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¡Hola! ¡Lo prometido es deuda! .o.)9 Les dije que lo terminaría en diciembre, y aquí tienen el cap final. Ha sido un fic sumamente entretenido de escribir y espero que también lo haya sido al leer. Probablemente pronto suba un fic especial para diciembre, que es en canon... :x Gracias por su apoyo, gracias por sus maravillosos comentarios que sin ellos no tendría ni el ánimo ni el valor para publicar. xD

¡Que disfruten el final!

¡Gracias a todos vosotros que habéis leído y animado mi vida con un comentario!

NwN/

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Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece. Pertenece a Hiro Mashima.


Referencias De Lectura:

Diálogo.

«Pensamientos»

Narración.

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Diez

Los Finales Suelen Ser Nuevos Comienzos

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Ninguna de las presentes jamás había escuchado tanta agonía.

Pero debían continuar por su bien.

Erza sintió la magia oponiéndose a ella, era un dolor electrizante que casi paralizaba sus músculos y que jugaba con cada una de sus terminaciones nerviosas, en ese momento entendió porque su condición sin magia era una ventaja según su madre, solo sentía un pequeño porcentaje de lo que debería sentir, si fuese una maga completa no soportaría ese dolor.

El dolor que él sí estaba sintiendo.

Perdóname… ―apenas pudo susurrar al ver lágrimas salir de sus ojos y escuchar sus gritos, era peor presenciar eso a sentir como la sangre había llenado sus manos al clavarle la espada―, pero esto es para salvarte…

Er…za… ―pudo balbucear él, sus ojos se abrieron un poco y ella pudo ver como él no la culpaba de nada.

Estarás bien… ―la joven bajó su frente hasta chocar con la de él y utilizando toda su fuerza terminó de penetrar en su corazón.

Y entonces la habitación se llenó de un sonido de quiebre.

¡Ahora, Heine! ―Ordenó Irene cuando la magia retenida de Jellal comenzó a salir, la luz que despedía era casi cegadora pero la joven se las ingenió para redirigirla al objeto mágico que la retendría, por su parte Irene aumentó el poder mágico en su círculo mágico, pero al ver como su alumna batallaba por mantener ese flujo mágico extendió una de sus manos para ayudarle.

No esperaba que tanta magia estuviese retenida.

Wendy, detén tu Deus en él y úsalo en Heine ―la futura reina destinó otra parte de su magia a la magia protectora de Juliet ya que era mucha más magia de la prevista y temía que se rompiese―. Heine―habló lo más alto y claro que pudo para poder ser escuchada en medio de los gritos del mago y el sonido de la magia―, el retenedor no será suficiente, debemos solidificar la magia, cuando cuente hasta tres dejarás de tratar de controlar el flujo y ayudarás a Juliet en la barrera ¿Comprendes?

La joven le miró nerviosa, casi aterrada.

¡S-sí, señora!

Uno ―Irene comenzó a concentrar más de su magia―, dos, Heine traspasó una parte de la suya a la protección y Wendy utilizó un segundo Deus en Juliet que sorprendió gratamente a su maestra―, tres… ―en ese momento una poderosa ráfaga mágica salió de Lady Belserion, dos enormes alas rojizas salieron de su espalda y el flujo mágico proveniente de Jellal pareció pequeño en comparación con la magia que lo envolvió y comenzó a dominar.

Señora… ―las tres aprendices le miraron sorprendidas, nunca habían visto a nadie usar la manera avanzada de la magia dragon slayer; y, a pesar de que no era su forma completa, era tan asombrosa como aterradora.

ELECTENTAS SOLIDFIATELARE MAGIATUS REGENTA ―proclamó, su voz era poderosa, mucho más de lo normal, como si una segunda voz se alzase junto con la de ella―. ¡ETHERIUS PROCUKLUTAMAE ECLENTIS! ―el flujo mágico comenzó a solidificarse y luego de varios minutos la intensidad disminuyó hasta ser un caudal regular que permitió a Irene disminuir su propio poder mágico y reducir la carga que había puesto sobre sus tres estudiantes que luchaban con el agotamiento de mantener la protección mágica.

¡JELLAL! ―Erza casi flaquea al sostener la espada cuando dejó de sentir su corazón latir―. ¡JELLAL!

¡Wendy ahora! ―Irene atrajo todo el restante de la magia proveniente del azulado, una enorme lácrima se apoderaba de media habitación, la joven aprendiz enfocó toda su magia en el mago y el brillo verde que lo envolvió devolvió el latir de su corazón e hizo volver la sangre en las manos de la antigua princesa, la ropa y la cama a él―. Puedes retirar la espada, Erza… ―indicó y con mucha dificultad su hija comenzó a removerla, sus músculos parecían atrofiados debido a la intensidad casi eléctrica de la magia, aún así fue capaz de removerla sin quejarse.

