—I am a cat, just chillin' out but in the night, she's all I think about...

Adrien se sentía como el Michael Jackson francés rubio con las gotas de la ducha cayendo por su cuerpo como si se tratara del protagonista de un dramático vídeo musical bajo la lluvia, mientras su jabón le servía de pseudo micrófono, pasando su mano desocupada por su rostro, cabello y pecho de manera exagerada.

—I feel so strong, when she's aroound, she picks me up, when I am dOOooW-

. . .

Ouch.

La inspiración del modelo se fue a la basura siendo reemplazada por extremo horror. Su corazón dio un abrupto brinco apenas escuchó eso, la peor pesadilla de cualquier chico adolescente. Ese hilito de voz salido desde el fondo de su garganta que sonaba como un pitido que de forma horrible y desafinada arruinaba la armonía de su masculina voz cantando aquella hermosa canción.

Un gallito. Le salió un jodido gallito.

Conmocionado por lo sucedido, lentamente y con una cara de trauma total cerró el agua de la ducha para seguido salir de esta, tomar la toalla que allí lo esperaba y envolverse ésta alrededor de la cintura; seguido tomó otra más pequeña para secar su cabello. Desempañó con su mano el espejo, y tras mirarse unos segundos empezó a pasar la toalla más pequeña por su pelo quitando la humedad en éste, todo sin apartar la mirada del reflejo de su horrorizado rostro en el espejo. Al finalizar, dejó la toalla a un lado y continuó con su vista atenta en el mismo lugar. De forma pausada y temblorosa posó una mano en su cuello, sintiendo el movimiento al tragar saliva audiblemente.

Quizá... Quizá ese gallito no fue la gran cosa ¿No? Podía haber sido tan solo un quiebre de voz por andar cantando en la ducha; después de todo el canto no es uno de sus talentos innatos. Quizá el resto del día su voz permanecería normal, al menos eso era lo que esperaba. Así que tomó aire y cerró los ojos intentando calmarse. No pasaba nada, todo estaba absolutamente bien y nada perturbaría su apacible y perfecto día-

Esperen, él nunca tiene días perfectos.

—¡PlaAAGg! —exclamó buscando al kwami, que ante el grito del héroe despertó bruscamente de su siesta post-comer-mucho-Camembert.

—¿Uh? ¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Quién se murió? ¿Ladybug ya te sacó de la friendzone? —murmuró somnoliento.

—¡NoO! —gritó dirigiéndose a su armario—. Ojalá fuera eso, ¡pEro noO! —respondió brusco rebuscando ropa en su armario... sí, ya superó la etapa de vestir lo mismo todos los días.

Plagg se estiró para seguido flotar junto al rubio—. Ay, entonces qué- —entonces ahí fue que se dio cuenta de lo que acababa de escuchar—. Espera, habla de nuevo... —pidió soltando una risita.

Adrien se dio vuelta a mirarlo con la cara de odio de esas que sólo a Plagg le dedica—. No es gracioso —habló con la voz quebradiza. Mientras Plagg se carcajeaba fuertemente de lo gracioso que sonaba el chico, él gruñía y tomaba su ropa para ir a vestirse al baño.

Y de paso le tiró la toalla al kwami.


Adrien, tras despedirse con un ademán del Gorila y de revisar que no haya nadie afuera, bajó del auto cautelosamente. Tomó aire y sonrió, diciéndose a sí mismo que ese día sólo había empezado mal y nada más. Su día solo comenzó con un pequeño percance que le dificultaría un poco durante el transcurso de este mismo, sin embargo de ahí todo podía ser mejor. Iba a ser un buen día. Pondrá atención en clases, será muy respetuoso con el profesor como siempre, un akuma atacará París y salvará junto a su lady el día como el maravilloso, genial y guapísimo superhéroe que es. Sí. Eso es. Nada le perturbaba.

—¡Adrien, cariño!

Okay, quizá sí había algo que lo perturbaba.

No pudo ni darse media vuelta cuando ya tenía a la rubia prácticamente encima de él restregando su mejilla contra la suya. Arroba yisus, ayúdalo.

