Disclaimer: No soy Jotaká, no soy Warner. Inherentemente Harry Potter no me pertenece. Lástima.
Este fic participa en la "Drarry Week" del foro La Madriguera.
AMOR EN LA POSGUERRA
...
Desde pequeño ha sabido la diferencia entre lo que quiere hacer y lo que debe hacer. Esa delgada línea entre lo que su padre lo obligaba a hacer y lo que él quería hacer, lo que era un castigo seguro y lo que era el orgullo paternal. Dicha línea muchas veces se desdibujaba o se manipulaba, pero siempre estaba ahí. Justo en ese momento la línea se presentaba ante él, luciendo brillante y nebulosa.
Potter acababa de entrar en el Gran Comedor junto con la comadreja y Granger, a los dos chicos se les veía callados y a la chica molesta. Draco nunca se había parado a notar las diferencias y actitudes del Trío, si bien disfrutaba molestarlos jamás se tomaba el tiempo para analizarlos más que como rivales.
Pero ahora lo hacía.
Ahora veía la forma molesta y cariñosa en los movimientos de Granger, la exasperación y fastidio en la mirada de Weasley y la diversión y renuencia en la sonrisa de Potter.
A partir de esos gestos Draco podía captar muchas cosas.
Como la atracción entre Weasley y Granger (¿quién lo hubiera imaginado?), la alegría y protección por sus amigos en Potter. Y, para sorpresa su sorpresa, se fijo aún más en Potter.
El pelinegro estaba sentado frente a sus amigos que, dicho sea de paso, estaban discutiendo. Pese a la diversión en la sonrisa de Potter algo en sus hombros caídos y en sus ojos sugería que estaba cansado y Draco podía apreciar culpa y dolor también en esos ojos esmeraldas.
Él sabía que el cabello de Potter siempre era un desastre, pero ahora lucía especialmente revuelto además de reseco y apagado, si es que un cabello puede lucir apagado. El uniforme también señalaba cansancio y desorden; llevaba la corbata mal ajustada, la camisa arrugada, el pantalón con unas manchas oscuras (podía verlas porque estaba realmente concentrado, sino pasaban desapercibidas), los zapatos sucios y la capa arrugada, ¡ni siquiera los anteojos los tenía bien! Pues el vidrio tenía una pequeña raja.
Estaba viendo tan fijamente y tan ensimismado en sus pensamientos que cuando el azabache le regresa la mirada se tensa, sin embargo Potter solamente le regala una diminuta sonrisa.
Una sonrisa que refleja muchas cosas.
Refleja cansancio. Refleja que sabía que lo estaba observando desde hace mucho rato. Y, lo que de alguna forma le tranquiliza, refleja que lo perdona.
Le perdona los años de burla, de maltrato y horror.
Le perdona sus decisiones, pues sólo era un chiquillo asustado.
Le perdona las veces que lo había intentado matar.
Le perdona.
Draco le regresa la sonrisa, una pequeña y temblorosa. No pudiendo dejar de pensar en la forma en la que entendió perfectamente a Potter con sólo una sonrisa.
Y Draco lo decide; era momento de dejar atrás lo que su padre quería que hiciese y comenzar a hacer lo que él quería. Siendo el primer paso -y mira que admitirlo costaba- disculparse con el Trío.
¡Hola, hola!
N° de palabras: 490.
En general me ha gustado bastante este drabble, es bueno. Pero -que siempre hay uno- creo que no integre, o le di relevancia, muy bien el prompt *mueca* Pero así está *suspira*
Amaly B.