cámara, porque le gustaba fotografiar todo cuando salía con Kiba y Shino, con calma. Revisó modelos, leyendo cada una de las especificaciones y comparándolas, hasta que al final eligió un equipo, el cual era de color gris y tenía una cámara muy decente.

Cuando se dio la vuelta para ir a pagar, recordó a la chica llamada Tenten que trabaja en el mismo restaurante que Shikamaru. Ella había sido muy amable al darle un poco de agua y prestarle su celular para llamar a casa. Así que se regresó a un celular igual, el cual esperaba que le gustara.

En el momento en que llegó a la caja a pagar, una chica de melena rubia la abrazó por detrás.

— Qué modelo tan simple. — Chilló Ino y Hinata sintió que le quitaban una caja de las manos.

— Deberías comprar uno como el mío. — Dijo Sakura llegando a su lado y mostrando uno de los celulares más caros y con una funda de color fosforecente.

— Pero no tiene mucha memoria RAM y su batería tiene poca capacidad. — Murmuró Hinata un poco insegura, había leído un poco de celulares.

— ¿Y qué? Puedo controlar mi computadora desde aquí. — Argumentó la chica. Hinata decidió que no iba a discutir con Sakura, no se consideraba una genio en tecnología pero sabía que sus equipos solo eran caros pero solo por la marca y no por sus características.

— ¿Vas a comprar más cosas? — Preguntó Ino con entusiasmo.

— No, solo vine por esto. — Respondió mientras quitaba suavemente la caja de las manos de Ino.

— Moh, no importa, acompáñanos a comprar unas cosas. — Dijo Sakura muy animada.

— Lo siento, yo ...

— Anda, estoy buscando un regalo para Kiba y sin duda serás una gran ayuda. — Hinata se sorprendió al escuchar aquello. — Sabes, me gusta y me gustaría sorprenderlo con algo bonito.

A Hinata no le apetecía estar con ellas, pero sabía lo mucho que un regalo de Ino valdría para Kiba.

— De acuerdo ... — Murmuró. Las chicas esperaron Hinata recuperara su número y una vez listo, la arrastraron por todos los pisos. Se detuvieron en cada tienda, comprando cada prenda y zapatos que les gustaban sin siquiera probárselos mientras Hinata miraba la hora a cada momento.

Por fin llegaron a la tienda más grande de productos deportivos y Hinata dijo que Kiba necesitaba unos nuevos lentes protectores para esquiar. Estuvieron viendo todos los modelos e Ino eligieron el más llamativo y cuando pagaron, Hinata anunció que se sentaría porque ya se había sentado. Las chicas la ignoraron y continuaron observando la ropa femenina para hacer fitness.

La peliazul se sentó en una banca y comenzó a configurar su nuevo celular, para así mandar un mensaje a su padre. Con la mirada fija en el celular se puso de pie para buscar las chicas cuando de pronto chocó con una persona, haciendo que cayera sentada en la banca.

— Disculpa... —Musitó ella a pesar del golpe que se llevó.

Era Shikamaru.

Se observaron muy sorprendidos, de todas las personas del mundo, nunca esperaron encontrarse en ese lugar y en ese momento.

— Lo siento ... — Murmuró ella. — No estaba mirando al frente.

— No te preocupes, supongo que tampoco estaba muy pendiente que digamos.

Hinata sonrió y sintió que sus mejillas se coloreaban, pues Shikamaru Nara le agradaba después de las cosas sucedidas el día anterior. Pero su extraño encuentro fue interrumpido por una rubia escandalosa.

-— Vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí? -— Preguntó Ino con una gran sonrisa. -— Hace tiempo que no nos vemos, ¿Eh, Shikamaru?

La actitud sorprendida del chico dio paso a un ceño fruncido.

— Ino, te ves más demacrada que de costumbre, ¿Nueva dieta o es la anorexia de siempre? -— Hinata abrió los ojos sorprendidos, nunca había visto que alguien retará a Ino de manera tan abierta. La rubia no se inmutó, al contrario, sonrió aún más.

— Nueva dieta, la verdad pensar en estar como nuestro amigo Chouji me causa repulsión. — Ino dejó caer sus compras, las cuales recogió Sakura. — ¿Y qué haces en un lugar tan caro? ¿Soñando un poco?

— Sigues siendo la misma de siempre, y no es un elogio. -— Respondió el chico, apenas Hinata se percató de que traía consigo un par de bolsas con medicamentos y vendas.

— Ettoo ... — Sintió que debía decir algo, al parecer esos dos tenían una gran animadversión por el otro. - Sakura-san no puede con todas las bolsas ... - Dijo pero Shikamaru solo volteo una verla con una mezcla de molestia y decepción.

— Tsk... — Shikamaru hizo un lado una Ino de un empujón y siguió su camino sin decir más.

— Ese sujeto es un bárbaro ... — Exclamó Ino, pero entonces Hinata se agachó para recoger algo del suelo, sostuvo fuerte la bolsa con el otro celular y corrió tras el chico.

