Título: Chico lindo.
Género: Drama/Fantasía/Romance
Palabras: 5194
Tipo: Songfic
Advertencia: Alternative Universe. Donde los chicos van a la preparatoria. Gender Bender; donde Hinata es chico (conservando el mismo nombre) y Sasuke es chica (Sasuko). Igual que todos en el Narutoverse.
Aclaraciones: Todo esta en POV omnisciente. Hinata tiene 16 años y Sasuko 17 .Los puntos suspensivos [...] indicaran cambio de escena, y/o espacio tiempo. Los párrafos en cursiva esla letra de la canción traducida al español, no está en el orden correcto. Dicha canción es "Pretty boy" de el cantante sur coreano Taemin.
*
*
*
【SasuHina month 2017】: Day (12) - Fantasía
*
*
*
"La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la realidad;
es creación y osadía."
—Eugène Tonesco
*
*
*
"¿Qué clase de hombre quieres? ¿Quieres un hombre varonil por fuera?
Piensa en ello. ¿Qué clase de hombre quieres?
Hasta con las mismas palabras, te daré un tipo diferente de confianza."
El instituto Konoha era muy singular a comparación de las demás escuela de nivel medio superior, para empezar, los grados (primero, segundo y tercero), no estaba distribuidos por edad, sino por conocimiento. Además, ningún alumno se regía por un plan de estudios preestablecido, ya que se decidían con base al perfil de cada joven.
Todos estaban mezclados, diferentes edades y niveles reunidos en cada clase.
Empero por muy loco que parezca, el instituto de La Hoja logró hacerlo funcionar de alguna forma, pues con su lema: "Todos estamos conectados y por eso mejoramos", consigue mantenerse como uno de las mejores escuelas por mucho tiempo.
Asimismo, era demasiado fácil avanzar hasta graduarte en menos de tres años. Pero pocos optaban por esta medida ya que se enamoraban de las instalaciones, el plantel, amigos y el ambiente que se sentía.
Ese es el caso de Uchiha Sasuko, como miembro de la estirpe Uchiha, está dotada por una inteligencia solo superada por el clan Nara (y, tal vez, el Hyuga). No tenía problema en terminar su educación en un año o menos, igual que su hermana mayor. Y así lo había planeado, hasta que conoció a cierto Hyuga.
Él es un año menor que ella y pese a tener las misma posibilidades de avanzar, decidió prefirió concluir sus estudios en dos años. Según se enteró, para permanecer con sus amigos un poco más.
En palabras de Sasuko, puras cursilerías baratas.
Mas de cierta forma, ella había caído en su encanto.
Hinata era el típico "chico bueno", ese que cualquier padre dejaría que su hija desposara: respetuoso, ejemplar, brillante y noble. Intentando ayudar a todo a quien pudiese y mejorar a la sociedad en el proceso.
La primera vez que Sasuko lo miró en clase de Física II, sintió una gran aversión. Pretencioso, ese fue el primer pensamiento sobre el caucásico. Ella conocía a los Hyugas de primera mano, su prima era la mujer más estirada y presumida que había visto, solo superada por su madre.
Y no es que los Uchihas no lo fuera, al contrario, su clan era mil veces peor: posesivos, autoritarios, controladores, explosivos y demandantes. Pero nunca lo ocultan o tratan de disfrazarlo con fingida burguesía, como lo hacían los del Ojo Blanco.
Que Hinata fuera tan diferente a sus familiares, simplemente no le causaba un buen presentimiento.
Era complicado.
Una parte de ella le decía que lo evitara, que el chico era una molestia. Pero la otra lo seguía sin pensarlo.
...
"Siempre puedo parecer suficiente, siempre puedo parecer bueno."
La única semejanza con el linaje Hyuga (a parte de su apariencia) era su destreza en todas las materias, siendo su personalidad algo tímida y retraída su único defecto, aunque para ella eso no era nada más que una fachada.
—Ciertamente ningún sistema social y económico es malo o bueno, tanto el socialismo como la democracia, capitalismo y demás, son simplemente uno de miles de opciones que existen para que una nación sea regida; y son los humanos, quienes aplican dicha forma de gobierno, los responsables de su efectividad o fracaso.—recitaba monocromático Ibiki-sensei, al mismo tiempo que caminaba entre los asientos de los alumnos.
Morino Ibiki se encargaba de impartir la clase de macroeconómica y política mundial, algo muy adelantado para cualquier estudiante de preparatoria, de hecho era una materia creada exclusivamente para los futuros líderes de familias prestigiosas; dado que la mayoría de ellos después de la preparatoria iba a trabajar directamente en los negocios familiares y terminar sus estudios superiores con docentes particulares.
