Disclaimer: Little Witch Academia y todos sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Trigger.


Nadie mas que tú


—¡¿Qué?! ¡¿Por qué tú, Cavendish, si puedes salir de Luna Nova?! ¡Es injusto! —los gritos de Amanda llamaron la atención de todas las brujas presentes en la cafetería.

Después de la crisis con el misil y la apertura del Gran Triskellion, el mundo estaba en estado de relativa calma; sin embargo, tanto la directora Holbrooke como el resto de las profesoras acordaron que por su propia seguridad las brujas de los equipos rojo y verde, debido a los recientes eventos, debían permanecer en las instalaciones de Luna Nova durante el descanso de primavera. Diana había recibido la sugerencia por parte de la directora para también permanecer en la escuela, pero debido a que Cavendish Manor se encontraba bastante alejado del pueblo más cercano resultaba complicado que los periodistas y curiosos lograran entrar al perímetro de la casa principal.

—Aunque entiendo el motivo de tu molestia, O'Neill, no es necesario armar un alboroto de tal magnitud y perturbar la paz de las demás estudiantes. Ahora, el pedido de permanecer en Luna Nova durante las dos semanas de descanso fue hecho por su propia seguridad. Es adecuado pensar que prácticamente todo el mundo fue testigo del esfuerzo de todas ustedes durante la situación con el misil y si dejaran la escuela en estos momentos, más que descanso estarían rodeadas por periodistas y personas tratando de obtener algo de ustedes —Diana explicó en apenas un parpadeo.

—¡Arghhh! ¿Por qué siempre tienes que hablar así, Cavendish? Es exasperante —murmuró Amanda golpeando la mesa con los puños.

—O'Neill, me disculpo por mi correcto uso del lenguaje y por lo mal que pueda sentarte.

—Chicas, Diana tiene razón —sorprendentemente Lotte intervino antes de la que la situación escalara—. Mis padres me pidieron que me quedara en la escuela porque nuestra tienda está rodeada de gente esperando a que alguna de nosotras aparezca.

—Mis padres también me han pedido que no vaya a casa —dijo Sucy—, aunque de todas formas no planeaba hacerlo, tengo una poción que probar y no puedo hacerlo si no tengo a mi conejillo de indias preferido —Akko no pudo evitar estremecerse al ver la sonrisa de su amiga.

—Si, si, lo que sea. Los míos también dijeron lo mismo, pero igual es injusto que Diana si pueda ir a su casa a descansar y nosotras tengamos que quedarnos aquí. Seguramente Finneran va a aprovechar para ponernos al día en todos los castigos que tenemos pendientes —se quejó la bailarina.

—No creo que Diana conozca el significado de la palabra descanso —mencionó Sucy con aburrimiento.

—Ya que, al menos esas dos semanas seré tu instructora personal de vuelo, Akko. Ahora que ya puedes flotar, el resto es cuestión de tiempo, con mi ayuda estarás haciendo piruetas casi tan buenas como las mías.

De alguna manera la propuesta de Amanda sonaba algo fuera de lugar a los oídos de Diana que se había mantenido en silencio para calmar las aguas. Después de todo lo que había pasado, ella y Akko habían comenzado a acercarse cada día un poco más, al punto en que comenzó a ayudar a la castaña con sus hechizos, pero sobre todo con el arte de volar en una escoba. Era un acuerdo tácito y sentía una especie de molestia hacia Amanda por querer tomar su lugar como tutora de Akko sin consultárselo primero.

Por supuesto, sus razones sonaban perfectamente razonables en su cabeza, pero cuando se imaginó a si misma diciéndolas en voz alta, francamente sonaban absolutamente ridículas y Diana sabía que bajo ninguna circunstancia se permitiría sentirse ridícula, mucho menos delante de Akko.

—¿Lo dices en serio, Amanda? ¿Vas a enseñarme a hacer las piruetas que tú haces? —la alegría en la voz de Akko no estaba ayudando a Diana a mantener su cara de póker.

—Antes de pensar en hacer movimientos innecesarios mientras vuelas, primero debes aprender a mantener tu balance en una escoba, Akko —Diana no sabía el motivo de su intervención, pero sintió una punzada en su pecho al ver la expresión un tanto decaída en el rosto de Akko.

—Tsk, Cavendish. No tienes porque ser tan aguafiestas. Akko puede hacer lo que quiera, no niego que quizá haya algún que otro hueso roto, tal vez… pero al final ella será capaz de hacerlo.

—Sobre todo la parte de los huesos rotos, definitivamente eso si que puede hacerlo.