Su sonrisa forzada lo decía todo, y estuvo a punto de saludarle de vuelta pero su voz no salió. No lo quiso volver a intentar debido a que sonaba como Shaggy de Scooby Doo en esos instantes. Así que ella, extrañada por la demora en su respuesta, le miró con esa típica expresión de "excuse moi, putain".

—¿Por qué no hablas? —cuestionó acariciándole el cabello. BITCH, NO LO TOQUES.

Adrien hizo una mueca y se encogió de hombros, mirando hacia otro lado con algo de vergüenza y con la esperanza que alguien llegue y lo salve, porque está sufriendo como todos los días de su mísera existencia- ah, qué.

Y como si Dios hubiese escuchado sus plegarias, el móvil de Chloé comenzó a sonar. Ella rápidamente se separó—. Ay, es papi, voy a contestar —se giró a mirar al rubio por última vez, guiñando un ojo, y así darse vuelta para hablar con el alcalde.

Y él, siendo el inteligente joven que es, aprovechó la oportunidad para correr dentro del colegio directamente al baño de hombres. Entró a un cubículo, cerró la puerta y se sentó en el retrete. Pasó sus manos por su cara bufando debido a lo horrible que será ese día sin poder decir una sola palabra para proteger su reputación.

—Ugh...

Plagg salió de la camisa del chico y lo miró mal.

—¿Empezamos otra vez con el "ugh"? —inquirió mofándose del chico, quien volvió a gruñir no sin antes dedicar una de sus miradas asesinas a su kwami—. ¿Qué me miras así? Deja de quejarte y sólo... pues, evita situaciones donde tengas que hablar. Además, nunca te preguntan nada en clases.

Adrien sonrió de lado y se encogió de hombros. ¿Qué podía decir? Ser un alumno ejemplar como él que jamás llegaba tarde y nunca olvidaba las tareas tenía sus ventaj-

Su expresión cambió a una de horror de inmediato.

Plagg hizo un gesto como el de alzar una ceja—. Se te quedó la tarea, ¿verdad?

El rubio golpeó su frente con la palma de su mano. Justo hoy, justo el día en que debía evitar a toda costa hablar. Y al pendejo se le olvida. Pero qué suerte la de él ¿no?

—Ay, seguramente no se acuerde la profesora. ¿Qué te toca?

Adrien moduló con sus labios la palabra "Química".

Plagg dejó salir una risotada—. Ricitos, cagaste.


No, si igual podía pasar desapercibido. Total, era cierto que la profesora rara vez revisaba la tarea cuaderno por cuaderno. Lo máximo que hacía era preguntar a los distintos alumnos preguntas de la tarea, y casi siempre eran a los más flojos. Por suerte él nunca corría la suerte de ser el elegido del día.

—Bien, muy bien Mylène... —Adrien al sentir la mirada de la profesora sobre él comenzó a jugar con los dedos y desvió la mirada.

Grave error. Gravísimo error.

—¡Joven Agreste! —los pelitos rubios de su brazo se pusieron de punta—. ¿Podría responderme la última pregunta de la tarea?

Adrien tragó saliva y abrió la boca para hablar a la vez que alzaba un dedo, mas se retractó al recordar su actual situación. Se encogió de hombros y sonrió nerviosamente. La maestra Mendeleiev alzó una ceja de aquella forma intimidante. Ay, este niño lo único que hacía era empeorarlo.

—¿Me puede decir qué significa esa sonrisita? —el rubio apretó los labios y miró a su lado, a Nino, quién lo miraba igual de raro que la profesora. Adrien no quiso darse vuelta porque seguramente el resto de la clase lo estaba mirando así.

Adrien se encogió en su asiento y negó con la cabeza. Señaló si garganta y luego movió su mano como negando.

—¿Qué? ¿Ahora no puede hablar? ¿Justo ahora que se le quedó la tarea?

Sí, él se preguntaba lo mismo. Y peor considerando el ruido de sorpresa de todos ante la frase "se le quedó la tarea". Ay, qué horror Diosito. Mejor ya matenlo.

