Historia escrita en conjunto con Ligie.


CAPÍTULO VEINTE:

Lolita es sencilla.

"Te prometo que hoy es el único momento en que dolerá, nunca más te dejaré sentir dolor después de esto. Así que sólo por esta vez, sé herida por mí."

Fragmento traducido de Lys Blanc de Milkshakecat200.


Hinata tomó, entre sus manos temblorosas, los documentos que le dio Mei. Eran unos papeles con información de una mujer, muy parecida a ella con unos años de más, pero que cambiaba su nombre todo el tiempo. Estuvo casada en tres ocasiones después de haberse separado de su padre y que sus parejas eran hombres con dinero; y una gran particularidad, ella abandonaba a sus maridos dejándolos lleno de pesares, con un amor no correspondido. El dinero que podría juntar en su vida era malgastado en lujos y placeres momentáneos, se desconocía si las parejas sabían que tenía una hija a su cuidado. Lo único que se especificaba era que nunca la habían visitado.

Su hija, y hermana de sangre, se llamaba Hanabi. Casi toda su vida la paso en hospitales por una malformación congénita en el corazón. Las fotos le mostraron una joven con complexión delgada, ojos perlados y unos labios rojos, notorios, consecuente con la enfermedad. Su madre, que en ocasiones iba a visitarla, encargaba a su cuidado con enfermeras y cuidadoras particulares. El cuidado de Hanabi quedaba a cargo de una mujer llamada Kurenai Yuhi, quien era la figura más querida por la menor.

Cuando leyó lo fundamental del informe, Mei con reticencia, le entrego un pañuelo descartable que saco de la cartera, para que secara las lágrimas que fluían sin notarlo. Esas personas eran su familia de sangre, no había dudas de eso. Su parecido y los rasgos que no sacaron de la genética materna fue rápidamente reemplazada por los caracteres paternos.

Ella tenía una familia; su madre estaba viva y una hermana moribunda.

Vivían en Gran Bretaña, aunque Mei le anticipo que no sabía de cuando era la carta, se presumía que al menos Hanabi siempre vivió ahí. Cuando llegaban cartas a la casa sin habitantes donde se crió, la correspondencia pasaba a la viuda de Hiashi Hyuuga. Al principio eran muchas, pero se esfumaron después de arreglar los términos y condiciones de la repartida herencia y el fallecimiento del receptor. Por eso, una tarde el casero, que iba cada tanto a la mansión, le informo que llego una carta para Hiashi y ella se encontró con esa gran sorpresa: la ex esposa de su cónyuge estaba viva.

En la carta que leyó Hinata, con contratiempos ya que se pasaba todo el tiempo llorando y con el cuerpo debilitado, amenazándola con desmayarse en cualquier momento, explicaba que necesitaba su ayuda para salvar a Hanabi. Puesto que necesitaba un corazón para vivir, esperaba que Hiashi fuera de gran ayuda para encontrarlo por el gran poder económico y sus contactos. Naomi, la ex esposa de Hiashi, le dejaba adjunto el nombre del hospital donde estaban y le prometía una explicación.

El primer paso fue investigar a Naomi, la primera y única esposa de Hiashi Hyuuga. Ahí se encontró que la difunta que Hinata creía, y que siempre le hizo creer Hiashi cuando hablaba "de que jamás volvería", estaba viva lejos de su alcance. Naomi solo era una fantasma que abandono a su hija menor, comportándose como una mujer libre, no una madre. El abandono de Hinata por su madre era una verdad que jamas quería Hiashi que saliera a la luz, incluso Mei le creyó a su pareja cuando le juró que ella no existía.

Por su parte, Mei creyó que jamás volvería por la vergüenza de abandonar a una niña pequeña por su libertad. Una mujer que abandona a sus hijos no es una madre.