Todo lo que le importaba ahora se reducía a él.

¿Jellal? ―le llamó en un murmullo, el círculo mágico bajo ellos cambió de color y su madre llevó su mano hasta donde antes estaba la marca en el rostro del joven.

Deberé colocar un sello de protección en lugar del que tenía, espero no te moleste ver esa marca de ahora en adelante―Erza solo asintió, su atención estaba puesta en el respirar de él, Irene retiró su mano dejando una marca similar a la anterior, mas ahora el símbolo tatuado se asemejaba a la cruz del escudo del reino Dragnof―. Pueden descansar, chicas ―sus alumnas simplemente se dejaron caer al suelo completamente agotadas e Irene soltó un largo suspiro.

Llevaba mucho tiempo sin usar tanta magia.

Señora Irene ―Heine fue la primera en poder ponerse de pie― ¿qué sucederá con eso? ―señaló la enorme lácrima.

Bueno, pues se irá con nosotras a Dragnof ―elevó los hombros para restarle importancia a pesar de todo el riesgo que significaba, transportar toda esa cantidad de magia podría ser detectado por los Qlyneer y eso significaba responder muchas preguntas que no quería responder, a duras penas había podido hacer pasar su báculo entre la barrera de dos mundos sin ser detectado.

«Tal vez pueda usar aquel hechizo…» Pensó con algo de emoción, crear y probar sus hechizos era algo que la llenaba de entusiasmo casi infantil.

¡JELLAL! ―la emoción de su hija la sacó de sus pensamientos.

Er…za… ―el joven abrió poco a poco sus ojos, su rostro estaba pálido ya que aún no había recuperado magia suficiente, pero al menos ya estaba fuera de peligro.

Pudimos hacerlo… ―sollozó ella, un par de lágrimas cayeron de sus mejillas al rostro de él―. Estarás bien…

No llores… ―con dificultad elevó su mano al rostro de la peli-escarlata―. Lo siento…

Y más te vale que lo sientas, nos has dado muchos problemas, chico-gato. Ya no sé si permitirte dormirte y despertarte con mi hija a tu lado el resto de la vida que te acabamos de salvar.

¡Mamá! ―le miró enrojecida su hija y el joven en su regazo no pudo evitar soltar una adolorida carcajada junto a los demás en la habitación.

El ambiente se relajó de inmediato.

Esa era la magia de la risa.

Ni siquiera parecía que hacía un momento un ritual inédito y de alto riesgo acabase de ocurrir.

Aquí tiene, señor ―Wendy se acercó a la cama con un vaso de la pócima revitalizadora que Irene preparó para que Erza le diese a Jellyberry.

Gracias, Wendy ―con una sonrisa agradecida Erza la recibió, con algo de trabajo Jellal se pudo sentar, y arrecostado en el hombro de su peli-escarlata comenzó a beber.

¡Es dulce! ―dijo admirado.

¿Dulce? ―preguntó Erza―. Antes era amarga ¿tú la cambiaste, Wendy?

Solo es un hechizo simple que nos enseñó la maestra Irene para que los niños que atendemos se tomen las pócimas medicinales ―informó e Irene volteó a ver a otro lado cuando su hija la vio de manera acusadora por no haber usado ese hechizo antes para eliminar el pésimo sabor de la pócima.

¿Pero quién podía culparla?

Se suponía que torturar un poco a los yernos era el deber de las suegras.

Lady Belserion ―Jellal terminó de beber y se sintió con más energía―. Gracias, gracias a todas ustedes―miró a todas las mujeres en la habitación―. Estaré eternamente agradecido con todas…

Solo has feliz a mi hija y lo daré por pagado ―Jellal asintió con completa seguridad a pesar de que sus mejillas ganaron color, así como lo hicieron las de la mujer a su lado―. Por lo pronto descansa, aún tienes que enfrentar tu vuelta a Altair y resolver el misterio detrás de todo esto ―sin esperar su respuesta se volvió a sus aprendices―. Y nosotras nos vamos, volveré por esa lácrima después, debo encargarme de varias cosas antes de trasladarla ―formando un semi circulo al tomarse de las manos, desaparecieron con un chasquido de dedos de Lady Irene.

Y así el lugar quedó en silencio.

Erza… ―Jellal se volvió a ella poco a poco― a ti es a quien deba más que a nadie.

Estás vivo ―le sonrió con dulzura―, ese es mi pago… ―su mano acarició la marca en su rostro―, lamento que no pudiésemos deshacernos de toda esta marca.

