Esta historia es una traducción autorizada Hot For Teacher de Motherofbulls

— ¿Así que finalmente estuviste a la altura de tu enemigo? – Madam Pomfrey fulminaba a Scorpius con la mirada mientras este le enseñaba sus nudillos magullados. – Tuiviste una pelea, ¿no es así?

— Le di a una pared. – respondió él con voz sombría. Él no iba a admitir que había golpeado en la cara a uno de los chicos más populares de la escuela, por más que se lo mereciera.

— Hmm. Interesnte. Justo esta mañana esa ‹‹pared›› vino a que le curara la mandíbula.

Sorpius se sonrojó.

Madam Pomfrey sonrió.

— No debería decir esto, porque como enfermera del colegio debería ser imparcial a los dramas que ustedes tengan, pero me he dado cuenta de que el joven Potter le hace bullying a personas de tu casa.

Scorpius no dijo nada.

›› Sabes que tengo que reportar cualquier golpe que sea resultado de una pelea.

Scorpius asintió.

›› Así que por supuesto, entenderás cuando te digo que tengas cuidado al golpear paredes en el futuro. – dijo la enfermera a la vez que le guiñaba el ojo.

— Gracias, Madam Pomfrey. – dijo el chico con una sonrisa.

Mientras dejaba la enfermería, dio vuelta en una esquina y casi choca con alguien.

— ¡Scorpius!

— ¡Rose! – él sentía que su estómago estaba sudando. Él se había ido abruptamente la noche anterior y no habían tenido oportunidad de hablar desde entonces. ¿Y si ella estaba enojada con él?

Espera. ¿Ella acababa de…?

Sonrió.

— Me dijiste Scorpius. – ella lo miró con altanería.

— ¿Y? Tu me llamaste Rose.

— Es tu nombre.

— Sí, bueno…Scorpius es el tuyo –. Ella alisó una arruga inexistente de su blusa.

— Espero que no te hayan hecho pasar un mal rato. Ya sabes, por invitarnos –. Dijo él mirándose los zapatos.

— Técnicamente solo te invité a ti –. Dijo ella con una sonrisa.

— Yo…um…la pasé bien. Antes de que James…tu sabes –. Dijo Scorpius sonrojado.

— Yo también la pasé bien. Y no te preocupes. Hablé con todos los que estaban allí acerca de lo que James dijo sobre ti. Todos estuvieron de acuerdo en que lo que dijo estuvo fuera de lugar.

— ¿De verdad hiciste eso? – dijo Scorpius con una sonrisa.

— Él… él realmente no debió beber tanto. Estoy segura de que no habría dicho todas esas cosas si no hubiera estado tan tomado –. Aseguró ella sonrojada.

— ¿Siempre crees lo mejor de las personas? –. Dijo él con una sonrisa. Ella se limitó a sonreírle, mordiendo su labio inferior y señaló su mano.

— ¿Estás bien?

— ¿Esto? –. Él levantó la mano vendada –. No es nada. Es que…nunca había golpeado a alguien. No pensé que doliera tanto.

— Bueno, me alegro de que estés bien –. Dijo ella con un asentimiento.

— ¿Tú…viniste hasta aquí para ver si estaba bien? –. Preguntó él arqueando una ceja.

— Me sentí mal por ti. Fui yo quién te invitó y nunca habrías salido herido de no ser por mí, y… – empezó a decir ella sonrojada.

— Rose.

— ¿Sí?

— Gracias –. Dijo él, y le regaló una sonrisa.

— De nada. Um… ¿te gustaría encontrarnos más tarde para estudiar del parcial de Aritmacia? –. Preguntó ella. Él asintió.

— Me encantaría.

— Bien. Nos vemos más tarde.

Mientras ella desaparecía por el pasillo, Scorpius sonrió estúpidamente.


Draco estaba sentado con sus brazos alrededor de Hermione, negándose a dejarla ir. Ella estaba completamente vestida, con sus cosas guardadas y lista para irse a Hogwarts. O al menos así era hasta que Draco la había arrastrado a la cama.

