Epílogo.
Ese abrazo que varias veces, cuando era niño obtenía, volvió a recibirlo nuevamente a sus 15 años de edad, pudiendo recordar lo bien que se sentía ese simple acto de amor, y que mejor se sentía al recibirlo por muchas personas en conjunto, realmente se sentía una cálida sensación en su corazón, recordando porque siempre era así, y porque debía seguir siendo así, a pesar de tener alguno que otro cambio.
Ellas lo necesitaban, sin importar que a veces lo negasen por rabia u orgullo, al final, ellas siempre necesitaron de el, su único hermano.
Desde que abrió los brazos, invitándolas, sin que ellas pudieran resistir, pudo oír sus sollozos y vio que varias tenían lágrimas en sus ojos, las 3 mayores tenían todo el maquillaje corriendo por sus mejillas, luego pudo ver como las gemelas, Lynn, Luan y Leni rompían en un desconsolado llanto, aquel niño de hermosos cabellos blancos, que en su nacimiento se había vuelto un recuerdo de tan bello ángel que habían dado a luz sus padres ahora era ese caballero de blanco cabello y de "armadura" naranja y azul, estando ahí para consolarlas a todas, luego de invitarlas a ese abrazo no dijo nada, dejó que todas se desahogaran, el jamás perdió la esperanza que lo extrañarían, después de todo, tras lo del incidente de la suerte, el protocolo, el punto dulce o la Limusina, y "Eso", ellas habían reconocido lo mucho que necesitaban de su hermano, pues solo tenía 11 años, tenía cosas que aprender, pero claramente, ellas también, Su fe había sido recomenzada.
Una vez que los llantos se calmaron, procedió a saludarlas a todas, siendo aquella tierna niña a la vista del chico, de anteojos y cabello alborotado la primera en ser recibida, la tomó en sus brazos, de la misma forma que lo hizo cuando era bebé, puso su dedo bajo su mentón, para que pudiera verla a los ojos, mientras que los labios de la pequeña genio temblaban.
-Lisa.
-He...Hermano, Yo...Yo.-Trataba de decir, pero las palabras no le salía, y su expresión estoica ya estaba fallando desde hace rato, sus ojos estaba cristalizados, aguantando las lágrimas, pero estas finalmente se rompieron al ver esa sonrisa tan bella en el.
-Mi pequeña hermanita genio, no imaginas lo mucho que te extrañé.-Dijo mientras limpiaba una de las lágrimas de sus ojos entrecerrados, esa palabras acabaron por, finalmente, mostrar a quien era su verdadera hermana, oculta detrás de esa faceta de científico y genio: Una niña, una pequeña niña que aún necesitaba aprender, siendo aún una pequeñita, necesitaba de sus hermanos mayores, pero de entre todos ellos, uno de los que más destacaba era el, su único hermano.
Lisa Lloró como nunca lo había hecho desde que se volvió una genio, lloró en los brazos de su hermano del cual tanto había extrañado, las veces que lo tachó de inferior siempre la atormentaron, y quizás siempre lo harán, pero con el cerca, pudo sentir como su consuelo le hacía estar en un paz interior, pero no dejó de llorar.
-Por favor.-Pidió mientras trataba de hacerse entender.-perdóname, yo también Te extrañé mucho, no entiendo...c-como pude ser tan fría contigo, Lo siento...
-Lisa.-Dijo.-Ya no pienses en eso ¿de acuerdo? ahora estoy aquí, Contigo, con todas.-Sonrió para luego darle un dulce beso en su frente, haciendo que la pequeña genio aminorara su llanto, sonriendo grandemente, dejando que su hermano pudiera seguir con el resto.
Una vez que Bajó a Lisa, prosiguió con las siguientes, con esas 2 preciosas niñas de 10 años a las que siempre ayudó a resolver sus problemas, pareciendo que si el, finalmente su lección había sido aprendida, ya que después de la partida de su único hermano, dejaron de pelear, cosa que fue para la familia un problema menos del que preocuparse, pero por el otro lado, ellas eran las que más lo extrañaban de entre toda la familia, junto con Lynn, Luna, Lucy, Leni y Lori, más bien todas lo extrañaban por el igual, su dolor fue siempre igual de grande.
Sin pensarlo siquiera, las 2 niñas se abalanzaron sobre el, y no se dieron restricciones, lloraron en el pecho de su hermano a todo pulmón, no se despegaban de el ni por un instante, no querían, a sus cabezas volvían esos malos recuerdos en los que Lincoln había acabado con los platos rotos, pero ahora el estaba ahí para evitar su colapso, intentó decir algo, pero ellas se le habían adelantado.
-Lincoln.-Dijo Lola, con un nudo en la garganta.-Por favor...Perdónanos, siento haber sido tan mala contigo, por favor...SnIf...te quiero mucho...Por favor, perdóname.
-Yo...Yo también lo siento mucho, hermano.-Dijo Lana, sin dejar que las lágrimas detuvieran su flujo.-Fuiste muy bueno con nosotras, y jamás te lo agradecimos, por favor, lo lamentamos, lo lamentamos mucho.
-(Suspiro) esta bien, Hermanitas.-Dijo.-Ya estoy aquí, mis amadas hermanas gemelas, no saben cuanto las extrañé.
-Y nosotras a ti.-Dijeron ambas.-Te queremos mucho.