La Uchiha ya había leído todos los materiales del curso, así que esto le parecía mundialmente aburrido. Podría bien estar en su casa viendo alguna película de detectives, pero...inconscientemente fijo su mirada en Hinata, este se encontraba sumergido en la palabrería que salía de la boca de Morino, seguramente también ya había leído todos los libros del curso como ella, entonces, ¿por qué pretendía poner atención? ¿qué quería conseguir con fingida compostura?
No, todavía no se tragaba el cuento de "humilde Hyuga", por más bueno que pareciera, Sasuko sabía que algo andaba mal.
Actuando por reflejo, el morocho regreso a ver a la chica y este le ofreció una sonrisa amable con cierto rubor. La ojinegra hizo una mueca altanera, Hinata le respondió con un guiño sexi...espera, ¿qué?
...
"Puedo parecer agradable, puedo parecer tranquilo."
Las clases extracurriculares del instituto Konoha gozaban de mucha variedad, desde lo más tradicional como "Ceremonia del Té", hasta cosas extravagantes como "Nado con tiburones". A Sasuko no le desagradaban la mayoría de las opciones, sus preferidas eran la cata de vino y artes marciales mixtas, aun así, por azares del destino se encontraba en la clase de Yoga.
—¡Sasuko!—exclamó dramática una rubia.—Esto es tan aburrido...—continuó en sollozo.—mejor vayamos con la profesora cejotas a jugar fútbol o basquetbol. ¡Esto es un martirio!—se quejaba incapaz de realizar una sencilla meditación.
—¡Señorita Uzumaki, guarde silencio y compórtese por favor!—reprendió Yuhi Kuromaru sensei, el instructor de Yoga y humanidades.
—Glup...—Naruko tragó fuerte al ver a expresión del profesor. Regresó a ver a su amiga por ayuda, pero esta la ignoro olímpicamente.
"¡Esto me gano por ser tan buena gente y hacerme amiga de una amargada!", se lamentó en su mente la pobre rubia, procediendo a tratar de imitar los movimiento.
—Mendokusai.—pronunció una perezosa voz femenina.—Guarda silencio, Naruko. Hay gente aquí que queremos dormir.—mencionó entre bostezos, acomodándose mejor en su esterilla.
Ante tal comentario, todos hicieron una clásica caída al estilo anime.
Después de aquella escena, continuaron normalmente (o lo más cercano a eso) con la clase. A la Uchiha no le era difícil realizar todas las poses y meditaciones, pero a su parecer esto carecía de importancia.
Ya casi terminaba la hora, en todo la lección daba miradas furtivas a Hinata. Seguía sin entender lo que sucedió en la otra clase, ¿Qué diablos pasó?
Eso fue muy extraño, Hinata era raro.
Hasta este momento lucia como siempre, concentrado en su tarea y dedicado en lo que hacía; cerraba los ojos y realizaba la postura bhujangasana(1).
Rayos, los Hyugas sí que tenían atractivo.
...
"Pero todo eso es parte de tu imaginación que está por encima de mi cabeza."
La biblioteca de la escuela era magnánima.
Con miles de ejemplares de muchas naciones y traducidos en diversos idiomas. Aunado a eso, las áreas de estudios, computo, medios digitales y reuniones eran espectaculares. Y ni que decir de las salas de descaso, acondicionadas con todo lo necesario para poder tener un agradable momento y hasta una ligera siesta.
Sin embargo, lo que a Sasuko le encantaba de ese sitio eran las salas privadas. Pues podía tener un buen momento a solas para leer o dormir un poco; así que solía ir cuando se hartaba de Naruko y quería descansar de ver a ese morocho.
Hoy iría ya que necesitaba terminar su primer presentación para los directivos de la corporación Uchiha, así que sin más se dirigió a su sala predilecta la S103. Llevaba un par de libros y su laptop, no se molestó por avisar a la bibliotecaria sobre su llegada dado que estaba más que claro que esa era su sala, a tal grado que tenía una llave personal.
Colocó dicha llave a la herradura, notando con sorpresa que no tenía seguro.
"Debieron ser los intendentes.", pensó la chica restándole importancia.
Fue hasta el escritorio estilo victoriano pomposo y se sentó en una de las sillas amoldadas. Abrió su laptop y tomo uno de los libros, después se colocó sus audífonos y comenzó a trabajar.
—Uchiha-senpai...—una voz suave llamó, sin recibir respuesta.—Uchiha-senpai...—volvió a llamar, esta vez se acercó un poco más a la joven con la intención de obtener su atención.
