¡Hola a todos! Hace un tiempo comencé a escribir algunos drabbles y viñetas Victuuri, los había compartido en mi Twitter pero hasta ahora me decidí a subirlos también aquí. Compartiré diferentes historias, algunas tendrán relación entre sí, otras no tanto, y posiblemente haya de diferentes temas, tropos, ratings, etc. Espero que les gusten.


REALIDAD

Hay momentos durante los cuales Yuuri tiene que resistir el impulso de pellizcarse para comprobar que no está durmiendo y que su vida, todo lo que ha pasado en el último año, no es un sueño producto de su cuasi obsesión con Victor. Es cliché expresarlo de esa manera, y él lo reconoce, pero es inevitable al mismo tiempo.

Cuando despierta en Rusia y no en Hasetsu, cuando sale a correr con Makkachin por las calles de San Petersburgo, cuando puede quedar con Yurio para ir a tomar algo después de un entrenamiento y, en especial, cuando despierta junto a Victor (como aquella mañana), todo le parece tan irreal que no es realmente difícil pensar que es la vida de alguien más.

Yuuri escucha la respiración de Victor. Es acompasada, profunda, y es ahora un sonido tan familiar, que sólo eso basta para recordarle que no, nada de lo que le ocurre es un sueño, que el hombre a su lado no sólo es Victor Nikiforov el patinado, es Victor su entrenador; es Victor, su prometido; es sólo Victor. Y sólo Victor es mucho mejor que el Victor Nikiforov que idolatraba en su infancia y adolescencia.

Sonriente, se acerca un poco más al cuerpo que descansa junto a él. Suspira contento al sentir el calor que emana. Se acerca hasta que esconde su rostro en el cuello del otro y una de sus piernas está sobre la de Victor.

—¿Yuuri?

Su nombre es dicho como una pregunta. Victor aún no está del todo despierto, es temprano incluso para él, que no tiene problemas para madrugar; así que Yuuri se acomoda mejor junto (sobre) él.

—Sigamos durmiendo —murmura sin moverse de su posición.

—Oh. Okay.

Yuuri siente a Victor rodearlo con los brazos y no pasa mucho tiempo para escuchar su respiración una vez más.

Sí, su vida parece un sueño, pero esa es la palabra clave: parece. Porque no lo es, es una realidad y Yuuri no la cambiaría por nada del mundo.