Viento
En un alto hotel de la ciudad, de entre todas las idénticas ventanas que cada residencia tenia, una ventana con stickers y decoraciones coloridas resaltaba como si fuera la oveja negra del rebaño. Dentro del ya reconocible departamento ya hacia lo que daba a parecer el hábitat de una persona que se la pasaba de fiestas en fiestas, más la verdad era que la señorita que se hospedaba aquí no era de ese tipo de gente.
Pasando de las envolturas de golosinas y gaseosas esparcidas por el suelo de la sala, en la habitación del departamento descansaba cómica pero plácidamente una bella joven de cabellos celestes. El cuarto parecía mas el de una niña de pequeña que el de una joven mayor, los posters con imágenes de bandas de antiguas daba la impresión de que la señorita se haya quedado en los ochentas o noventas.
La ternura de los peluches y recuerdos de viajes contrastaba a la perfección con la pequeña librería y el escritorio lleno de libros y papeles, logrando un perfecto equilibrio en conocimiento e inocencia.
Con baba saliéndole de su boca fue como la muchacha se fue levantando, el despertador alado suya con forma de búho sonrojado comenzo a ulular.
-"Uhh… dos minutos más…"-se revolvió entre sus sabanas, la muchacha cayo dormida nuevamente, solo que esta vez, ronquidos reemplazaron su babear.
Mientras que la peliceleste descansaba sonriente en su cama, la puerta de su habitación fue abierta parcialmente, una pequeña comadreja de pelaje café se adentró al lugar con toda la naturalidad del mundo, el collar dorado en su cuello con el nombre "Ochako Jr" estampando en el indicaba que era doméstica. El animalito subió con gran habilidad a la desordenada cama solo para echarse en el rostro de su dueña a dormir.
-"Ochako Jr… no puedo respirar"-hablo por debajo de su mascota la joven-"Supongo que te toca dormir a ti huh?"-sonrió aun teniéndola encima.
Sus manos levantaron al largo mamífero por los cielos, la muchacha rio divertida antes de dejarla en su cama y levantarse de golpe. Haciendo uso de su quirk la peliceleste apago el ruidoso despertador poniendo a dormir a su búho de nuevo.
-"Buenos días mundo!"-abrió las persianas de su ventana animada. Su cabeza salió disparada a tomar aire y ver cómo le iba al resto de las personas.
Aunque vivir en un apartamento sea un paraíso para ella, la muchacha deseaba y añoraba que ya llegue navidad para ir a visitar la casa de sus padres, donde su antiguo cuarto le esperaba. El clima primaveral e cálido de las calles de su vecindad era lo que extrañaba al abrir las ventanas de su cuarto, y como olvidar el buen humor de todos sus vecinos e padres que le habían formado durante años.
Vivir en la parte más transitada de la ciudad no cabía dudas era aburrido e triste, no había ningún árbol, las personas por debajo de ella parecían hormigas obreras que no paraban de movilizarse en perfecta coordinación. Era un escenario gris para alguien tan curiosa y llena de energía como ella.
El cielo gris y el sonido de los autos reemplazaban sus queridos rayos de sol y el canto de las aves que ella tanto amaba.
-"Pero bueno!"-recupero su sonrisa la joven-"Es hora de ir a laborar!"-cerro sus ventanas animada.
Con sus ropas de deporte fue como la peli celeste se puso a hacer sus aeróbicos avanzados, el ejercicio le ayudaba a mantenerse cuerda entre tantos robots a los que se les decía vecinos, le ayudaba a diferenciarse y no contaminarse de sus rutinas apretadas a las que ellos les decían "horarios".
La sonrisa determinada en su rostro simbolizaba su seriedad al momento de practicar sus movimientos con un pequeño saco de box al que le gustaba golpear para desestrezarse, no podías ser un héroe solo con un truco después de todo. Su habilidad le ayudo a dejarse caer lentamente al suelo, ya finiquitado sus ejercicios, su comprensiva e inteligente comadreja vino a dormirse encima de su cara por segunda vez.
-"Una ducha y a desayunar"-se limpió el sudor con el pelaje de su mascota.
Algunos tenían patitos de hule al entrarse a la tina para bañarse, a otros les gustaba encender sus radios y comenzar a cantar a todo pulmón sus canciones favoritas mientras el agua les limpiaba… novatos. Con Ochako Jr flotando de panza en su tina, la muchacha cantaba melodiosa y alegre "Gives you hell" de los antiguos pero queridos All american rejects.
Haciéndole tributo a la mencionada banda, la peliceleste se puso a desayunar unos cereales tutifruti con leche junto a su mascota, la cual disfrutaba de sus croquetas junto a su ama… los dos haciendo todo el ruido que podían al masticar. Las ropas en las que se había cambiado eran por lejos lo que alguien que viva por estos lugares usaría.
Si de por sí ya era inaudito para las formales personas ver su largo cabello suelto. Los shorts, zapatillas, poleras extravagantes y las chaquetas que tenía puesto hoy les sacaría un suspiro de indignación a más de uno.
Usar maquillaje, traje y uniforme era lo que uno normalmente debería vestir diariamente, incluso en los sábados las ropas que una persona normal usaba para salir a tener unas horas de recreación eran formales. La muchacha a veces se preguntaba si era la única diferente al resto en esta zona de la ciudad, su grupo de amigas y amigos que venían a trabajar a la agencia en la que estaba eran todos de otras zonas de la ciudad.
A veces le entristecía un poco tener que caminar a casa sola mientras que sus compañeros tomaban el metro en conjunto… todos riendo y disfrutando de la compañía de un amigo.
-"Pero por eso te tengo a ti Ochako Jr!"-levanto a su amiguito ganándose una mirada enojada, el mencionado todavía no acababa de desayunar-"Siempre haciéndome compañía…"-le abrazo cariñosa.
El animal le respondió con echarse por tercera vez en su cabeza.
Ya lista para salir al exterior, la joven busco entre sus pertenencias su atesorado walkman, el reproductor de música le había acompañado desde su mudanza a esta parte de la ciudad. Disfrutando de su música mientras se encaminaba al ascensor, la peliceleste comenzó a revisar su celular para ver las noticias del día.