Al sentir un toque suave en su hombro, la mencionada se quitó uno de sus audífonos y volteó a ver quién la había interrumpido, encontrándose con Hinata sonriéndole amablemente.
—¿Qué haces aquí?—reclamó molesta.
—Ano...renté esta sala para planear las actividades del Comité Escolar...—se excusó algo tímido.
La chica parpadeo extrañada, ¿cómo alguien pudo rentar su sala? Tendría que hablar con la biblotecaria sobre esto, no podía ser posible que nisiquiera aquí sería capaz no pensar en Hinata.
Sasuko era una mujer orgullosa, no iba a doblegarse. Sin embargo, no quería que el chico se fuese.
—¿Qué?—encaró levantando una ceja.—¿A caso mi presencia te importuna?—no sabía por qué decía aquello, pero muy dentro de ella temía una negativa de su parte.
Tal comentario hizo descolocar al Hyuga, mas respondió:
—Por mi está bien que se quede, su compañía no es ninguna molesta para mi.—dijo sonriente y amable, haciendo alarde de su cortesía.
Así pasaron algunos minutos, Sasuko intentó regresar a su trabajo colocándose de nuevo sus auriculares, falló irremediablemente. Cada vez que podía miraba de reojo a sus acompañante, quien ensimismado en sus pensamientos no la notaba; fruncía su entrecejo cuando algo no le parecía, extrañamente eso le encantó a la Uchiha. Si bien la piel de porcelana lucia más brillante cuando estaba uniforme, esa pequeña arruga acentuaba sus -bellas- facciones varoniles.
¡AGH!
Si alguien la viera sería tachada de acosadora, pero ¡Dios! Ese chico sí que la frustraba.
—Uchiha-senpai,—ante su llamado la morocha palideció, ¡la había cachado!
Rápidamente se concentró en aquellas letras que hace tiempo dejaron de tener sentido. El chico volvió a insistir y eso le indico que efectivamente el tonto de Hinata no se había percatado de su "acoso".
Reponiéndose un poco, y viendo como el chico la miraba esperando su aprobación, apagó la música que de por sí ni escuchaba y se giró complementen hacia él:— usted es muy dedicada e inteligente, me gustaría tenerla en el Consejo.—comentó aproximándose peligrosamente a la chica y arrodillándose como príncipe frente su asiento, prosiguió:—Necesito su visión en el Consejo Estudiantil, por favor, acepte.—ante esas palabras, Sasuko se turbó.
"Necesito..."
"Gustaría..."
AHHH.
Olvido que iba después de esas palabras, ¡¿qué le estaba pasando?!
No entendía nada, se había quedado estática. La cercanía con el morocho la aturdió, y ni siquiera estaban muy cerca, pero no podría mostrar debilidad, así que haría lo más lógico en esta situación: huir.
Por lo cual, respondió:
—Está bien, qué más da.—no, su boca la había traicionada, ¿Qué diablos dijo?.
—Magnifico, muchas gracias senpai. Le enviaré los pormenores de la siguiente reunión a su correo institucional.—dijo el Hyuga alegre, levantándose de su asiento y domando sus cosas salió de la sala.
"Debo ir con Tsuyoshi-sama, algo no anda bien con mi cabeza.", se dijo la chica mientras se reprimió por las tonterías que dijo.
Perfecto, ahora tendría que estar en el tonto consejo estudiante, ¿Qué más quería ese Hyuga de ella?
...
"Mira mi grueso pliegue de párpado. Nací con una sonrisa en los ojos y relajada personalidad. Mira mi nariz de puente alto, mi sonrisa natural;
Hace que te vayas, ¡oh, mi Dios!"
Sasuko miraba a un morocho con impotencia. Se encontraba sentada en una banca a pocos metros de él, bebiendo una malteada en la cafetería. Podía verlo comiendo su almuerzo mientras leía un libro de filosofía y ciencias políticas.
Lucia tan fabuloso con el uniforme del instituto, la camisa blanca y saco finamente planchados abrazaban su fornido (pero delicado) pecho junto a sus brazos, y ese pantalón tipo sastre se amoldaba perfectamente a sus trabajadas piernas.
Y ni que decir de su rostro, era, literalmente: hermoso.
Con ese tono pálido cual hada, el cabello lacio y negro como el cielo nocturno que contrastaba con sus perlas preciosas y enigmáticas, las cuales irradiaban energía como soles. Labios de algodón de azúcar, pestañas largas y cejas pobladas, una nariz tan fina que parecía tallada por los celestiales; y esa condenada sonrisa de lucero brillante.
Sí, no había menor duda, Hyuga Hinata era el hombre más precioso del universo.
Y, agh, eso de verdad le enfermaba.