Mientras ellas enterraban sus rostros en su pecho, Lincoln dejó que ellas lo siguieran abrazando un poco más, que ellas sintieran su calor que les otorgaba con su cuerpo, dándoles seguridad, su amor, que estaba ahí para protegerlas una vez más. Al bajarlas de su regazo vio como ellas le sonreían con gran emoción, dejando que siguiera avanzando, para ver a su primera hermana menor.
Allí estaba ella, aquella a quien le evitó las burlas al culparse el por ella, siendo ese recuerdo el que, desde su partida, resonó un centenar de veces en la mente de Lucy hasta que ya no pudo contarlas, un día, mientras Lynn padre Acomodaba cosas en el ático, pudo encontrarla, destrozada, triste y más que nada, Llorando, llorando por no poder defender a su hermano mayor, Lucy estaba destrozada.
Y ahora el estaba ahí, su hermano mayor se dirigía a ella, Lucy estaba inmóvil, durante 4 años estuvo soñando con su hermano, soñando que volvía pasando la puerta principal para dirigirse a ella y abrazarla, diciéndole que la perdonaba, más sus sueños se quedaron cortos, ya que siempre lo veía a el de 11 años ya si misma de 8, ahora el era de 15, alto, con el físico visiblemente marcado pero seguía siendo el, su hermano, Lincoln, quien siempre estuvo para ella, para oír sus poemas, para entenderla.
Siguió inmóvil, contemplando tristemente a su hermano mayor mientras ligeras lágrimas corrían por sus pálidas mejillas, sus labios temblaban, el por otra parte, sin inmutarse, camino tranquilamente hacia ella, hasta que la tuvo de frente.
-Hola, Lucy.-dijo con una sonrisa.
Jadeó Lucy al verlo frente a el, y con esa sonrisa, su corazón se rompió, tanto tiempo sin verlo, sin alguien a quien dedicarle sus poemas, ya que su familia también estaba dolida sin el como para poder oírla mayormente, sus pequeñas lágrimas que corrían por sus pálidas mejillas pronto se convirtieron en cascadas, y comenzó a Jadear hasta que bajó ligeramente la cabeza, sin embargo, el estuvo ahí, para evitar su colapso, la abrazó, ella no pudo aguantar, lo abrazó con todas sus fuerzas, igual que las gemelas, enterrando su rostro sobre su pecho, sollozó de forma ahogada, Lincoln no se inmutó y le comenzó a acariciar su cabello, también a susurrarle, que estaba ahí, que debía estar tranquila, ya que, ahora, había vuelto.
-Lucy.-Dijo de forma baja para que al menos los que estuvieran cerca pudieran oírla, especialmente ella.-Tranquila, ya estoy aquí, contigo, con todas.
-L...Lincoln.-Intentó decir la gótica, pero su voz le fallaba.-Te...yo...yo te...
-Tranquila.-Dijo con tono consolador.-Lucy, no sabes cuanto te extrañé, lo lamento, pero aún tengo a más hermanas a las que saludar.
-Te quiero, Hermano.-Dijo mirándolo a los ojos, esta vez con una sonrisa que le costaba mantener, mientras aún recorrían las lágrimas por sus mejillas.
Lincoln pasó su pulgar para limpiar las lágrimas de su hermanita, para darle un beso en su frente, fue cuando pudo proseguir con la que fue su última hermana mayor: Lynn.
Durante mucho, ella tuvo que cargar con toda la culpa, más aún cuando no fue la única que participó, aún así, ella fue sin duda la más afectada, se odiaba así misma, junto con el resto de casi toda su familia y media ciudad, siempre estuvo pensando lo mucho que deseaba volver todo atrás y deshacer todo lo ocurrido, ojalá fuera posible.
Pero ahora, algo en su interior despertó, diciéndole que ya podía y tenía que olvidar, pues su familia dejó de lado su odio hacia Lynn y, al igual que ella, ese odio hacia ella se convirtió en tristesa por Lincoln, pues durante esos 4 años, no hicieron más que extrañarlo, y ahora estaba frente a el, su primer y único hermanito menor, ella tenía los labios abiertos y temblorosos, mientras las lágrimas no dejaban tampoco de fluir de ella mientras, que al igual que Lucy, daba pequeños jadeos.
-Lynn.
No dudó ni por un momento, a pesar de que la pena y la alegría la estaban invadiendo, pudo rodear a su hermanito con sus brazos, igual que las gemelas, lloró desconsoladamente. enterrando su rostro en el pecho del de blancos mechones, tenía claro que Lynn fue la más afectada por su error, siendo la causante primordial de su partida, aún así, no podía negarlo, era su hermana más cercana, y aún, al igual que todas y el, le quedaba mucho que aprender.
Dejó que ella también se desahogara, pues ella era sin duda, la que más lo necesitaba, Lincoln simplemente dejo que le diera su cariño mientras acariciaba su espala y su cabello castaño.
-Lynn.-Volvió a llamarla.
Ella siguió llorando, pero escuchó la llamada de su hermano, así que comenzó a calmarse, para hacerse entender lo que quería y tenía que decirle a su hermanito.
-Lincoln.-Dijo con un nudo en la garganta.-Te extrañé mucho, no sabes cuanto te he extrañado, por favor...por favor perdóname.-Dijo antes de que el llanto la volviera a consumir.
-Lynn.-Dijo poniendo su mano bajo su mentón para que la mirara.-Está bien...Ya todo está bien ahora, no es necesario que me pidas disculpas.
-Pero...¡Pero todo fue mi culpa, Primero mis supersticiones y luego esto! ¡Deberías...! tu...¡Tu deberías estar restregando tu dolor y rabia sobre mi! ¡Te dimos la espalda y...!