¿Se ve mal?

¡N-no! ―negó rápidamente―. De cierta manera es como… como si siempre hubiese sido parte de ti…

Entonces está bien ―observó a la joven bostezar, se sentó por completo y la atrajo a sus brazos con gentileza, para después llevarla a acostarse en la cama por completo―. Necesitas descansar ―sus dedos acariciaron una de sus mejillas y subió hasta sus ojeras―. No lo has hecho en varios días, necesitas hacerlo.

No soy yo la que pasó por todo ese dolor…

¿Cuál dolor? ―le dijo en tono de broma y besó su frente, haciéndola reír.

Mas la seriedad volvió a ella.

Jellal ¿Cuándo vuelvas a Altair…?

No lo sé ―contestó la pregunta que ella dejó en el aire―, hay muchas cosas que no entiendo, pude escuchar lo que tú y tu madre hablaban y tengo las mismas dudas, no sé qué sucedió, no sé qué pasará y si te soy sincero, espero lo peor.

Lo peor… ―susurró Erza y se abrazó a él, ocultando su rostro en la sabana que cubría su pecho.

Pero no importa si es lo peor ―peinó con cariño las hebras de su largo cabello escarlata―, te prometo que regresaré a ti ―la joven elevó su rostro lleno de preocupación y lágrimas retenidas hacia él―, no desperdiciaré todo el esfuerzo que ustedes pusieron por salvarme, te juró, que pase lo que pase ―sus dedos volvieron a acariciar su rostro y se inclinó hacia ella― volveré a ti, te encontré por casualidad, y ahora no pienso perderte… ―susurró contra sus labios y selló el juramento con un beso.

Y continuaron sellando su promesa hasta dormirse.

...Para después del desayuno, él ya se había ido a enfrentar su destino…

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[ J & E ]

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Las runas decoraban toda la circunferencia de la lácrima.

Irene estaba increíblemente emocionada.

No puedo creer que esté por probar este hechizo… ―con una enorme sonrisa miró a su hija quien le ayudaba a escribir con tiza las runas en el suelo que le permitirían intercambiar de lugar un simple montón de ropa en un lugar secreto de su estudio con esa enorme lácrima, pero, al ver su semblante apagado la hizo bajar su emoción―. Apenas ha pasado una semana, Erza ―le recordó con cariño―. Recuerda cuanta burocracia hay que enfrentar con estas cosas.

Erza se concentró en terminar las runas antes de contestar.

Lo sé… ―respondió poniéndose de pie y sacudiéndose las rodillas―. Pero no puedo evitar preocuparme, ni siquiera tú has podido averiguar algo de él.

Erzaëlí Belserion ―Erza frunció el ceño al escuchar su nombre completo―, piensa en esto como la monarca que estás destinada a ser.

Estaba―le recordó su hija, Irene puso los ojos en blanco pero le restó importancia con el movimiento de una mano, para ella eso aún era más que posible.

Como sea, el punto es que pienses de manera práctica, política y por el bien de un reino ―señaló la lácrima―. Observa el tamaño de esto, esta magia salió de ese chico-gato, magia que se acumuló solo en un par de meses en un mago que tenía la mayor parte de sus poderes sellados debido a la restricción de poder mágico al cruzar al mundo humano. ¿Crees que sería buena idea deshacerse de un mago así? ¿Un reino cómo Altair se daría ese lujo?

Erza negó y sonrió verdaderamente por primera vez en días.

Aunque un encarcelamiento de por vida es bastante posible… ―dijo Irene haciendo que su hija la mirara con reproche―, solo te digo la verdad, pero así soy yo, pragmática, realista y calculadora ―la futura reina se acercó a su hija y le colocó una mano en la cabeza―. La parte llena de fe y confianza te la di toda a ti, Erza. Sé que él confiará en eso, confía tú también en ese pequeño rayo de esperanza, ¿no es eso lo que les decía el viejo maestro Makarov y el viejo maestro Rob?

Tienes razón ―para sorpresa de Irene, su hija la abrazó.

Antes, cuando era tan solo una niña, eso no era extraño.

Erza había sido una niña muy cariñosa y apegada a ella, pero con el tiempo Irene fue temiendo que ese afecto constante la hiciera alguien débil, y que terminase con el corazón roto por confiar en quien no debía, por eso hizo a Erza entrenarse bajo rigurosos entrenamientos hasta volverse la maga y heredera fuerte que era, la mujer autosuficiente que tomaba decisiones calculadas en el campo de batalla sin pestañear e infundía miedo solo con su mención; mas, debido a eso, Erza también dejó de lado ese lado cariñoso y se encerró mucho en sí misma, dejó de mostrarle esa clase de afecto y por tanto, ese abrazo hizo a Irene incapaz de controlar sus lágrimas.