Ella soltó una risita.

— Sabes que no me puedo quedar aquí. En algún momento tengo que regresar.

— …no –. Dijo él apretando su agarre a su alrededor. Ella soltó una carcajada y se restregó contra él.

— No me puedes mantenerme aquí.

— Claro que puedo –. Él la bajó de su regazo y se puso sobre ella.

— Oh por Dios, pesas muchísimo. ¡Párate! –. Draco fingió soltar un ronquido.

— No estás dormido, Draco Malfoy. ¡Párate ahora mismo! –. Él suspiró mientras la obedecía.

— Que lástima, con lo bien que te ves en mí cama.

— ¿Y cómo sería? ¿Yo nunca regreso a Hogwarts y nos quedamos en tu cama hasta que muramos?

— Moriría siendo un hombre feliz.

— ¿Te he dicho hoy lo idiota que eres? –. Dijo ella con una sonrisa.

— ¿Te he dicho hoy que…no me importa?

— ¿Me acompañarás a la chimenea o seguirás con tu rutina de bebé?

— Vamos. Supongo que tengo que volver a ser un miembro productivo para la sociedad –. Dijo él con una sonrisa.

Hermione tomó su mano. Ese fin de semana había sido fabuloso. Ella no podía recordar algún momento que haya sido tan bien cortejada. La noche anterior la sacó a pasear por los jardines, que ella estaba segura podían competir con los jardines de Versalles, y puso una flor en su cabello. Eso había sido completamente cursi, y algo que Hermione jamás pensó que él haría, pero maldita sea, se había sonrojado más que una prostituta en la iglesia.

Cuando llegaron frente a la chimenea, él la abrazó y plantó un suave pero sensual beso en sus labios.

— Así que, ¿te gustó mi casa? –. Preguntó contra sus labios.

Sus ojos se cerraron una fracción de segundo ante la vibración de la voz de él contra su piel. A pesar de la excitación que sentía en su abdomen, ella sabía lo que él estaba haciendo. Estaba seduciéndola para que no dejara de pensar en él hasta volverse a ver. Tampoco es que necesitara mucha ayuda en eso.

Ella asintió.

— Sí.

— ¿Y cumplí bien mi promesa de darte placer hasta que fueras incapaz de pensar coherentemente?

Ella casi siente que se desmaya. Él cumplió muy bien esa promesa. Ella sonrió.

— Regresaré a Hogwarts como una mujer menos inteligente.

Él soltó una carcajada y tomó la mano de ella, pasando su pulgar por lo nudillo de ella.

— No puedo recordar cuando fue la última vez que pasé un fin de semana tan bueno –. Ella le sonrió.

— Tampoco yo.

Él acunó su mejilla en la mano y capturó sus labios para darle un beso. Después de despedirse Draco sintió una punzada de tristeza porque ella se iba y una oleada de felicidad ante la perspectiva de volver a verla pronto. Él no se sentía así desde…

‹‹Oh, no Draco. No esta vez. No vas a volver a hacerlo. Intentalo y verás como la espantas antes de que puedas decir soltero››.

Después que ella se fue la casa se sentía vacía. Silenciosa. ¿Siempre había sido así?

Whimsy apareció junto a la chimenea, cargando con una bandeja de té y un tazón de fresas.

— Whimsy pensó que el amo Draco querría comer aquí hoy.

— Gracias, Whimsy –. Él se quedó observando la chimenea mientras se sentaba en el sofá y comenzaba a remover su té.

— ¿La señorita Hermione no se quedará para el desayuno? –. Preguntó Whimsy

— Traté de persuadirla, pero ella insistió en que debía estar en Hogwarts antes de su clase matutina –. Whimsy asintió.

— A todos nos agradó mucho la señorita Hermione. Ella tiene un pelo muy bonito y halagó a Whimsy por su vestuario –. Draco sonrió

— Ella tiene un cabello muy bonito –. Cómico, él se burlaba de su cabello cuando estaban en el colegio. Él había sido un idiota cuando era un niño.