— Shikamaru-kun. — Lo llamó pero él no se determinó. — Espera ...

Pero el chico no hizo lo que hizo, se apresuró a entrar en el ascensor y cerrar las puertas. Ella no se rindió y corrió por las escaleras, y por suerte lo pudo divisar cuando estaba por salir del centro comercial.

Corrió hasta que lo alcanzó en el estacionamiento, donde estaba subiendo a su moto.

— ¿Por qué no regresas con las personas de tu clase y me dejas en paz? — Dijo el chico mientras la chica llegaba a su lado y respiraba con dificultad.

— Se ... se te cayó esto. — Y le extendió su billetera.

Sorprendido tanteó los bolsillos de su pantalón y comprobó que efectivamente no estaba en su billetera.

— Supongo que debo darte las gracias. — Murmuró con vergüenza mientras se ponía el casco de seguridad.

— ¿Mañana ...? — Empezó a decir ella, la verdad no sabía si la estaba oyendo debido a que el motor del vehículo sonó de manera estridente. — ¿Mañana irás a clases?

El chico volteó a verla y chasqueó la lengua.

— No creo, es bastante aburrido. — Fue su respuesta antes de partir, dejándola sola.

Hinata suspiró. No tenía idea de por qué su respuesta la había dejado un poco decepcionada. Se encaminó a donde la esperaba su chófer y le pidió que regresaran a su vacío hogar.

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El jueves en la mañana Hinata llegó temprano a la escuela y se sentó en la misma banca de los últimos días. Puso su mochila en el asiento de al lado y vio cómo la clase se iba llenando poco a poco.

Regularmente no se juntaba con muchas personas y en la escuela no había un gran ambiente de compañerismo porque todos estaban demasiado ocupados tratando de ser los mejores en el ranking. El primer lugar lo compartían Shikamaru Nara y Sasuke Uchiha con 99 puntos, el segundo era Sakura Haruno con 97, el tercero era Hinata con 96, Ino estaba en el cuarto lugar con el 94 y Naruto en el 20, así que Hinata consideraba que no estaba tan mal. Aunque su padre nunca la había felicitado, siempre decía que era su obligación ser la mejor.

Ya era medio día por lo que Hinata asumió que Shikamaru tampoco asistiría a la escuela ese día, así que Hinata usó la mesa para abrir todos sus libros y durante la hora del receso se puso a hacer la tarea de la materia de historia de los dos y que debían entregar mañana a primera hora.

Estaba tecleando en su computadora el final del ensayo de la historia que escribió para Shikamaru, cuando escuchó los pasos de alguien entrar al salón, seguido del sonido de la puerta cerrándose. Alzó la vista y se encontró con Sasuke Uchiha caminando hacía ella.

- Buen día, Uchiha-san - Saludó la chica un poco nerviosa, desde que tenía memoria nunca, había agradado a ese chico.

Él miró hacia arriba y sonrió de lado.

- ¿Te pongo nerviosa? - Se recargó en la mesa, del lado donde estaban los libros de ella y bajó la tapa de la computadora.

Ella se quedó congelada en su lugar... ¿Le estaba coqueteando?

- Sakura-chan debe estar en la cafetería - Murmuró tratando de ocupar sus manos quitando un libro para que Sasuke no se sentara sobre el.

- Ya sé, yo la dejé ahí. Lo que no esperaba era encontrarte aquí sin tu par de guardaespaldas.

Hinata miró el reloj del frente de la clase, faltaban 15 minutos para que volvieran todos al salón y eso la puso muy nerviosa, así que se puso de pie para aumentar la distancia entre ellos.

- Creo que iré por algo de beber ... - Dio un paso hacía la salida pero el chico la sujetó de su muñeca izquierda. - ¿Podría soltarme ...?

- Primero tendrás que besarme - Le dije mientras la jalaba y la obligaba a sentarse.

El corazón de Hinata comenzó a latir rápidamente. Ese sujeto le desagradaba, no era ni una pizca de amable como su hermano Itachi.

- No, y ya déjeme en paz ... - Dijo ella y lo empujó, pero eso solo hizo que él apretara aún más el agarre. Con una sonrisa quitó la mochila que ella colocó en el otro asiento vacío y se sentó, de manera que la tenía bien agarrada. Puso una mano en su cintura y con otra la obligó a verlo.

- ¿Por qué tenemos que llegar a esto? - Mientras focejeaban, ella intentaba ponerse de pie y él la jalaba tratando de acercarse más y tirando todas las cosas de manera estrepitosa.

Entre el desastre que estaba haciendo Sasuke, ninguno de los dos escuchó cuando la puerta se abrió.

Desde el exterior del salón, Shikamaru escuchó los sonidos de una riña y supo que algo estaba pasando dentro, así que se dio prisa y observó cuando Hinata logró levantarse, seguida de Sasuke quien se preparó para sujetarla del cabello y empujarla contra la pared.

- Suéltame ...