Lágrimas que Erza aceptó en silencio respetuoso.

Gracias por ser mi mamá… ―le dijo fuerte y claro, y nada, ni siquiera el ritual inédito llevado a cabo en el chico-gato ni la manera perfecta en que su nuevo hechizo ―Universe One― funcionó para reubicar la enorme lácrima, la hizo tan feliz como esas palabras de su hija.

Ese mago y sus problemas le habían ayudado de cierta manera.

E Irene odiaba sentirse en deuda.

Y por eso no descansaría hasta ver a su hija feliz junto a él…

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[ J & E ]

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Los días continuaron pasando, y las noticias continuaron siendo nulas.

Erza sonreía a todos los que llegaban a la beneficencia, ella no era de quedarse quieta esperando por eso todas sus energías estaban puestas en ese evento, la recolecta había sido masiva y sentía felicidad por eso a pesar de su preocupación constante por Jellal, sus amigos lo habían notado y trataban de animarla aún sin saber que le sucedía; bueno, excepto Bisca, ella era la única que sabía que detrás de esa sonrisa que no le llegaba por completo a sus ojos, se ocultaba la ausencia de un hombre de cabello azul.

En una hora cerramos ―la joven peli-verde le dijo mientras le pasaba una libreta―, ¿está bien si me voy un poco antes?

Claro ―Erza asintió revisando la libreta que contenía un inventario de las donaciones―, puedes irte ya si quieres. Has trabajado mucho.

¿Lo dices en serio? ―entusiasmada la peliverde la abrazó―. ¡Eres la mejor jefa del mundo!

Eso no me lo creo, pero lo aceptaré ―casi rió.

Más vale que lo aceptes ―Bisca la soltó―, no sé lo digo a cualquiera ―la señaló con el dedo índice y el pulgar levantado imitando una pistola.

¡Bien, bien! ―Erza levantó las manos como si de verdad estuviese siendo amenazada por un arma―. Nada de agresividad ―Bisca rió y luego la miró con seriedad.

¿Ninguna noticia del chico de los libros raros? ―la antigua maga negó intentando mantener su fachada de tranquilidad, la peliverde golpeó su hombro con fuerza haciéndola fruncir el ceño―. ¡Esa es la mirada de una guerrera! ―la golpeó de nuevo―. ¡No pierdas el ánimo, linda! Por cómo te veía ese chico cada vez que llegaba y te veía estoy segura de que lo volverás a ver, y si no… ―se acercó a susurrarle al oído en tono conspiratorio―, recuerda que mi Alzack trabaja en la policía, nos das el nombre y lo buscaremos por ti para traértelo esposado a tus pies para que le hagas todo lo que has querido hacerle… ―le cerró un ojo y rió al ver a su jefa ponerse roja―. ¡Eso! ¡Se nota que has estado leyendo esos buenos libros! ―sugestiva le dijo haciéndola fusionarse con el color de su cabello.

¡BISCA!

¡Oh!¡Ya es tarde! ―haciéndose la desentendida la peliverde se alejó de su lado―. ¡Ánimo, Erza! ―fue lo último que dijo antes de desparecer en el cuarto de empleados.

Esta chica… ―murmuró aún apenada, por suerte para ella no quedaba nadie lo suficientemente cercano a ella en la biblioteca para preguntarle porque estaba tan roja.

Sonrió cuando Bisca se despidió de ella a lo lejos.

Al fin y al cabo sabía que lo hacía para animarla.

Así como lo hacían todos sus conocidos, incluido Simon quien para sorpresa de todos había ido a la beneficencia acompañado de una hermosa compañera de su bufete de abogados.

Se veía feliz con ella, y él lo merecía.

Cuando el lugar comenzó a despejarse, Erza comenzó a hacer el cierre, no debía recoger nada ya que se encargaría el lunes cuando llegasen los camiones que recogerían todo lo recolectado, las personas fueron menguando hasta quedar completamente sola, fue en ese momento en que hizo su recorrido final, cuando llegó a la mesa que solía usar Jellal su corazón se detuvo y su cuerpo se paralizó.

Te dije que volvería… perdón por tardarme… ―el sol a su espalda hacia ver su azulado cabello casi como si brillara mágicamente, sus misteriosos ojos avellana brillaban verdes y dorados, su sonrisa tímida fue lo único que necesitó para recordar cómo usar sus piernas.

Él había vuelto.

¡JELLAL! ― gritó y corrió hacía él, saltándose todo su sagrado reglamento de la biblioteca, él la recibió en sus brazos y Erza sintió que todo en el mundo estaba de vuelta en el orden correcto―. Estás bien… ―dijo contra su cálido abrigo.