Pudo jurar que le había pillado observándolo, esa sonrisa de autosuficiencia lo aseguraba. Pero, como de costumbre, no pudo apartar su vista de él; de aquel extraño Hyûuga de quien yacía embobada.
Aunque, oye, ¡lo detestaba! Y mucho, un montón.
Porque pese a que para todos Hyûuga Hinata era el estudiante modelo y el mejor ser del planeta, ella conocía la verdad.
"Todos los días, todas las noches; preocupaciones excesivas me rodean, rumores e intercepciones."
Y de pronto, la Uchiha estaba sentada frente a Hinata quien sostenía un micrófono. Vestía un atuendo de Idol, parecía un chico de SHINee, de esos que le había mostrado la irritante de Naruko. Vestía pantalón de cuero jugosamente pegado a sus muslos y trasero, playera blanca, lisa y algo holgada sin mangas, con la cual se podían ver parte de su pecho de porcelana y sus venas verdosas, botas oscura de agujetas; y una chaqueta de cuero, igual de brillosa y negra que su pantalón, que, ¡cielo santo! Lo hacían ver totalmente ardiente.
Sí estaba soñando, ¡que nadie se atreva a despertarla! (Y que Hinata se quitará la ropa de una vez por todas).
El chico avanzó hasta quedar a pocos metros de ella, y con voz melodiosa y sensual canto:
"Porque lo hago, lo hago por ti. No pretenderé ser inocente como un títere, todos hablan tan fácilmente."
Para ese punto Sasuko estaba hecha un tomate, sus rostros estaban demasiado cerca que solo bastaba que se inclinara un poco más y se rosarían las narices. Embalsamada por esa obra de arte llamado Hinata, no notó cuando alguien la jalaba abruptamente por el brazo.
—¡Temeee!—gritó enfadada una rubia hiperactiva, sacudiendo a su amiga violentamente en busca de su atención. —¡Tierra llamando a Sasuko!—volvió a gritar en la oreja de la susodicha.
—¡Urusai!—bramó encolerizada la morocha, soltándose del agarre con brusquedad.
La rubia no tomó mucha importancia por la acción de la Uchiha, dando a entender que ya estaba acostumbrada al mal genio de la morena. En su defecto, se sentó frente a ella y sacó de su mochila una sopa instantánea junto con un termo y comenzó a prepararse su almuerzo.
—De nuevo estabas en la luna(2), ya se te hizo costumbre.—mencionó mientras programaba su mini cronometro a tres minutos.
—Mete en tus asuntos Naruko, y como me vuelvas a sacudir así, te quemo toda tu reserva de ramen.—amenazó sombría, dándole una mirada de pocos amigos.
—Tsk.—se quejó—No deberías ser tan agresiva Sasuko. De lo contrario terminaras más sola que el desierto.—advirtió con voz gangosa, haciendo diversas muecas burlonas.
—Y tú deberías comer algo más que esa porquería,—dijo mientras señaló la sopa,— ¿sabías que la cafetería cuenta con más de 50 variedades de menú al día?—alzando una ceja cuestionó.
—Nop, y no-me-importa.—negó cantarina, lo cual ocasiono más enojo en la caucásica.—Pero claro que a ti si te importa mucho, ¿cierto?—maliciosamente declaró:—Digo, es Hyuga Hinata quien ayuda a decidir los menús diarios.—
Al oír aquel nombre, Sasuko quien estaba por darle otro sorbo a su bebida, se detuvo y con el flequillo cubriéndole sus ojos griséelos, musitó:— Cierra la boca.—y tétricamente, regresó a ver a la rubia.
Una gota al estilo anime escurrió en la cabeza de Naruko. Su amiga podía ser muy diabólica cuando se lo proponía.
—Yamete, Sasuko.—pronunció levantado las manos en señal de rendición.—No sé lo que digo, ya sabes, soy una dobe.—con una sonrisa nerviosa terminó, en momentos como estos era mejor seguirle el juego a la Uchiha, sabría Naruko cuantas veces la hizo enfadar y termino en la enfermería del instituto.
La pelinegra torció los labios y murmuró un seco "Hmhp", para ahora sí, darle un sorbo a su malteada.
"Eso estuvo muy cerca.", pensó la Uzumaki. Si la abuelo Tsuyoshi le daba otro reporte por irreverencia, su padre la castigaría hasta que terminara el ciclo escolar, ¡y apenas era la segunda semana de clases!
Sudó frió ante tal pensamiento, entretanto, sonó el cronometro. Indicando que su delicioso almuerzo estaba listo.
—¡Bendito sea quien inventó el ramen!—vociferó extasiada para luego devorar el tazón sin la menor delicadeza.