Pero como dicen: Una loba que abandona a sus cachorros no es de fiar; Mei nunca debió confiar en la perra con su linda cara inocente, ya que volvió a amargar su existencia. Aunque ya no era su asunto, busco la forma de desligarse del tema. Pero, en el fondo, su conciencia la presiono para decirle la verdad a Hinata. Ella sería la encargada de decirle la verdad que tanto Hiashi como Naomi se encargaron de cultivar en esa pobre niña olvidada. Así que la busco, sin descansar, para recibir la amarga noticia de que la tenía cerca, tan cerca que era la novia de Sasuke Uchiha, su compañero de negocios.

Las mujeres de la vida de su ex pareja solo le traían más penas que gloria. Y que Hinata llorara frente a ella hacia que su enojo se disminuyera con rapidez. De un modo empatico, sabia lo doloroso que era descubrir que tu madre estaba viva y te abandono por voluntad. Ella era una prueba viviente de lo doloroso que puede ser esa verdad.

— Hinata, deja de llorar— suspiro Mei, apoyando dos dedos en el entrecejo. Hinata apenas se limpió las lágrimas de su ojo izquierdo y como si la viera por primera vez—. Aquí abajo esta su número de teléfono.

Mei señalo debajo de la portada del informe escrito con una rara caligrafía. Hinata se secó las lágrimas y trato de no pensar para no llorar.

—¿L-la…? —pregunto entre sollozos, se detuvo un momento cuando escucho el sonido de su celular. Después de un momento dejo de sonar. Ella sabía que era Sasuke. Respiro profundamente y volvió a preguntar—¿Tu hablaste con ella?

Mei le sonrió— No me interesa hablar con ella. Nunca me agrado, mucho menos ahora que se aparece de vuelta. Todo está bien sin ella.

Hinata achico los ojos y sus temblores pararon para darle cabida a la curiosidad— No hables así de ella.

Mei se levantó casi con rabia por la forma en que, sutilmente, intento defenderla. Tomo aire en sus pulmones y miro al techo. Contó hasta tres y luego, siguió contando hasta diez para tranquilizarse y decirle —Déjame darte un consejo, Hinata. Y lo digo con honestidad: busca un corazón para esa niña. No importa de dónde o cuanto gastes, dáselo con la condición de que nunca aparezcan en tu vida.

—Es mi madre de quien…—intento hablar, pero fue detenida.

—¡No! ¡No! ¡No! —olvido contar hasta diez y mostró su rostro de ira, enfado y tristeza— ¡No llamas madre a quien abandona a sus hijos! ¡Quien nunca llama o vela por su seguridad! ¡Ella te abandono! —después se acercó a ella, casi con desesperación— Y te aseguro que si esta niña no se estuviera muriendo jamás imploraría por tu ayuda. Te aseguró que se olvido de ti apenas cruzó esa puerta.

Hinata se alejó, casi por instinto y se puso en posición de defensa como lo haría en las clases de Tsunade. En menos de media hora, su mundo se transformo en un caos y su madrastra fue la persona que le dio esta noticia. Trato de calmarse pero su perturbación era inmensa. Mei, cerro los ojos y se decidió a hablar.

—¿Sabes? Haz lo que quieras, no es mi asunto mucho menos mi tema.

Tomo su bolso y se levanto para marcharse, mientras el cuerpo de Hinata seguía temblando. Hinata agarro con fuerza el papel donde estaba el numero de su madre. Mei se paro para marcharse, pero fue detenida por palabras de agradecimiento de la chica que alguna vez fue su hija por ley.

—Si quieres agradecerme, quiero que me hagas un favor.

Mei estaba pensando en decirle o no. Hinata espero un momento, pero dejo en claro lo primero que se le vino a la mente—No dejare a Sasuke.

Mei solo sonrió, como si fuera un tema perdido— Eso ya no importa— le dijo. La ojiperla espero a que se decidiera a hablar, ya que parecía incomoda— Quiero que vayas a ver a mi hermano a la cárcel, dice que quiere hablar contigo. Hace años que me lo pide así que...— miró de nuevo a la niña, que siempre se comportó como tal, esperando que ella lo pensara, al menos.

