Tardé más de lo esperado pero por fin acabé la escena extra.
Explicación para los que no siguen la página: Josh decidió dejar la escritura para concentrarse de lleno en su carrera, es algo que ya habíamos platicado pero me costó hacerme a la idea de seguir los fics sola. Seguimos siendo tan amigos como siempre y me ayuda a concretar ideas.
Esa es la razón por la que no he actualizado los fics (sobre todo Casualidad) pero espero retomarla pronto.
Esta escena se da justo después de que despiertan en el parque, espero les guste ;)
Cuando te recuerde.
Sentía tan pesados los ojos que el abrirlos aunque fuera un poco le estaba costando un enorme esfuerzo.
Susurros habían llegado hasta sus sueños, la imágen de ella sobrevolando la ciudad se vio interrumpida por alegatos sin sentido. Hasta que regresó a la realidad y notó que esas voces eran dos personas discutiendo.
Con lo poco que pudo abrir los ojos, alcanzó a vislumbrar dos sombras alegando frente a dónde ella se encontraba recostada. Cuando la imagen se limpió, se dio cuenta de que eran los primos Li.
—Dije que no, ¿sabes lo difícil que me fue no arremeter en su contra? —murmuró un furioso Syaoran señalando hacia la pared... O lo que había del otro lado de ella.
—Eso es por tu necedad, ya te expliqué varias veces, Xiao Lang, y al final él...
—¡Pides demasiado! Qué se vaya a un hotel, qué sé yo, ¡aquí no lo quiero!
La enfurecida Li cruzó los brazos.
—No es por nada, pero hasta agradecido deberías estar, está aquí por si algo...
—Nada va a pasar, se acabó —espetó Syaoran.
Meiling levantó el rostro de manera desafiante.
—Se queda, y vas a tener que aceptar que es mi pareja tarde o temprano. —Enterró un dedo en el pecho del chico—. Está dispuesto a luchar por mí y yo por él —concluyó en una voz que se quebró ligeramente al final.
Syaoran suspiró de manera audible, Sakura supuso que asintió porque lo siguiente que escuchó fue una puerta ser cerrada.
Luego sintió el colchón ceder bajo su peso, justo en la parte de abajo, y cedió un poco más cuando él se terminó por recostar a la mitad.
Entonces la visión de Sakura regresó completamente y lo encontró con ambas manos sobre su rostro, la cabeza del chico estaba casi a un lado de sus piernas pero por arriba de la cobija que la cubría.
Con mucho cuidado llevó una mano hasta él pero solo alcanzó a rozar su cabello.
Syaoran sintió el pequeño contacto y volteó hacia atrás, se miraron por unos momentos en completo silencio.
—¡Hola! —susurró ella con una diminuta sonrisa.
—Hey —le respondió él con un gesto serio—. ¿Cómo te sientes? —inquirió.
Sakura movió sus dedos y Syaoran tomó el acto como un seña para subir su mano y entrelazarla con la de ella. Inmediatamente calor y paz los invadió.
—Cansada —confesó.
Syaoran apretó el agarre.
—Usaste mucha magia —le recordó.
—Tú también. —Él bajó un poco la mirada y Sakura presionó su mano para llamar su atención—. ¿Están todos bien?
Syaoran regresó la atención a ella.
—Sí, no te preocupes —le pidió.
Sakura sacó su otra mano de debajo de la almohada y notó que tenía la zona del tatuaje vendada, el chico notó la confusión en su gesto.
—Eriol dice que van a quedar como cicatrices, casi no serán visibles —le explicó.
Sakura frunció el ceño confundida.
—¿Por qué?
Syaoran le dio una diminuta sonrisa.
—Conectamos nuestra magia sin querer. —Su gesto decayó—. Por eso... Él...
Sakura soltó su mano y él no hizo nada por detenerla, desde que tuvo tiempo de analizar todo, se sintió culpable por no hacer algo con la oscuridad que llegó a sentir. De haber actuado, Sakura no se hubiera contaminado.
