¡Hola a todos! He vuelto para darle la respectiva "conclusión" a esta historia. Algo que me tomó tiempo, y mucha inspiración mientras bebía café en la azotea de la universidad donde estudio. Pasarón muchas cosas por mi cabeza, en un inicio el protagonista iba a ser un OC, pero decidi descartarlo por que odio tener que llenar una historia de puro OC. Bien sin más, espero lo disfruten. Tendrán una sorpresa en la última parte de este epílogo.
Una historia de The Loud House: Futuro perdido
Epílogo
¡Bueeeeenooooos días Royal Woods! Ya es xx de xxxx del xxxx. Y esto es "Despierta con Steve" El sol ya nos saluda con su increíble presencia, el día es uno de los más preciosos que he visto ¡Y lo digo enserio! Recordarles que hoy hay una gran oferta de víveres y productos de limpieza en el supermercado central de un 45% ¡Una total locura! Así mismo, lamentablemente debo informar que una casa se incendió a causa de una fuga de gas, desafortunadamente nadie sobrevivió…
En otras noticias, la familia Labrant hará un evento este fin de semana conmemorando los doce años del miembro más joven de la familia: Robert Labrant, un joven con mucho futuro por delante en el mundo de los negocios. Voceros de la familia indicaron que un selecto grupo está invitado, ojalá alguno de ustedes tenga suerte de ir…
Ahora sí, aquí les va un éxito local para acelerar su mañana, su nombre es Luna Loud y nos mandó la canción llamada…
*CRACK*
Lancé tan fuerte como pude ese aparato despertador del demonio. Maldición, odiaba tener que necesitar de esos a cada momento. Me levanté con pesadez, viendo a mí alrededor el terrible desastre. Mi piso era un asco, ¿Cuándo fue la última vez que lo limpie? No tenía ni idea. Ya encontraría un momento adecuado para hacer una buena aseada, hasta un simple medico como yo sabía que era necesario.
Busque mi pequeña ventana, y pude observar la calle completamente limpia, unas cuantas personas paseando de lo más feliz en la vida. A veces pensaba en mi "pasado" todo lo que tuve que sufrir para llegar aquí, sin tener nada a la mano, las cosas fueron dándose de improvisto, hasta que finalmente pude armar un plan adecuado. Tropecé con algunos archivos llenos de papeles, recortes de periódicos y documentos importantes. No se me hacía difícil hallarlos, afortunadamente, la bibliotecaria de Royal Woods era tan anciana que no sabía que pasaba a su alrededor.
Por un tiempo pensé que sería un eterno encargado de la tienda del señor Flip. Por fortuna tal hombre era demasiado descuidado, y cuando enfermó gravemente no tuve mayor remedio que curarlo con todo lo que sabía. Quien sabe, si no hubiera estado ahí, probablemente Flip estaría muerto. A modo de agradecimiento, me recomendó con el gerente del centro comercial central. Mis dotes en medicina eran necesarios, pues muchos accidentes ocurrían constantemente. Para mi sorpresa, el gerente era tan o más avaro que Flip, poco le importaba si tenía algún documento que certifique mi profesión, solo llegaba, atendía a algún enfermo y me iba al finalizar el día. El cambio de trabajo me permitió costearme un piso en la zona menos habitada de Royal Woods. Eso bastaba para mí, aprendí a vivir sin lujos, por lo que me recordaba mucho a mis antiguos hogares.
Me aleje de la ventana, buscando en mi pequeño refrigerador, algo lo suficientemente comestible para desayunar. No recordaba tener un emparedado de mantequilla de maní. No parecía mohoso, por lo cual lo comí sin problema alguno. Y así empezaba otro día en la vida de Lexter Lavern, buscaba entre montículos de ropa, algo decente para colocarme, mientras rogaba que mi bata de doctor no tenga ninguna mancha de suciedad. Uno de esos requisitos para mantener mi trabajo, es estar siempre impecable para todos los pacientes, por alguna extraña razón, el gerente era fanático de la limpieza. Poco me importaba ahora, todo lo que quería era salir lo más pronto posible hasta el centro comercial.