Se detuvo sin saber que decir, después de eso, se marcho dejando a Hinata con el papel entre sus dedos, ansiosa por hablar con su madre. El pedido de Mei paso desapercibido, siquiera el constante el nuevo llamado de Sasuke le quitaron la urgencia por hablar con ella. Tomó su celular e ignoró la llamada de Sasuke, y marcó los números temblando de miedo y ansiedad. Sonó tres veces, hasta que alguien contestó del otro lado.

— ¿Hola? ¿Quién habla?— se escuchó del otro lado, con molestia. A Hinata se le fue la voz, y casi en un susurró, dijo su nombre, temiendo llorar por la tristeza y espanto de ser estafada por Mei. La voz cambio de tono y mas amigable y con alegría contestó del otro lado— Hinata, hija...


Seguramente era una mala idea. Quitaba el seguramente, era una mala idea.

Sasuke movió sus dedos, en un repique constante y nervioso, en el volante de su auto. Intento mediante este inocente movimiento descomprimir con tanta incertidumbre. La noche anterior, con ansias y amor, espero a Hinata en su departamento y ella nunca apareció. Intento llamarla, pero ella sólo le mandó mensaje disculpándose, diciendo que no podía ir a su departamento y que después hablarían de eso. Sasuke, pensó que ese gesto de no hablar en su cara se debía a que Hinata se arrepintió de estar con él.

Una parte de él se sentía frustrado porque no entendía porqué no llegó. Entendía si su novia se arrepintió de dar ese paso, pero temía que ella se sintiera obligada o arrinconada a tener relaciones sexuales, cuando no era prioridad para Sasuke. Él era impaciente, pero con Hinata tendría toda la paciencia del mundo, después de todo no quería espantarla. Si ella decidía que no estaba preparada para acostarse con él esperaba que al menos, podrían hablarlo, no dejarlo con una sospecha de que algo pasó. La otra parte de él, creía que le pasó algo a ultimo momento. Tal vez, algo le surgió a su novia. Sus amigas tuvieron un problema o tenía algún malestar y decidió ocultárselo.

Pero ese sábado, cuando recibió la noticia de que no iría a su departamento, el sólo le contestó:

¿Todavía quieres ir a lo de mis padres mañana?

Sasuke espero su respuesta mientras un aromo dulce inundaba sus fosas nasales y recostaba su cabeza en su cama bañada de pétalos de rosas. Tardó quince minutos en contestar su mensaje:

Si, quiero conocer a tus padres.

Eso le dio tranquilidad, al menos para que pudiera dormir esa noche. Acordaron que pasaría por ella a las diez, para llegar con tiempo a la casa de los padres de Sasuke, y Hinata le dijo que estaría preparada. Ningún otro mensaje de despedida o que supiera que era Hinata la que contestaba los mensajes del otro lado.

Sasuke acumulo mucho cansancio y horas sin dormir, así que ese domingo, apenas escuchó su alarma. Se levantó apresurado, se baño y cambió en menos de quince minutos, ya que iba con retraso a buscar a su novia. No tuvo tiempo de acomodar nada en su departamento y salió disparando hacia él de Hinata. Ella lo estaba esperando en la entrada de su departamento, sentada, con un vestido azul y su pelo atado en una cola de caballo sumisa en sus pensamientos. Ya había comprado un manojo de flores y un postre para llevar a la casa de sus padres. No esperaba menos de su detallista novia.

Hinata dejó las flores y el postre en los asientos traseros de su auto y recién notó sus ojos cuando se sentó a su lado y quiso darle un beso. No tenia que ser un detective para saber que su novia estuvo llorando. El contorno rojo de sus ojos eran suficiente pista.

—¿Hinata?—preguntó realmente sorprendido al verla —¿Qué paso?— pensar que ella estuvo llorando lo entristecía.

Ella se colocó el cinturón de seguridad y bajo la mirada con pena. Su celular comenzó a sonar y era su madre, para preguntarle por donde estaban. Sasuke le contesto que estaban en camino y en veinte minutos llegarían. Cuando cortó la llamada, su novia le contesto— Lo siento por no ira nuestra cita... —alzó la voz para aclarar, de nuevo— realmente lo siento.