— Whimsy piensa que la señorita Hermione hace muy feliz al amo Draco –. Draco sonrió y tomó un sorbo de su té antes de contestar.

— Yo también lo creo.


Escocia en noviembre fue realmente algo para contemplar, si se entiende por "algo" a una gran falta de árboles para una temporada que se veía exactamente igual a cualquier otro mes del año, solo que más frío. Era básicamente un tundra glorificada, pero eso no le impedía a Draco de disfrutar sentado con una mano en la rodilla de Hermione en una cafetería en Hogsmade. Hacía un mes y medio Hermione había accedido a ser su novia oficial y había sido fabuloso. Y hoy no había visita estudiantil programada para Hogsmade así que él y Hermione no habían tenido que esconderse mientras caminaban tomados de la mano por las tiendas.

— Así que…estaba pensando – comenzó a decir Hermione

Por favor que tus siguientes palabras sean ‹‹vamos a volver al castillo, para así poder ponerme esa pequeña cosa verde que te gusta. Porque eso es en lo que yo estoy pensando – la mano que tenía en la rodilla de ella serpenteó suavemente bajo su falda. Él sonrió ante el recuerdo de la sorpresa que ella le había dos semanas atrás, cuando se presentó ante él usando lencería verde debajo de su vestido, haciendo que luciera como un delicioso dulce perfectamente envuelto. Draco ni siquiera había podido quitárselo completamente antes de hundirse en ella. Ella lo miró de reojo.

— No estoy diciendo que no. Pero Harry y Ginny nos invitaron a su noche de películas mañana – Draco entrecerró los ojos –.

— La última vez que fui a esa casa mi erección se bloqueó gracias al retrato de mi tía-abuela muerta.

— La última vez que fuiste a esa casa nos besamos por primera vez. ¿Por qué no piensas en eso?

— Porque nos estamos quedando sin cosas que probar, y no creo que la casa de Potter sea lo mejor para explorar las que nos quedan – ella lo golpeó suavemente en el brazo –.

— Vamos. La última vez la pasaste bien, considerándolo todo.

— ¿Dije eso? Estoy seguro de que una de las mejores cosas ese día fui yo intentando meterme entre tus piernas – Hermione sonrió maliciosamente –.

— ¿Estabas tratando de meterte entre mis bragas? – Draco puso una cara de sufrimiente.

— Pensé que el papá aquí era yo. Esas bromas están reservadas para mí. Tienes suerte de ser tan bonita – Hermione lo ignoró –.

— Harry y Ginny te agradan, admítelo.

— Los tolero porque nuestros hijos son amigos y porque su mejor amiga es mi novia. Me conviene estar bien con ellos. Pero claro que iré a su casa mañana para…lo que sea que sea una película…porque sospecho y corrígeme si me equivoco, que ahora mismo no llevas bragas.

Ella sonrió.

— Diez puntos para Slytherin, señor Malfoy.

Él cerró los ojos y tomó una profunda respiración.

— Hermione, sabes como me pongo cuando entras en el papel de estudiante-profesora.

Ella sorbió su café lentamente.

— Modificando un poco las palabras de alguien, creo que tu serpiente se está rozando contra mí.

Él arqueó una ceja y sonrió.

— Si aceptas irnos ahora mismo, te puedo asegurar que puede rozarte aún más.


Hermione, Draco, Ron y Susan llegaron al Número 12 de Grimmald Place la tarde siguien para comer comida china y ver "The Princess Bride" –dos de las cosas favoritas de Harry y Hermione en el mundo muggle y que al parecer eran la pesadilla de la existencia de Ginny.

— Siempre que ustedes dos ven esa película no paran de hablar, y cuando ya se ha acabado pasan las próximas horas citando frases de ella. La he visto unas cinco veces y todavía no tengo idea de qué se trata – bufó Ginny.

— ¿Qué es una película? – preguntó Draco inocentemente.

Los cinco adultos restantes rieron ante la ignorancia de Draco. Hermione suspiró y murmurró

— Tan adorable.

Susan llegó al rescate.