Sasuko no se inmuto por la actitud salvaje de su querida amiga, desde niñas siempre había sido así de bárbara, se quedó distraída por lo que había sucedido hace un instante, porque sí había ocurrido, ¿cierto?
...
"Nena, no soy una planta de jardín al que le puedan hablar con facilidad.
Cariño, antes de los populares chicos rudos; te daré un tipo diferente de confianza."
Varias semanas habían trascurrido desde aquel extraño suceso con Hinata, y todo regresó a la "normalidad", pero, ¿qué era lo normal cuando coexistías con ese extraño Hyuga?
Ese inusual chico era su perdición; desgraciadamente, esto no era una comedia romántica, sino una tragicomedia. Donde ella padecía de desdichas a causa del ojiblanco ya que, por alguna razón, no podía negarse a cualquier propuesta que le hacía:¡y lo más probable es que fuera el mismo morocho quien la manipulase!
Primero retrasar su graduación, luego las clases de yoga, después el consejo estudiantil y ahora el festival de otoño:
¿Acaso era una tonta?
Y para terminar, ni siquiera había tenido un digno momento con el Hyuga.
Ni uno solo.
—¡Sasuko!—llamó una rubia hiperactiva.—¡Tenemos que ir al partido de Saki-kun!—animada revoloteaba alrededor de su amiga quien caminaba molesta con una caja llena de adornos.
—No me interesa,—respondió tajante, y agregó:—¿no ves que estoy ocupada?—levantó un poco la caja que cargaba para enfatizar su punto.
—Buu~.—se quejó Naruko.—Por un día que faltes a los preparativos del festival no pasará nada, además, estoy segura que Hinata-kun se las arreglará bien solo. Digo, por algo es el presidente de toda la preparatoria a pesar de ser un kohai.—intentó hacerla entrar en razón.
La Uzumaki deseaba de todo corazón que su amiga la acompañara. Ya que últimamente la veía más iracunda de lo usual y no sabía exactamente el por qué, bueno, más bien tenía una sospecha, claro por la personalidad de su querida compañera, jamás lo admitiría ni hablaría con ella al respecto.
—Dobe.—insultó.
—No seas así, ¿acaso no crees que Saki-kun es guapo?—indagó picara.—Con ese estilo rudo y varonil da mucho gusto verlo jugar.—sí, a Naruko le gustaba Saki, para nadie era un secreto. Tristemente por más que la rubia le diera toda clase de demostraciones de amor, pareciera que el pelirosa solo miraba a su amiga morocha; tan cruel e irónico.
—Los chicos "rudos" me parecen absurdos, bobos, molestos e infantiles.—expuso doblando a la izquierda para ir a la sala destinada para el comité del evento, giró el rostro hacia la ojiazul para continuar:—Prefiero a...—en ese momento sintió como alguien le quitó la caja de sus manos, sorprendida volteó dispuesta a encarar a quien osó molestarla, mas esa persona resulto ser:—¡Hinata!—gritó sorprendida.
El chico que aun sostenía la caja le sonrió y dijo:
—Disculpe Uchiha-senpai, pero no podía dejar que cargase tanto. Me hubiera dicho que iba a traer material para la decoración y con gusto la habría acompañado.—aquellas simples palabras, que obviamente era cortesía y educación, bastaron para poner en jaque a la morocha.
—No soy ninguna debilucha, Hyuga.—contradijo escondiendo un creciente sonrojo con su flequillo.
—Tiene toda la razón, aun así, me es imposible no ayudarle al ver el gran empeño que pone a su trabajo. Su dedicación me inspira a apoyarla.—respondió solemne.
—Deja de decir ridiculeces...—al decir aquello se posiciono a un lado del chico para seguir su paso.—Mejor apúrate que aun queda mucho por hacer y tengo hambre.—sentenció molesta cruzándose de brazos.
—Por favor, no se preocupe por eso. Traje cajas de bento hechas especialmente para todo el equipo de trabajo.—Hinata le sonrío cálido a Sasuko, quien al momento giró su cabeza nerviosa.
—Supongo que tendré que ir sola...—habló al aire la Uzumaki, viendo como los morochos la habían abandonado y se introducían a un salón.
Para Naruko, Hyuhga Hinata era un chico raro.
Pese a ser una persona muy amable, no cualquiera podía atravesar esa barrera de cristal alrededor de él, si bien ella (Sasuko) aún no lo notase, era la única que podía atravesarla, solo con ella resplandecía como el día soleado que era(3).
"Tal vez pueda invitar a Sai, después de todo le gusta Ino-kun, y él también juega.", pensó esperanzada y salió corriendo hacia su próximo objetivo.