Sasuke creyó que la causa de su pesadumbre era por haberle fallado, así que sólo asintió y empezó a conducir hacia la casa de sus padres. Le preguntó a su novia que si quería ir y ella animada le dijo que sí. En el camino, Sasuke empezó a hablar sobre ellos y que no estaba molesto ni decepcionado, que se tomarían el tiempo necesario en la relación. Hinata lo miró como si le hubiese salido una tercera cabeza. Así que lo detuvo de repente:

—Sasuke, yo no fui a verte porque me surgió un problema— le dijo, con una seriedad y tratando de prestarle atención—. Anoche, cuando llegué a mi departamento me encontré con tu socia, Mei—suspiro antes de decir las siguientes palabras— quien también es la mujer con quien se casó mi papá.

Sasuke giro su mirada, sorprendido por la coincidencia y con la incertidumbre de saber si escucho bien a su novia. La tranquilidad de su novia, antes de mirar al frente de nuevo, lo descolocó de cierta manera.

—Es por eso que no fui.

Ahí le sonó el celular a Hinata que atendió sin dejar que suene dos veces. Era Kakashi. Mientras hablaba con él, con mucha concentración, Sasuke sólo procesaba esa gran coincidencia, teniendo en cuenta de que su ex amante fue la madrastra de su actual novia. Era como una telenovela. No presto atención a la charla de su novia con Kakashi, pensando en que le dijo Mei para que llorara y ni se apareciera en su casa. A lo mejor, esa embaucadora quiso llenarle la cabeza a su novia en su contra después de tantos rechazos por parte de él. A lo mejor se estaba perdiendo gran parte de la historia, pero Hinata no le contaría si no dejaba de hablar con el idiota de Kakashi.

Captaba palabras como: "pasaje en avión", "mandar a investigar", "conseguir los contactos para conseguir algo", pero sólo lo dejaban mas confundido.

Llegaron a su casa mas rápido de lo que esperaba. Dejo estacionado el coche en la entrada y hubiese parado antes sino llegaban tarde para el almuerzo con sus padres. En el camino, Hinata tomo un tonó natural en su bonito rostro y le cortó a Kakashi pidiéndole que las novedades se las escriba porque iba a estar ocupada por unas horas. Cuando cortó, Hinata se dispuso a seguir hablándole pero una de las trabajadoras de la mansión se acercó al auto.

—Joven Sasuke, ¿cómo esta?— le dijo con una simpatía peculiar, lo que hizo que Hinata le hiciera señas para salir del auto. Sasuke salió de mala gana, mientras tomó el postre envuelto con su mano izquierda y tomaba la mano de Hinata con la derecha, sin evitar su enfado.

Mikoto los recibió, literalmente, con los brazos abiertos— ¡Que bueno que llegaron!— dijo con una sonrisa de oreja a oreja, sonrojando a su novia. Sasuke intercambio presentaciones y Hinata hizo una reverencia nerviosa y le entregó con humildad las flores a Mikoto— Que amable de tu parte, Hinata. Gracias por las flores, por favor, pasa.

Entraron por la puerta principal y no divisó a su padre. Mikoto les dijo que recibió una llamada de emergencia y que en un rato los acompañaría. Mikoto agradeció el postre que trajo Hinata y le dijo que lo llevaría a la cocina. Sasuke aprovecho el momento y la llevó a su habitación con apuro, para terminar la conversación. Una vez ahí, cerró la puerta con llave y Hinata continuó la historia mientras se sentaba en la silla del escritorio.

— Mi mamá esta viva, Sasuke— le dijo con seguridad. Sasuke cada vez entendía menos—. Mei me entregó cartas que llegaban en la casa en la que me crié. Mi padre me mintió todo este tiempo, haciéndome creer que estaba muerta, pero en realidad solo se marcho para vivir una nueva vida. Ayer hablé con ella, esta muy arrepentida de todo. Me dijo que me necesitaba, ya que siempre le oculto a mi padre que tuvo una hija, mi hermana, que se llama Hanabi.

Le tomó unos momentos procesar toda la información en tan poco tiempo. Las manos temblorosas de su novia, lo hacían temblar a él también.