La proclamada época de la paz era el boom del momento en los noticiarios, siempre entrevistando a los héroes que se habían mantenido firmes ante la tiranía de la liga y de su líder Shigaraki. No existía un solo día en el que el rostro de un héroe no apareciera en las páginas informativas.
Pero eso no era lo que le importaba a la muchacha, lo que realmente le interesaba era la sección de noticias de entretenimiento! Y no hablaba de farándula o chismes de celebridades… lo que a ella le intrigaba era saber todas las nuevas de las series que veía.
Desde Cartoons hasta series de televisión, no importaba el género ni el cast que protagonizaba, si no el horario en el que podía verlos!
Pasar la mayoría de su tiempo encerrada en su apartamento le conllevo a convertirse en una adicta a este tipo de cosas, siempre usando el tiempo que le sobraba para reírse de lo mala que era una serie o de lo genuinamente buena que era. Lo primordial era pasarla bien y ya.
Ya fuera del enorme edificio, la joven se encontró con otra escena de las que esta simplemente no podía digerir o aceptar.
Ver como montones de personas discutían o corrían por alcanzar un taxi le causaba curiosidad no sana. Para ella el conocer las cosas a su alrededor lo era todo, aprender y entender el porqué de algo era de lo que ella necesitaba para vivir.
Ya sea persona, animal o cosa… ninguna se salvaba de su ataque de ráfaga de preguntas.
Pero estando aquí… las ganas de curiosear y abrir su mente simplemente no llegaban. En verdad que le era intrigante el saber por qué alguien estaría tan desesperado por subirse a un taxi que terminaría por atascarse en el tráfico en segundos.
-"Como sea"-sonrió ignorando el hecho y siguiendo con su camino al ritmo de la música.
Luego
La agencia de su mentora, más conocida como la heroína dragón era de esos lugares que no encajaban por más que se esforzase por hacerlo, de entre todos los edificios que le rodeaban, el establecimiento era el único que parecía vivo y en funcionamiento.
-"Algún día…"-abrazo y beso la entrada la muchacha. Su sueño era heredar este grandioso lugar y volverlo más grande, el cambio lo iniciaría ella y pronto el resto le seguiría… o por lo menos eso esperaba.
-"Deberías conseguirte un novio para hacer esas cosas"-rio por detrás de ella su jefa-"Buenos días Nejire"-sonrió antes de sacar su llave y abrir el lugar.
-"Nejire chan reportándose para el trabajo!"-saludo como toda una cadete-"Buen día dragona chan!"-bromeo con una sonrisa temblorosa.
-"Si no te fueras tan buena secretaria ya te hubiera despedido"-hizo una risilla Ryuko-"Vamos adentro, hoy es un día algo atareado"- se adentró al cálido lugar.
Amaba este lugar, la temática tipo "The Office" (propuesta por ella) que le permitía a todo el mundo tener su espacio cada uno con sus escritorios, les permitía poner sus pertenencias, ya sean fotos familiares, miscelánea, etc. La zona de descanso con las máquinas de dulces y refrigerios (ella de nuevo) y el pasadizo por el que uno tenía que pasar hermosamente decorado con fotos de las celebraciones que se hacían por fechas especiales (era necesario decir quien fue?).
Este era su santuario, su edén.
-"Hoy llega un héroe de intercambio, trabajara con nosotros cuanto el crea necesario"-informo la heroína.
-"Otro inspector?"-pregunto curiosa Nejire, la joven jugaba en una silla giratoria.
-"Para nada"-entro a su oficina Ryuko-"El niño es bastante conocido, viene de U.A al igual que tu"-encendió las luces.
-"Ohoho…! Ya me estoy emocionando!"-se abalanzo sobre el escritorio de su jefa.
-"Sabia que lo harías"-sonrío a la vez que le revolvía su cabello y la alejaba-"Es por eso que tú serás quien se haga cargo de él"-encendió su pc.
Su rostro se ilumino al escuchar sus palabras, por fin después de mucho tiempo estando haciendo solo papeleo por fin una tarea interesante se le presentaba. Estar en la época de paz había traído consigo el acomodamiento y relajo de todos los héroes de la ciudad, con la disminución del crimen y el florecimiento de una de las generaciones más poderosas de héroes… pocos se atrevían a siquiera robarle a una ancianita.
-"Cuando llega?! Cuál es su nombre? Como crees le guste que lo reciban?"-comenzó a preguntar emocionada.
-"Tendrás que preguntárselo cuando llegue"-se sentó lista para revisar sus informes la heroína-"Puedes ir pensando que decirle en tu oficina, nada de papeleo hoy"-le hizo señas para que se retirara.
Cuando Ryuko levanto su vista, Nejire ya no se encontraba más en su oficina, la peliceleste había salido corriendo del lugar segundos atrás.
Dentro de la oficina de la muchacha las cosas ya se habían puesto algo caóticas, moviéndose de un lado a otro buscando en sus casillas llenas de archivos información que le pueda servir para darle la bienvenida al desconocido. Recibir al nuevo era algo de lo que la joven siempre se encargaba, no importaba el tipo de persona que fuera… al final a todos les gustaba una pequeña iniciación.
La temática de su oficina era igual a la que de su habitación, colorida, viva y llena de recuerdillos o cuadros extraños de arte. El escritorio de la heroína era lo único que tenía apariencia seria y profesional, ordenada e impecable para sus anotaciones y tecleos en su computadora.
Sus compañeros de trabajo que iban llegando no podían evitar suspirar con una sonrisa por la escena que se veía desde afuera, la silueta de la entusiasmada muchacha flotando a gran velocidad para todo sitio junto con el sonido de su interminable conversación con ella misma era lo que la caracterizaba y distinguía.
Y la querían por ser como es.
Un tiempo más tarde.
Le había costado pero por fin sus esfuerzos terminaron por darle algo decente, decoraciones con algunos papeles coloridos que encontró en lo más recóndito de su oficina fueron colocados alrededor de cada esquina superior de la entrada hasta el corredor. Ponerlos en lo alto había sido pan comido con su quirk, lo realmente desafiante había sido preparar un pequeño discurso de bienvenida.