Lincoln, sin inmutarse, hizo que lo mirara de nuevo, fue suficiente para que parara, además, no quería que las chicas se pusieran peor de lo que podrían estar.
-Lynn.-Dijo.-Por favor, te lo dije, eso ya pasó, fue hace 4 años, ya...ya es momento de olvidar, y empezar de nuevo.
-Pero...
-Lynn.-La interrumpió.-Por favor, no sigas sufriendo más, solo mira hacia adelante a partir de ahora ¿bien? Yo jamás dejé de amarte ni a ti ni a ninguna.-Dijo poniendo sus manos sobre las mejillas de su sollozante hermana mayor.-he vuelto, y pronto estaré con ustedes, te lo prometo.-Dijo a su oído para luego darle un tierno beso en su frente, estaba tan feliz de estar con ella, igual que con todas.
Con esas últimas palabras pudo dejar tranquila a su hermana en parte, pero después se encargaría de consolarla más si no era suficiente, ahora tenía que proseguir con las demás mayores.
Estuvo a punto de dejar la comedia, de hecho, a punto de también perder su alegría, de no ser por Leni, la familia solamente vería a Luan vestida tal vez de mimo o de ropa casual, pero siempre con una expresión de tristesa, olvidando lo que alguna vez era felicidad en ella, gracias a su hermana mayor, Luan aún pudo al menos sonreír para sus conocidos y a los niños, aunque ella no podía hacerlo para si misma desde la partida de su hermano, un recordatorio para que nunca olvidara lo terrible que fue con todos con sus bromas, especialmente con el.
Pero ahora, su razón para sonreír, para poder saber lo que era el significado de la palabra felicidad, había regresado, ahora estaba frente a el, aproximándose a el, Lincoln, un chico entre 10 chicas, con un destacado cabello blanco como la nieve, quien fue quien la inspiró a la comedia cuando era un bebé, un pequeño a quien estúpidamente le dio la espalda, estuvo resignada durante mucho tiempo a tener que vivir con eso. Pero ahora, después de 4 largos años, pudo dejar eso atrás, aquello que pareció haber perdido, ahora estaba más que nunca presente al tenerlo a el delante de ella, tomando la decisión de dar ella el primer paso, tenía mucho que decirle, pero apenas podía contenerse por la alegría que le invadía. Así que opto por algo más...casual.
-He...Hermanito.
-Luan.
-Lincoln.-Dijo antes de arrojarse a su hermanito, que ahora la superaba en estatura, ligeramente más alto que Lori, así que se quedó enterrando su rostro en el pecho de su hermanito, lloraba a cántaros, por fin, el pequeño de blancos cabellos, ahora convertido en ese campeón, quien se lastimó, quemó y sufrió por ella y por todas, nuevamente estaba estrujándola, al fin, estaba con el una vez más.
-Te extrañé mucho, hermana mayor.
Lincoln sintió como el abrazo tomaba fuerza, podía oír los sollozos de su hermana comediante, para luego ver como ella dejaba que la viera a los ojos, entre lágrimas, tristesa y alegría, Luan se hizo entender.
-Yo...Lincoln.-dijo con un nudo en la garganta.-No sabes cuanto te extrañe...Te...Te quiero mucho...Snif.
-Y yo a ti, Luan.-Dijo sonriéndose.-Mi graciosa hermana mayor. Yo también te extrañé mucho, a ti y a tus bromas.
Dejó que ella siguiera con el un momento, abrazándolo, queriéndolo, sentir nuevamente el calor que le daba ella cuando el era un bebé, no quería volver a desprenderse de el, aquel niño de 11 años, de blancos mechones que se transformó una vez en su inspiración y que ahora era ese varón de 15 años, cualquiera estaría de acuerdo con que tanto el como sus hermanas eran por naturaleza, atractivos de apariencia, pero para ellas, nuevamente veían lo especial que era su hermano, tan especial como lo podrían ser ellas. Dejó que las lágrimas sugieran fluyendo, hasta que finalmente terminó de abrazarlo, pues sabía que aún quedaban las hermanas mayores, quienes también necesitaban, tanto como todas, recibir a su hermano.
Se aproximo a Luna, si, la misma rockera que de pequeño le enseñó a amar la música y con quien disfrutaba tocar su guitarra y cantarle canciones de cuna cuando era bebé, Sollozaba en cataratas, nuevamente su mente la atormentaba con los bellos recuerdos que tuvo con el pequeño albino, para luego abandonarlo como basura, en ese punto, Luna ya no aguantó, estuvo a punto de colapsarse por ese dolor y culpa consigo misma, pero antes de que terminara besando el suelo, su hermanito alcanzó a tomarla y evitar su caída.
-Luna.-Dijo Lincoln.-¿que pasa?
No dijo nada, se sujetó a los brazos de su hermano, sin levantar la mirada, pero ambos se pusieron de pie prontamente, aún tenía la mirada hacia abajo, las lágrimas siguieron cayendo, cuando finalmente levantó la mirada, y puso so mano en la mejilla de su hermano, no era un sueño, sentir como su mano acariciaba su pecosa mejilla, confirmandole que era verdad.
No dudó arrojarse a su hermano, las lágrimas cayeron a cántaros, lo abrazó con todas sus fuerzas, como nunca había hecho con nadie, aquel pequeño a quien le dedicaba canciones de cuna cuando era bebé, nuevamente estaba a su lado, ahora como un hombre, un campeón, un héroe para cada una de ellas. Más como lo hizo con Luan, dejó que terminara, para poder ir con la chica modista, esa que destacó no por su inteligencia, sino por su gran corazón, un corazón que era tan grande como la del albino.