...
Soy como un tren a toda velocidad; te sorprenderás. Mira a esa pobre chica, espero que atiendas, ella dice "eres un chico así que..." como un hábito
¿Por qué estás siendo sensible y preparado, lo contrario de ser un hombre?
Entre dimes y diretes, el festival de otoño dio inicio. Los puestos de comida estaban repletos de gente, así como las atracciones y juegos. Fue una tarea titánica ponerse de acuerdo con todos los grupos estudiantiles con respecto a sus puestos y deberes, pero todo había resultado bien. Ya solo faltaban los fuegos artificiales.
—Todos está saliendo de maravilla chicos, muchas gracias.—genuinamente conmovido, Hinata hablaba hacia sus equipo quienes se encontraban alejados de todos el bullicio, pendiente de cualquier problema que pudiera ocurrir para solucionarlo de inmediato.
—Date un poco de crédito, Kaichou.—contestó su amiga, la Inuzuka.— No hubiéramos tenido tan buena organización sin ti.—le guiño el ojo animada, dando una palmada en el hombro.
Todos secundaron a la castaña, dando vitorees de felicidad y alegría.
Entre ese pequeño gremio de estudiantes se encontraba Sasuko, parecía abstraída de todo lo que sucedía. La había pasado bien en el festiva, lo tenia que admitir. Estar dando vueltas como loca y ordenando a todos qué debían hacer le daba mucha satisfacción y que Hinata se la pasara adulando sus habilidades de liderazgo también.
No obstante, se encontraba cansada y abrumada.
Cansada por todo el trabajo y abrumada porque no pudo pasar un momento a solas con Hinata. Ya lo había decidido, no importa si el Hyuga estuviera jugando con ella; ya no había vuelta atrás, le haría entender a ese ojiblanco lo que pasa cuando provocas un Uchiha y lo tendría a sus pies, rogándole por su atención y ya no al revés.
En su mente soltó una risa malévola, sí, pronto Hyuga Hinata sería suyo.
Tan metida en su papel se hallaba que no se dio cuenta cuando el mencionado se acercó a ella.
—Senpai.—Hinata le llamo canturreando en su oreja, como si acariciara cada letra de ese honorifico. No era el usual tono de respeto, sino uno coqueto y descarado; la estremeció.—¿Quiere ver los juegos artificiales conmigo?—y pese a que era una pregunta, sonó más a afirmación.
—¿Q-qué?—otra vez estaba pasando, el Hinata dulce y educado había desaparecido por el atrevido y sádico y, ¡oh, cielos! que Kami la ayudara a controlarse.
Sin darle tiempo de articular una buena respuesta, el Hyuga se llevó a la Uchiha casi arrastras tomándola por la cintura. Una corriente eléctrica viajo por toda la columna vertebral de la ojinegra y solo se dejó guiar.
Llegaron al vivero de la preparatoria, donde Hinata solía cuidar plantas junto con el club de jardinería. Bueno, ese Hinata lo hacía, porque el que se encontraba frente a ella, no parecía ser de ese tipo.
Este Hyuga aun la sostenía por la cintura, evitando que pudiese huir.
¿Desde cuándo era tan fuerte?
Pues seguramente que le costaría un poco librarse de su agarre, si sus piernas no estuvieran temblando como gelatina.
Oh, Dios.
¡Otra vez ocurría!
Esto tenia que ser real.
Sí, lo era. Porque no había razón para que fuese un sueño o fantasía; el temblor en su corazón, el escalofríos en su piel, sus bellos erizados: todo por culpa de esa cercanía y ese aroma que aturdía. No había forma de que fuera mentira.
Pero debía asegurarse, ya muchas veces el destino le había hecho jugadas como estas y estaba harta de que Hinata se burlara de ella. Iba desenmascarar a ese cretino y darle un poco de su propia medicina o dejaba de llamarse Uchiha Sasuko.
Respirando hondo, lo enfrentó.
—Entonces...tú...en la cafetería, la otra vez—oh, no. De nuevo su cuerpo la traicionaba. Es que con esa cara de ángel y sonrisa d demonio no podía pensar con claridad.
A lo mejor después de todo podría cambiar su nombre a Hyuga Sasuko. ¡Espera! No era momento para divagar, como pudo prosiguió:—...¿sí eras tú?—remarcando la última palabra, uso todas sus fuerzas para no sucumbir ante ese nuevo agarre que se tornaba más delicado.
La expresión de Hinata se relajó, y ese brillo celestial regreso a sus ojos, aunque poseía una ligera sombra de malicia. Siguió sosteniendo su cintura, pero con la mano derecha tomó una de sus manos y le beso el dorso cual caballero dejándola embelesada..