Conociéndose a si misma probablemente esta no pueda evitar curiosear antes siquiera de leerle lo escrito, sin embargo, tendría que hacer un esfuerzo para no parecer una completa entrometida extrovertida. Haría esto bien, la imagen de su pequeña compañía estaba en juego, si quería ser la jefa de este lugar un día de estos… lo primero que necesitaba era la lealtad de sus trabajadores.
*knock knock*
-"Yo abro!"-salió volando de su oficina, no estar del todo concentrado al moverse le hizo golpearse el rostro con una lámpara en el techo-"Estoy b-bien!"-se cubrió su nariz adolorida.
No podía esperar a saber todo acerca de ella, que le gustaba, desagradaba u odiaba. Cuál era su quirk y como había terminado a parar aquí… ya podía imaginarse siendo mejores amigas.
Sería su nueva Ochako! Extrañaba a la castaña, desde que la muchacha se fue a New York a trabajar, la comunicación que tenían y su relación de amistad ya no era la misma que antes.
Pero ahora sería diferente! Una persona nueva era todo un mundo nuevo que conocer! Mañana mismo iría a comprar anillos o collares de mejores amigos por siempre.
La peliceleste abrió la puerta aun estando en el aire, una sonrisa deslumbrante adornaba su rostro, el pequeño cupcake que había comprado en la maquina dispensadora fue estirado por sus dos manos.
-"Bienveni…!"-sus ojos se abrieron sorprendidos al estar viendo el pecho masculino y no femenino como ella esperaba-"…da?"-poco a poco fue regresando al suelo.
Su sonrisa se tornó confusa, con su mirada la heroína vio detenidamente cada movimiento que el desconocido hacía, pudo escuchar un pequeño balbuceo antes de que el alto desconocido se agachara un poco para entrar por la entrada. El rostro se le hacía familiar, mas estar tan desconectada de la actual sociedad de héroes casi por ya un año le complico el no poder recordar con claridad.
-"Buenos días, e-esta es la agencia de…"-verde y azul hicieron contacto-"senpai…?"-le menciono el peliverde.
-"Te conozco…?"-hizo un movimiento de extrañez con su cabeza la muchacha.
-"Oh… uhm… soy Midoriya I-izuku…"-se presentó algo incómodo agachándose educadamente.
-"Quien…?"-sus ojos le vieron confusos.
-"*ehem* Deku…?"-trato con su nombre de héroe, la mirada desorientada de la peliceleste le dijo que aún no le reconocía-"A-ambos estuvimos en la misión de rescate a Eri…? No…?"-observo como ladeaba su cabeza.
Su cabeza simplemente no podía recordarlo, la imagen de alguien mucho menos alto que quien estaba enfrente suya era lo único que pasaba por su mente. Tenía memorias de alguien parecido, mas no recordaba que ese niño al que había observado en su último año de preparatoria tenga una apariencia madura.
-"Bueno!"-recompuso su sonrisa de siempre-"Lamento decirte que de todas formas esta agencia no contrata a personal masculino!"-le dio un mordisco al cupcake en sus manos.
-"P-pero…!"-intento sacar de entre sus cosas un memorando.
-"Gracias por su visita!"-empezó a empujarlo hasta alejarlo lo suficiente del edificio-"Adiós!"-se despidió con su mano antes de cerrar la puerta.
Dándole otro mordisco a su postre, Nejire se dio media vuelta algo despistada, estar en la luna le hizo chocarse con su jefa, quien había observado discreta toda la escena. Lagrimeando cómicamente la muchacha levanto el cupcake entristecida.
-"Mi cupcake…"-sostuvo el aperitivo temblorosa.
-"Nejire!"-le dio un golpe en su cabeza Ryuko, nuevamente el postre cayó al suelo-"Me explicas por que acabas de botar al nuevo miembro de la agencia?"-le miro enojada.
-"Pff!"-escupió pedazos del pastelillo al escuchar sus palabras-"P-pero es un chico!"-hablo exaltada.
-"Lo sé, es por eso mismo que me tome la molestia de buscar al mejor de entre todos los héroes hombres de la ciudad para empezar a contratar más como el"-explico.
-"Que…!?"-un pequeño temblor sacudió el edificio, el quirk de la peliceleste libero una onda inconscientemente-"P-pero que paso con el solo chicas…?!"-le vio aterrada y desanimada.
-"Los tiempos cambian Nejire… es adaptarnos o desaparecer"-sonrió maternal.
Pero como podía ser? Desde que había llegado a esta agencia nunca un hombre había tocado este suelo a no ser más que para pedir ayuda o presentar un caso que requiera la asistencia de la propia jefa. Los mensajeros o carteros no contaban así que eso estaba descartado.
Solo imaginarse a un muchacho de tal tamaño estar rondando por estos lugares le ponía loca, estar tan acostumbrada a este ambiente tranquilo y pacifico le preocupaba… le preocupaba que un hombre lo arruinara. Había tenido amigos del sexo opuesto antes, Mirio y Tamaki eran un ejemplo.
Siempre arriesgándose y siendo tercos e escandalosos (solo el rubio) fuera y dentro del campo de batalla ambos daban gala de su masculinidad con sus actividades bruscas y destructivas, sus conversaciones aburridas acerca de… cosas de hombres también le molestaba no poder comprenderlas del todo. Honestamente no eran tan malos, pero aun así! Por naturaleza el hombre era desordenado y sucio.
Recuerdos de como Mirio y de vez en cuando Tamaki venían de un entrenamiento empapados en sudor y mal olor le saco un chillido de horror.
-"Ella es Nejire… me disculpo por su actitud de antes, es mi mano derecha y la encargada de hacerte un recorrido"-hizo énfasis mirándole con el ceño fruncido.
-"Esta b-bien, la conozco de la academia"-se rasco la mejilla nerviosa.
-"Genial, ahora por aquí está la…"-siguió enseñándole el lugar la heroína.
