Gracias por los dos reviews! c: seguiré en esto. Falta mucho para septiembre 27 llegue;; esperemos que la temporada 19 esté llena de Barson :')


2. Ira


Elliot Stabler.

El nombre lo golpeó como una docena de ladrillos, y entonces toda la emoción y la adrenalina causada por el momento abandonó sus facciones para dejarlo simplemente inmóvil, de pie frente a Fin con la mirada perdida. Rafael sabía quién era Elliot Stabler, lo había escuchado múltiples veces en varios juicios pasados, por ejemplo en el momento que se reencontró con Lewis en la corte y él dijo que Olivia había mencionado las "fantasías románticas" que tenía con su antiguo compañero en el último día que estuvieron juntos. Eso no podía significar nada bueno. Dejó que la preocupación creara líneas en su frente, y comenzó a sentirse asfixiado, escuchando de fondo las voces de Olivia y Elliot probablemente discutiendo dentro de su oficina. Sus ojos verdes se centraron en Fin quien lucía visiblemente más calmado que antes, Amanda se notaba un poco confundida pero al mismo tiempo se notaba que sabía algo, y Carisi y Dodds simplemente estaban perdidos.

Barba no sabía cómo más reaccionar; comprendía que Elliot significó mucho para Olivia, pero él siempre había creído que había sido algo del pasado y que la teniente finalmente lo había superado. Al parecer estaba equivocado.

—¿Qué demonios pasó con Elliot Stabler? —Dodds preguntó genuinamente confundido, articulando el mismo cuestionamiento que rondaba por la mente de Sonny. Entonces Fin comenzó el relato, describiendo de la manera más breve posible la relación entre Olivia Benson y su primer compañero en Víctimas Especiales, Elliot Stabler. Rafael tuvo la gran necesidad de sentarse, aproximándose a la silla más cercana y tomando asiento, inclinándose hasta que sus codos tocaran sus rodillas y escondiendo su rostro entre sus manos. La voz de Fin sonaba un tanto alterada, pero no era como si el abogado realmente la estuviera escuchando. ¿Por qué Elliot Stabler regresó justo cuando se sentía dispuesto a decirle todo lo que sentía a la teniente?

—¿Entonces ellos dos estaban…enamorados? —Rollins cuestionó detenidamente, digiriendo la pregunta mientras la decía en voz alta. El cuestionamiento fue suficiente para que Rafael saliera de ese pequeño trance en el cual se encontraba y levantara el rostro, buscando en la mirada de Fin un ápice de negación que nunca pudo encontrar. El detective Tutuola simplemente suspiró y echó la cabeza hacia atrás. Barba sintió como si su corazón se rompiera lentamente, provocándole un dolor agudo que lo recorrió hasta la cabeza.

—Tantos años junto al otro…, ¿y nunca hicieron nada? ¿Nunca tuvieron ningún contacto? —Carisi preguntó, arqueando ambas cejas en duda. Rafael temió por la respuesta y se estremeció, impacientemente esperando la contestación del único detective que sabía la historia. Fin negó con la cabeza.

—Nunca. No fue falta de ganas, pero ambos sabían que no era lo correcto. No sé por qué Elliot está aquí, pero él no merece una segunda oportunidad. Le hizo mucho daño a Liv —el detective dejó mostrar sin preocupación alguna su pleno y genuino coraje, y Barba sintió como si el lugar comenzara a asfixiarlo. Miro hacia atrás para ver la oficina de Olivia, notando que la misma estaba con todas las persianas bajadas, imposible de saber qué era lo que estaba ocurriendo dentro de esa habitación. Barba bajó el rostro sintiéndose de alguna forma abatido, y por esa razón se puso de pie abruptamente, recibiendo la sorprendida mirada de todos, quienes se limitaron a no preguntar nada sobre la actitud misteriosa del abogado. Rafael caminó con paso firme hacia el ascensor, y no fue sino hasta que las puertas del mismo se cerraron cuando dejó soltar un suspiro, relajando sus músculos y recargándose contra la pared del elevador, cerrando sus ojos verdes y diciéndose a sí mismo que se tranquilizara. Entonces regresó a su oficina distraído y apenas consciente de lo que hacía, encerrándose en su miseria y sumergiéndose en su trabajo.