- No eres tan dócil como pensé. - Le dijo Sasuke mientras recuperaba el aliento, en cambio Hinata giró el rostro comenzó a sollozar al sentir al chico al poner sus manos en su cintura. El trauma de Hinata regresó, odiaba que la tocaran de esa manera, odiaba no ser capaz de golpear a ese chico que quería tocarla y besarla en contra de su voluntad. - No te creas muy especial por esto, Hinata ... - Y justo cuando buscaba la manera de besarla, sintió que lo jalaban hacía atrás.

El pelinegro volteó a enfrentar a quien lo interrumpió, pero lo único que encontró fue un puñetazo en su mejilla que lo hizo caer.

Hinata abrió los ojos y frente a ella estaba Shikamaru.

— ¿Cuál es tu problema, idiota? — Sasuke se puso de pie y le dedicó su mirada más furiosa.

— Ella dijo que no quería, parece que el idiota es otro ... — Respondió el Nara con seriedad.

— ¡Oh! Así que el vagabundo de la escuela tiene agallas. — Se burló Sasuke. — Será mejor que te cuides las espaldas. — Luego miró a Hinata. — También va para ti...

Y al pasar junto a la banca de la chica, arrojó la mesa y las cosas que aún quedaban ahí, la computadora, se estrelló contra el suelo.

Hinata se dejó caer al suelo y respiró profundamente. Cuando sintió que ya no le temblaban las piernas, abrió los ojos y se levantó. Shikamaru ya estaba recogiendo las cosas del suelo y acomodando la mesa en su lugar.

— Gracias, Shikmaru-kun — Murmuró ella.

— Tsk, me fastidian los abusivos.

Ella no sabía qué más decir, le daba un alivio enorme verlo en esos momentos ahí. En silencio, lo ayudó a acomodar las sillas. Shikamaru alzó la computadora y se entregó en las manos.

— Parece que se atrofió — Murmuró el chico. Ella sonrió suavemente.

— No, solo se apagó, es a prueba de golpes — Pareció avergonzada, entonces el chico comprendió que ella tenía una computadora resistente porque era muy torpe y la tiraba seguido. La idea es la causa de un poco de gracia. — Ya está...— Dijo cuando la pantalla se iluminó de nuevo.

— ¿Qué hacías en el salón sola?

Ella bajó la vista y se sentó en su banca.

— Estaba acabando la tarea.— Metió una mano a su bolsillo y encontró una usb. — Solo me falta imprimir nuestros ensayos para Mitarashi-sensei.

Shikamaru vio que la chica abrió el archivo y en vez de insertar la memoria USB en la computadora, apretó el botón y el aparato se conectó de manera inalámbrica y comenzó a guardar los dos documentos. No creyó que ella fuera a tomar en serio el asunto de entregar su tarea, pero sin duda lo había hecho.

— ¿Entregaste las tareas que nos tocaban ayer? — Preguntó con curiosidad y escepticismo.

— Sí, no te preocupes. Hasta usé un tipo de papel diferente. — Respondió orgullosa.

El chico rascó su nuca y luego pasó sus manos por su cara tratando de despejarse. Acababa de decir que odiaba a los abusivos y sin embargo estaba siendo uno con ella.

— No debiste hacerme caso.

Ella lo miró mientras apretaba de nuevo el botón de la USB.

— Pero tu me salvaste ...

— Y eso no le da el derecho a nadie de mandar sobre ti.

— Pero creí que lo habías dicho en serio...

Técnicamente, lo había dicho como una manera de molestarla, una manera de ver cómo reaccionaba; pero si era honesto, ya lo había olvidado.

— De acuerdo, tienes un problema serio.

Hinata se sorprendió.

— ¿Cuál?

— Al principio creí que eras peor que Ino, lo que ya es mucho decir ... — Lo último lo dijo en voz baja. Entonces recogió su mochila y tomó la de Hinata. — Pero en realidad eres como un cachorro perdido ... Ven.

Y justo cuando dijo eso, sonó la campaña que anunciaba el final del receso.

— Pero ya van a empezar las clases ...

La sonrisa del chico la hizo sonrojar.

— No pasará nada por un día, vamos ... — Y se dirigió a la salida.

Entonces Hinata no supo qué hacer, así que bajó la pantalla de su computadora, tomó sus cosas y corrió tras él. Lo vio yendo contra el flujo de personas que se dirigía a los salones, subió por las escaleras y no se detuvo, sino que continuó subiendo y llegando a la puerta que daba acceso al techo del edificio.

Llegó a su lado justo cuando él empezaba a empujar la puerta, pues por el poco uso que tenía estaba un poco trabada. Cuando lograron abrirla, Shikamaru la dejó pasar primero y luego él, para volver a cerrar la puerta.

Hinata nunca había estado en un lugar así, podía ver las antenas, un par de tinacos gigantes y algunas cajas arrugadas a lo largo de la superficie. Pero lo mejor de todo era la vista, hacia abajo todo se veía muy pequeño y verde, en cambio el cielo era claro y azul, sólo había unas nubes blancas y de aspecto esponjoso.