—¡A ver, ya pare con el chistesito de hacerse el mudo! ¡Me explica por qué no trajo la tarea o lo mando donde el director!

—¡Se me quedó en la casa!

. . .

—Pffft-

Y como siempre el mejor amigo es que le hace pasar más vergüenza a uno. Muchas gracias Nino, de verdad. Se agradece tu interrupción para burlarte. Adelante, sigue incentivando al resto del curso a reírse. ¡Síguele! ¡Que hasta la Miss Mendeleiev se está riendo!

—Ejem —tratando de hacerse la que no le dio risa, la profesora intenta detener sus pequeñas carcajadas—. Silencio, por favor. No es motivo de risa que un compañero esté enfer-

Kaboom. Rugido. Una voz maligna gritando alguna razón estúpida por la que fue akumatizado.

—Ay, ¿hasta cuándo estas bestias me interrumpen la clase? —exclamó molesta la profesora mientras los alumnos asustados salían corriendo del salón, y aprovechando la distracción el par de siempre se fue a los baños sin darse cuenta que ellos siempre son los que salen juntos y vuelven juntos aL MISMO MOMENTO, PORQUE SON IDIOT- bueno, ya.

Bueno, como la narradora no le pagan lo suficiente y está con flojera para describir la situación del combate o inventarse algún akuma, deberán ustedes queridos lectores imaginar eso ya que ustedes son muy creativos.


Ladybug observó como la mariposa purificada de fue alejando y desapareciendo en el cielo de París. Una vez desapareció de su vista, frunció el ceño y de inmediato se giró a mirar al rubio. Este le dedico una sonrisita algo nerviosa, pero se le borró de inmediato tras mirada asesina que le dedico su Lady.

—¿Qué tienes que decir en tu defensa? —le preguntó con el entrecejo fruncido y cruzándose de brazos, golpeando el suelo con su pie derecho.

Por segunda vez en el día, el joven rubio intentó hablar pero se retractó de inmediato nuevamente. Ya había quedado en ridículo frente a toda su clase, no iba a quedar en ridículo frente a la chica que le gusta. Las palabras se quedaron ahí atrapadas en su garganta y sin ganas de dejarlas salir. Simplemente se encogió de hombros como respuesta.

Al parecer eso fue una mala decisión.

—¿Qué es eso? ¿Esa es tu excusa tras lo que hiciste?

Chat Noir rodó los ojos e hizo un gesto con su mano como expresando un "no es para tanto".

—Ah, con que no es para tanto. O sea, no es para tanto que me hayas tocado el trasero mientras peleabamos contra el akuma.

Y antes de poder —bueno, intentar— decir algo más en su defensa, Ladybug le piso el pie con tal fuerza que a Chat Noir se le salió el glosario entero. Y no el religioso.

La chica del traje rojo pestañeó perpleja. Y no, no fue por los insultos, estaba acostumbrada a ello. Pestañeó perpleja debido a la dañada voz del rubio, la cual sonó rasposa y con gallitos. Y estaba segurísima que esa voz le recordó bastante a... No, no. Era solo coincidencia. Cualquier hombre enfermo de la garganta sonaba igual. ¿Verdad?

¿Verdad?

Chat en cambio seguía soltando quejidos mientras se agarraba el pie que le pisó la de cabellos azabaches y medio que saltaba en su otro pie. Cuando el dolor se le pasó lo suficiente como para parar de saltar, se detuvo frente a ella aún tomando su pie con sus manos y le dedicó una mirada de pocos amigos.

—Fue un accidente, ¿okay? —dijo odiando la forma en que sonó—. Qué manía la gente de hacerme hablar cuando estoy con esta voz de pito.

Aquella segunda frase le hizo algo de gracia a la ojiazul, pero no rió ya que estaba muy concentrada pensando en esa voz.

Sí, creía que era una simple coincidencia y ya, pero es que... sonaban tan parecidas... ¿Y cómo es que ambos tenían exactamente el mismo problema para hablar el mismo día?