— Es como una obra, pero puedes verlo desde tu casa en un televi- quiero decir, una caja que muestra diferentes imágenes.

— ¿Por qué alguien quería hacer eso? – preguntó Draco frunciendo el ceño –. La diversión está en ir al teatro, así puedes modelar alguna ropa.

— La próxima vez, yo elijo la película. – insistió Ginny. Harry soltó una carcajada.

— De ninguna manera. Siempre insistes en ver películas de terror y te rehusas a admitir que te dan miedo. Después tienes pesadillas por los siguientes días y eso te pone de mal humor porque no duermes lo suficiente. Y yo no duermo lo suficiente. Y eso es inaceptable – Ginny lo fulminó con la mirada.

— Bien. Sharknato 3 será.

Draco examinó el televisor con interés.

— ¿Esta es la cosa donde veremos la… película? – él se giró para que Hermione le confirmara con un guiño. Los demás asintieron. Draco entrecerró los ojos. – ¿Y estás segura de que no es magica esta cosa?

Se escucharon unas risitas apagadas. Hermione le respondió.

— Segura. La gente hace películas y las graba, luego las pone en unos discos para que las personas las compren o las alquilen y las puedan ver en sus casas. – Draco arqueó una ceja.

— Eso suena a mentira, pero está bien.

Hermione entrecerró los ojos en dirección a Harry y Ginny.

— ¿Cómo pueden tener esto? ¿E internet? Siempre que vengo aquí tengo recepción en mí teléfono. Usualmente los hogares mágicos no son compatibles con la tecnología.

Harry y Ginny intercambiaron miradas y sonrieron. Harry se encogió de hombros.

— Bueno…digamos que tengo un contacto.

Ginny rodó los ojos.

— Haces que suene tan siniestro. Hay un squib que Harry conoció en el trabajo que sabe como hacer funcionar la magia y la tecnología. Hizo algunos trabajos en el departamento de Harry en el ministerio y nosotros le preguntamos si podía hacerlo en casa.

Ron, Susan y Hermione les miraron celosos.

— Lleva al chico a nuestras casas para que también lo haga – dijo Ron.

Harry asintió y buscó algo en su cartera para finalmente sacar una tarjeta.

— Envíale una lechuza. Dile que es de mi parte.

Ginny rodó los o jos y se giró hacia su esposo.

Amas decir eso, ¿no es así?

Ron examinó la tarjeta y se la pasó a Susan.

— Guardala tú, así no se pierde.

Draco habló.

— No lo entiendo. Usas tu influencia para tener eternet…

— Internet – lo corrigió Hermione.

— Lo que sea. ¿Haces eso, pero no puedes buscar a alguien que venga y saque ese maldito cuadro de la pared?

— ESCUCHÉ ESO MALDITO TRAIDOR A LA SANGRE, DESAGRADECIDO.

— Que lindo. Ella me recuerda – dijo Draco rodando los ojos.

Harry y Ginny se encogieron de hombros. Los ojos de Draco se abrieron enormemente.

— Oh, le han tomado cariño al maldito cuadro, ¿no?

— No entiendes – dijo Ginny –. Ella es molesta, sí. Pero estamos algo así como acostumbrados a ella. ¿Entiendes?

La puerta sonó.

— MUGGLES. MUGGLES EN UNA DE LAS CASAS SANGRE PURA MÁS ANTIGUAS.

— Esa debe ser la comida – Ginny caminó hacia la puerta para buscarla mientras Harry ponía un hechizo silenciador en el retrato de la Sra. Black.

Draco se giró hacia Hermione con la duda reflejada en los ojos.

— No quiero sonar como un tonto, pero, ¿qué es exactamente la comida china?

Ron saltó en su lugar antes de que Hermione pudiera hablar.

— Pollo cubierto en diferentes salsas servido sobre arroz.

Susan y Hermione rodaron los ojos.

— Ron no es muy fanático de todo lo que no esté cubierto en salsa – le explicó Hermione. Ron bufó.

— Eso no es cierto. Me gusta toda la comida. Lo único que no me gusta son esas cosas del demonio con las que hay que comer comida china.