Sintió dos golpes en el colchón y levantó la vista extrañado, Sakura le estaba pidiendo que se recostara a su lado.
No muy convencido, se incorporó en la cama y subió su cuerpo a la altura a la que ella se encontraba, quedaron acostados frente a frente.
—Recuerdo partes... Es como si estuviera viendo todo desde fuera.
Syaoran suspiró ligeramente.
—¿Quieres que te diga? —preguntó en voz baja.
Sakura se quedó pensando unos momento, analizó la tristeza en la mirada de Syaoran y se dio cuenta de que el chico frente a ella cargó con demasiado, con mucho más de lo que debería.
—Solo quiero saber si tú estás bien —susurró.
Syaoran clavó su mirada en algún punto de la cama; no lo estaba, aún tenía miedo de despertar en ese otro lugar donde ella no existía. Sintió un toque en su mejilla y levantó el rostro.
Orbes verdes lo veían con preocupación.
—Mientras tú lo estés —respondió.
Sakura negó con la cabeza.
—Syaoran...
Él suspiró y escondió el rostro en la palma de ella, inhaló su inconfundible aroma tratando de asegurarse que nada los volvería a separar.
—Fue mi culpa, ¿sabes? —susurró la chica con la voz quebrada.
Syaoran regresó la atención a ella de golpe, sus ojos se habían humedecido y tenía un puchero en sus labios que ella mordió para trata de controlar.
Intentó alejar su mano pero él no se lo permitió, la veía extrañado.
—Sakura...
La castaña sollozó.
—Te extrañaba mucho, estos años no pude dejar de recriminarme mi falta de fuerza para detener a Void.
Él sacudió la cabeza.
—Eso no...
—Quería estar contigo, necesitaba verte, sentía este horrible vacío que me atormentaba, creí que moriría de dolor —lloró.
Syaoran tomó su mano con fuerza, ella evitaba verlo.
—Y cuando Shuji apareció, inconscientemente orbité a su alrededor por esa parte tuya que tenía dentro de él. —Lágrimas recorrían su rostro—. Me refugié en eso que reconocía, traté de convencerme que era suficiente para superarte.
Intentó llamarla en un susurro pero ella sacudió la cabeza.
—Pensé que te podría olvidar con él, sentía algo fuerte por esa parte que me recordaba a ti. —Un sollozo ahogó su voz—. Y él lo sabía; lo del cabello, me retó a hacerlo, lo hizo para ver qué tanto me podía influenciar y me dejé —confesó.
Syaoran llevó su vista a las puntas rosadas que tanto le incomodaban.
—Fui débil, de otra manera hubiera detenido todo y tú...
—No habría recuperado mis recuerdos, esto que siento —la interrumpió.
Sakura levantó la mirada con sorpresa, Syaoran tenía tomada su mano y la apretaba con suficiente fuerza para no lastimarla.
—Sakura, si tuviéramos que pasar por todo de nuevo para llegar hasta este momento, dónde te recuerdo, dónde existes, —Su corazón dio un brinco que le cortó la respiración—, lo repetiría sin dudar.
El cuerpo de Sakura se estremecía a causa de las lágrimas.
—¿Por qué?
Su mirada se llenó de intensidad.
—Porque te amo —respondió sin titubear.
Sakura jadeó antes de acercar su rostro al de Syaoran para juntar sus labios en un beso desesperado.
Él enredó las manos en su cabello y la atrajo aún más, se besaron una y otra vez permitiendo que sus lenguas se encontraran varias veces. El momento se llenó de algo indescriptible, tenía miedo, mucho miedo de despertar en ese lugar.
Y Sakura no podía dejar de sentir ese temor a perderlo una vez más.
Cada beso compartido subía de intensidad, Sakura logró librarse de las cobijas de la cama y se puso a horcajadas sobre Syaoran, quién impulsó su cuerpo hacia arriba para quedar recargado sobre la cabecera sin dejar de besarla.