La chica ya no podía más, ahora parecía que los dos Hinata's se habían mezclado. Tan gentil y agresivo que no sabía si había muerto y estaba en el paraíso...o el mismo infierno.
—En tu corazón y mente, quiero ser siempre yo.—declaró con una sonrisa ladina, haciendo vibrar el corazón de la morocha, el joven se acerco peligrosamente a su senpai, tan cerca que rozaban sus respiraciones.
—Ie, choto matte kudasai(4), ¡Hinata!—la Uchiha cerró sus ojos con fuerza y lo empujó alejándolo estrepitosamente de sí misma. Quería que pasara, en serio lo deseaba, pero no así, con todos viendo...
Un momento, ¿todos viendo?
De nuevo todo parecía revuelto y disperso, cuando se dio cuanta el Comité Estudiantil la regresaron a ver patidifusos.
—¿Eh?—como si se tratase de una broma del destino, el mencionado la giro a ver confundido.—¿Pasa algo Uchiha-senpai?—notablemente preocupado, el heredero del Ojo Blanco dio unos pasos hacia la joven.—Está muy roja...—mencionó y con cautela acerco su mano a su frente para medir su temperatura, pero al final no pudo.
—Sasuko, ¿te encuentras bien?—Naruko caminaba junto con Sai y Saku cuando vio a su amiga en problemas y no dudo en ir con ella, igual de acongojada.— Parece como si te hubieras ido por un buen rato y ahora pareces abrumada.—declaró, y la morocha fue semejante a un tomate maduro.—Tal vez sea por todo el trabajo que has hecho,—señaló—no es usual que hagas trabajo colaborativo, creo que este es tu limite.—terminó con gracia.
Era un chiste muy ingenioso, pero nadie se atrevería a burlarse de la Uchiha (a menos que fuera la tonta de Naruko), aun si se encontraba con la guardia baja. Así que el silencio reino el lugar hasta que Hinata intervino:
—Gomenasai.—pronunció afligido. Y se llevo a la heredera de allí dejando a todos atónitos.
Oh, genial.
Esto parecía un bucle sin fin, o un maldito déjà vu.
Ahora este Hinata la llevó al cuarto del Comité Estudiantil, específicamente a su oficina. EL agarre hacia su mano era más delicado, pero firme.
—Sumimasen, demo...(5)—empezó a justificar sus actos, soltado de repente su muñeca.—Intenté ser el mejor líder de equipo, por todos, por usted...—iba a seguir su disculpa cuando la Uchiha lo interrumpió, abrupta y violentamente. Harta de aquel circo donde parecía que ella era el fenómeno protagónico.
—Eres un tonto.—declaró molesta.—Siempre preocupándote por los demás, siendo tan dulce y delicado.—amarga continuo su reclamo:—No le harías daño ni a una mosca aunque pudieras, soñador y cocinero, ¿acaso eres de algodón?—cada palabra que salía de su boca era una puñalada para el morocho que sus lagrimales empezaron a brillar.
—Y-yo...lo siento mucho Uchiha-senpai.—murmuró abatido.—Sé que soy un inútil, y no habría hecho nada sin su ayuda. El que esté a mi lado es una bendición y yo no la he valorado, perdón.—se mordió el labio y agacho su rostro para evitar sollozar,—Usted me ha dado mucho valor, me ha inspirado a ser un buen líder para mi clan.—dudoso, comenzó a levantar su mentón, encontrándose con las perlas gríseas de su superiora.—Por eso quiero mostrarle un tipo diferente de hombre, mi tipo.—su matiz de voz cambio de repente, más seguro y atrayente.
Por inercia la joven saco su pañuelo de siempre y comenzó a limpiar algunas lagrimas traviesas, suave, como él.
—Qué diantres estas diciendo, Hyuga.—pese a que sus palabras eran hirientes, su tono se había ablandado. Después de todo era débil ante el caucásico.
—Esto, Uchiha-senpai.—y sin previo aviso la besó,...en la mejilla.
Si le hubieran dicho a Sasuko que podría sacar humo de sus orejas y sus mofletes estarían más calientes que el sol solo por un misero beso en la mejilla, jamás lo hubiese creído. Pero como siempre, todo era diferente cuando se traba de Hinata.
El chico le brindo la sonrisa más bella de su vida. Notablemente sonrosado, con ojos resplandecientes y mirada de ángel.
Sasuko sucumbió ante Hinata.