— ¿Cosas del demonio? – preguntó Draco poniendo un brazo alrededor de los hombros de Hermione.

— Te voy a enseñar.

— ¿Y quién me va a enseñar a ? Creo que es tiempo de que finalmente entienda. – declaró Ron a la vez que Harry volvía a entrar en la habitación.

— No – dijeron Harry y Hermione a la vez. Dándose cuenta de su mutuo pensamiento ambos se miraron con los ojos entrecerrados.

— No – dijo Harry.

— Yo le tengo que enseñar a Draco. No es justo que tenga que enseñarles a ambos.

— Tranquilos no me siento como una carga aquí – bufó Ron. Susan rodó los ojos.

— Por las barbas de Merlín. Yo te enseño. Pero mas te vale que prestes atención. Y que no te molestes conmigo y los arrojes al suelo.

— Yo no hago eso – dijo Ron por lo bajo. Harry resopló.

— Bien. Porque la última vez que comimos sushi juntos hiciste un espectáculo porque pequeños pedazos de pescado estaban cayendo en tu regazo.

— Casi me sacas un ojo ese día. Todavía tenemos prohibido entrar a ese lugar – dijo Hermione cruzándose de brazos.

— Me disculpé – dijo Ron encogiéndose de hombros.

— Hiciste llorar al mesero.

Ginny apareció cargando bolsas con comida que olía muy bien.

— Voy a poner todo en la mesa para que puedan servirse lo que quieran.

Draco miró los platos escépticamente.

— ¿Qué tiene el pollo? – Hermione soltó una carcajada.

— Bueno, pues… – ella miró a sus amigos buscando ayuda, pero estaban todos con expresiones divertidas viéndola en apuros – Bueno, pues…eh. Es salsa soya. Es una cosa que…y bueno…no importa. Te va a gustar. ¿Te gusta la comida picante?

— No lo sé. Nunca la he probado – dijo él encogiéndose de hombros.

Hermione soltó otra carcajada. Oh por Dios, es como un bebé.

— Te ves como el tipo de persona a la que le gustaría. – decidió ella mientras hechaba en el plato de Draco un poco de pollo kung pao. Harry rodó los ojos.

— Solo dices eso porque eres rara y te gusta la comida tan caliente y picante como el infierno.

— Esa es una exgeración.

— Te he visto hecharte un chili habanero completo en la boca. Eso no es normal – dijo Ginny sacudiendo la cabeza.

— Y le agregas cantidades enormes de tabasco a las cosas incluso antes de probarlas – agregó Ron.

— ¿Ya terminaron de criticar mis preferencias en la comida?

Draco se sentó en la mesa e inmediatamente todo el mundo lo miró.

— Vamos a comer en la sala. Ven – le dijo Hermione. Draco hizo una mueca.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Porque es divertido.

Draco refunfuñó mientras seguía a su novia hasta la sala y se sentaba a su lado en el sofá.

— Esto es totalmente barbárico – Hermione soltó una risita y le pasó unos palillos.

— Aquí. Vas a usar esto en vez de tenedor y cuchillo.

Draco examinó los nuevos y extraños utencilios con algo de vacilación. Pero Hermione le explicó con detalles como utilizarlos, y para sorpresa de ambos él aprendió rápidamente. Era la única vez que ella había visto que no exhibiera modales perfectos en la mesa, pero considerando todo, no lo estaba haciendo mal.

Susan, por otra parte, no estaba teniendo el mismo éxito con Ron.

— Por Merlín, Ron. Te dije que no te molestaras.

— ¿Por qué tenemos que comer con esto, de todas formas? Estamos en Inglaterra. Aquí comemos con tenedor y cuchillo. Como la gente normal – Draco resopló.

— No. Nosotros, o sea… el resto de nosotros, comemos como personas normales. He visto tus modales en la mesa, Weasley. Y no hay nada de normalidad en ellos.

— Aquí va una. ¿Puedes no ser un idiota por dos minutos, Malfoy? – le devolvió Ron.