Mientras que la peliceleste tenía una crisis mental, su jefa ya se le había adelantado trayendo de vuelta al peliverde al establecimiento. La muchacha observo mordiéndose las uñas como iba a reaccionar el resto del personal al ver a un hombre en el edificio.
En su imaginativa cabeza la joven se imaginó el caos y la anarquía apoderándose de la compañía, la bancarrota y el final de sus sueños de ser la encargada de este lugar que tanto amaba. Nejire empezó a hiperventilarse asustada y temblante.
-"E-esperen!"-grito desesperada no pudiendo soportar siquiera imaginarse un escenario tan horrible como el que había fantaseado.
-"Cálmate y mira"-le sostuvo del rostro con una de sus garras Ryuko, teniendo extremo cuidado en no oprimir de más o dejarle una herida a la pataleante joven.
Observando con dificultad aun en las garras de su jefa, la peliceleste vio asombrada como el peliverde charlaba tímido y algo inseguro con el resto de las trabajadoras. La actitud respetuosa y cortes les permitió al resto poder comunicarse con naturalidad con el muchacho, cada una diciéndole su nombre y en lo que se desenvolvía.
Las más confiadas y carismáticas incluso se acercaron hasta invadir el espacio personal de Izuku, esto con el propósito de ver a detalle al joven. Todo andaba increíblemente normal… incluso se veía divertido.
-"Tu serás quien le evalué durante su estadía"-le aviso dejándole libre de su agarre Ryuko-"La decisión de si se queda o no te la confió a ti"-le sonrió.
-"Quedarse…?"-pregunto confundida.
-"Si es que quiere, hay muchas otras agencias que están pidiendo su apoyo sabes? No fue fácil traerlo"-se retiro
Nejire solo se quedó viendo el espectáculo, la manera inocente en la que hablaba, el sonrojo en su rostro posiblemente por estar rodeado de tantas féminas. La curiosidad comenzó a picarle como nunca antes a la muchacha, quería preguntarle miles de cosas en estos momentos… pero algo le decía que no sería apropiado interrumpirle en su presentación.
La peliceleste le dio un mordisco a su cupcake a la vez que observaba escéptica al peliverde.
Hora del almuerzo
Obviando la extraña e incómoda bienvenida de cierta peliceleste, el muchacho de pecas ahora se encontraba relativamente bien a la hora del almuerzo. Sus compañeras de trabajo eran amables y simpáticas, ninguna le había hecho pasar un mal momento o siquiera mostrado indiferencia o disgusto.
Le gustaba este ambiente calmado y familiar, podía acostumbrarse a-
-"Hola!"-le saludo de repente Nejire, apareciéndosele de golpe enfrente suyo con su cabellera colgándole y sus pies mirando al techo. Izuku se atraganto-"Todo bien? Necesitas agua?"-le vio preocupada aun flotando de cabeza.
-"E-estoy bien…"-dijo mientras tosía-"Hola s-senpai…"-trato de sonreír.
-"Por qué no te sientas con el resto? No te agradan? Prefieres comer solo? Qué tipo de comida te gusta?"-comenzó a preguntarle.
-"Y-yo…uh…"-no supo cómo reaccionar ante lo veloz de sus interrogantes.
-"Te gustan los cupcakes? A quien no le gustan los cupcakes haha…!"-rio al mismo tiempo que sacaba el postre.
-"Que es e-esto…?"-cuestiono confundido y sorprendido Izuku, un pastelillo algo sucio y mordisqueado fue colocado en su mesa.
-"Bueno… se suponía sería un regalo de bienvenida"-explico sonriente Nejire-"No lo quieres?"-le vio triste.
-"Ahh…"-el joven juraba había una basurilla en el postre-"C-claro…!"-lo tomo de todas formas.
-"Te molesta?"-saco un bento a la vez que se daba la vuelta y se sentaba, ni siquiera le dejo responder al peliverde.
-"No…"-no había punto en divagar.
-"Entonces… Midoriya Izuku"-le vio mientras desenvolvió su almuerzo-"De donde dices que me conoces?"-pregunto.
-"E-estudiamos en la misma academia..."-contesto desconcertado.
-"En serio? No lo recuerdo…"-comenzó a comer sonriente.
-"Ya veo…"-se rasco la nuca no sabiendo que más decir.
La sensación de estar siendo observado obligo al muchacho a darse la vuelta y ver por la ventana transparente a todo el resto de las chicas mirándolos entre risillas. Tosiendo nervioso y avergonzado, Izuku fijo su vista nuevamente en la peliceleste, la cual ahora se encontraba alado suyo, viéndolo a escasos centímetros de su rostro con detenimiento.
-"Tienes pecas en otras partes? Tus ojos son verde jade o pasto? O quizá color plancton?"-rio por lo último.
-"Ah… verde n-normal? Y no, no t-tengo pecas en otras partes…"-nunca nadie le había hecho esa pregunta-"Auch…!"-se quejó al sentir uno de sus pelos ser arrancados de su cabeza.
-"Uhm… es bastante suave, me gusta"-sonrió Nejire palpando entretenida el mechón.
-"G-gracias…?"-se sobo adolorido el peliverde. El silencio que se creó le hizo sentir aún más fuera de lugar-"Bien yo uh…"-se levantó señalando la salida.
-"Ya te vas? Pero yo aun recién empiezo…"-le miro con ojos de cachorro la joven.
-"B-bueno…"-era difícil no sentirse enternecido por la peliceleste, la mayor era sin dudar alguna adorable-"Supongo que puedo…"-rápidamente fue sentado a la fuerza.
-"Y cuál es tu quirk? Puedes mostrármelo? Que tal un rápido patrullaje?!"-le empezó a medir y toquetear intentando adivinar su habilidad.
A pesar de estar siendo constantemente molestado por las interminables preguntas de su superior, Izuku no sentía ningún tipo de remordimiento o disgusto por la peliceleste. Nejire era como la versión pasiva de Kacchan, la diferencia radicaba en que ella no le insultaba o golpeaba, aunque si tuviera que compararlos… probablemente los dos tendrían en común la confianza que tenían por uno mismo.