— Ven, - La llamó Shikamaru y ella volteó a verlo, entonces descubrió que tenía guardada una manta café en ese lugar. — Supongo que no querrás ensuciar tu uniforme.

— En realidad no importa, mi nana ya no está. — Suspiró con tristeza.

— ¿Tienes una nana? - Preguntó él mientras se recostaba sobre la manta y colocaba sus manos tras su cabeza.

— Ahora solo tengo una nueva ama de llaves que se encargará de la comida y la limpieza.

— Debe ser genial que te hagan todo. — Él cerró los ojos mientras hablaba y ella se sentaba a su lado.

— No tanto, es muy solitario estar en casa.

— ¿No vives con tu familia? — Shikamaru se golpeó mentalmente, no era normal que fuera tan hablador, pero Hinata no era como lo esperaba de una chica de su clase social.

— Mi mamá murió cuando era más pequeña y papá trabaja todo el tiempo, mi primo Neji estudia en el extranjero.

— ¿Eso es todo? ¿No hay tías, primos, abuelos? - Ella negó con la cabeza y el chico pensó que era buena idea cambiar de tema. — ¿Por qué el idiota de Sasuke quiso besarte?

Las mejillas de ella perdieron su adorable color carmín.

— No lo sé, nunca hemos sido cercanos. Me agradan su mamá y su hermano mayor pero él siempre me ha dado miedo, igual que su padre.

Shikamaru dibujó una media sonrisa en su rostro.

— Es un idiota sin duda...

Hinata asintió y se recostó a una distancia considerable del moreno, la brisa y la suavidad de los rayos del sol comenzó a mecerla. Giró su rostro para mirar al chico a su lado y se dio cuenta de que estaba completamente dormido. Entonces una gran alegría la sacudió al darse cuenta de que tal vez que había hecho un nuevo amigo.

Se recostó y esperó hasta que el chico despertó con el sonido de la campana que anuncia el final de las clases.

— Debiste despertarme antes... — Balbuceó él mientras se estiraba un poco.

— Te ves un poco cansado, supongo que es extenuante estudiar y trabajar.

— En realidad no tanto, es más agotador lidiar con las personas de allá abajo.

Una melodiosa risita escapó de los labios de ella.

— Aún así, me gustaría seguir ayudándote con tus tareas, me has salvado ya dos veces.

El chico la miró tratando de encontrar alguna clase de trampa o mentira en sus palabras pero solo se encontró con determinación.

— Solo si me dices la verdad sobre lo siguiente... — Ella asintió. — ¿De verdad escribiste tu la carta a la dirección?

Hinata se sonrojó pero volvió a asentir.

— Kurenai-sensei me la revisó, pero yo fui quien la escribió.

— Supongo que dices la verdad, esto es muy problemático.

— ¿Puedo preguntar algo? — Ella bajó un poco su tono de voz, a Shikamaru le pareció que se veía sumamente linda en ese momento.

— Adelante.

— Pienso que eres más listo que Sasuke, ¿Por qué no estás en primer lugar?

El moreno sonrió con un poco de sorna.

— Dijiste que te daba miedo su padre, ¿No? — Ella asintió. — Pues a él también, por eso me pagó para que no sacara el cien por ciento de calificación.— Hinata lo miró con sorpresa y el alzó los hombros. — Yo necesitaba el dinero y no tengo problemas de autoestima como él, así que no tuve problema con ello.

Se quedaron en silencio hasta que el móvil de la chica comenzó a sonar.

— Lo siento, es Kiba... — Murmuró ella y de pronto se acordó de algo importante. — Ya me tengo que ir pero... — Metió la mano en su mochila y sacó una bolsa azul. — ¿Podrías entregárselo a Tenten-san?

— ¿Qué es esto? — Preguntó el Nara mientras lo sostenía entre sus manos.

— Es un pequeño regalo, ella fue muy buena conmigo el otro día y pensé en que tal vez le gustaría. — Se puso de pie. — Nos vemos pronto, Shikamaru-kun.

Y cuando ella se fue, Shikamaru sintió que aquel lugar se había vuelto más grande que nunca.

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— Bienvenido, Shikamaru... — Chouza saludó al chico que llegó al restaurante. — Llegaste temprano.

— Antes de empezar voy a ver a Chouji.

— Tenten está con él... — El hombre hizo una pausa — ...Y gracias por todo, Shikamaru. — Chouza vio con cariño al joven de melena negra.

— Es mi mejor amigo, no podría hacer menos.

Entonces el chico se dirigió a la puerta trasera que conectaba el local con la casa de al lado que era donde vivía Chouza y su familia. Caminó hasta llegar al cuarto del chico, el cual era el último del pasillo.

— Espero no interrumpir nada. — Murmuró, sabía del afecto que su mejor amigo profesaba por Tenten.