Olivia, sorpresivamente, entró en su oficina horas después acompañada de Dodds y Carisi. Los tres estaban callados, y su motivo de visita era porque iban a recoger la orden para poder adentrarse en el departamento de un sospechoso, algo que a Barba se le había olvidado pedir. No lo recordó sino hasta que los vio entrar por su puerta, e inmediatamente se puso de pie, analizando las facciones de la teniente con cuidado para tratar de identificar alguna emoción.

—Abogado, hemos venido por la orden —Carisi dijo sonando menos emocionado de lo usual. Olivia se recargó en la mesa que tenía en el centro de la oficina; lucía cansada, incluso Barba podía notar sus ojos rojos. ¿Acaso había estado llorando? Dodds estaba de brazos cruzados, de pie a un lado de la teniente—. ¿Abogado? ¿Está todo bien?

—Lo siento, detective, aún no la he pedido —su respuesta quedó pocos segundos en el aire, pues en un instante Olivia había logrado cruzar toda la habitación con paso marcado hasta quedar frente a frente con Barba, quien se sintió ligeramente intimidado por esa reacción.

—¿Se te ha…olvidado? —la teniente preguntó, arqueando ambas cejas y señalándolo con el dedo. Barba torció la boca, encogiéndose de hombros—. Te lo pedimos hace horas, ¿y se te ha olvidado?

—Lo siento, Liv, tengo mucho trabajo. Iré a pedirla en seguido —trató de comenzar a caminar hasta la salida, pero la voz de Olivia lo detuvo.

—¿Estás seguro que puedes hacerlo? Tu incapacidad en recordar cosas tal vez afecte tu desempeño en tú único trabajo —su voz sonaba extrañamente peligrosa, un tono que Rafael no había podido escuchar ser dirigido hacia otra persona más que a los criminales con los que lidiaban todos los días. También se sintió ofendido, dándose la vuelta lentamente hasta estar una vez más encarando a Olivia, quien tenía ambas cejas arqueadas, una sonrisa incrédula plantada en sus labios.

—¿Dijo algo, teniente? —preguntó, inconscientemente apretando la mandíbula.

—Escuche, abogado… —oyó la voz de Carisi en algún lugar de la habitación tratar de minimizar la tensión que se podía sentir. Olivia lo seguía mirando con plena molestia. Rafael levantó una mano hacia el lugar de donde supuso provenía la voz de Sonny.

—No, está bien, detective. Si la teniente tiene algo que decirme, que lo diga —bajó su mano lentamente, dando un par de pasos al frente—. ¿Y bien, Olivia?

—Sólo ve a hacer tu trabajo, Barba. ¿Es mucho pedir? Porque esa orden ya debería de estar lista, pero al parecer ni siquiera eso puedes hacer.

—Hay decenas de fiscales aquí, si me crees tan incompetente, ¿por qué no se la vas a pedir a uno de ellos si tanto la necesitas? —Rafael preguntó. Sabía que estaba siendo un tanto infantil, pero estaba molesto con ella. ¿Cómo se atrevía a descargar el coraje que probablemente sentía gracias a Elliot en la única persona que realmente la amaba? Se sentía como una traición.

—¿En serio quieres que haga eso? —levantó la voz. Era raro que Olivia lo hiciera tan pronto—. Porque puedo hacerlo, Barba. ¡Puedo hacerlo y lo voy a hacer! ¿No me crees capaz? —Rafael mantuvo el contacto visual, y trató de que no se dejara mostrar el estremecimiento que su cuerpo sintió al escuchar las frías palabras de la teniente.

—¡Entonces hazlo, Olivia! ¡Yo no sólo trabajo por ustedes, y preferiría dejar de hacerlo si vas a venir a decirme qué tan inútil soy en lo que hago! —Rafael pudo haber gritado muchas cosas más, pero prefirió quedarse callado, tragándose todas esas palabras que anhelaban salir de su boca desde hacía días, meses y años.