—¡Sucy! —exclamó Lotte reprendiendo a su compañera.

—¡Hey! Tengan un poco más de fe en mí —se quejó la castaña haciendo un puchero.

—Confío plenamente en tus habilidades, Akko. No dudo que dentro de poco estarás volando perfectamente y sin ningún problema por ti misma, sin embargo, preferiría que el aprendizaje para que alcances esa meta no involucre ningún hueso roto, de preferencia.

—Da igual, ni siquiera vas a estar aquí para oponerte a mis métodos de enseñanza —Amanda casi de forma perezosa pasó un brazo por los hombros de Akko—. Sabes, tú y yo nos vamos a divertir mucho mientras aprendes a volar.

Diana nunca fue una persona innecesariamente temperamental, siempre estaba en control de sus emociones, manteniendo la compostura en todo momento, por eso la repentina oleada de emociones que explotó en su pecho al ver como Amanda mantenía a Akko tan cerca de ella, la tomó con la guardia baja. La heredera, tan consciente de si misma y de su manera de ser, había notado una diferencia en la forma en la que veía a Akko desde hacía un tiempo ya.

En varias ocasiones se encontró a si misma disfrutando más de lo debido de la compañía de la castaña, incluso se sorprendió cuando una noche tanto Bárbara como Hannah expresaron su alegría por verla sonreír con más frecuencia cuando Akko estaba alrededor. Si había algo de verdad en todas las cosas que se decían de ella, la rubia sabía que su inteligencia era una de ellas y por lo mismo se sentía como una idiota por no poder ponerle un nombre a todas las cosas que ocurrían en su interior cada vez que veía a Akko, o cada vez que pensaba en ella, o eso se decía a si misma porque la conclusión a la que llegó en una de esas noches en las que se encontraba analizándose a si misma era simplemente imposible. Ella no podía estar enam… No, no podía ser.

Y, aun así, ahí estaba tratando de mirar a cualquier otro lugar menos a Amanda y a Akko. Le pareció ver como la americana apretaba el agarre sobre los hombros de la castaña sonriendo misteriosamente mientras guiñaba un ojo en su dirección. Es simple acto despertó todos los sentidos de la rubia decidiendo que tenía que actuar rápidamente. ¿Actuar contra qué? Realmente no sabía, solamente tenía claro que debía hacer algo.

—¡Genial! ¡Gracias Amanda! Diana, para cuando regreses a Luna Nova estaré volando igual de bien que Amanda, quizá hasta pueda vencerte.

—Estoy segura de que podrás hacerlo si sigues esforzándote como lo haces, pero y sin querer poner en duda las habilidades de O'Neill, sinceramente creo que lo mejor es que continúes bajo mi tutoría, después de todo soy la mejor volando —lo último lo dijo mirando a la americana. Sonrió casi imperceptiblemente al darse cuenta de que su aseveración tuvo el efecto deseado porque enseguida Amanda soltó a Akko y se dispuso a iniciar una pelea.

—¿Acaso insinúas que eres mejor que yo en una escoba, Cavendish? Te reto ahora mismo a una competencia, ¡voy a demostrarte quien es la mejor de las dos!

—Me temo que debo declinar tu reto O'Neill, no veo necesaria dicha competencia

—¡Cavendish, tú…! —Constanze y Jasminka, que hasta al momento se habían mantenido al margen de la conversación, cada una concentrada en sus propios asuntos, no tardaron en flanquear a su compañera, listas para detenerla en caso de que las cosas se salieran de control.

—Mmm, pero Diana ¿cómo voy a practicar bajo tu tutoría si no vas a estar aquí? —preguntó Akko sin entender muy bien porque de repente el ambiente empezó a sentirse pesado ente Diana y Amanda.

—A ese asunto quería llegar —mencionó la heredera—. En vista de que mi situación es un tanto diferente a la de ustedes y debido a que no quiero que piensen que se me ha dado un trato especial, quiero extenderles mi cordial invitación para que el receso de primavera lo pasen en mi casa. Obviamente, no están obligadas a aceptar mi invitación, pero creo que encontraran Cavendish Manor un tanto menos estricta que Luna Nova, especialmente por la profesora Finneran.

—¿Estás hablando en serio, Diana? —cuestionó una sorprendida Lotte, mientras las demás seguían mirándola con incredulidad,

—Por supuesto ¿por qué no lo diría en serio?

—Es que… Wow, no lo puedo creer, Diana. ¡Claro que vamos! —exclamó Akko levantando los brazos al aire.

—Gracias por la invitación, estaré encantada de ir —dijo Lotte sonriendo agradecida.