— Silencio, ambos. Ya va a comenzar – dijo Harry.

Malfoy miró con interés las imágenes en movimiento. Era fascinante.

Hermione suspiró con deleite cuando Cary Elwes apareció en pantalla. Ginny y Harry rodaron los ojos.

— Por favor, manten tus expresiones de enamoramiento al mínimo – pidió Harry.

— No he dicho nada.

— Ella siempre ha tenido un enamoramiento con Westley – le dijo Harry a Draco.

— ¿Quién es Westley? – preguntó Draco con una sonrisa.

— El chico rubio.

Los ojos de Ginny se abrieron enormemente.

— ¡Oh por Merlín! Ahora entiendo porqué a Hermione le gusta Draco. Es porque el luce como Westley.

Draco sonrió ante las mejillas enrojecidas de Hermione pues sus amigos se estaban riendo de ella. Él beso su frente.

— Tienes un gusto excelente, amor – él dejó un suave beso en sus labios, pensando que nadie los estaba mirando.

— ¡QUE ASCO! – gritó Ron –. ¿Podrías no hacer eso frente a nosotros?

— ¿Por qué? ¿Te quita el apetito? Pero creo que puedo hablar por todos nosotros cuando digo que verte a ti comer es asqueroso.

— De nuevo, ¿pueden callarse? – preguntó Harry.

Draco no estaba completamente seguro sobre qué era la película. ¿Se supone que debía dar risa? Era un poco bajo para sus estándares. Pero Hermione parecía estar disfrutándola.

— ¡Inconcebible! – exclamó ella.

Harry le respondió en una pobre imitación del acento español:

— Sigues utilizando esa palabra. No creo que signifique lo que tú crees – ambos sonrieron y chocaron las palmas. Ginny rodó los ojos.

— ¿Pueden dejar a los actores hacer su trabajo? – Harry pasó un brazo por los hombros de su esposa.

— Ginny, estás siendo victima de uno de los errores clásicos – Hermione sonrió.

— Nunca te vayas en contra de un siciliano…

— ¡Cuando la muerte está cerca! – gritaron Harry y Hermione simultáneamente. Ginny bufó.

— Son idiotas.

— Somos fantásticos – dijo Hermione.

— Desearía entender el extraño poder que tiene esta película sobre ustedes dos. Pero desafortunadamente nunca lo voy a entender, porque nunca voy a ser capaz de escuchar todo bien para saber que está pasando gracias a ustedes.

— ¿Te das cuenta de que eres la que está hablando ahora, verdad? – señaló Hermione. Ginny rodó los ojos.

— Desearía estar aún en forma para patearte el trasero. Pero tu fuiste y te convertiste en aurora y no me tienes miedo.

— Solo me das miedo cuando pienso que me vas a pedir que cuide a tus innumerables hijos – dijo Hermione soltando una carcajada. Una almohada voló desde el regazo de Ginny hasta la cabeza de Hermione.

— Auch – dijo Hermione.

— Malfoy, ¿puedes golpear a tu novia por mí? – preguntó Ginny.

— De ninguna manera, Potterette. Ella podría patear mi trasero. Y quiero que mis planes para esta noche sigan en pie, gracias.

Ron y Harry hicieron como si estuvieran vomitando en sus platos. Ginny y Susan intercambiaron sonrisas.

— Nunca me voy a acostumbrar al hecho de que tu y Hermione estén follando – dijo Ron.

Draco sonrió y abrió la boca para responder.

— No, no, no. No van a arruinar esta obra de arte con sus insultos – dijo Harry.

Draco se encogió de hombros y se recostó en el asiento, poniendo a Hermione entre sus piernas para poder abrazarla mientras veían la película.

La chica, Buttercup, consideró que era el personaje más soso de la historia del cine y la literatura. No era su tipo de mujer en lo absoluto. Si los directores hubieran decidido sustituirla por un conejo a él le habria dado lo mismo.

Wetsly no le caía tan mal, aunque era un poco volatil. Desconfiaba muy rápido en la mujer que amaba. Aunque tenía un buen cabello.