Sakura tenía las manos sobre sus mejillas y él en su cintura, se separaban unos segundos para retomar el aliento antes de regresar a besarse con la misma desesperación del inicio.
Syaoran sintió como algo se despertaba en su interior, era eso mismo que lo llevó a explorar el cuerpo de la chica en sus brazos en un lejano hotel en Tokio. Ella se movía sobre su regazo de tal manera que le empezó a arrancar ligeros gemidos que quedaban dentro de su boca.
Acto que pareció indicarle a Sakura que debía hacer más intensa la situación pues de pronto sintió sus manos sobre su abdomen, debajo de su playera.
Pero Syaoran alcanzó a reconocer la desesperación con la que actuaba, las manos de ella casi temblaban sobre su piel, algo que lo hizo salir de esa nube de deseo que lo empezaba a rodear.
—Espera —le pidió sobre sus labios, pero ella pareció no escucharlo al juntarlos de nuevo, Syaoran subió las manos hasta sus hombros—. Sakura —gimió.
Aquello pareció asegurarle que quería que siguiera, comenzó a subir las manos a su pecho pero Syaoran finalmente la alejó con suma delicadeza, pero al mismo tiempo, con firmeza.
Sakura lo vio con sorpresa antes de que su mirada se cargara de dolor, el brusco cambio en sus facciones no pasó desapercibido. Ambos jadeaban, el castaño llevó una mano hasta sus labios y los recorrió con su pulgar, estaban rojos, hinchados y lo tentaban.
Pero había entendido que la ama de las cartas compartía algo con él, un temor que lo había estado carcomiendo desde que dejaron el parque.
La vio a los ojos y ella le sostuvo la mirada, sus pechos subían y bajaban a gran velocidad.
—Estoy aquí —susurró, Sakura abrió los ojos con sorpresa antes de bajar la mirada, Syaoran puso la mano en su barbilla y la invitó a levantar el rostro, cuando finalmente lo hizo le dio un pequeño beso—. No me iré, Sakura, jamás te dejaré —juró.
Orbes verdes se llenaron de lágrimas y ella finalmente empuñó su playera para soltar un sonoro sollozo antes de esconder el rostro en su pecho. Syaoran la abrazó con fuerza y besó su cabeza.
—Nunca me iré —repitió dejando que la chica mojara su playera y tratando de contener el temblor de su cuerpo.
Estaban juntos, por fin lo estaban.
—¿También lo sentiste? —cuestionó Sakura.
Estaban acostados, ella sobre el pecho de Syaoran. Lo sintió suspirar y giró la cabeza para observarlo, había clavado la vista en el techo.
—¿La incomodidad entre Eriol y Tomoyo? —Sakura asintió—. Sí, pero no quise empeorar las cosas.
La chica regresó a su posición original.
—Creí que era cosa mía.
Syaoran pasó la mano de arriba a abajo por la espalda de Sakura con ternura, ella se estremecía de vez en cuando lo cuál le causaba sonrisas.
—Me tomó por sorpresa la relación de ellos, si te soy sincero —murmuró Syaoran trayando de evitar el tema de su prima.
—A mí no tanto, creo que lo veía venir desde la primaria; tienen este aire de madurez, creo que se complementan de una manera que no logramos entender.
Syaoran frunció el ceño.
—Tienen la misma manera de atormentarme —susurró recordando su niñez y esos momentos incómodos cuando apenas empezaba a ahondar en lo que sentía por la dueña de las cartas.
Sakura lo vio confundida.
—¿Hoe?
Syaoran sonrió y la besó por unos segundos.
—Extrañaba escucharte decir eso —murmuró sobre sus labios.
Sakura se sonrojó y escondió el rostro en su pecho. Era como si estuvieran iniciando y todo le causaba nervios.