Por lo que escuche, las ofertas en víveres harán enloquecer a muchos en Royal Woods, debía estar preparado pues los lesionados por las disputas de productos no se harían esperar. Luego de terminar de vestirme, salí con prisa del departamento, no sin tropezarme con algunos escombros de edificio en el camino. Agradecía haberme acordado la ubicación de cada uno, lastimarme de gravedad no estaba en los planes. La oscuridad del edificio era abrumadora, esta se extendía desde mi pequeña "guarida hasta la única conexión con la primera planta: Las escaleras, las cuales se encontraban sumamente frágiles, un paso en falso y probablemente caerías un piso.
No tardé en salir a la calle, caminaba rápidamente, evitando hacer contacto visual con cualquiera que se me cruzase. No faltaba mucho para llegar a mi destino, estaba por doblar la calle mientras pensaba en uno de mis tantos planes para atentar contra Robert Labrant…
― ¡Auch! ―. Escuche decir de una voz muy joven.
No tuve tiempo de entender lo sucedido hasta verla. Una joven niña estaba en el suelo, aparentemente tropezó conmigo y terminó cayendo estrepitosamente.
―Lo siento, no quise…
―No hay problema señor, puedo ponerme sola de… ―. Decía hasta que sintió algo en su rodilla. ― ¡Auch! Parece que me lastime un poco.
Solo esto me faltaba, vaya suerte la mía. ¿Acaso era un imán de problemas? Cualquier otra persona pasaría de largo, inclusive con mi experiencia debería hacerlo. Sin embargo, algo de esta chica se me hacía extrañamente familiar.
―Señor, no debería preocuparse, yo…
―Tranquila ―. Dije mientras sacaba un poco de alcohol en gel y unas banditas. ―Soy médico.
No opuso resistencia cuando limpie su herida con el alcohol y le tape aquel raspón. Por extraño que parezca, aquella jovencita se me quedaba viendo a los ojos mucho tiempo. Yo evitaba hacer todo contacto visual posible. Ser reconocido no estaba en los planes.
―Bien, eso será todo, lamento haber tropezado antes contigo.
―M-muchas gracias… Es muy amable señor…
―Lavern… Lexter Lavern.
―Muchas gracias señor Lavern, espero no ser descuidada la próxima vez.
―Opino lo mismo, que tengas un buen día.
― ¡Espere! Usted… Usted se parece a alguien que conozco pero… Además y-yo no… No le dije mi nombre.
―No es necesario, yo sé que…
― ¡M-mi…! ¡Mi nombre es Cookie!
Aquellos recuerdos que me persiguen en mis pesadillas se hacían presentes otra vez al escucharla decir su nombre. La que me amó alguna vez con todo su ser, estaba ahora parada frente a mí. Mi corazón aceleraba cada vez más, que situación para más inesperada en la que me encontraba. Sin pensarlo dos veces, la pequeña cookie se acercó hasta mí y sacó algo de su mochila. Era un pequeño recipiente de metal en forma de corazón. Al abrirlo, pude darme cuenta de que traía.
―Tenga, preparo muchos de estos a diario, por lo general se los entregó a mi "futuro esposo". Y-yo… Hay por qué dije eso…
―No tienes de qué preocuparte pequeña, estoy seguro que él te corresponderá.
Una sonrisa llena de felicidad era visible en su rostro. Volvió a guardar sus cosas y prepararse para retomar su camino.
― ¡Muchas gracias señor! Debo volver a mi casa ¡Que tenga un buen día!
Diciendo eso, la pequeña cookie se alejaba con prisa, no sin antes dedicarme una bella sonrisa a la distancia. Esto fue algo inesperado "Sorpresas te da la vida" ahora comprendo el mensaje de dicha frase… Dirigí mi vista a la galleta. Sin esperar más, di el primer mordisco, saboreando aquel delicioso sabor.
No espere más, seguí mi camino hasta llegar al centro comercial. Algunas personas estaban esperando que las puertas se abrieran, con la esperanza de conseguir las mejores ofertas. A veces eso me parecía una ridiculez, al trabajar ahí por un tiempo, uno es capaz de darse cuenta que las ofertas siempre están, si los demás fueran más cuidadosos se darían cuenta de lo mucho que desaprovechan.
Entre al gigantesco lugar, llegué rápido al marcador de asistencia. Si en algo era paranoico era en la puntualidad. Nunca llegaba tarde al trabajo.