Ahora lo estoy… ―susurró contra su oído, sus dedos inevitablemente se enredaron en el cabello escarlata de la mujer que había extrañado tanto.

Tienes muchas cosas que contarme… ―dijo luego de un largo silencio en que solo se permitieron sentir en brazos del otro.

Lo sé ―rió contra su sien y depósito un beso―. Y hay alguien más que tiene cosas que contarte, no pude haber cumplido mi promesa de volver sin sus ayuda, pero aquí no es el mejor lugar para hacerlo.

¿Alguien más? ―Erza se soltó de él y volteó a ver a la persona que había carraspeado para llamar su atención― ¿Tú?

Parpadeó sorprendida.

De verdad había muchas cosas que explicar…

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[ J & E ]

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Miró del uno al otro y luego habló.

Eran muchas cosas que entender.

Entonces ―Erza se acomodó mejor en el sofá de su apartamento, Jellal a su lado no soltó su mano pero le prestó total atención―. ¿Max fue quien te convirtió en gato? ―el azulado y al que creyó una vez un simple conserje asintieron.

Max me vio perder mi poder mágico cuando activé sin querer el sello que Brain puso dentro de mí y dentro de cada uno de sus estudiantes, una simple gota de sangre de la herida que me hice en el dedo al pasar las hojas fue suficiente para que esto sucediera ―Erza asintió, su madre le había explicado parte de ese hechizo.

Yo no sabía lo que hacía, en realidad solo lo señalé con mis escoba y usé el primer hechizo que me vino a la mente ―el chico castaño bajó la cabeza―. Soy solo un Qlyneer en prueba, no esperaba algo así en mi primer día.

Lo que hiciste me salvó la vida, Max ―le sonrió Jellal.

De hecho yo fui la que lo expuso al peligro ―dijo Erza―. Me lo llevé de la biblioteca.

Si usted no se lo hubiese llevado no lo habrían liberado de ese hechizo ―el chico le miró sincero―. Cuando lo convertí en gato decidí ir a buscar ayuda, pero no pude encontrar a nadie, cuando regresé y no lo encontré entré en pánico, recogí su ropa y fui a buscar a la maga Milkovich, sabía que ella trabajaba con él.

Es verdad, una vez me dijiste que ya conocías a Jellal de antes ―Erza se lamentó de tanta confusión, si ella hubiese puesto los avisos sobre el gato perdido en la biblioteca en lugar de evitarlo para no llamar la atención de aprovechados que solo buscaban quedarse con un gato exótico para sacarle ganancia, tal vez habrían resuelto todo con más prontitud.

Hablé con él un par de veces en el Reino Mágico, señorita Belserion. Cuando me entrenaba para Qlyneer ―el chico bajó de nuevo la cabeza―. Con las demás personas en la biblioteca la maga Milkovich usó un hechizo de memoria para incluir memorias mías como conserje, con usted no funcionó, por eso usted supo que yo no trabajaba allí cuando me vio, pero pensó que no me recordaba ya que usted no controla los contratos de misceláneos ―Erza supo que ese hechizo no funcionó con ella por la magia de protección de su madre, inclusive lo de Max lo dejó pasar como un error suyo por estar preocupada buscando al dueño de Jellyberry y pensando en el paradero de Jellal―. Claro, aunque yo sabía que usted es la hija de la futura reina de Dragnof no podía revelarle mi identidad ni mi misión.

¿Cómo sabías que yo era hija de mi madre?

Yo nací en Dragnof, señorita. Le vi a usted y a su escuadra actuar en varias ocasiones, fue una sorpresa verla en esa biblioteca. Tampoco esperé que usted tuviese al mago Siegrain en su forma de gato ya que se le notaba que lo extrañaba ―Erza se sonrojó y Jellal no pudo evitar sonreír―. Su presencia mágica no debió pasar desapercibida para alguien de su nivel.

Erza forzó una sonrisa, casi nadie fuera de los involucrados sabían de la totalidad de su castigo.

¿Recuerdas ese día en la tienda de ropa? ―Jellal cambió el tema al ver la incomodidad de Erza―. Max se apareció allí porque sintió cuando cambié de forma.

¡Es verdad! ―parpadeó al ver tantas cosas que pasó por alto―. Dijiste que estabas trabajando y yo asumí que también eras conserje de ese lugar.

Max rió.

Como Qlyneerdebo mantener mi amuleto mágico cerca de mi todo el tiempo ―señaló a su escoba―, esta es una gran manera de ocultarlo ―Erza tuvo que asentir―. Cuando escuché que gritaron sobre un gato y vi a uno con ese pijama de rana pensé que era el mago Siegrain ―la joven asintió, recordaba muy bien su gran cambió de actitud y la manera en que se apuró a bajar de la cortina al gato de sus vecinos.