Tocó la puerta y Tenten abrió para recibirlo con una gran sonrisa, así que entró y se sentó en la silla que estaba más cercana a la cama donde yacía el chico.

— Hey, ¿Hay fiesta sin mi?

— Para nada, solo estaba entregándole mi tarea a Tenten. — Chouji señaló unos cuadernos que estaban a su lado, los dos habían sido compañeros de clase desde la primaria.

Shikamaru empezó a revisar la tarea del chico, mientras Tenten sacaba la nueva tarea que debía hacer el chico para no atrasarse en la escuela.

— Te has vuelto muy bueno en matemáticas.

— No hay mucho que pueda hacer desde este lugar, así que aprovecho.

Shikamaru sintió que se empezaba a formar un nudo en su garganta. Aún recordaba aquel día del accidente, en el que por culpa de una chica tan frívola como Ino su mejor amigo había quedado postrado en una cama.

— Lo siento, Chouji... — El ambiente se volvió un poco pesado, pero el sonido de una bolsa de papas fritas llamó su atención; Chouji había sacado esa bolsa de frituras de abajo de su almohada.

— No te preocupes Shikamaru, sé que no fue tu culpa ni mía, así que tu también deja de pensar en ello.

— El médico le dijo a Chouji que pronto podrá comenzar con las terapias. — Añadió Tenten intentando levantar los ánimos.

— Esa es una buena noticia. — El moreno se estiró para alcanzar una papa de las que comía su amigo. — Oh, es cierto. — Se acordó de pronto. — Esto es tuyo.

Tenten miró la bolsa que el chico le estaba extendiendo.

— ¿Qué es? — Preguntó mientras lo tomaba. Chouji continuaba comiendo sus papas pero atento.

— Te lo manda Hinata Hyuuga, dijo que fuiste muy amable con ella el otro día y que era su forma de agradecerte... — Pero no terminó de hablar cuando el rostro de la chica se mostró muy sorprendido y un largo grito de sorpresa se dejó escuchar.

— Qué problemática...

— ¿Quién es Hinata Hyuuga? — Preguntó el otro chico.

— Es la chica más increíble del mundo, ¡¿Ven esto?! es un celular de gama alta, tiene una cámara que rivaliza con algunas cámaras profesionales, tiene tanta potencia RAM y almacenamiento que creo que no lo podré llenar nunca... — Pero pronto su rostro se volvió azul. — ¿Esto no es alguna clase de broma tuya, Shikamaru?

— Sí, gasté todo mi dinero para asustarte con un celular. — Dijo el Nara y Chouji empezó a reír.

— Shikamaru es demasiado flojo como para planear una broma.

— Es que esto es demasiado bueno para ser cierto... esa chica es muy rica en verdad.

— ¿De quién hablan? — Preguntó el Akimichi.

— De Hinata Hyuuga, una compañera de clase muy problemática.

— A Shikamaru le gusta, el otro día me pidió que lo dejara cerrar el restaurante para poder quedarse a solas con ella y llevarla a su casa. — Tenten hablaba mientras sacaba el celular de su caja y lo observaba embelesada.

Chouji dejó caer la bolsa de papas de la impresión.

— ¿De verdad? — El chico de cabellos castaños estaba realmente anonadado, desde que había quedado en cama su amigo no había vuelto a hablar de alguna chica que no fuera Tenten o sus madres.

— No es cierto, es solo una compañera de clases...

— Es muy linda y tierna, tiene un cabello super sedoso y largo y es muy amable. — Shikamaru suspiró derrotado ante el entusiasmo de Tenten.

— ¿Y por qué te regaló un celular tan caro, Ten? — Preguntó Chouji.

— Porque le dio un vaso de agua... — Dijo Shikamaru mientras se pasaba una mano por la cara en signo de fastidio.

— Entonces debe ser muy rica. — Señaló el otro chico, cosa que hizo que Shikamaru lo mirara a la cara.

— Ella no es como Ino, o por lo menos eso parece...

El cuarto volvió a quedarse en silencio, pero esta vez fue una sonrisa del chico en cama la que rompió la tensión.

— Ya pasó mucho tiempo, Shikamaru, deja de pensar en el pasado y continúa así como yo lo estoy haciendo, ya oíste que pronto comenzaré las terapias y podré volver a salir de aquí.

— Supongo que tienes razón, es solo que ya sabes cómo soy...

Entonces Chouji miró el rostro triste de Tenten.

— Sé que nunca pregunté para no incomodarte... pero me gustaría saber...

— Supongo que ya pasó suficiente tiempo. — Respondió Chouji aunque su mirada evidenció que quedaba algo de dolor en él. Pero estaba agradecido con la ayuda que le brindaba aquella chica que consideraba su amiga y algo más. Sin embargo, Shikamaru se puso de pie.

— Voy a ayudar en la cocina, lo siento... creo que yo aún no estoy listo... — Caminó hacía la salida y se marchó.

Una vez en la cocina se puso a cortar algunas verduras mientras Chouza arreglaba las mesas. Un rato después escuchó que alguien entraba y vio a una Tenten con el rostro triste.