—He estado trabajando en un poemario,—comenzó a hablar de repente alejándose un poco de la chica para verla a los ojos.—de hecho, lo comencé cuando...la conocí.—lo dijo tan despacio que si no fuera por la proximidad de sus cuerpos, la Uchiha no lo habría escuchado.—Mañana será la presentación oficial en la biblioteca del instituto y recitaré un poema en especial...—titubeó un poco, buscando las palabras correctas para proseguir.
La heredera del Ojo Rojo seguía en el limbo, no era el Hinata sexi y perverso que siempre la hacia temblar quien estaba con ella; sino el bobo-cursi que la hacia suspirar, pero aun con eso, estaba el triple de nerviosa y expectante.
Comenzó a reír nerviosa.
"Reír para no llorar", pensó agotada, a sabiendas del ridículo que hacía.
La mirada de Hinata se suavizo aun más, sus ojos mostraban un amor tan puro que la hipnotizó:—Tu risa cada mis huesos, porque por ti muero. Amada de mis deseos, solo por ti espero.—recitó melodioso, parecía un encanto pues dejó a la fémina hechizada.
—H-Hinata...—aturdida por todo el caos de su vida, solo pudo llamarlo por su nombre.
—Así empieza el poema, Sasuko-san.—sentenció decidido, la heredera suspiro al escuchar su nombre con la voz del joven, tan condenadamente atractiva.—Por favor, ve mañana a mi exposición.—la petición sonó más a demanda, pero a la chica poco le importo. Ya que vio como las pupilas del ojiblanco cambiaban a un tono gris.
—Sí...—solo pudo contestar eso, ya no sabía en qué realidad estaba parada.
—Excelente.—Hinata tomó el rostro de la Sasuko y le beso de nuevo, pero esta vez en la comisura de su boca y lentamente rosó, apenas un poco, sus labios.—La veré mañana, senpai.—altanero y estúpidamente sensual, se despidió.
Tal vez Hinata Hyuga no era un chico bueno después de todo, pero sin duda alguna sí es un chico lindo.
Dicen que los chicos guapos son siempre de esta manera,
Dicen que los chicos guapos solo siguen lo común de las cosas.
Estoy por encima de tu imaginación:
Soy un chico lindo.
*
*
*
Notas finales;
Después de mucho tiempo, he regresado. Ah, se siente tan irreal y más porque vuelvo con un OS un como (muy) raro.
Justificaciones son mucho, por eso solo pediré disculpas por mi larga ausencia; y les daré las gracias por siempre esperarme pacientemente. Por sí. Aunque me tarde toda la vida, no moriré sin terminar todos mis escritos en mete, ya sean fanfics, oneshots, etc
Sobre el fic, desde hace mucho lo había tenido en mente. La trama al menos, pero por cosas del destino nunca podía concretarlo, pero ustedes qué creen, ¿fue fantasía o realidad?
Me imagine a Hinata como chico y no podría sacar el rostro de Taemin de mi miente, por eso me base en él y esta canción en especifico. Hace tiempo que ria hacer un gender bender decente, espero haberlo logrado.
La siguiente actualización (que ojalá pueda hacerla pronto), será el capitulo final de Demencia delirante, de allí el epilogo de Espérame y otra vez un OS de aquí (aunque puede que suba otro OS antes o un escrito independiente...).
Quiero dar agradecimientos especiales a: Mangetsu Hyuga, hana16lyen, , inufrausto; por sus lindos comentarios en el capitulo pasado, de verdad, muchísimas gracias por esperar.
Además, quiero agradecer a ShootingStvr por el bello mensaje que me escribió por privado.
Espero que les agrade estas actualización.
(1) La Bhujangasana o Postura de la Cobra es una postura de Yoga que se realiza tumbándose boca abajo sobre la WideMat y flexionando la espalda hacia atrás con el apoyo de los brazos y las piernas, que están estiradas.
(2) Ya saben, una referencia al Doujutsu y linaje Hyuga para decir "estas pensando en Hinata xD"
(3) Juego de palabras con respecto al significado de "Hinata": día soleado.
(4) No, por favor espere un minuto(5) Lo siento, pero...
Vocabulario:
Mendokusai: Molestia
Senpai: Superior o de grado más alto. Ya sea en lo académico o laboral.
Ano: Disculpe.../ Esto
Teme: Tonto
Dobe: Idiota
Urusai: Ruidoso (hacer silencio)
Kohai: Menor de grado ya sea en lo académico o laboral.
Yamete: Detente
Bento: Es una ración de comida preparada para llevar,bastante común en la gastronomía japonesa.
Kaichou: Presidente (en este caso, del Comité estudiantil)
Kami: Dios, deidad.
Gomenasai: Perdoneme.
Nos leemos pronto.
~Karolina Benett