¿Entonces los libros mágicos…? ―consultó Erza.

Los libros mágicos se los había llevado a la maga Milkovich, ella y yo ocultamos la desaparición y suplantamos al mago Siegrain en su trabajo mientras lo encontrábamos para que esto no causara pánico en las altas esferas, pensábamos que algún adepto al mago Blair se lo había llevado, además ella buscaba la manera de revertir el sello. Cuando usted habló con nosotros en la biblioteca sobre esos libros entendí que él estaba con usted y usted buscaba ayudarlo, por eso se lo dije a la maga Milkovich y ella me permitió llevarle los libros que coloqué en los carritos para que la señorita Bisca los viese ahí.

Así que por eso nadie te buscaba ―la peli-escarlata miró a Jellal―. Creo que hicieron bien, un mago como tú desaparecido luego de ser víctima de tal hechizo hubiese causado un gran pánico, incluso grandes sospechas entre reinos.

Así es ―afirmó Jellal con seriedad―, y no solo eso, Ultear logró un permiso especial del Rey para ingresar a la biblioteca secreta de Brain, ahí encontró más libros con ese hechizo escondido y descubrió que había colocado una lácrima sellada con ese hechizo dentro de cada uno de sus estudiantes, fui el primero en activarlo, pero su plan era hacerse con la magia de cada uno de sus pupilos, y, considerando que era uno de los maestros principales de las altas esferas, muchas familias nobles estaban en su mira. El Rey está muy preocupado de que algo así se sepa sin tener una solución primero.

¿Y no tuviste ningún problema con el Rey de Altair cuando le expusieron todo lo sucedido?

Fui condenado a prisión de por vida para mantener el secreto a salvó ―comenzó Jellal y Erza sintió su corazón romperse pero se tranquilizó al ver como sonrió de lado―, pero si algo aprendí de tu madre todos estos días es que se puede llegar a una solución si se tiene con que hacer las cosas.

¿Negociaste con tu Rey?

Sí, así lo hice. Le expuse lo sospechoso que sería que encarcelara a un mago de alto nivel como yo sin causa alguna, por supuesto, podría inventar un motivo pero nada podría callar los rumores que se levantarían, ocultar de esa manera el peligro que corren todos los herederos de las grandes casas que confiaron a Brain sus hijos era un gran error. No solo el orden de Altair corría peligro, también su propio poder y corona, Ultear fue de gran ayuda también, y por supuesto, no habría logrado salir de esto sin la ayuda de la única persona que pudo ofrecerle al Rey una solución para esa lácrima hechizada dentro de cientos de magos de Altair.

¿Una solución? ―Erza miró a Max y este negó de inmediato―. ¿Acaso te refieres a… mi madre? ―Jellal asintió―. ¿Mi madre ayudó a negociar tu libertad?

Lo hizo esta mañana. Solicitó una audiencia extraoficial con el Rey, ella le expuso todo lo que ocurriría si no se deshacía de todas esas lácrimas hechizadas por Brain y de todos los libros portadores de ese hechizo. También lo ofreció su ritual para solucionar los casos. El Rey no quiso aceptar pero luego de pensarlo mejor aceptó parte de las condiciones de tu madre.

¿Y qué condiciones puso mi madre? ―le miró ansiosa.

Quedarse con toda la investigación de Brain, liberarme de mi sentencia y ponernos bajo sus órdenes para esta investigación y cualquier otra que ella desee.

¿Ponernos?

A Max y a mi ―Jellal soltó un largo suspiro―. Básicamente ahora soy empleado de Lady Belserion ―el ex conserje asintió lleno de felicidad, para él era todo un honor, el azulado por su parte lo agradecía pero sabía que sería un trabajo bastante difícil de sobrellevar.

Entonces de verdad… puedes quedarte conmigo… ―Erza murmuró llena de incredulidad.

Puedo… ―Jellal llevó su mano libre a un mechón de cabello que acariciaba su mejilla y lo colocó con cariño detrás de su oreja―, siempre y cuando tu madre no desee librarse de mí…

Los tres jóvenes en la habitación rompieron a reír.

No lo hará ―aseguró Erza―. Le caes bien ―Jellal solo soltó un suspiro, de eso no estaba nada seguro.

Yo… ―Max miró la atmósfera entre esos dos y se dio cuenta que estaba de más―. Creo que es hora de irme, mañana inicio un nuevo trabajo.