Allí lo miró con ilusión pero Sasuke sólo tomó sus manos, que reposaban en sus rodillas—¿Estas segura de qué es tu madre? ¿No te parece raro que aparezca después de tanto tiempo?

—Hanabi, ella... necesita un corazón. Y como mi madre se encuentra en la quiebra allí contacto con mi padre, para que la ayude.

Sasuke frunció el ceño. No le caía bien esa mujer, pero decidió obviarlo mientras sostenía las temblorosas manos—¿Qué es eso de viajar? ¿Vendrán acá?

Ahí Hinata le contestó con sinceridad e inseguridad— Ellas viven en Gran Bretaña y como la condición de Hanabi es critica, decidí ir a verlas— ahí tomó las manos de su novio esperando una confirmación de que estaba haciendo las cosas bien, esperando que la entendiera— pedí el boleto mas próximo. Yo... quiero conocerlas.

Sasuke vio ilusión, esperanza y fe en sus ojos, pero arraigado a mucho miedo. Si para él, era difícil de procesar tanta información en tan poco tiempo, para Hinata era terremoto de nuevas sensaciones que iban de la tristeza de saberse abandonada, pero a la vez, con una ilusión de tener una familia, un lazo de sangre del otro lado del mundo. Pero Sasuke no era un novio común, aun con su orgullo herido por no ser el que la ayudara primero, sino Kakashi, todavía molestaba en su persona, como una piedrecita en su zapato. Le costó, pero decidió que dejaría de lado ese pequeño contratiempo, él que su novia decidiera todas esas cosas sin que él la ayudará.

—Le consiguieron un corazón a Hanabi, lo único que necesitaba era dinero para pagar la operación. Así que Kakashi transfirió la suma a su cuenta y la operan lo antes posible. Yo quiero estar ahí, Sasuke— ahí empezó a llorar mientras lo abrazaba— No sé que estoy haciendo, me siento tan perdida... tan triste...

Saber que estuvo toda la noche angustiada, dolorida y sufriendo le molesto. Sobretodo, porque él quería estar ahí, compartiendo su tristeza, consolándola y que no pasara esas penurias en soledad.

Sasuke estuvo mirándola con dolor y egoistamente le dijo—¿Por qué no me lo dijiste apenas te enteraste?

Ella parpadeó, limpiando sus lagrimas se separo del abrazo para mirarlo a los ojos. Alzó su mano y acarició su rostro— Cuando me llamaste estuve hablando con ella, mi madre, así que no pude decírtelo. Después de asegurarme que era verdad, que existía una chica llamada Hanabi y el lugar donde estaba y su condición, llamé a Kakashi para agilizar todo el traspaso. Termine como tres horas después y estaba tan conmocionada que decidí llamarte, pero ya no contestaste. Incluso te llame temprano para poder hablar antes de venir pero te retrasaste.

Sasuke pensó en que no le presto atención a su celular después de esos mensajes, y que Hinata no mentiría sobre eso, que ella no lo excluyo. Una parte de su mente se llamo idiota e hizo lo que todo novio debería hacer: consolar a su novia. Así que la abrazó con amor mientras acariciaba la cabeza de la chica. Se notaba la preocupación a leguas pero no quería que llorara.

—¿Y si no llegó a conocerla, Sasuke?— murmuro con mucho dolor, evitando llorar— ¿Si no llego a conocer a Hanabi...?

—Tranquila, Hinata— le dijo susurrándole al oído—, todo estará bien.

Los interrumpió Mikoto del otro lado, diciéndole que ya estaba la comida. Hinata fue hasta el baño y se acomodó la cara, tratando de llevar de la mejor manera el conocer a los padres de su novio. Escucho como Sasuke abría la puerta y le pedía disculpas a su madre, pero que necesitaban hablar en privado con su novia. Mikoto le reprochó su cara de pocos amigos cuando llegó pero Sasuke se hizo el desentendido. Después le dijo con asombro que era muy bonita su novia. Fue en ese momento en que Hinata salio y se disculpó con la madre de Sasuke.