-Leni.-Dijo Lincoln.-Hola, Yo...
-Linky!-Exclamó la rubia, sin dejar de llorar, había soñado por mucho tiempo con el desde que se fue, igual que Lucy, soñaba con el pasando la puerta de la casa, dejando ver sus cabellos blancos como la nieve, como dejaba que lo abrazara y le decía que le perdonaba, que la perdonara por ser una estúpida que no hizo nada para evitar su partida, por fin podía decirle todo lo que tenía que decirle.-Linky...Linky yo...Snif...no sabes...cuanto te extrañé, por favor...-pidió, con un nudo en la garganta para hacerse entender.-Por favor...perdóname...perdóname por no haber podido hacer algo para ayudarte cuando...
-Esta bien.-Dijo.-Ya...ya no importa, Leni, ahora estoy aquí, finalmente puedo volver con todas ustedes.
Leni sonrió con gran emoción, sin aguantar, le dio un dulce beso en su frente, sin dejar de llorar por reencontrarse con su hermano perdido. No iba a dejar ir a su hermanito, no esta vez, aún así, sabía que al igual que ella, todas necesitaban de el, simplemente tuvo que decir simples palabras con su característica Dulzura antes de que siguiera.
-Te quiero, Hermanito, Te quiero mucho.-Dijo entre lágrimas.
-Y yo a ti, Hermana Mayor.-Dijo, intentando permanecer tranquilo, si, la felicidad que a el le inundada, la misma que a ellas les inundaban también, desde hace mucho que comenzó a invadirle en el interior.
Con ese saludo, pudo continuar, llegando finalmente a su hermana mayor, la cual, al igual que Luna y Leni, tenía el rostro hecho un desastre por todo el maquillaje que corría por sus mejillas, de entre todas ellas, ella era quien mejor podía recordar los tiempos de antaño de Lincoln, es más, estuvo presente cuando era un bebé recién nacido, a pesar de que no podría enseñarle lo mismo que las demás, juró que se aseguraría de que fueran los mejores hermanos del mundo porque un bebé tan adorable sin duda se lo merecía.
Pero al darse cuenta del peor error de su vida, Lori se deprimió demasiado, sufría siempre con su mente recordandole las veces que le hizo sentir mal a Lincoln, especialmente cuando lo amenazaba con volverlo un pretzel humano, y la "promesa" que había pactado con su hermanito, ella había roto, se sentía como la peor persona de la tierra, durante 4 años ni ella supo como pudo reprimir tanto las emociones, quizás era porque al ver a sus demás hermanas sufrir, también incluyendo a su madre, sumado a que ella era la mayor, tenía que estar firme en medio de tanto colapso emocional por parte de su familia, ni siquiera quería que a ella la vieran así, pero mientras más reprimía, más dolorosa se hacía la herida.
pero cuando lo vio, triunfando por la televisión, con esa sonrisa que siempre ellas admiraron ver, sentía como si algo en su interior quería liberarse, algo que estaba preso durante mucho, al principio era débil, pero al verlo en persona en el combate final, se intensificó, y ahora, frente a el, en persona, simplemente ya no podía contenerlo, ni se dio cuenta del tiempo que había pasado desde que Lincoln se puso frente a ella, por fortuna, no fueron más que un par de segundos.
-Lori, ¿Estas bien?
Esas palabras la devolvieron a la realidad, que dicen cruda muchos, pero ahora, la habían cocinado bien al horno, cruda ya no sabía, era dulce.
Dejó escapar un gemido de tristesa y atrapó a su hermanito en sus brazos, enredándolo, y lo abrazó con todas sus fuerzas, sentía como aquello que tenía tanto tiempo reprimido, al fin se liberaba, para poder sentir como su carga se sentía más aligerada, Recordó la cálida sensación que solo el podía dar al abrazarlo, un ángel que no supieron valorar, que ahora más regresaba para poder perdonarlas por haberlo abandonado, tenía tanto que decirle, pero la alegría combinada con la tristesa y la nostalgia era tan inmensa, que le costaba trabajo ordenar las palabras adecuadas.
-Lori.-Se le adelanto.-No sabes cuanto te extrañé mucho, mi gran hermana mayor.-Dijo con una sonrisa temblorosa. Estaba casi en sus límites.
Sintió como el abrazo tomaba fuerza, como si nunca más quisiera dejarlo ir, también pudo oír como comenzaba a sollozar, no era la chica madura que acostumbraban todos a ver en ese momento, era ahora como una niña pequeña, llorando por alguien que extrañaba mucho por haber querido tratarlo mejor, no podía estar más arrepentida, su llanto se había vuelto desconsolado, bajo, pero reflejaba a un alma de corazón roto por culpa propia.
-Hermanito.-Dijo Entre sollozos, para luego mirarlo mientras pasaba su manos por las mejillas de su hermano.-Lincoln...
No pudo decir más simplemente siguió abrazándolo, queriéndolo, dándole todo su afecto a su hermanito menor, sollozando en sus brazos, tanto que decirle, tanto con que disculparse y tan pocas fuerzas para poder expresarselas a su hermanito. Fue cuando sintió como dejaba de abrazarla, no quería dejarlo ir, inmediatamente quería volver a aferrarse a el, pero fue suficiente su voluntad para que le permitiera verla a ella y al resto.