-"Ahora que lo recuerdo…"-salió de sus pensamientos para observar a su compañera-"…como funciona exactamente tu quirk senpai?"-le vio curioso.
-"Así!"-le toco en su mejilla con un dedo, una pequeña onda se expandió por el cuerpo del peliverde-"Raro no?"-sonrió.
-"Pero… cómo es posible que puedas volar entonces?"-le vio confuso.
-"Me impulso con ondas en los pies!"-comenzó a levitar para señalar uno de sus pies.
-"Increíble!"-le miro emocionado, las ganas de aprender más acerca de la joven comenzaron a intrigarle a su lado fanático.
Era la primera vez que alguien que no sea ella misma le esté preguntando a tal punto de sentirse en una entrevista, la muchacha pronto se encontraría perdida en sus propios pensamientos tratando de recordar preguntas aún más retadoras que el peliverde le formulaba. Para el resto de las féminas que les observaban picaras, la escena no podía verse más perfecta entre dos personas curiosas por saber más del otro.
El tiempo se volvió relativo y ninguno se percató de la hora que era al momento de terminar su charla, cada que uno decía algo el otro relacionaba la palabra en su mente con algo completamente fuera de lugar… en la mayoría de sus casos Nejire. Para ambos no podía haber nada mejor que sumergirse en la cabeza del otro, los dos en búsqueda de más información que les ayude a comprender al otro a más detalle.
No es tan malo… dijo mentalmente la peliceleste, viendo sorprendida el dibujo que Izuku había hecho de ella en su cuaderno de notas. Era bueno dibujando, le gustaba como le había quedado su autorretrato.
Si no hubiera por la intromisión de su jefa, el par probablemente hubiera continuado con su charla hasta altas horas de la noche. Aunque hayan estado desde la tarde hablando, los jóvenes aun sentían que no sabían nada del otro…
Algo en el peliverde le causaba más curiosidad que de costumbre, algo más profundo y de cierta manera oscura. Sentía que el muchacho aún tenía guardada una historia que contarle… una historia diferente a las que había escuchado en toda su vida.
Pero preguntarle acerca de ese relato era muy pronto para solo conocerse un día. Incluso ella sabía respetar los límites entre algo personal y público.
Aunque nadie dijo nada acerca de interrogantes al azar a la hora de salida!
-"Que me dices de este panorama? Solo míralos!"-señalo con sus brazos abiertos a las masa de personas que regresaban a sus hogares a paso apresurado-"Siempre tan ocupados y serios!"-se elevó por encima de las personas.
-"N-no creo que debas utilizar tu quirk t-tan libremente senpai…"-le miro desde abajo Izuku.
Dado que el peliverde había venido de intercambio, el muchacho tuvo que rentar un departamento por estos lugares de la ciudad para no pasar por problemas de tardanza o viajes pesados. Enterarse de tal dato le había sacado una sonrisa resplandeciente a la mayor, por fin despues de tiempo podria disfrutar una caminata acompañada con alguien mas que no sea su música.
A los dos les gustaba caminar, es por eso que ahora se encontraban pasando por una de las intersecciones mas pobladas de la ciudad.
-"No respondiste…"-le vio enojada la peliceleste, aun flotando sobre las personas siendo totalmente ignorada por estas.
-"Podrias b-bajar primero? Es v-vergonzoso tener que gritar para hablar…"-la altura a la que se encontraba su compañera era considerable.
-"Por que mejor no usas tu quirk y salimos volando de aquí! Como en las películas de acción en las que saltamos de techo en techo"-se explico mientras descendia.
-"No creo sea una buena idea…"-sonrio divertido-"A las personas no les gusta que salten sobren sus techos"-hablo por experiencia.
-"Bien…"-retomo su caminata junto al peliverde-"Que contestas entonces?"-miro alfrente.
-"Bueno… creo que c-cada uno tiene su forma de comportarse en la sociedad…"-le era algo extraño hablar serio-"No todos somos tan sobresalientes o especiales"-el recuerdo de su infancia le vino a su mente.
-"Si bueno, el ser el igual que al resto no debería quitarte la curiosidad"-fijo su vista en un árbol por el que pasaban-"Mira esto por ejemplo!"-jalo de la mano al peliverde-"Este amigo se ve prehistórico y solo a mí se me ocurrió la cliché idea de tallar mi nombre!"-señalo sus iniciales en lo alto del tronco.
En efecto el árbol se veía viejo, ignorando el hecho de que la mayor probablemente haya usado su quirk de nuevo para elevarse y escribir su nombre en lo alto del tronco. Izuku no pudo evitar sentirse feliz de haberse topado con tan intrépida y curiosa chica… la cual ahora estaba sentada en una de las ramas del árbol como si nada le importase.
Por un momento el muchacho creyó verla con pelo y piel rosa, riendo y jugando de la misma forma que su amiga.
-"Si yo viera esto en la calle no dudaría en pararme a contemplarlo si quiera unos segundos…"-acaricio el tallo Nejire.
El par continuo su recorrido luego de unos minutos, Izuku ahora sentía conocía mejor a la muchacha. Nejire por su parte, disfrutaba de la compañía del peliverde con ganas, sabía que pronto tendrían que tomar diferentes caminos, a la peliceleste le hubiera gustado tenerlo de vecino en estos momentos.
Time skip
No tomo tanto tiempo como pensaba el familiarizarse con el peliverde, ya que ambos eran los únicos que Vivian en esta parte de la ciudad, sus encuentros casuales terminaron por convertirse en algo habitual y común. Era raro el día en que no se topasen en el camino del otro, si de por si trabajar juntos era pasar mañana y tarde juntos… imagínense las coincidencias que tenían los sábados y domingos.
Los dos eran seres humanos, los dos tenían la necesidad de ir de compras por suministros, productos básicos para sus viviendas entre otros. De igual forma a ambos les gustaba distraerse, a quien no le agradaba pasar un sábado de un lugar a otro por los hermosos parques de esta ciudad, si no te gustaban los lugares abiertos siempre podías ir a otros establecimientos que ofrecían entretenimiento o trato especial.