No, no. Basta. ¿Qué cuentos se anda inventando en la cabeza esta chica? Seguramente no es nada más que los hombres suenan bastante parecidos cuando tienen la voz rasposa y con gallitos... eso es todo. ¿Y que ambos les costara hablar el mismo día? Pues, la mayoría de los hombres a esa edad tenían ese problema. Sí, era eso.

—¿Qué te pa-

—Ya no hables —le pidió quizá con un tono algo más fuerte de lo pensado, haciendo sorprender al ojiverde. Al notar esto negó con la cabeza—. ¡Lo siento! ¡No quise ser grosera! Es solo que si te cuesta hablar mejor ni hables, y... bueno, m-me entiendes ¿no?

El rubio pestañeó extrañado, pero una risita fue lo suficiente para hacerle saber a Ladybug que por suerte no se lo tomó a mal.

La alerta de los aretes de la chica los tomó por sorpresa. Ella suspiró cansada y tomó su yoyo. Se giró a sonreírle a su compañero—. Nos vemos, Chaton.

Él hizo su usual reverencia, y ella como siempre rodó los ojos mientras reía levemente. Se quedó esperando unos segundos el "Nos vemos, My Lady", pero al recordar que el héroe de negro no se veía capaz de hablar simplemente se fue de allí.

Pero se fue de allí pensando en por qué diablos Chat sonó igual de ridículo que Adrien en la mañana.


—¿Y mi Camembert?

El rubio le mostró su hermoso dedo del medio al kwami mientras yacía acostado boca abajo en su cama.

Su día había sido horrible, y eso es poco. Lo de la tarea le traerá consecuencias al día siguiente, y lo sabía. La profesora Mendeleiev jamás olvidaba algo, y no se le iba a olvidar que no hizo la tarea. Y no mencionemos su maravilloso percance con su voz.

Su preciosa y perfecta voz.

¿Y si nunca más podría hablar de forma normal? ¿Cuánto duraría esta tortura? ¿CÓMO IBA A SOBREVIVIR SIN SU BELLA Y PRECIOSA VOZ?

Oh, y no mencionemos de las burlas que le harán. Está seguro que le recordarán bastante el incidente. "Oye, ¿recuerdas cuando hablaste súper gracioso? xd" SÍ, SÍ LO VA A RECORDAR, HIJOS DE SU RE P- HERMOSAS MADRES. Sus madres no tienen la culpa de haber parido seres tan crueles y sin corazón.

¿Y para peor? El pisotón que le dio su Lady seguro se le haría morado, porque le quedó doliendo demasiado. ¡Había sido un accidente, no tenía por qué haberle pisado así!

Aunque, bueno, em... él igual no quitó la mano de inmediato. Pero es que se sentía tan bonito... Volvía a agradecer que su traje fuese negro, sí.

Bueno, ¡Igual había sido un día del asco! Esperaba mañana fuese mejor.

La puerta se abrió, y Nathalie apareció tras esta—. Adrien, la cena está lista.

El nombrado alzó la mirada para verla con la cara de culo que tenía en esos momentos.

—... Entiendo, buenas noches Adrien.

El joven asintió y volvió a dejar caer su rostro en la almohada.

—Plagg, apaga la luz por favor.

—No te haré nada hasta que me des mi Camembert.

Adrien gruñó y le señaló el pequeño refrigerador en su cuarto para que fuera a sacar.

—¡No te lo comas todo, eso sí!

Al no recibir respuesta, supo que mañana tendría que comprar más Camembert.


Oigan, sólo quería recordarles que aquí están más grandes. Eso. (?)

Ah, y quería disculparme por demorarme tanto en actualizar. Mi única excusa es no haber sabido como continuar el capítulo de forma correcta, porque las primeras 700 palabras las tengo escritas desde Agosto. :')

Bueno, ya sé como hacer el próximo capítulo así que máximo me tomará una semana... o dos. Idk.

Anyway, ¡Hasta la próxima! Gracias por leer uwu