Sensación

Marinette miro a ambos lados de su habitación con los ojos achinados, tenía la extraña sensación de que alguien la observaba, dio un resoplido al no ver nada, solo a Tikki que dormía sobre el escritorio sin inmutarse, relajeo su alrededor antes de tomar su ropa y una toalla para entrar al baño.

Indecisa y extrañada decidió salir a dar un vistazo al balcón por si acaso.

De nuevo no había nada, solo la noche fresca y el sonido del tráfico que tanto conocía.

Sacudió su cabeza deshaciendo sus ideas raras y esas sensaciones para volver hacia dentro decidida a darse un merecido y relajante baño.

Una vez dentro del cuarto de baño de su habitación no dudo en desvestirse y meterse bajo la ducha sintiendo las gotitas de agua hacerle masajes.

Pero, a pesar de su relajación seguía teniendo esa extraña sensación.

Ya un poquitín asustada se apuró a jabonarse y enjuagarse para finalmente salir de la ducha envolviéndose con una toalla celeste.

Se secó rápidamente y cuando tomo su ropa interior para ponérsela y estuvo a punto de soltar la toalla, sus azules ojos, por mera casualidad del destino y el universo, se movieron unos 10 grados hacia la izquierda.

Chocando sin querer con unos ojos verdes, con pupilas de gato dilatadas y bien abiertos que, desde una pequeña ventanita en una pared, la observaban sorprendidos, sin parpadear y fijamente.

-¡HAAAAAAAAAAAA!..¡HA!... ¡CHATNOIR!-fue lo único que salió de la garganta de la joven que salió corriendo en dirección del balcón con la FURIA a flor de piel.

Estaba roja, temblaba y tenía la urgente necesidad de matar a un gato negro.

En un segundo llego al balcón colgándose lo más posible de este, asustando al héroe que intentaba desesperado despegar su bastón de la pared de un cuarto piso.

-JEJE….Hola princesa-fue una risa nerviosa la que salió de la garganta del chico desatascando por fin su arma de los ladrillos para colgarse y deslizarse por un tubo de cañería que bajaba.

La chica rechino los dientes y le arrojo lo primero que pudo, ósea la ropa que tenía estrujada en su mano libre, ya que la otra sostenía la toalla.

El gato pego un grito y perdió el equilibrio cuando una bola de tela choco contra su cabeza haciendo que se precipitara desde ahí, hasta el piso, cayendo como un costal de papas en el pavimento.

-¡Maldito! ¡No eras una Sensación! ¡Te voy a matar! ¡Te cortare las %*#&?!"! ¡Maldito hijo de… tu mamá!- empezó a decir groserías la joven intentando levantar una maseta para arrojarle al gato que apenas se sentaba en la acera.

Pero su rostro de rojo paso a blanco al asomarse furiosa y ver que el gato la miraba sugerente y con una sonrisa pervertida, mientras que en sus manos ondeaba…SU ROPA INTERIOR.

-¡Gracias por el Bonito detalle mi prrrrincesa!- grito el pervertido gato desde el suelo mientras aspiraba la prenda que le había arrojado la joven y echaba a correr por la oscuridad.

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