-Esta bien Lori.-Dijo dirigiéndose a las demás terminado el abrazo.-Chicas...que alegría me da poder verlas de nuevo.
Quería decir algo más, cuando sintió que alguien jalaba de su Shorts Azules, se trataba de una niña de 4 años de edad, que vestía con una camisa de color Lavanda, era rubia, de larga cabellera, lo que más le sorprendió, era que cuando tuvo su atención, sacó detrás de su espalda un conejo de peluche blanco, Lincoln supo inmediatamente quien era, no podía creerlo, estaba asombrado.
-Ho...Hola, Hermano mayor.-Dijo Lily, abrazando a Bun Bun.
-Lily...-Dijo Lincoln con los ojos iluminados, arrodillándose a su altura para poder verla bien.-E...Eres tu?-Dijo acercando su mano, con temor de tocarla, muy pronto sus ojos se cristalizaron.
La pequeña solamente se acercó lentamente a su hermano y se dejó atrapar por los brazos de el, ella lo abrazó con fuerza de la que sus pequeños brazos se lo permitían. Lincoln también la abrazó, con delicadeza para no lastimarla, la tomó en sus brazos y la cargó, con una mano acarició su cabello rubio cuando le vio su dulce mirada de niña, aquella bebé que tanto cariño le dedicó, ahora era esa dulce niña que ahora estaba en sus brazos.
-Lily.-Dijo acariciando su cabello.-eres tu...de...de verdad eres tu, hermanita.
-Me alegra al fin conocerte, Hermano mayor.
-¿Crees que fue la mejor decisión?-Preguntó.
-La verdad, no estoy muy seguro.-Dijo su marido.-ellas realmente lo extrañaban, yo también pero...-No supo más que decir, estaba avergonzado, se sentía completamente estúpido.
-crees que se hubiera molestado de verte, ¿Verdad?-Dijo Rita.
-Primero el protocolo, luego las supersticiones de Lynn, y luego "eso"-Dijo Cubriendo su rostro con una mano.
-Lynn, ¿y como crees que me siento yo?-Dijo Rita.-¿Que clase de madre deja a su hijo a su suerte? ¿que clase de madre permite que su hijo duerma en la calle?-Añadió con la voz quebrada, para luego luchar por mantener la calma.-(Suspiro) yo también pensé lo mismo que tu, Lynn, pero espero que Lincoln al menos pueda perdonarlas a ellas, se lo merecen.
-Si.-Dijo Lynn padre.-Tienes razón.
Luego de verla con detalle, darle su cariño, y finalizar con un dulce beso en su frente, de los que siempre hizo cuando ella era bebé, Bajó a Lily, y las contempló a todas, 5 bellas mujeres y 5 dulces niñas, y a sus ojos de todas ellas, un apuesto y humilde Varón de cabello blanco, un ángel que nunca supieron valorar hasta que lo perdieron, si haber ni un solo día en que no lo extrañaran.
Ahora, el había vuelto a ellas, y que mejor forma que ganar un evento, reflejando su fuerza emocional, aquel valor que le permitía mover tierra y mar para enmendar un error cuando lo cometía con el fin de reconciliarse con su familia siempre que podía.
-Chicas.-Tomó la palabra.-Estoy tan feliz de verlas nuevamente, tenía fe en que vendrían, gracias...gracias a todas.
Nuevamente todas se arrojaron en el, y lo abrazaron, no era posible describir la alegría que todas sentían por al fin, tenerlo de vuelta con ellas, aquel sueño que todas tuvieron desde que ya no lo veían salir de la que una vez era su habitación en su hogar, finalmente se había cumplido, un sueño hecho realidad, para 9 de ellas, el poder reencontrarse con su hermano, a quien perdieron por sus supremas idioteces de las cuales no había día en que no se arrepintieran ni donde no lo extrañaran.
En la pequeña, por otro lado, era el poder conocer finalmente a quien sería su único hermano, desde que tenía memoria, sus hermanas le hablaban de el, de la gran persona que era y que es ahora, al saber la razón del por qué se había ido no pudo evitar sentir rencor respecto a su familia por lo que hicieron, pero como eran su familia ya dicho, los amaba, además había visto como se lamentaban día a día de lo que hicieron, esperando que algún día pudiera regresar para poder perdonarlos y conocer nuevamente a la pequeña Lily Loud. Finalmente, el sueño se hizo realidad.
-No, hermanito.-dijo Lori, derramando lágrimas de felicidad.-gracias a ti por volver.
Sus dudas se terminaron, al ver como sus hermanas lo extrañaban pudo sentirse nuevamente como alguien dentro de la familia, una vez más era un Loud, podía sentirlo en su alma.
-Chicas.-Dijo.-¿Como han estado?
-Bien, y mejor ahora que estas aquí.-Dijo Luna.-No sabes cuanto te extrañamos.
-Volverás a casa ¿verdad?-Preguntó Lola, Suplicante.
-Por favor, Regresa.-Añadió Lana.
-Chicas.-Respondió Lincoln.-Quiero volver, Quiero volver a ser un Loud nuevamente, Quiero estar con todas ustedes de nuevo, Pero no lo haré por el momento.
Aquellas últimas palabras hicieron que todas entristecieran, deseaban saber el por qué, y no iban a callar.
-Pero Linky.-Dijo Leni tristemente.-¿Por qué aún no?
-Chicas, verán.-Suspiró y acomodó su garganta.-¿Saben que estuve viviendo en Filadelfia durante casi 2 meses?