Fue difícil el volverse cercanos, por lo menos para Izuku…
La actitud viva y única de la peliceleste era algo de lo que el peliverde nunca había lidiado antes, su espíritu libre e aventurero por la búsqueda del conocimiento a su alrededor le era difícil de comprender al principio. Ajustar sus rutinas y horarios para que estas ahora sean en modo cooperativo fue un reto, según la mayor… las cosas siempre eran mejor entre dos o más personas.
La apariencia primaveral y fresca que tenía combinaba a la perfección con su forma de desenvolverse, ser una heroína no significaba para ella ser seria y precavido las veinticuatro horas del día. Era en verdad única… especial.
Todos esas mañanas de correr junto a ella y su pequeña mascota por el parque más grande la ciudad fueron divertidas, mas no seguras para quienes estuvieran cerca en esos momentos. Salvaje y confiada, Nejire hacia vueltas enteras a todo el parque en cuestión de segundos provocando fuertes vientos y uno que otro susto a los ancianos que solían encontrar sentados jugando ajedrez.
Más de una vez fue necesaria su intromisión para evitar que esta se golpeara con un árbol o se quedara sin energía para seguir flotando y cayera raspándose todo su rostro y ropas. A pesar de su constante preocupación Izuku terminaba por disfrutar cada minuto de las carreras que tenían por ver quien hacía más vueltas en menos tiempo.
Ochako Jr era el más justo de los árbitros que pudiera existir para sus carreras.
La compañía que tenía no solo era bien recibida por su mascota, sino que la propia peliceleste ahora no podía evitar sentirse bendecida por tener a tan comprensible y considerado compañero para su día a día. Le encantaba tener sesiones de entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo con el peliverde, poder liberar toda su fuerza sobre el inmovible y tenaz muchacho se sentia de maravilla.
Obviamente ninguno de sus ataques iba con la intención de hacerle daño de verdad… pero de vez en cuando le gustaba probar su suerte dejándose llevar con una fuerte onda de choque que sacaba volando de golpe a su amigo. Poder ser ella misma era lo que necesitaba desde hace tiempo, sentirse aceptada y despedirse de esa sensación de soledad por la que pasaba al vivir en esta zona de la ciudad.
Pero había algo más… un sentimiento de dependencia y cariño hacia al muchacho. Verlo abrirse frente a ella fue algo increíble, ver como poco a poco este iba comportándose diferente estando con ella.
Le hacía sentir especial saber que Izuku la trataba distinto al resto, le provocaba una calidez indescriptible en su interior. Saber que había alguien que aguantaba tus tonterías con todo el gusto del mundo lo era todo para ella, porque el peliverde se había vuelto de vital importancia en su vida fue la razón por la que Nejire decidió invitarlo a pasar una pijamada en su posada.
El preciado recuerdo de las risas y juegos que hacían al ver películas o series contemporáneas en su apartamento quedarían impregnadas en el lugar. Esa noche a las doce de la noche, cuando los dos ya se encontraban exhaustos de tanto criticar burlonamente las dramáticas series para adolescentes... fue donde todo cambio.
Pensar que te enamorarías de tu mejor amigo con una botella de leche chocolatada en una mano y con galletas de fresa en la otra, era algo que nunca se hubiera imaginado sucedería de tal forma. La historia del trágico y agrio pasado del peliverde le había tocado en lo más profundo de su corazón, enterneciendo su inexperto cerebro a tal punto de sentirse culpable de no estar ahí para el como él lo estaba ahora para ella.
Tocar sus cicatrices con delicadeza mientras escuchaba la historia detrás de como las obtuvo, tomar su mano antes de que este quede en un profundo sueño por estar narrándole toda su vida sin que se diera cuenta. Por primera vez en su vida la curiosa muchacha había deseado no ser tan curiosa con lo que le rodeaba…
…si ese hubiera sido el caso, luego de que Izuku hubiera quedado dormido… esta no hubiera roto en lágrimas por lo triste de su historia.
Las cosas no volverían hacer las mismas nunca más después de esa noche, como podrían volver a serlo si cada vez que el peliverde se le acercaba esta sentía su corazón bombear sangre a mil por hora. Era la primera vez que se enamoraba en su vida, hubo intentos antes, es verdad… pero ninguna comparada a esta.
Esta era verdadera y llena de sentimiento, la peliceleste sentía que el resto de su vida dependía de lo que decida hacer con todo lo que tenía guardado en su interior. Y es por eso que la heroína se pondría manos a la obra en su plan perfecto para conquistar al joven pecoso.
Siempre asegurándose de añadir algo nueva a su imagen antes de ir a trabajar, intentando hacer todo el contacto físico que podía en sus jugarretas, incluso comenzando a poner de tema de conversación las relaciones pasadas u opinión acerca del amor. Tópico del que no salían hablar muy a detalle, por el simple hecho de que no les parecía del todo interesante.
Prácticas de confesión con Ochako Jr, invitaciones más seguidas a su apartamento o al cine... nada.
Que es que acaso a este hombre no le llegaba ninguna señal? Como se supone iba a ser la madre de sus hijos si su marido ni siquiera podía notar el clásico movimiento de descansar su cabeza en su hombro?!
-"Ugh…"-se sobo adolorida su cabeza la muchacha-"…por que…?!"-se dejo caer sobre su escritorio.
-"Te has puesto a pensar en que el tal ves sabe de tus sentimientos?"-hablo Ryuko, quien habia visto el estado de su pupila y termino por decidir quedarse.
-"Si es asi por que no hace nada…"-hablo deprimida y desganada.
-"No lo se… quizá no busca novia o ya tiene una, tal vez solo no esta en busca de una"-dijo mientras dejaba un monton de papeles en su escritorio-"tambien queda la posibilidad que sea gay o que solo te quiera como amiga"-sus palabras le golpearon directo en el pecho de la joven.
-"Supongo que moriré sola entonces…"-decayo aun mas.
-"Relajate"-le sonrio la heroína-"Ambos son bastante parecidos, estoy segura que cuando llegue el momento algo surgirá"-le revolvió su cabeño.