La mesa Uchiha estaba compuesta por cuatro comensales. Fugaku en la cabecera, Mikoto a su lado derecho y Sasuke junto con Hinata en el lado izquierdo. Cabia decir que Itachi decidió por voluntad no presentarse. En la mesa abundaban las deliciosas comidas pero que decidieron esperar a que el jefe de la familia Uchiha hiciera el primer momento. Sólo que Sasuke se acercó y le susurró a Hinata si no quería agradecer antes de empezar a comer. Hinata negó con la cabeza, ya que no iba a imponerse ante la familia.

Esa actitud fue notado por ambos padres.

—¿Pasa algo, Hinata?— preguntó Mikoto con dulzura. Su hijo notó que realmente se mantenía en el papel de suegra que inspecciona a la futura integrante de la familia. Y no era para menos, ya que era la primera novia en ser presentada.

Hinata, amable, respondió— No, señora Uchiha.

Una vez que comenzaron a comer, Hinata hablo con tranquilidad, pensando en cada palabra que decía, para poder agradar a la familia de Sasuke. Sólo le preocupaba el semblante serio y estoico del padre de Sasuke, ya que no aportaba nada a la conversación. Se preguntó si Sasuke seria así de huraño llegado a su edad. Apenas probaba la comida invadida por los nervios y ansiedad. Fue hasta la llegada del postre que se digno a hablar.

—Mira, niña— y la miro fijamente a los ojos. Hinata agradeció mentalmente al entrenamiento de Tsunade porque le permitió enfrentar su mirada. Sasuke alzó una ceja curioso y Mikoto trato de ocultar su enfado—. Debes conocer a nuestra familia y lo influyentes que somos, así que iré al grano: qué es lo que buscas de mi hijo.

El frió silencio fue roto por Hinata, quien empezó a mover sus dedos con nerviosismo— A su hijo lo quiero, señor.—y no pudo esconder su sonrojo.

—Se mas explicita— le dijo con una mirada dura—. Apuesto que con esa cara bonita y actitud indefensa, cualquiera podría creerte—. ¿Que exactamente quieres de mi hijo? ¿Seducirlo? ¿Usarlo? Porque si esas son tus intenciones déjame decirte que con esta familia no se juega y tendrás serios problemas si decides meterte con nosotros.

Mikoto lo llamo por su nombre enojada y Sasuke se preparaba para gritarle pero Hinata lo sostuvo de la mano. No iba a ser ella quien comenzara una guerra como la de Troya entre esa familia, sobretodo cuando se imagino que recibiría un trato hostil con el carácter de alguien que obliga a su hijo a renunciar a sus sueños. Así que sosteniendo su mano, pero Fugaku siguió aunque no le dio una respuesta.

—Dijiste que se conocieron en la facultad de medicina y sabes que Sasuke estudia economía por la familia, ¿no es así?— Hinata asintió y Sasuke quiso saber para donde iba con eso— Y como Sasuke no ha abandonado la carrera que no necesita, eso me dice que ayudas a que mi hijo siga desafiándome. Sabes lo importante que es, para todos, que Sasuke siga estudiando economía.

Sasuke sabía lo directo y mordaz que era su padre pero considerando que iba bien en la empresa y hacia todo lo que era necesario, había aplacado ese deseo de Fugaku. Ahora entendía que no era así, que solo estaría satisfecho con que abandonara todo y se encargaba de cortar todo lo relacionado a sus sueños.

Al menos espero al postre para lanzar tanto veneno.

— ¿Podrías dejar de fastidiar?— preguntó con enojo— Ella no tiene nada que ver con mis decisiones.

El padre lo miró con desaprobación, enojado porque se metió en la conversación con la chica— Tu hermano se sobreesfuerza y tu sigues desobedeciendo mis ordenes.

Sasuke le sonrió, desafiándolo, harto de estas situaciones que acarreaban miserias. Realmente su cuerpo no daba mas. Y le dolía aun mas por Hinata, que se esforzó por estar ahí y, después de todas las revelaciones fuera capaz de estar ahí, a su lado.