—Cuenta conmigo —confirmó Sucy sonando casi aburrida, dedicándole una extraña expresión a Amanda.

—Lo que sea, cualquier cosa es mejor que quedarnos en la escuela cumpliendo castigos atrasados. El equipo verde irá, Cavendish —Constanze y Jasminka asintieron en confirmación.

—¿Va alguien más además de nosotras? —cuestionó la castaña conteniendo su emoción.

—Aún no les he dicho nada formalmente, pero pienso invitar a Bárbara y a Hannah también.

—¡Genial! ¡Los equipos rojo, verde y azul disfrutaremos de las vacaciones juntas!

—Akko, ten presente que durante el tiempo que pasemos en Cavendish Manor tendrás que practicar tus habilidades de vuelo. Ahora que la magia ha vuelto al mundo, el utilizarla lejos de Luna Nova es posible, así que no hay motivos para descuidar tu aprendizaje.

—¡Sí, sí! No te preocupes Diana, encontraremos tiempo para eso y para divertirnos también.

El aprendizaje de Akko era lo más importante y Diana como su tutora no oficial no podía dejar su obligación para con ella por el receso escolar, por supuesto, la enorme sonrisa y la alegría que desprendía Akko nada tenían que ver con la decisión que había tomado tan precipitadamente. Las mariposas que sintió en el estómago cuando pensó en pasar dos semanas con Akko sin las obligaciones escolares no significaban nada tampoco, después de todo también había invitado a las demás. Es lo que la heredera se repetía a si misma mientras se dirigía a su habitación.

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—Aún no puedo creer que vayamos a la casa de Diana por las vacaciones.

—Va a ser muy divertido, Lotte. La casa de Diana es enooooorme y seguro hay muchas cosas que hacer, además vamos a estar todas juntas y estoy segura que hay hongos para que Sucy haga sus experimentos. ¡Será fantástico!

—Será interesante como mínimo —murmuró Sucy en tono neutral.

—Me alegra que Bárbara también vaya, podremos hablar del último libro de Night Fall e incluso todas podríamos hacer algo de role play.

—No conozco mucho de que va Night Fall, pero seguro Lotte.

—Será mejor dormirnos ya. No queremos llegar más tarde de lo que seguro llegaremos por culpa de Akko.

—¡Sucy! Eres tan mala —se quejó la castaña.

—Gracias, Akko.

—Buenas noches, Sucy, Akko.

—¡Buenas noches!

Akko estaba demasiado emocionada como para intentar dormir. No podía dejar de pensar que en la mañana partiría junto a Diana para pasar las vacaciones junto a ella.

"Dos semanas con Diana lejos de Luna Nova", pensó. La sola idea hacia que su corazón se hinchara lleno de emoción. Era un sentimiento nuevo, emocionante y cálido, pero al mismo tiempo aterrador porque no sabía como lidiar con su corazón cuando empezaba a dar brincos descontrolados cada vez que Diana pasaba sus dedos sobre sus manos o su espalda intentando mejorar su postura sobre la escoba.

Por lo general nunca se sentía fuera de lugar cuando no entendía algo porque siempre podía preguntarle a Ursula-sensei, Diana o a sus amigas lo que no entendía. Pero Urusla-sensei no estaba en Luna Nova, había ido a visitar a Croix-sensei. Cuando intentaba hablar con sus amigas sobre como se sentía últimamente sobre Diana, no era capaz de formar oraciones completas, se sonrojaba completamente nerviosa, además de que estaba segura que entre Amanda y Sucy se encargaría de molestarla sin fin. Y luego estaba Diana, a quien evidentemente no podía preguntarle, de sólo pensarlo se sonrojaba hasta las orejas.

A pesar de su confusión, Akko cerró los ojos deseando con todas sus fuerzas que la mañana llegara pronto, soñando con unos hermosos ojos azules que la observaban únicamente a ella.

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—¡Hey hora de irnos! La princesa de hielo y sus súbditas ya están esperando en la puerta de salida —Amanda abrió la puerta de la habitación del equipo rojo sin esperar respuesta—. Yo, en serio hay que irnos ya.

—¡Pero aún no hemos desayunado! —exclamó Akko.

—No hay tiempo para eso. Si no bajamos pronto tu chica va a molestarse contigo y seremos nosotras las que terminaremos pagando por eso —Amanda sonrió traviesamente al darse cuenta que Akko se encontraba más hiperactiva y por lo tanto más torpe de lo normal, así que decidió presionar tan sólo un poco.

—¡¿Qué?! ¡Diana no es mi chica! —chilló la castaña—. Deja de decir eso Amanda, si Diana te escucha va a molestarse.