-Si.-Respondió Lola.
-Bueno, allá conocía mucha gente, pero hace un par de días...uno de mis amigos que hice allá Falleció, Leucemia, estuve en su funeral, estuve a punto de no pelear aquí en Royal Woods.
Su respuesta y razones no tardaron en llegar a las chicas, deseaban con todas sus fuerzas tenerlo nuevamente con ellas, en su hogar, poder darle el amor que no supieron darle en antaño. Pero por otro lado también comprendían de cierta forma la razón de que Lincoln tardaría un poco para poder regresar, pero por otra parte era una luz de esperanza para ellas que, aunque no regresaría al instante, lo haría, el regresaría.
-Lincoln...Lo sentimos mucho.-Dijo Lynn.
-Esta bien.-Dijo con una leve sonrisa.-Ya pasó, entiendo que me extrañan, yo también las extrañé, pero tranquilas, nos será mucho que haré, es solo que...Le prometí hacer algo.-Confesó.-Y estaré un poco más en Filadelfia hasta que cumpla lo que le prometí.
-Pero podríamos ir a visitarte mientras tanto.
Ante la pregunta de Lucy, Lincoln sonrió, esa era al menos una oportunidad para poder pasar tiempo con sus hermanas, aún tenía una promesa que cumplir, pero la sugerencia era algo que podría hacer que pudiera su familia estar un tiempo con el de visita en Filadelfia hasta que el pudiera volver luego de cumplir con lo que le prometió a su amigo.
-Si, por favor.-dijo con una gran sonrisa.-No saben cuanto muero por contarles de mi y como he estado, pero también quisiera saber como han estado ustedes.
Las chicas también sonrieron ante la respuesta de su hermano, sobra decir que ya estaban ansiosas, ellas también estaban con las ganas de hablar con el acerca de ellas, así como saber como ha estado.
-Oigan, ¿y Mamá y Papá?-Preguntó.-También los vi, pero ¿donde están?
En el estacionamiento, Lynn padre estaba examinando el motor de Vanzilla en compañía de su esposa, en el patriarca aún la duda le seguía en cuanto a la decisión que tomaron.
-Cariño.-Dijo.-(Suspiro) Crees...¿Crees que hicimos lo correcto al dejarlas allá? se que tu también querías verlo, yo también pero...
-Tranquilo, Lynn.-Dijo Rita, tomando su mano que tenía sobre el capot del auto.-Yo también pensé lo mismo que tú, pero ahora...no estoy muy segura.-Confesó.-Pero creo que las niñas tiene derecho a verlo, quizás más que nosotros.
-Si.-Respondió.-se lo merecen.
Luego, Lynn padre vio bien a Vanzila para que, cuando volvieran a casa, no tuvieran problemas; Gracias a Lana, Vanzilla sufría menos de errores o fallos.
Fue cuando vieron a sus hijas salir del estadio, bastante cerca de Donde estaba Vanzilla, así que no tardaron en reunirse. Podían ver que todas estaban tranquilas, honestamente no pensaban verlas así. Aunque Rita fue a recibirlas.
-Y...¿Como les fue?-Se atrevió a preguntar.
-¿Y como les fue a ustedes, Mamá y Papá?
Entre las 10 chicas, el único varón de blancos cabellos se presentó frente a sus padres, Lynn padre se quedó con la boca abierta mientras que Rita cubría la suya con sus manos mientras Lincoln se les acercaba, sus ojos se humedecieron, poco a poco, comenzó a quitar sus manos de su boca, para que, con una, acercara lentamente hacia la mejilla de su hijo, solo como una madre podía hacerlo, llegó a su objetivo, Lincoln solamente cerró los ojos al sentir como su madre acariciaba su mejilla mientras lo contemplaba con tristesa mientras sus labios temblaban.
-Lincoln...Mi...Mi niño, Mi bebé...-Decía con torpeza cuando su hijo la interrumpió tomando su mano que había llevado a la mejilla del de mechones blancos
-Tranquila, mamá.-Dijo.-Estoy aquí, contigo, una vez más, aquí estoy.
Rita dejó escapar un gemido de tristesa y lo atrapó con sus brazos, lloraba a mares, durante 4 malditos años tuvo que sentir el dolor de una madre al perder a su hijo, y más doloroso era cuando era culpa suya, con solo recordarlo estuvo apunto de caer de rodillas, pero ahí estaba su hijo, su bebé, su único hijo para poder evitar eso y mostrarle que había vuelto, había regresado a sus brazos, como ella nunca quiso que se separaran. Sonrió con gran felicidad y alegría, aquel pequeñíto de blancos mechones como la nieve, ahora convertido en campeón, estaba de vuelta en sus brazos.
-Lincoln.-Intentaba formular las palabras pero su garganta se atrofiaba por la emoción.-Mi pequeño bebé...Mi niño.
-Mamá.-correspondió mientras aún la abrazaba.
-Fuiste como un hueco en mi corazón.-Decía.-Ojalá puedas perdonarme, porque te fallé.
-Mejor olvidemos eso, ¿Vale? Honestamente prefiero olvidarlo.-Dijo, a lo que su madre asintió.-te extrañé mucho, pero bueno, tu sabes.
-Si, Hijo.