-"Y cuando sera eso…?"-le miro algo esperanzada.
-"No lo apresures, aun son jovenes… lo averiguaran a su tiempo"-abrio y cerro la puerta, dejando a la peliceleste por su cuenta-"Por cierto!"-regreso de golpe-"Vamos a realizar una pequeña fiesta por el aniversario de la agencia, Midoriya y tu serán los encargados de los arreglos"-le guiño-"Quia sea buen momento de mostrarle algo especial"-sugirio.
Que mas podia hacer? Ya lo habia intentado de todo! No le quedaba nada en su arsenal que no haya probado...
-"Porque eres tan negativa…"-miro decaída la foto del autorretrato que Izuku le había obsequiado y ella había puesto en un recuadro para su escritorio.
Ojala pudiera ser buena en otra cosa que no sea decoraciones, le gustaría regalarle algo que ella misma haya hecho con sus propias manos…
…
Una idea resplandeció como su última esperanza en su cabeza, una algo arriesgada y nunca antes hecha pero seguramente inolvidable! Determinación se vio en sus ojos antes de comenzar a idear el plan perfecto.
Un tiempo después
Luego de toda una tarde estar haciendo preparativos y decoraciones junto a su mejor amiga, Izuku por fin había terminado sus deberes y ahora se dirigía en búsqueda de su compañera peliceleste. Le extrañaba un poco que la mayor estuviera algo silenciosa en el trayecto del día, normalmente siempre solían charlar sin parar…
Mas hoy las únicas palabras que escucho salir de su boca fueron "Seis en la azotea!" cada vez que intentaba hablarle acerca de algo muy importante que le habían avisado la muchacha solo respondía de esa manera.
Por fin después de horas, Izuku descubriría para que o cual fue la razón de que su compañera le citara al techo de la agencia. El camino al tan afamado lugar fue iluminado con pequeños focos navideños en las escaleras, una nota en la puerta que decía "toca antes de entrar" le causo algo de gracia.
Toco dos veces más nadie nunca le abrió, podía escuchar todo tipo de sonidos venir del otro lado, entre ellos la familiar voz de su amiga.
-"Senpai…?"-decidió adentrarse sin esperar más, la luz del atardecer le cegó por unos segundos. La silueta de la joven fue lo primero que vio al recuperar su vista.
-"Es Nejire…"-dijo en voz baja, incluso después de meses de amistad le seguía llamando de esa manera-"…hola"-le miro seria.
-"Que es esto…? Porque estas tan arreglada?"-le miro confundido, el vestido elegante que tenia de blanco y negro le pareció intrigante además de lindo.
-"Cállate y ponte esto"-se acercó para intentar ponerle una prenda en sus ojos a la fuerza.
-"Ok ok! Pero n-no hagas nada raro…"-se dejó quitar la vista algo incómodo. Por experiencias pasadas Izuku había aprendido a desconfiar en su amiga en este tipo de actividades.
Un largo suspiro escapo de sus labios al ver que ya todo el terreno estaba listo, tragando saliva con dureza, la muchacha se puso en posición de baile, su temblorosa mano se entrelazo con las del peliverde insegura.
-"Nejire…?"-sentía que esto iba enserio, podía notar lo tensa que estaba su amiga.
-"Si no me sostienes ahora vas a caerte…"-le advirtió sonrojada.
-"Que quieres decir-Wow!"-sus pies comenzaron a flotar, por instinto el muchacho se aferró como gato a la rojiza peliceleste.
Estar siendo abrazada con tanta fuerza contra su pecho no era algo fácil de lidiar, podía oler su aroma y escuchar sus latidos, la pobre heroína comenzó a elevarse por los cielos tambaleantes.
-"E-estamos volando verdad?! Dios… N-nejire que tan alto estamos…?!"-pregunto asustado.
-"Ve por ti mismo…"-contesto calmada, mas su corazón estaba a punto de salirse de lo alterado que estaba. La venda que le puso la lanzo lejos.
-"Ok! Ok! E-esto es…"-le corrió un escalofrió, estar por arriba de las nubes ya era bastante alto-"…por qué e-estamos aquí exactamente…?"-pregunto nervioso.
-"Quería bailar"-hizo contacto visual.
-"P-pero y si caemos…!?"-siguió abrazándola con fuerza, evitando así caer.
-"No lo haremos, ahora…"-se separó del amarre para verlo más claramente-"…quieres bailar…?"-le vio esperanzada.
-"Y-yo…!"-quería decirle que no, que esta era una de esas locas ideas de las que odiaba lidiar a veces… mas no se lo dijo.
Poco a poco Izuku fue estabilizándose, adaptándose a la armonía y el espectáculo en el que se encontraban, el viento era suave y el atardecer hermoso. No tenía idea de cómo exactamente le harían para bajar… pero que podía perder estando aquí arriba?
-"Bien… b-bailemos"-le tomo de la cintura aun algo nervioso. Una sonrisa se formó en el rostro de su amiga.
Poco a poco el par fue sincronizándose, el peliverde se dejó llevar por su amiga, se sentía como estar pisando un piso invisible, el vértigo fue reemplazado por comodidad y entonces ambos comenzaron a disfrutar del baile sin música. El sol se ocultó indicando que ya iba siendo hora de bajar, tampoco querían ser atropellados por un avión en pleno vuelo después de todo.
No hacían faltas palabras para comprender lo que su compañera trataba de decirle, así que en vez de eso Izuku decidió abrasarla. Había sido una experiencia inolvidable y única en toda su vida, sin embargo… para su amiga un simple abrazo no había sido suficiente.
-"En verdad creíste que después de todo esto solo aceptaría un abrazo!?"-le vio furiosa e enamorada la peliceleste.
Antes de que siquiera este pudiera hablar, los frescos y suaves labios de la mayor ya hacían sobre los suyos devorándolos como si no hubiera un mañana, no sabía cómo reaccionar ante tan repentina acción… es más… Izuku sentía como si le hubiesen dado un puñetazo de hierro en su rostro. Su visión se oscureció tras soportar unos segundos más el roce, luego el muchacho cayo inconsciente dejando desconcertada a su acompañante.
