Disclaimer: Todo lo que reconozcáis le pertenece a JK Rowling.
Solo la trama es mía y algún OC.
No gano dinero alguno al realizar esto.
Epílogo:
-¡papá venga! ¡Llegaremos tarde!
-Por Merlín Harry. ¿No tienes un padrino al que molestar? -Replicó un adormilado James.
-No. Canis y Ori lo están haciendo por mí.
-Te dije que sería mala idea que todos pasaran la noche en la mansión. -Refunfuñó Regulus.
Habían pasado once años desde que se quedó embarazado por primera vez, y aunque sus hijos eran muy alborotadores, el menor de los Black no se arrepentía de nada.
Hacía dos días que había llegado la carta de su hijo y de sus sobrinos mellizos y los tres estaban inquietos.
Resulta, que dos meses después de Regulus, se enteraron de que su hermano también estaba en la dulce espera.
Cuando Orion se enteró, casi le da un infarto.
Por suerte, los mellizos no habían heredado la licantropía como tal, pero sí que tenían más fuerza de lo normal y los sentidos más desarrollados.
Ese día irían al callejón Diagon a por sus útiles escolares y estaban insoportables.
-¡papi! ¡Papi!
-¿Por qué hemos tenido hijos? -Se quejó Regulus.
Sus bástagos pusieron caras dolidas y fingieron lagrimear.
Cada vez más gente iba entrando a la habitación principal e iban ocupando su cama.
-¡Pegasus! ¡Estás aplastando mi cosita!
El niño de dos años le sonrió a su hermano mayor y volvió a tirarse en plancha sobre él.
-¿Angelo tú también?
El castaño de ojos grises sonrió con travesura y asintió.
James trataba de alejar a Ashley de su pelo y Regulus trataba de que el bebé de tres meses, Leo, no sufriera un aplastamiento masivo.
-¡Harry! ¡Rigel! ¡Matthew! ¡Pegasus! ¡Lisa! ¡Ashley! ¡Angelo! ¡Al salón! ¡Ahora!
Los niños bajaron de la cama de sus padres y salieron disparados.
-Es así como debes hacerlo Jamsie. parece mentira que no los conozcas.
El mayor solo gruñó.
En el salón ya les esperaban Sirius y Remus con sus cuatro hijos sentados a la mesa.
-¿Otra vez mi hermanito os ha echado?
Harry refunfuñó.
James y Regulus aparecieron con el bebé minutos más tarde.
Cuando acabaron de desayunar, los niños se vistieron y cuando estuvieron listos, se marcharon rumbo al callejón Diagon donde les esperaban Lily y Severus con sus tres niñas y sus gemelos, y Peter y Barty con sus mellizas.
***Uno de Septiembre.***
Por lo general, Regulus siempre se levantaba antes que James porque al mayor le gustaba dormir y cuando tenía oportunidad, lo hacía.
Harry, Matt y Angelo habían salido igual a él.
Pero ese día, el hombre no podía dormir más.
Se sentía igual o incluso más ansioso que su hijo.
A las cinco de la mañana ya se había levantado, le había dado un viberón a su bebé y había hecho el desayuno.
Minutos después, Harry salía de su habitación.
-Escuché un ruido y como no quería estar dando vueltas y vueltas…
-Te entiendo hijo.
Segundos más tarde, Sirius entraba por la red flu junto con sus mellizos.
-¿Has dejado a Remus solo con los pequeños?
-Prácticamente, él nos ha echado tío James.
El merodeador le revolvió el pelo a su ahijado Canis.
Harry solo aguantó una hora más antes de ir a despertar a su padre gestante.
Regulus no quería levantarse. Estaba muy calentito en la cama.
Como no daba resultado, salió a pedirle ayuda a su padrino.
Pero antes, se había llevado a Leo fuera de la habitación principal por lo que pudiera pasar.
James lo cogió entre sus brazos y le sonrió.
-Padrino… Mi padre no quiere moverse.
Sirius sonrió ampliamente.
-Vamos a arreglar ese pequeño inconveniente.
Sin embargo, antes de entrar a la habitación matrimonial, la chimenea se encendió y rugió. De ella salió un hombre maduro.
-¡Abuelo Orion! -Gritó Ashley.
Al escuchar eso, Harry y Sirius se miraron cómplices.
Tras saludar al recién llegado, el niño le contó su problema.
-Déjamelo a mí.
Orion entró en la estancia y dijo:
-¿Cómo puedes estar aún en la cama Regulus Arcturus Black?
La reacción fue inmediata.
El mencionado saltó de su cómodo lecho y en tres minutos ya estaba aseado y vestido.
A las diez y media, todos estaban en el andén.
Los padres se despedían de sus hijos pero los que más drama armaban eran James y Sirius.
Canis era más reservado. Pero a Ori le gustaba seguirle el juego a su padre.
Así que allí estaban, Ori y Harry abrazados de sus progenitores y los cuatro gimoteaban como cachorritos.
Canis trataba de mirar hacia otro lado.
Finalmente, los niños subieron al tren y los padres se quedaron viendo como sus pequeños se marchaban.
Horas después, se enteraron de que Harry y Ori habían acabado en Gryffindor y Canis en Slytherin.
***Fin…***
Nota:
Sé que es corto, pero es lo que ha salido.
He acabado esta maravillosa historia… O al menos, este es el epílogo.
Conforme se me vengan más ideas, escribiré sobre la boda de Regulus y James, el parto, algunas escenas familiares… No sé. Lo que se me ocurra o lo que me pidáis.
Un saludo enorme y gracias por haber leído este fic desde el principio.