— Creo que Chouji no guarda rencor por lo sucedido, Shikamaru, sé que debe ser difícil pero...— Miró su celular nuevo y recordó a la chica de la otra semana. — Creo que ya entiendo tu aversión por tu compañera, pero no creo que el hecho de que alguien sea rico o no influya en su valor como persona, lo que lo define son sus decisiones. Hinata parece ser una buena chica...

— Basta Tenten... — La mirada del chico se ensombreció. — Mis manos casi mataron a mi mejor amigo por alguien que no valía la pena, no pienso volver a perder la cabeza.

— Pero...

— Tu no viste a Chouji desangrarse y sentir la desesperación de que no abriera los ojos, no tienes idea de cuanto hubiera deseado poder tomar su lugar... No importa si se trata de una chica rica o una sin dinero, el punto es que no quiero volver a dejar de pensar racionalmente.

— Tienes miedo de volver a enamorarte...

— No tengo miedo... Tsk, eres problemática... — Abrió la puerta de la cocina y se dio prisa a comenzar sus actividades como mesero, dejando a una pensativa Tenten.

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De pronto pasó un mes, entregaron en tiempo y forma el trabajo que Asuma-sensei les había dejado sobre cálculo vectorial y Shikamaru se descubrió yendo a la escuela más seguido de lo pensado con dos objetivos en mente y uno de ellos era verificar que Sasuke estuviera muy lejos de Hinata como agradecimiento por la ayuda que ella le daba con las tareas.

En esos momentos se encontraban en el techo, Kiba y Shino habían tomado mejor de lo esperado la nueva amistad que Hinata había hecho por lo de decidieron dejarla almorzar con el chico y ellos continuar con sus actividades, Kiba seguía coqueteando con Ino y Shino estudiando en la biblioteca.

— ¿Has leído One Piece? — Preguntó él al hojear un manga mientras ella revisaba su correo en su celular.

— No... ¿Es una buena historia?

— Sin duda, mi mejor amigo es fan de este anime, así que tiene todos los mangas conforme salen y me los presta.

— ¿Puedo leer?

Shikamaru la miró un poco sorprendido.

— Este es un tomo va muy avanzado, es el 65, creo que podría aburrirte o adelantarte sorpresas.

—Oh, entonces lo leeré desde el uno. — Volvió a dirigir su mirada al celular y en un par de minutos le mostró al chico que ya había descargado el primer tomo en su celular.

— Eres buena con la tecnología.

Ella se sonrojó con el cumplido, unos segundos después sonó el timbre para reanudar clases, por lo que la chica guardó sus cosas en la mochila y se dispusieron a bajar a su salón.

— Gracias... Se que aún falta un poco, pero ¿Ya sabes qué vas a estudiar?— Preguntó ella.

— Honestamente no, supongo que podría hacer cualquier cosa. — Aquella respuesta puso una sonrisa en el rostro de ella.

— Sí...

Cuando bajaron las escaleras, se toparon de frente con Sakura.

— Hinata, el maestro Asuma te mandó a llamar a la sala de profesores, — Miró a Shikamaru con desdén. — A ti también.

— Gracias, Sakura-san.

La preocupación fue evidente en el rostro de ella, mientras que el de Shikamaru mostró la misma flojera de siempre. Cuando llegaron al lugar indicado, Asuma colocó dos sillas para que tomaran asiento.

— Sin duda los dos son buenos alumnos de esta prestigiosa escuela, por lo que he decidido resolver este asunto con ustedes y sus familias antes de informar a la dirección del plantel.

— ¿Qué hicimos? — Preguntó la chica con evidente palidez.

— Esto. — Y Asuma sacó las tareas que Hinata había entregado a nombre de Shikamaru. — A pesar de estar impresas, es evidente que el joven Nara no las elaboró, su manera de estructurar ideas es distinta a la de usted, señorita Hyuuga.

Shikamaru se rascó la cabeza tratando de encontrar algo qué decir.

— Quise saber si también ocurría en otras clases por lo que revisé las tareas de sus otros profesores y me temo que encontré lo mismo.

— Lo siento mucho profesor, yo...

— Ella solo me ayudaba, Asuma-sensei. Yo trabajo en la tardes y a veces no tengo tiempo de terminar todas las tareas.

— Usted está becado, por ello no debería tener esa excusa. Abusar de su compañera es un comportamiento que no puedo tolerar, así como el hecho de que usted le haya seguido el juego señorita. — Asuma los miró. — Por ello llamé a sus casas, pero nadie contestó en la suya ¿Acaso no hay alguien en casa?

— Papá está en el extranjero. — Murmuró en voz baja la chica.

Asuma suspiró.

— ¿Entonces quien viene por usted?

— Mi chófer.

— ¿Y quien es su tutor mientras su padre no está? ¿Y tu madre?

— Murió hace algunos años.