Lo escuchó suspirar y lo sintió abrazarla, pudo escuchar el rápido latido de su corazón y aquello la confundió.
Levantó el rostro y lo miró, veía hacia la ventana con un gesto lleno de seriedad.
—Syaoran, ¿qué sucede?
Él bajó la mirada y se incorporó en la cama quedando recargado sobre la cabecera.
—Hay algo que no te dije —confesó y exhaló de manera audible—. Después de sellar la carta, ¿recuerdas algo?
Sakura lo vio extrañada y negó, lo último que su mente evocaba era que intentó decirle a Syaoran que lo amaba y lo siguiente que supo es que él lloraba sobre su cabello mientras le rogaba que regresara.
El chico pasó una mano por su cabello.
—Creo que Void sí tomó tu existencia —dijo en voz baja.
Sakura hizo la cabeza de lado en un ademán de confusión.
El chico suspiró y recargó la cabeza en la cabecera para luego cerrar los ojos.
—Desperté en Hong Kong, las cartas eran mías y no te recordaba —comenzó, sintió la mano de Sakura en la suya y las entrelazó, pero no abrió los ojos—. Estaba comprometido con Meiling, Eriol iba y venía. Solo éramos nosotros tres.
—Syaoran...
Sacudió la cabeza y soltó un suspiro tembloroso.
—Me sentía vacío, nada como no recordar mis sentimientos por ti, literalmente tenía un hueco que me llenaba de ansiedad, inconscientemente te buscaba —prosigió—. Sabía que algo me faltaba y trataba de llenar eso siendo amable con Meiling. —Sakura lo vio con sorpresa y él se apresuró a negar—. No como pareja; ella diario llegaba a mi recámara y lloraba, no entendí porqué hasta...
Bufó y Sakura sonrío recordando la pequeña pelea de los primos.
—En fin, viajamos a Tomoeda. —Se movió incómodo y la miró a los ojos—. Llegué a tu casa sin querer, había una mujer... —titubeó.
Sakura abrió los ojos con entendimiento.
—Ella... Me dijo que siempre había querido una hija —susurró con pesadez, tenía pleno conocimiento de quién era la mujer que le indicó a dónde ir—. Y me sentí identificado, tenía esa mirada de anhelo que muchas veces vi en mi reflejo.
Sakura recostó la cabeza en el pecho de él, Syaoran besó su cabello.
—No entiendo cómo, pero viví un año con el vacío de tu ausencia —murmuró sobre su cabeza—. Fue el año más largo y horrible de mi vida, ni siquiera se compara con estos que estuvimos separados porque al menos sabía que existías en algún lugar del mundo.
Ella empuñó su playera y suspiró, Syaoran puso una mano en su mejilla y ella levantó la vista.
—No quiero vivir sin ti a mi lado, no más, iré a Hong Kong y... —Frunció el ceño sintiendo el peso de sus palabras, pero estaba seguro de lo que quería hacer—. Pediré la autorización para vivir aquí de manera permanente.
Sakura se incorporó y lo vio con seriedad.
—¿Puedes hacer eso? ¿No tienes responsabilidades...?
Syaoran negó echando hacia atrás su verdadera respuesta, haría lo necesario para mantenerse cerca de Sakura, aún si eso significaba renunciar —de nuevo— a su título en el Clan.
—Mi única responsabilidad es terminar mis estudios y permanecer a tu lado —concluyó dándole un beso.
Sakura sonrió y volvió a juntar sus labios.
—Te amo —dijo en un hilo de voz poniendo ambas manos sobre sus mejillas.
Syaoran suspiró y juntó sus frentes.
—También te amo, Sakura.
Sabían que todo estaría bien, por primera vez en cinco años, no tenían duda de que todo sería así.
Y ahora sí, me despido oficialmente del fic. Espero haya llenado sus expectativas y que la disfruten tanto como nosotros lo hicimos.
Espero verlos pronto en la actualización de "Casualidad"
¡Gracias por todo!