Oh… ―Erza se levantó de pronto con las mejillas rojas―. Claro, yo… no tengo palabras para agradecerte lo que hiciste por Jellal…

Servir de ayuda a grandes magos es increíble para mí.

Tú también eres un gran mago, y una gran persona, Max ―Jellal se levantó y le extendió su mano―. Si necesitas algo alguna vez, no dudes en pedirme ayuda, cuenta con mi eterna gratitud ―el chico asintió entusiasmado y tomó su mano.

Luego de una calurosa despedida, partió hacia Dragnof.

Entonces… ―dijo Erza después de un rato―. ¿Eso significa que tú también vivirás en Dragnof?

En realidad… ―Jellal se sonrojó y se despeinó su siempre rebelde cabello―, mi deber es investigar todos los papeles de Brain, solo necesito un lugar tranquilo para hacerlo…

¿Cómo una biblioteca? ―dijo Erza con una sonrisa pícara acercándose a él poco a poco.

Una biblioteca es un gran lugar, en especial si hay una amable bibliotecaria que no me juzgue por los libros raros que pido ―cuando Erza colocó sus manos en su pecho, su corazón brincó alocado y sus manos encontraron un lugar perfecto para descansar en su cintura.

Dicen que la biblioteca de esta ciudad es de las mejores ―su mano se elevó a acariciar la nueva marca en su rostro con cariño―. Además, dicen que una bibliotecaria en especial es muy tolerante con los gustos extraños de los visitantes.

Jellal sonrió contra sus labios.

Entonces creo que ya sé en donde trabajaré… ―cuando sus labios finalmente se tocaron, Jellal soltó un suspiro de satisfacción que se fusionó con el de Erza, una de sus manos escaló de su cintura hasta la parte de atrás de su cuello, enredándose en las hebras de su cabello y manteniéndose cálida allí, inclusive cuando de un pronto a otro se encontró sentado en el sofá con Erza a horcajadas de él.

Acariciándose y besándose como si se les fuese la vida en ello.

¿Vivarás aquí conmigo? ―murmuró ella contra sus labios cuando se separaron para respirar un poco.

¡Cuando te pongo un anillo en el dedo, Erzaëlí Belserion! ―una vez autoritaria y fría los hizo casi caer al suelo del susto―. ¡Sabía que te encontraría aquí camelando a mi hija! ¡Chico-gato lujurioso y aprovechado! ―Irene no había terminado de decir eso cuando su magia volvió a transformar a Jellal en Jellyberry.

¡MAMÁ! ―Erza subió a su regazo a un desorientado minino.

Se lo merece por arruinar la sorpresa que te iba a dar ―la futura reina se miró las largas uñas.

¿No lo vas a dejar así, verdad? ―le frunció el ceño.

No, pero solo porque sería muy extraño decirle al resto del reino que su princesa está loca y bobamente enamorada de un gato ―Erza se puso roja pero no dejó que las palabras de Irene desviaran el tema, no iba a insistirle en lo de que ella ya no podría ser princesa.

Su madre no cambiaría de opinión aunque fuese imposible.

Mamá…

Ya, ya. Lo cambiaré luego, solo vine a decirte que ese chico-gato es hombre libre, y mi empleado. Lo espero en dos días en mi estudio en el castillo, tenemos que deshacernos de muchas lácrimas e investigar muchos papeles, como esperaba, el viejo Rey Altairis no me cedió toda la investigación de Brain, así que hay muchas cosas que debemos hacer.

¿Someterás a todos esos nobles a ese ritual tan peligroso? ―Erza le miró preocupada.

No, no necesito todo el ritual. El hechizo no está activado en ellos, solo removeré la lácrima. Es increíblemente sencillo, pero, eso no lo tenía porque saber el Rey del Altair mientras negociábamos ―Irene señaló al gato de exóticos ojos avellana―. Esto es un secreto Real, recuerda que gracias a ello pude salvarte la cola. ¿Entiendes? ―Jellyberry asintió con un maullido, la lealtad a su reino siempre había sido absoluta pero ese secreto valía más que su vida―. Como sea les estoy salvando la vida, no encontrarán a una mejor hechicera para ese trabajo, y de paso, nuestro reino forjará lazos estrechos con muchas Casas importantes de Altair, uno de los reinos más hostiles para este tipo de cosas… ―Irene miró a su hija con una sonrisa llena de cálculos y planes―. Nuestro querido Consejo Mágico no solo estará encantado con su futura reina y su hija quien fue la que ayudó a que todo esto pasara, también me deberán un gran favor…

No dijo más pero Erza sabía que pretendía su madre.

Llegar a restituir su posición como princesa.

Por el momento, es todo lo que debo decirles. ¿Alguna pregunta?