Shikamaru miró a Hinata como si fuera la primera vez que la veía, ¿realmente estaba tan sola como decía? Aún eran menores de edad a sus 17 años, pero antes de que siguiera pensando en ello, sintió una masa de oscuridad acercarse a su espalda.

— ¿Mamá? — Shikamaru abrió los ojos completamente y vio el rostro molesto de su madre.

— Puedo tolerar que seas igual de terco y flojo que tu padre, pero abusar de una chica no tiene nombre...

— Yo no abusé de ella, Hinata se ofreció. — Dijo mientras se ponía de pie para tratar de alejarse de la furia de su madre.

— Es cierto, yo me ofrecí...— Hinata se interpuso y alzó un poco las manos.

Yoshino al ver aquella chica tan bonita, sintió su furia crecer.

— ¿Abusaste de una chica tan linda? Shikamaru, eres hombre muerto...

Asuma observó al escena y tuvo una idea.

— Señora Nara, le agradezco que viniera. — Llamó la atención de mujer. — Como ya le expliqué por teléfono, no tomaré más medidas respecto a esta situación, pero si se vuelve a repetir, me veré forzado a dar parte a la dirección y el consejo estudiantil.

— Entiendo, profesor. Le aseguro que no volverá a repetirse. — Lo último lo dijo mirando a su hijo, quien tragó pesado.

— Eso es todo por ahora, Shikamaru, ve a clase... — El nombrado salió con una ultima mirada asesina de su madre diciéndole que eso aún no había terminado. Asuma miró a Hinata. — ¿De verdad no hay alguien que pueda venir? ¿Quién firma tus calificaciones a fin de año?

— El año pasado vino mi nana pero padre decidió que era hora de que fuera independiente. Supongo que este año vendrá mi chófer, si quiere puedo llamarle.

Asuma negó con la cabeza.

— No es necesario, Hinata. Ve a clase.

La chica hizo una reverencia a cada adulto y marchó por el mismo lugar que Shikamaru.

— De verdad lamento esto profesor, le juro que Shikamaru es un buen chico...

— Lo sé, he seguido de cerca su desempeño y estoy seguro de que no solo es el más listo de la escuela, sino el más maduro y eso me preocupa.

— No entiendo...

— Durante su primer año Shikamaru vino muy pocas veces, lo suficiente para no ser expulsado pero siempre mantuvo una actitud de adulto, poco tolerante a sus compañeros e indiferente a lo demás, ¿A qué se debe esa actitud, señora?

La mujer dejó escapar un suspiro de tristeza.

— Hace dos años mi hijo tuvo un accidente por estar metido en los arrancones de la ciudad para impresionar a una chica, desde entonces se volvió muy hermético. Su mejor amigo lo acompañaba y estuvo en coma dos semanas, creo que aún no puede superar aquello.

— Imagino lo difícil que debió ser... Sin embargo, algo que noté es que desde que se topó con la señorita Hyuuga, no solo ha asistido más a clases sino que parece menos a la defensiva y más participativo en clase, como un chico normal. — Yoshino abrió los ojos de la sorpresa que le ocasionaba oír aquello. — Si Shikamaru tiene beca de excelencia, ¿Por qué trabaja?

— También tiene que ver con su amigo, los padres del chico perdieron su casa para poder pagar los gastos médicos y se tuvieron que mudar a su local, Shikamaru trabaja ahí sin cobrar un sueldo para ayudar a esa familia. Aunque le he dicho que no es necesario porque mi esposo y otras personas los apoyamos pero mi hijo no logra dejar de sentirse culpable por lo sucedido. — Su mirada se entristeció.

— Creí que lo de Hinata era difícil, pero lo de Shikamaru también. — Exclamó Asuma.

— ¿Qué sucede con la chica, sensei?

— No conseguí hablar con su padre y parece que este ha decidido que ella debe ser autosuficiente a esta edad. Sin duda lo es, pero nunca es bueno dejar solo a una adolescente tan vulnerable.

— ¿Usted dice que desde que Shika se junta con esa chica se ha comportado más como un chico normal?

— Sí, a veces he pensado que le gusta porque es un poco sobreprotector con ella, Kurenai-sensei me contó que quiso poner a Hinata a trabajar con Sasuke Uchiha y que Shikamaru se negó vehementemente. Creo que podría ser bueno para ella contar con el apoyo de más personas como usted que representen una figura materna, de paso Shikamaru puede seguir rompiendo el muro donde se encerró.

Yoshino meditó un momento las palabras del profesor.

— ¿Cree que sea una buena idea invitar a la chica a cenar?

El maestro sonrió.

— Creo que ella lo agradecerá.

— Bien, prepararé algo delicioso para nosotras, porque el vago de mi hijo se quedará con las sobras frías por el resto del mes. — Su mirada volvió a reflejar la furia inicial.

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— Voy a morir, voy a morir... — Murmuraba Shikamaru mientras guardaba sus cosas en la mochila.

— Lo siento. — Se disculpó ella por enésima vez en el día.