Rita permitió que su hijo dejara ver a su padre, quien tenía los labios temblorosos, intentaba no quebrarse teniendo apenas éxito estando sentado en el asiento del copiloto en el ángulo hacia afuera, vio tristemente como su único hijo varón acercarse a el, después del tema de las supersticiones de Lynn, se dijo así mismo que no volvería a fallarle a su hijo, ya que eso fue lo peor que pudo hace, y sin embargo, luego de el otro incidente, "Ese incidente" que lo hizo partir.
No había ningún día donde se no se arrepintiera de echarle sal a la herida, llegó a odiarse a si mismo como padre, preguntándose que clase de padre dejaba solo a su hijo, en resumen, se sentía como un horrible monstruo, sabía que el alcohol solo empeoraría las cosas, así que se limitó a, cuando estuviera solo, derramar sus lágrimas, deseando volver todo atrás, y hacer las cosas correctamente.
-Hola, Papá.
Se puso de pie con temor, aún cuando su hijo le sonreía, sentía su cuerpo temblar, se esforzó por ver a su hijo de frente, tratando de no inmutarse. Aunque su hijo no tardó en notar su inquietud.
-Papá, ¿todo en orden?
Al principio no obtuvo respuesta, aunque pudo notar algo del impacto que tenía aquel hombre, así que se acercó y puso su mano en su hombro.
-Papá.
Dicho esto, decidió dar el, el primer paso, abrazó a su padre, expresándole, igual que a su madre, que había vuelto, había vuelto por ellos, por todos.
-Hijo.-Dijo con un nudo en la garganta.-Perdóname...Perdóname por favor.
-(Suspiro), Esta bien, papá, Ya no importa.-Dijo luego de unos segundos.-Lo importante, es que ahora he vuelto, estoy aquí, con mi familia.
-Yo también quiero un abrazo.
La petición de la pequeñita hizo que su hermano no dudara en cargarla y a la par, subió los ánimos con su inocencia infaltíl, una vez en sus brazos, le dio nuevamente un dulce beso en su frente, para luego ver como los 2 padres se ponían al lado suyo frente a el. Las chicas se reunieron junto a ellos mientras Lincoln sostenía a Lily en sus brazos
-Mi familia, los extrañé.-Dijo con alegría y serenidad.-Los extrañé mucho.
En la Biblioteca de Filadelfia, Lincoln estaba subiendo las escaleras, debía cumplir la promesa a su amigo, a pesar de que el ya no podría hacerlo, Lincoln lo haría por el. Como Rocky lo Hizo, el Albino subió hasta la cima, luego volteó a ver la calle frente a la Biblioteca, se quedó contemplando a la gente pasar, los vehículos conducir, se sintió igual que el semental italiano, además de bien por honrar a su amigo.
-Linda vista.-Dijo una chica Rubia de mechón celeste, que destacaba por tener un ojo, el brazo izquierdo y la pierna derecha robóticas, el resto usaba vestimenta normal.
-Y que lo digas, Sam.-Dijo felizmente.-Me alegra que hayas comprendido que Luna no te abandonó a propósito.
-Agradece también a mis padres.-dijo, A lo que el solo bufó alegremente.-O seguiría viviendo en las alcantarillas.
-Al menos tu y Luna vuelven a ser amigas.
-Si.-Dijo con tranquilidad.-Oye, si yo fuera tu, iría rápidamente a mi hogar a tener todo arreglado para la visita de la familia.
-Bueno, en cualquier caso, la propiedad la pondré en venta en un par de días, pero no está de más que al menos pueda pasar tiempo con mis seres queridos, no tiene importancia en donde sea.
-Bueno, Te...dejaré en tus asuntos.-Dijo.-Iré a ver a alguien que me oculte las partes mecánicas.
-Bueno, nos vemos.
-Nos vemos.
Lincoln se quedó un momento sentado en una banca cuando Sam se retiró, vio la estatua de Rocky un rato, sin duda, había llegado tan alto como el, quizá más, pero el estaba realmente feliz, luego de estirar un poco su espalda, volvió a su casa, que no lo sería por mucho tiempo, se dio un baño y se cambió, ahora usaba una camisa abotonada abierta, naranja por supuesto, de bajo, una camisa blanca, pantalones azules, zapatillas blancas como su camisa interior y cabello, y como cinturón, una cadena.
Había hecho una mesa de almuerzo lo bastante grande en su estancia inicial, no espero que la necesitaría, puso el mantel encima y acomodó las sillas, esta vez para 13 personas, como siempre debió ser; estaba preparando pan horneado, jugo de piña, puso la mantequilla y la persea americana, más comúnmente llamada Palta o Aguacate.
Luego de acomodar las mesas y ponerles almohadas a cada una para que estuvieran cómodos, sin olvidar las servilletas y pañuelos para limpiarse, Luego esperó a que la cena terminara de calentarse.
TOC TOC TOC.
Estaba esperando a que la puerta sonara, con solo ver a Vanzilla en la ventana superior, se apresuró a bajar para abrirle a su familia que tanto lo ha extrañado, Saludó a su familia y les abrió la puerta, una vez adentro, sus hermanas la abrazaron, Su hermanito se había tomado tanta molestia para recibirles, y llegaron justo a tiempo, el horno sonó y Lincoln pidió que podían sentarse mientras el sacaba las cosas del Horno.
-Déjame ayudarte, hijo.
-Papá, no es necesario, además ustedes son mis invitados.
-Tonterías, hijo mío.-Dijo Lynn padre.-No tienes que hacer más trabajo del que puedes hacer, vamos, deja que te ayude.
-bueno, esta bien.