—Tranquila Akko, Amanda sólo está jugando contigo —como siempre Lotte fue la primera en brindarle su apoyo.

—¿Cómo puede ser una persona tan ingenua? —Preguntó la americana a nadie en particular.

—Akko puede, es lo que mejor le sale —contestó Sucy con la misma expresión aburrida de siempre.

—Te puedo compartir de mis galletas, Akko —ofreció Jasminka.

—¡Gracias Jasna! Vamos, no hay que hacer esperar más a Diana.

Todas las brujas salieron detrás de Akko, excepto Sucy y Amanda que se quedaron un poco atrás de todas las demás.

Para Amanda era evidente que tanto Akko como Diana estaban totalmente locas la una por la otra. Al principio le sorprendió ver a la siempre centrada y bien portada estrella de Luna Nova, Diana Cavendish, sonrojarse cada vez que Akko se le acercaba demasiado. Nunca pensó llegar a ver semejante espectáculo, pero ahora estaba ya acostumbrada a ver a la heredera con las mejillas pintadas de escarlata cada vez que Akko sonreía para ella, la situación era mucho más cómica cuando la castaña sin pensarlo abrazaba a la rubia, podía jurar que veía a Diana temblar mientras estaba entre los brazos de Akko.

Y como la buena amiga que era estaba decidida a hacer que ese par dejara de dar vueltas la una alrededor de la otra y por fin confesaran sus sentimientos. Francamente jamás imaginó que Diana pudiera llegar a ser casi igual de obtusa que Akko en lo referente a temas del corazón, pensaba que para este momento la rubia ya habría deducido sus propios sentimientos por ella misma, pero todo indicaba que no tenía la menor idea o a su vez estaba ignorando conscientemente lo que sentía por la fan número uno de Shiny Chariot.

Resultaba hilarante pensar en ellas como pareja, la una demasiado estricta, rígida y centrada mientras que la otra era despistada, torpe y sumamente ingenua, pero también le parecía que por más extraña que sonaba la combinación, las dos se veían bien juntas. Estaba segura que tanto Diana como Akko se complementaban de una manera que no muchas parejas podían hacerlo y esa era suficiente razón para ayudarlas un poco a acelerar las cosas.

—No va a ser sencillo. Manbavaran. Esas dos no tienen ni idea de cómo lidiar con lo que sienten —afortunadamente la bruja americana contaba con la ayuda de Sucy para unir a esas dos.

—Creo que la más difícil de doblegar será Diana. Estoy casi segura que ella entiende lo que le esta pasando, pero se niega a procesarlo como se debe. Tal vez lo hace inconscientemente.

—Seh, la princesa de Luna Nova será todo un reto, pero creo que el plan que tenemos funcionará. Es cuestión de tiempo, en poco obtendremos una reacción de su parte. ¿Viste su cara cuando me vio colocar el brazo alrededor de Akko? ¡Ja! estaba celosa, no hay dudas sobre ello.

—Estoy de acuerdo. Hay que presionar un poco más aunque aun creo que si le damos mi poción de amor las cosas serían más rápidas.

—Tú sólo quieres experimentar con ellas, Sucy. Aunque no es mala idea —murmuró Amanda con su sonrisa traviesa—. De todos modos, la poción es nuestro plan de emergencia, por ahora continuemos con lo que tenemos preparado. Yo me encargo de hacer que la heredera de las Cavendish entienda lo que son los celos y tú te encargas de que Akko entre en desesperación pensando en que Diana no tardará en comprometerse con algún niño rico. Confío en tus capacidades Manbavaran.

—Hey, Sucy, Amanda, no se queden atrás, dense prisa —llamó Akko antes de tropezar con sus propios pies.

—Definitivamente este receso de primavera va a ser muy divertido ¿no crees Sucy? —mencionó Amanda con una sonrisa salvaje en el rostro.

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¡Por fin tengo mi propio fic de LWA! Ahora mismo lo último que debería estar haciendo es empezando otro fic, cuando tengo dos más en curso pero estoy tan pero tan enamorada de Diakko que necesitaba escribirles algo para intentar superar esta obsesión que tengo con ellas xD. Este es un fic de tres capítulos. En el próximo veremos a las chicas en la casa de Diana, mientras Amanda y Sucy hacen de las suyas. El tercer y último capítulo será básicamente la confesión y el cierre.

Espero actualizar el fin de semana como máximo. Bueno, a quienes lean gracias por hacerlo. Si les gustó o no díganmelo en los comentarios.

¡Un abrazo!