Colocando los dedos en su frente, trato de mantener la calma. Por su novia y su madre— No recuerdo en que momentos compraste mi vida para que yo viva bajo tus ordenes.

—Sasuke te di la vida y soy tu padre— dijo con tranquilidad, cansado de explicarle lo obvio a su hijo menor—, pero sé la vida que te dio este apellido, llena de lujos y comodidades. Desde niños, sabes que heredaras la mitad de la empresa junto con tu hermano cuando me retire. Lo sabes, pero insistes en jugar al doctor. No hay forma en que esté de acuerdo con esa decisión.

Sasuke bajo la mirada con los puños apenas apretados. Él era el culpable de todo eso. Insistió en llevar a Hinata a la cueva del lobo cuando era muy reciente su relación, sólo porque ella le mostró su mundo; pero olvido, perturbado por la personalidad de Hinata, que su padre seria un gran obstáculo. Por su culpa estaban en una situación incomoda.

—¿P-podría p-parar, por f-favor?— hablo su novia con delicadeza pero alzando la voz. Le dio un apretón fuerte de manos mientras se acongojaba en su asiento. Segundos después alzó su cara con valentía y sin despegar los ojos del padre de su novio— La mayoría de los padres dan vida y amor a sus hijos. Y creo que es un trabajo que jamas se pagara como usted dice, señor—le dio la razón con tristeza— Pero a cambio de eso los hijos heredan sus sueños rotos, desilusiones y miedos. Esa mochila es difícil de cargar.

Sasuke la miró con incredulidad, Fugaku condescendiente y MIkoto con curiosidad. Hinata, con un sonrojo que cubría su cara, pero sin perder su valor volvió a decirle.

— Sasuke es un gran chico. No me importa que sea un Uchiha, tenga dinero y poder, tampoco tengo intenciones ocultas. Lo que me une a Sasuke es el amor y quiero formar parte de su vida, sin cambiarlo, con sus virtudes y defectos. Quiero acompañarlo en sus decisiones y las consecuencias buenas y malas. Esa es mi intención con su hijo— ahí se paró, como si tuviera que decir algo inapropiado, fuera de si, incitada por el enojo—. ¡Y debería sentirse orgulloso del hijo que tiene! Esta haciendo un excelente trabajo cumpliendo con sus expectativas sin abandonar sus sueños.

Sasuke parpadeó, Mikoto le sonrió con dulzura y Fugaku dejó de mirarla con enojo. Cuando el silencio volvió a la mesa, le mente de HInata regresó a la normalidad y pensó en huir de allí. Según ella, le faltó el respeto a los padres de su novio apenas los conoció. Agacho la cabeza con una reverencia y terminó de hablar.

—L-lo s-siento por ser tan agresiva—dijo mientras la vergüenza llegaba a su corazón—. P-perdón por faltarles el respeto— aunque su amiga Sakura le diría que devolvió lo que Fugaku le dio, así que su falta de modales era compensada—I-iré a-fuera un rato, a tomar un po-poco de aire.

Una vez que Hinata se fue, y casi tropieza en el camino, Sasuke se sintió abandonado en pleno campo de batalla. Sus padres quedaron mirando la puerta por donde salió la novia de Sasuke, intentando unir a las dos opuestas personalidades que conocieron en un pequeño lapso. Sasuke, por su parte, suspiró.

—Creo que el almuerzo termina acá— le dijo tomando la cartera de Hinata, que era lo único que llevaron. Su madre quiso negarse pero la detuvo—. Es suficiente, madre—luego miró a su papá con un semblante cansado—. Padre, no te metas con ella. Tú sabes que hago todo lo que te pido, así que no sé que logras metiéndote con ella. Solo... —en su voz se notó el anhelo, el pedido de un joven que sólo quería ser libre— déjala en paz.


Una vez que salió a la entrada de su casa, encontró a su novia cantando una canción temblando y llorosa, mientras miraba fijamente a un árbol. Le dio miedo (aún no se acostumbraba a esos gestos de Hinata) pero puso las manos en los bolsillos y se acercó a ella, asustandola. Él le dio su cartera mientras pasaba por delante en dirección a su auto.