Los 2 Varones pusieron la comida y los platos, Lynn padre ofreció también preparar uno de sus clásicos pasteles como postre, aunque primero Las chicas se quedaron un rato junto a su hermano, no podían estar más felices de estar con el, el propio Lincoln también estaba así, se sentó en un sofá junto con todas y oyó como les iba a todas últimamente, Lori estaba cerca de terminar la Universidad con Bobby, además de que estaba considerando arrendar un apartamento para cuando consideraran forma su propia familia; Leni había logrado vender varios diseños propios con la ayuda de Luan, quien junto con Luna, habían participado en programas de Radio, Luna había conseguido crear discos en solo, mientras que Luan en menor medida, contaba uno que otro chiste, pero su interés por la comedia se había deteriorado gravemente luego de la partida de Lincoln, Lynn había dejado el deporte hace mucho, además de que solo se limitó a seguir con sus estudios, aunque ya no tenía motivación en ese entonces, Lucy seguía con sus poemas pero había dejado de hacer cosas de esoterismo y sesiones, igual que Lynn, estaba desmotivada por depresión, las demás aún no habían cambiado mucho, pero lo que todas tenían en común, era que no había ningún día en que no lo extrañaran.
Aunque eso era agua pasada, Ahora ellas estaban felices, por poder estar de nuevo con el, su hermano, quien se transformó en su Inspiración, su Héroe.
-Les ha ido muy bien, Chicas.-Dijo Lincoln.-Me alegro mucho por ustedes.
-Gracias, Hermano.-Dijo Luna.-Ahora que...bueno...has vuelto, las cosas no podrían estar mejor.
-Saben que debo esperar a que alguien se interese por esta propiedad primero, ¿verdad?
-Y eso que.-Dijo Lola.-Lo importante es que vas a volver, Linky, tenemos mucho que contarte.
-Es verdad.-Secundó Lana.-Cuando llegues te daremos una sorpresa, hermano.
-Pues estoy esperando a que me la muestren, seguro les quedó estupenda.-Rió el Albino y les acarició las cabezas a las gemelas fue cuando Lori puso sus manos sobre las de su hermano.
-Lincoln, de verdad.-Dijo Lori.-Gracias, muchas gracias por volver, Lincoln. Literalmente no podemos esperar a que vuelvas.
-Si, hermana mayor.-Dijo Lincoln.-Yo tampoco puedo esperar.
El ambiente era el mejor, sentirse nuevamente como parte de su familia era algo que el, acabando de recordar, lo bello y hermoso que se sentía, Lincoln no podía estar más felíz, lo mismo se podía decir de sus hermanas, durante mucho tiempo tuvieron que cargar con la culpa, el peso de sus consecuencias por no ser buenas hermanas, deseando volver todo atrás, y haber estado con el para apoyarlo, y luego varias comenzaron a tener pesadillas desgarradoras, Incluso Lucy en un momento fue descubierta rasgando las ropas que tenía puestas, siendo detenida por Luan, Lori estuvo a punto de contemplar el suicidio de no ser por la ayuda de Bobby y su familia.
Pero entre todas esas cosas, la familia hizo un esfuerzo por mantenerse firmes a pesar de mucha debilidad emocional en los Loud, y ahora todo eso podían dejarlo atrás de una vez por todas, poder volver a ser una familia unida, ahora más que nunca ya que la columna principal, su hermano perdido, volvería.
-RING!-Sonó el timbre del horno.
-Vamos chicas, la cena está servida, sigamos hablando en la mesa, ¿quieren?
Lincoln y sus hermanas fueron a la mesa para cenar, las chicas seguirían hablando y charlando con su hermano hasta el final, solo que en la mesa, sus padre se unirían a las conversaciones, la que no se separaba de el era la menor, cuando terminó su plato, fue a sentarse en el regazo de su hermano, Lincoln estaba muy feliz de poder conocer nuevamente a la pequeña Lily Loud.
-Brindemos.-Dijo Rita, poniéndose de pie y con su vaso.
Todos brindaron, por el regreso de Lincoln, por los hermano y hermanas, por la familia, los 13 integrantes chocaron sus vaso y los ingirieron, comenzando a cenar definitivamente, todas las hermanas hablaron a Lincoln sobre todo tipo de cosas, el gustosamente las oyó todas, así también el les contó a cerca de su estancia en Filadelfia que terminaría en un par de días, claramente dijo en la pelea contra Duncan II que se retiraría temporalmente del mundo del Box, volvería con su familia a Royal Woods, vendería la propiedad que tenía el Filadelfia y seguiría en contacto con sus amistades de la ciudad, incluidas las de su difunto amigo.
Ahora solo disfrutó estar con su familia, esta vez como otro integrante nuevamente, al cual, todas ellas extrañaron.
Fin
Remolino Blanco
By RCurrent
De acuerdo, con eso doy por concluido mi primer Fic, Espero que les haya gustado, les doy mis cordiales agradecimientos a todos los que me han seguido, espero que el final los haya dejado satisfechos, pues como dije al principio, fue mi primer fic.
Ahora seguiré con los demás trabajos que tengo en la mesa hasta que todos estén completos, He recuperado el ánimo para seguir con Amistad y Redención, y Nuevos vecinos al terminar este. Aclararé que no haré una secuela de esta historia, pero cualquiera que tiene una idea de hacer una y quiera hacerla, puede, solo avísenme, en cualquier caso, muchas gracias a los que se tomaron la molestia de leer este fic, y yo me aseguraré de seguir con los demás proyectos que tengo.
ESO ES TODO AMIGOS.