—¡Es justo lo que voy a hacer, Elliot! —y todo cayó en silencio, como si el mismo nombre hubiese afectado a todos por igual. La expresión de enojo del rostro de Rafael desapareció, y los ojos de Olivia se enrojecieron aún más, quedando en una clase de trance mientras analizaba lo que acababa de decir. Dodds se acercó a la teniente y colocó su mano sobre su hombro.

—Creo que es mejor que nos vayamos, teniente —susurró. Barba se sentía destrozado. Bajó la mirada, retrocediendo un paso, negando con su cabeza. Olivia pareció murmurar algo, pero antes de que pudiera volver a verla ya se había ido junto con Dodds. Carisi se acercó al abogado a tientas.

—Es claro, abogado, que la teniente no dijo nada en serio —Rafael pudo asentir. Sentía como si se estuviera asfixiando con tanta agonía que asaltaba su pecho en esos momentos.

—Les conseguiré esa orden de inmediato —levantó la mirada y vio a Sonny asentir. Después de eso se encaminó hacia la puerta, tratando de ignorar el dolor que atacaba su corazón de manera tan punzante.


No siendo capaz de volver a encarar a Olivia, Barba le llamó a Fin para que recogiera la orden. Se sentía abatido y su cabeza lo estaba matando; no lograba sacarse de la cabeza las palabras de la teniente, y esa fue una de las razones por las cuales llamó al detective Tutuola: quería saber todo al respecto. Cada detalle que hubiera omitido, cada historia que supiera, cada experiencia que había vivido Olivia con Elliot Stabler. Necesitaba aclarar sus dudas.

Tiempo después, Fin llegó acompañado de Rollins. Al ver a la detective no pudo evitar poner sus ojos en blanco, pero en cuanto los dos entraron, se puso de pie, dándole a Amanda la orden.

—Gracias abogado —Rollins le sonrió, asintiendo, comenzando a caminar hacia la salida. Fin le asintió a Barba de igual forma dispuesto a seguir a Amanda, solamente que fue detenido por la mano del abogado, y al voltearlo a ver Fin pudo notar la urgencia existente en los ojos verdes de Rafael. Al notar que su compañero no estaba a su lado, Rollins miró hacia atrás y pudo notar la silenciosa interacción entre Barba y Tutuola—. Me voy a adelantar, chicos —murmuró, saliendo de la oficina y cerrando la puerta tras de sí.

—¿Qué pasa, abogado? —Fin preguntó una vez Rafael lo soltó y vio que un suspiro frustrado escapaba de sus labios. Se frotó las manos contra el rostro, yéndose hacia el escritorio y tomando asiento en la orilla del mismo. Tutuola frunció el entrecejo sintiéndose consternado, quedándose de pie en el mismo sitio esperando una explicación. Barba se había acobardado de pronto; estaba dispuesto a exigir respuestas, pero ahora el palpitar de su corazón lo ponía en duda. Pero comprendió que su curiosidad era mayor que el miedo de quedar en ridículo frente a Fin y exponer su embarazosa situación.

—Liv me llamó Elliot cuando vino a recoger la orden —el detective amplió sus ojos, sin embargo no dijo nada—. Estábamos discutiendo, y estaba tan molesta porque olvidé pedir la orden, que me llamó Elliot. Yo…, escucha Fin, me dolió mucho —suspiró la última palabra sintiéndose vulnerable.

—Ella estaba siendo dirigida por sus emociones, no puedes tomarla en serio.

—¡Eso! —exclamó espontáneamente provocando que Fin se sobresaltara, pues nunca había tenido una verdadera conversación con el abogado, y la situación le parecía un tanto bizarra—, quiero saber…quiero saber cuáles son las emociones de Olivia hacia…Elliot.

—¿Hacia Elliot? —Fin preguntó ligeramente confundido—. ¿Quieres saber qué sentía Olivia por Elliot? —el abogado asintió—. Bueno, esto me puede tomar un poco de tiempo…

—Lo necesito saber, Fin. Por favor —el detective frunció el entrecejo sintiéndose confundido por la necesidad que podía notarse en el tono de voz de Rafael, pero aún así tomó asiento en una de las sillas que estaban frente al escritorio del abogado. Comenzó a mecerse en la misma, pensando en qué decirle a Barba.

Sería una larga tarde.


Gracias por leer!