Erza negó y sonrió llena de tanta felicidad que Irene le devolvió una sonrisa igual de radiante.

Te agradezco todo lo que has hecho por mí, mamá… ―Irene se acercó a ella, se inclinó y la besó en la cabeza.

Eres mi hija, si existo es para protegerte… ―nada ni nadie se interpondría en eso, el hombre con el que había concebido a Erza era la prueba más real de eso, ese hombre estaba seis metros bajo tierra cuando intentó algo en contra de su hija cuando estaba aún en su vientre.

Yo también estoy para ti, mamá ―Irene le dio otro beso antes de levantarse dispuesta a irse.

Mamá… ―Erza se mordió un labio antes de continuar―, ¿puedo pedirte otra cosa además de volver a Jellal a su forma normal?

Irene asintió con fastidio fingido.

Podrías… ―roja como su cabello comenzó―. ¿Podrías no aparecerte sin… previo aviso?

Irene entendió a qué se refería su hija, y, luego de lanzar una mirada asesina de advertencia a Jellyberry, asintió.

Lo prometo. De ahora en adelante avisaré antes de venir ―Erza le agradeció e Irene chasqueó sus dedos dos veces.

Con la primera Jellal cayó desnudo encima de Erza.

Con la segunda los dejó a solas.

¡Y-YO! ¡L-Lo siento! ―Jellal intentó quitarse de encima de ella pero Erza lo sostuvo allí con su inusual fuerza.

No te disculpes… ―sus dedos se enredaron en su cabello azul y lo atrajo a su rostro tan sonrojado como el de él―. Supongo que esto está bien… ―Jellal sonrió casi descaradamente al ver el brillo especial en los ojos de Erza, sus labios acariciaron sus mejillas, dejó un beso en su nariz y sonrió contra sus labios.

Entonces tendré que trabajar mucho a partir de ahora…

¿Traba-? ―su pregunta quedó perdida un momento cuando los labios de Jellal besaron su cuello―. ¿Trabajar?

Debo comprar un chocolate caliente que te prometí… ―dijo besando de su cuello a su mandíbula―. Debo comprar muchas galletas Fishy Fishy Nyan que una pandilla de patitas mullidas robaron a los vecinos ―Erza rió tanto por eso como por las cosquillas que la voz de Jellal produjeron cerca de su oreja―, y… debo comprarte un hermoso anillo para que tu madre me deje vivir por siempre contigo… ―Erza no contestó sobre lo que pensaba sobre eso, en su lugar solo lo atrajo hacía sí para besarlo.

Ninguno buscó lo que habían obtenido.

Y eso solo significaba una cosa.

Que la vida estaba llena de mágica casualidad…

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¿Comentarios?

Sus comentarios animan la escritura.

NwN

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Rincón De La Escritora En Proceso:

Todo este universo de Serendipia, y en especial el Mundo Mágico quedó como una idea en el tintero que tal vez algún día retome, si es que me libro de tantos fics que tengo en mente por escribir. xD ¿Piensan ustedes que vale la pena? D:

Por cierto, la palabra Qlyneer, se pronuncia como Cleaner, que significa limpiador, por eso Max usa la escoba para ocultar su amuleto mágico. xD

Estoy muy feliz por haber podido usar tanto a Irene y a la magia, es bastante liberador salirse de las cosas que solo son posibles con la ayuda de poderes que logran cosas más allá de lo que la ciencia puede explicar.

¡Muchas gracias por haber leído hasta aquí! Espero les haya gustado, yo disfruté mucho escribiéndolo. :D

Gracias mil por leer. Espero les haya gustado. O3O/


Agradecimientos:

Vosotras/os amables reviewistas con cuenta os contesto por PM:

Stormy Night Of Rain

Bluewater14

Not My Phone

Vosotras/os amables reviewistas sin cuenta os contesto por acá:

Guest: ¡Sí! Jellal es un chico con una suerte muy especial, pero al menos ha sido recompensado al final. xD Gracias mil por leer. Espero te guste el final.

A Vosotros que habías dejado review en caps anteriores:

Artemisa Neko Chan

MinSul6011

Bluewater14

Kzygbae

Hoshi

Banana Sama

Guest Española

Lady Werempire

Melany

Stormy Night Of Rain92

Akane Scarlet

FletchS

Makie Rl

Ponyminiu

Sakom Raiya

Alicia Melo Angel29

Sarabi

Indigooo

KisaYunna

JBadilloDavila

Hell Angel Black

CristianDavid

Gabe Logan

Not My Phone

Y a todos los Guest.

Gracias absolutas por su apoyo en algún momento del fic.

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Gracias de corazón por leer.

Gracias mil por comentar.

¡Adieu!

NwN/

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