—¡Sasuke!— dijo con sorpresa y abriendo los ojos-.

El recién nombrado, que seguía con las manos en los bolsillos, intento aliviar el ambiente. Algo nuevo en él, ya que de eso se encargaba Naruto.

—Ya se acabó la visita y debemos apresurarnos— Hinata parpadeó confundida. Él continúo— Necesito conseguir un pasaje para acompañarte a donde sea que vayas.

La ojiperla intentó persuadirlo de su decisión, pero este la ignoró olímpicamente. Le dijo que no se preocupara, que pediría unos días a su hermano y con los recientes exámenes tomados, podía perder algunas clases. Ignorando la molestia que seria para su le dijo que sólo quería estar ahí, acompañándola en un momento tan difícil, aunque Hinata lo entendió al instante. Por eso, lo abrazo con fuerza y, por primera vez en el día, la vio sonreír con honestidad.

Con la firme intención de querer cambiar el tema, le preguntó que estaba haciendo.

— Y-yo iba a volver cu-cuando me calmara...—susurro bajando la cabeza, porque no pudo enfrentar la mirada después de lo que sucedió. Actuó muy mal frente a personas que Sasuke amaba y temía que no se lo perdonase— Lo siento, Sasuke.

Él la miro con el ceño fruncido—¿Por qué te disculpas?

Ella volvió a mirarlo con las lagrimas al costado de su cara y la amenaza de llorar.

—Lo veo en tus ojos, Sasuke— dijo tomando su rostro entre sus manos, dejándose llevar por el inocente toque—. Estas cansado de todo esto—toco su pecho y levanto el rostro para poder mirarlo a los ojos, con tristeza—. De trabajar, estudiar, de ceder y convivir con la insatisfacción de ver como tu vida se desliza por vivir la vida que otros quieren para ti.

A Sasuke se le formo un nudo en la garganta y con reproche le pregunto—¿Por qué lloras?—Odiaba hacerla llorar.

—¡Porque tu no vas llorar!— le dijo secándose las lagrimas con sus manos y con voz quebrada volvió a decir— Estas lagrimas son las que deberías dejar salir, pero por algún motivo las contienes. Así que, las lloraré por ti.

El agacho la mirada para ocultar sus ojos, esta chica lo afectaba demasiado. Era cierto, de a poco y con sus palabras la opresión en su pecho ya no dolía, en su alma se inyecto las ganas de ser mas valiente y la furia en su interior se abría paso para dejar salir por un hueco a la desesperación y la soledad. El poder del amor le brindo el calor para su solitario corazón. No sintió a Hinata que se detuvo al frente suyo con las lagrimas secas y tomándolo de las manos para llamar su atención.

Ella estaba sonriendo segundos después de estar llorando.

—Nos haremos fuertes, Sasuke— dijo con dulzura—, porque estamos juntos.

Él bajo sus defensas y se dejo atrapar por ella. La misma calidez que sintió Hinata cuando le dijo que la acompañaría, lo envolvió. Lo asustó, porque sintió que parte de su corazón fue robado, y sentía que ella podría llevarlo para nunca devolverlo. Ella se lo quito, pero también se aseguraba con amor, de curar la cicatriz que dejó al extraerlo en contra de su voluntad, sin pedir permiso a su conciencia. Y saber que una parte de él se iría para siempre con ella, le refregó una gran verdad en su propia cara...

Se dio cuenta de que Hinata se convirtió en su primer amor, esos que solo ocurren una, o tal vez dos veces, en la vida.


Notas: Historia escrita por Ligie & April...

Espero que estén bien y que les guste el capitulo. Gracias a los comentarios, alertas, favoritos y mensajes privados! Intentaré contestarles lo antes posible. Son unas lectoras tan amables, que me siento muy avergonzada de no seguir esta historia como se debe. Espero que me siga inspirando como en este capitulo en el futuro no muy lejano. El SasuHina se lo merece, ustedes se lo merecen!

Gracias por la paciencia. Gracias por todo.


Besos. Cuídense mucho. Hasta la próxima. ¡Gracias por comentar!