-"Oh… rayos…"-recordó que de vez en cuando sus emociones se mezclaban con su habilidad, provocando liberar poderosas ondas a quienes estuvieran cerca.
Bueno! Tenía que verle el lado positivo! Por lo menos no la había rechazado a fin de cuentas.
Epilogo
La champaña era pasada como si de un tesoro se tratara, el día del aniversario de la agencia de la heroína dragona había llegado y la celebración no se hizo esperar. Los rostros contentos de las féminas y la misma jefa no tenían comparación, el ambientado y la decoración era fenomenal… pero donde estaban los responsables de tan buena fiesta?
Los lujuriosos y apasionados jóvenes ya hacían en el tejado de la agencia, disfrutando del calor que el otro le brindaba con regocijo e amor.
Una noche juntos haciendo algo más que no era ver la televisión termino por ser suficiente experiencia para que el par ahora se sentían como los mayores expertos en este tema. Con sus largos e intensos besos que les dejaban jadeantes, sus toqueteos y caricias a las partes descubiertas de tela…
El montón de champagne que habían estado bebiendo antes de escabullirse a escondidas también les incitaba a estar con los aires de querer sentir a su pareja. A diferencia de la noche pasada en la que ambos eran inexpertos e inseguros, su ligue actual era más libidinoso y salvaje.
La brisa fría del viento no les pareció un inconveniente al par, el cual ya se encontraba en pleno coito, los ansiosos jóvenes no tuvieron paciencia en su juego de fuego. Nejire se cubría la boca con fuerza evitando así dejar salir gemidos que probablemente sean escuchados por sus compañeros de trabajo, la sensación aplastante del acto la estaba volviendo loca.
A diferencia de su pareja, el supuestamente más precavido de los dos no parecía estar siendo del todo cuidadoso en estos momentos. Con sus estocadas rápidas y bruscas este no parecía tener intención alguna de darle un descanso a la ofuscada peliceleste que tenía contra la puerta de entrada.
Quizá era el calor del momento… o quizá el peliverde solo pasaba por un momento de prueba de hombría al querer escuchar a su pareja disfrutar tanto como él.
-"T-terminaste…?"-pregunto entre jadeos su compañera-"...si es a-así deberíamos ir bajando…"-la sensación entre sus piernas aún era fuerte.
-"Aun no…"-dejo que su pareja se enderece un poco antes de lanzarse a por ella una vez más.
Tener a tan poderosa y temida heroína repitiendo tu nombre mientras te observaba embobada e extasiada de placer era algo que Izuku nunca olvidaría, era como su manera de vengarse de ella por todos los líos en el que le involucraba a diario. La falda que antes le llegaba hasta por un poco más arriba de sus rodillas ahora le parecía absurda al peliverde, solo fue necesaria una mano para sostener todo su peso, mientras que la derecha tomaba con fuerza una de sus enrolladas piernas en su cintura, la otra levantaba con fuerza ambas manos de la muchacha por arriba de su cabeza.
No sabía exactamente por qué hacía lo último… pero eso poco le importaba ahora mismo.
Apoyada de espaldas contra la fría puerta, la peliceleste ya se encontraba en las últimas de su apasionada sesión de amor. Apretando sus dientes con fuerza y cerrando sus ojos de la misma manera, Nejire pronto se encontraría viendo borroso por la intensidad con la que había llegado al orgasmo.
Llámenla pervertida… pero a la satisfecha joven no pudo evitarle venir una idea algo lujuriosa, en la que su reciente pareja estaba involucrada. Se podía hacer magia con un poco de alcohol y una mala película romántica un fin de semana en su apartamento.
-"Puedes p-pararte…? E-estas bien…?"-le vio preocupado de que la hubiera lastimado.
-"Dame u-unos segundos…"-aún no se encontraba del todo en la tierra-"Estoy toda sudada y agitada…"-se señaló a sí misma.
-"Lo siento…"-se disculpó apenado.
-"Tu estuviste increíble"-le dio un beso en su mejilla-"Fui yo quien no debió siquiera pensar en esto, es decir… míranos!"-sonrió divertida-"Que es exactamente lo que les diremos al bajar?"-bufo bromista mientras se arreglaba a duras penas.
Una idea paso por la cabeza de Izuku, una de la que él no estaba del todo seguro le gustaría… pero todo sea por su nueva musa de la curiosidad.
-"Si quieres… podemos salir de aquí… uh… saltando de techo en techo…"-ofreció decepcionado de yo del pasado.
Sentir como su novia se lanzaba con fuerza sobre su espalda fue la respuesta que este obtuvo.
-"Como Batman y Robin!"-señalo alegre al horizonte Nejire.
-"Si…"-le vio enternecido antes de activar su quirk y ponerse en marcha a quien sabe dónde.
A pesar de que todo había salido bien para el par, Izuku nunca tuvo la oportunidad de decirle a su amada que de ahora en adelante tendría una hija adoptiva. Después de tiempo de estar en conflicto con algunas autoridades, el muchacho ahora por fin tendría la custodia de la pequeña Eri que tanto añoraba por volver junto a él.
Aunque él no fue el único que tenía que decirle algo a la peliceleste.
Supongo que será para otra ocasión dijo mentalmente sin mucha importancia Ryuko, quien tenía un comunicado para su pupila con el escrito en letras mayúsculas "Nueva propietaria".
Las noticias de que dos escandalosos jóvenes estuvieron saltando de techo en techo fue el tema de muchos en la ciudad por muchos días.
Nejire era la chica más suertuda del mundo, la vida se lo estaba haciendo saber poco a poco.
Se supone esto iba a tener más drama… pero al final decidí dejarlo aquí.
Lamento la ausencia de varios días, estoy pensando seriamente en un proyecto del que no estoy seguro me dará resultados inmediatos…
Ya luego avisare si es que este proyecto se lanzara o no. No pienso abandonar mis historias de ninguna manera, pero no esperen actualizaciones muy seguidas de ahora en adelante.
Gracias por leer!
-evolvelove