— Es mi culpa, no debí proponerlo en primer lugar y... — Pero de pronto el balbuceo de Shikamaru dio paso a un rostro serio cuando Ino se acercó a ellos.

— Toma Hina, es la invitación para mi fiesta. — Puso entre las manos de la chica una hoja blanca con flores moradas. — Sin duda debes asistir, he invitado a chicos de otros colegios de nuestra altura, quien sabe, podrías encontrar una mejor compañía. — Lo último lo dijo mirando al chico quien se colocó la mochila y se dio la media vuelta.

— Te lo agradezco, Ino-san, pero no creo...

— Vamos, Kiba está muy emocionado y también quiere que vengas, ¡Por favor piénsalo! — Shikamaru dejó de escuchar la estridente voz de la rubia y decidió que prefería mil veces más enfrentar la furia de su madre que ser invitado a aquel evento.

Caminó hasta la salida de la escuela cuando un escalofrío le recorrió la espina dorsal.

— ¿Mamá? — Se preguntó al ver que su madre estaba en la entrada de la escuela con los brazos cruzados. — Creí que irías a casa, que problemático...

— Nada de problemático. — Y le pellizcó la mejilla. — El regaño de tu padre no será ni la décima parte de lo que te espera conmigo en casa.

El chico suspiró.

— De verdad lo siento. Hinata-san es muy amable y no debí dejar que lo hiciera.

— Hablando de ella, ¿Ya se marchó? — Yoshino se puso de puntillas para buscar a la chica.

— Ella sale hasta que ve a su chófer en la entrada. — Y señaló la parte donde los autos pasaban a recoger a sus compañeros.

— Bueno, pues ve por ella y dile que está invitada a cenar a nuestra casa el día de hoy.

— ¡¿Qué?!

— Es lo menos que podemos hacer para que disculpe por no haber sabido criar a un caballero... — Shikamaru se golpeó la frente, su madre acababa de entrar en modo dramático, y sabía por experiencia propia que ninguna fuerza sobrenatural cambiaría aquello, lo mejor era hacer lo que ella decía.

Esperaron unos minutos, cuando la melena de la chica se dejó ver de entre los estudiantes que salían del plantel.

— ¡Hey! — Shikamaru la llamó pero antes de que pudiera escuchar su respuesta, recibió un coscorrón de parte de su madre.

— Nada de "Hey"...

— Shikamaru-kun... Obaa-san— Hinata llegó hasta ellos e hizo una reverencia a cada uno. — Siento lo que pasó antes... — Dijo a la mujer mayor. — Yo solo quería ayudar un poco.

— Sé que tuviste buenas intenciones y te agradezco que seas amiga de mi perezoso hijo. — Dijo la mujer con una sonrisa encantadora, Shikamaru volvió a sentir un escalofrío... ¿Qué le había visto su padre como para casarse con una mujer tan problemática? Amaba a su madre, pero ese tipo de comportamientos suyos lo asustaban bastante.

— Yo estoy más agradecida. — He hizo otra reverencia. Yoshino tuvo que contenerse para no sujetar las mejillas de aquella chica.

— De cualquier forma quisiéramos invitarte a cenar en nuestra casa, es lo menos que podemos hacer. — Y la mujer usó una mano para hacer que su hijo hiciera una reverencia empujando su cabeza hacía abajo.

Hinata sintió un poco de pena por el chico, no quería causarle más molestias.

— No estoy segura...— Dudó al ver el rostro resignado del chico.

— Vamos, acepta, mi madre no acepta un no por respuesta. — Murmuró aún con la cabeza gacha.

— Vamos cielo, cocinaré algo delicioso.

Hinata sintió que su estómago se contraía al oír la dulce voz de la madre de Shikamaru, sin duda él era muy afortunado.

— De acuerdo, se lo agradezco mucho. — La chica sonrió.

— Bien, Shikamaru irá por ti a las 7, espero que esté bien.

— Hai, nos vemos en la noche. — E hizo una última reverencia y marchó al encuentro de su chofer.

— ¿Ya puedo levantarme? — Preguntó el chico que seguía en pose de disculpa. Su madre lo soltó no sin antes volver a darle otro coscorrón.

— No puedo creer que sea hija de Hiashi Hyuuga, es muy dulce. Me enoja que esté tan sola.

Shikamaru miró a su madre, quien seguía con la mirada a la chica y por primera vez en mucho tiempo estuvo de acuerdo con ella. No era justo que Hinata viviera tan sola por caprichos de su padre.

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Continuará.


¡Gracias por leer!

Muchas gracias a todos por su paciencia, ya estoy trabajando en todas mis historias. Decidí empezar con este fic porque es breve y ya estaba listo. Ojalá puedan darme su opinión y decirme si les gusto o no, sus comentarios retroalimentan el rumbo de la historia.

Si quieren saber más sobre mis tiempos o, los invito a seguirme en mi página de facebook Tamashitsumo donde doy algunas explicaciones, avisos y cosas random.

Miércoles 04 de junio del 2019