El personaje favorito de Draco fue el gigante. Él parecía ser el único que sabía lo que estaba pasando. ¿Por qué no toda la película podía ser sobre él?

Pero la parte favorita de Draco, que no tuvo nada que ver con la película, fue tener a Hermione en sus brazos. De vez en cuando, cuando nadie estaba viendo, le dejaba dulces besos en el cuello o mejillas, asegurándose de que nadie les estaba mirando. Le divertía como Hermione saltaba de vez en cuando en su lugar y ella y Potter repetían alguna línea estúpida de la película. Se volvieron un poco locos en el momento que un viejo y su esposa le devolvieron la vida a Wetsley.

¾ ¿Cuántas veces han visto la película?

¾ Shhh. Sin hablar durante la película – él rodó los ojos ante lo dicho por su tonta novia.

¾ Hipócrita – le dijo, besando su oreja.

¾ ¡Que asco! – dijo Ron.

¾ Suficiente –. Dijo Harry cogiendo un objeto negro y rectangular y apagando el televisor, haciendo que todo el mundo protestase. ¾ O hacen silencio o se van.


¾ No puedo creer que realmente nos sacara de su casa –. Siseó Hermione mientras ella y Draco caminaban por la calle.

¾ Yo no puedo creer que me hayas dejado comerme un pimiento rojo de aquellos.

¾ Lo arreglé, ¿no? Realicé un hechizo refrescante.

¾ ¿Cómo puedes comer esas cosas? Lastiman la boca.

¾ Son deliciosos – dijo ella, desacreditando su comentario.

¾ No estoy seguro de a qué te refieres con áádeliciosoññ. Incluso no estoy seguro de cuál debería ser el sabor de esas cosas.

¾ Eres un cobarde.

¾ No, tú eres demasiado valiente.

Ella rodó los ojos.

¾ ¿Qué te pareció tu primera película?

Él se encogió de hombros.

¾ No estuvo mal. Mi parte favorite fue cuando hicimos sentir incomodo a Weasley por estar abrazados en el mueble de Potter.

¾ No tienes que martirizarlo de esa forma.

¾ No lo hago. Simplemente él no me agrada.

Ella volvió a rodar los ojos.

¾ Bueno, al menos deberías intentar ser amable. Así como yo lo hice con Zabini.

¾ Blaise es todo un caballero.

¾ Es una serpiente.

¾ Yo soy una serpiente.

Ella sonrió y lo señaló con los labios.

¾ Eres una serpiente que va a ser amable con mis amigos.

Él le devolvió la sonrisa y pasó un brazo sobre los hombros de ella.

¾ Como desees.

Ella sonrió complacida.

¾ Bien, temible pirata Draco, vamos a llevarte a casa. Te has ganado la cosa verde.

Nota de traductora:

¡Hola, pero miren quien ha regresado de entre los muertos! No saben lo que me ha costado, pero después de mucho pensarlo decidí que mi vida tiene que comenzar a retomar Viejas costumbres para poder salir del vacío en el que está. Así que aquí estoy, traduciendo para personas que posiblemente ya no me lean, pero que mas da. Me hace sentir bien y un poquitín más cerca de la Natasha que era antes y que tanto me gustaba.

Si alguien sigue aquí, ¿qué te ha parecido el capítulo? Fue quizás un poco de relleno, para ver como Draco se desenvuelve con los amigos de Hermione. (Como en la mayoría de los fic, aquí Draco no se lleva bien con Ronald). Ya solo quedan cinco capítulos para ponerle el Complete a este fic, así que si las cosas siguen como planifico, antes de que termine en 2019 Hot for teacher estará completado y el 2020 traerá la traducción de su segunda parte. (¿Yay por eso?)

Disculpen la ausencia, espero que sea recompensada en algún momento. Les quiero y agradezco mucho el estar aquí conmigo, aunque sea a través de una pantalla. Si hay algún dedazo también quiero disculparme; el portatil es nuevo y todavía no domino al 100 su teclado.

Espero leerles en los review.

Abrazo,

Nat