Tengo que reconocerlo, a pesar de ser un trabajo aburrido, prefería hacerlo a recibir todas esas personas sufriendo en mi anterior trabajo. Ya en mi puesto, no pude evitar pensar otra vez en la pequeña Cookie. Quizás sonara algo pervertido, pero verla tan joven me estremeció un poco. No pasó mucho para escuchar una estruendosa voz.
― ¡Buenos días Lexter! ―. Escuche de mi jefe. ― ¡Espero que no haya muchos lesionados hoy! ¡Ya sabes cómo son los pichones cuando ven las ofertas de este lugar! ¡Hoy sacaremos una buena ganancia! ¡Sigue con tu trabajo ja ja ja!
―Muchas… Gracias señor, haré lo que pueda.
Contesté sin saber aún si su tono era de burla o de alegría. No puedo negarlo, quería abofetear a ese hombre, aguantar el no hacerlo era bastante sofocante para mí. Salió con la pasividad que lo caracterizaba, mientras los megáfonos del centro comercial se hacían presentes para notificar lo que muchos esperaban.
*SEÑORES Y SEÑORAS, EL CENTRO COMERCIAL YA ABRIÓ SUS PUERTAS, ¡APROVECHEN TODAS LAS OFERTAS!
El sonido de los pasos acelerados no se hizo esperar, mientras unos cuantos gritos se escuchaban por coger los productos en descuento. Sí, por lo que parece tendré que atender a algún pobre incauto que luchó innecesariamente por conseguir un… ¿Detergente a mitad de precio? Estúpido consumismo. El tópico medico estaba oficialmente abierto, por lo que trabajo tendría a malas. Solo espero que algo interesante pase hoy.
SEIS HORAS DESPUÉS…
―Maldita sea… Mi espalda me está matando.
Sí que fue un día muy exigente. Tal y como había previsto, muchos accidentados llegaban al tópico. Por momentos se formaban unas pequeñas colas. Las lesiones se repetían en todos los casos. Golpes, arañazos, rasgaduras, ¿cortes? No era la primera vez que pasaba, pero aun así no dejaba de sorprenderme.
Mi día laboral ya estaba por acabar, con un dolor de espalda y un café con sabor a arena, que más podría pedir. Me levanté de mi asiento para guardar mis cosas y salir, pero no conté con la presencia de un paciente más.
―Ehh… Perdón, ¿Aún está atendiendo? ―. Escuche provenir de la entrada.
Esa voz me resultaba familiar, letalmente familiar… No tardé en girarme y ver de quien se trataba. Debe ser una maldita broma pensé en mis adentros.
―S-sí… claro, pasa por favor.
―Muchas gracias
Entro con paciencia, mientras dejaba ver que era lo que le había pasado. Nada sorprendente, unos arañazos en su brazo derecho.
― ¿Supongo que también luchaste por alguna oferta verdad?
Él solo se sonrojo ante mi afirmación, sabía que era verdad, aunque quisiera negarlo, lo conozco demasiado bien.
―No exactamente. Si luché por un producto, pero no por uno que estaba en oferta.
― ¿Ah sí? Cielos, eso es curioso sin duda.
―Lo sé.
― ¿y exactamente, de que producto se trataba como para luchar por él?
Suspiró un poco ante mi pregunta, parecía algo decepcionado por lo acontecido.
―Solo se trata del mejor cereal del mundo: "Zombie Bran" cuando llegue solo quedaba una caja, pero un chico más alto que yo la cogió al mismo tiempo, y digamos… que no pude contra él… ¡Auch!
Me divirtió un poco su expresión de dolor. Tuve que aplicarle alcohol en gel para que no se infectara con algo, poco después le coloque una pequeña gaza para tapar la herida.
―Bien… Creo que eso será todo, trata de no quitarte la gaza, ni de tocarte la herida por todo un día.
―De verdad se lo agradezco mucho… Ya estaba algo preocupado, mis hermanas podrían hacerme muchos problemas si llegaba a casa con la herida.
Hermanas… Esa palabra rebotó mucho en mi cabeza, no respondí a su comentario, dejando entrever mi incomodidad.
―Supongo que es todo por ahora, cuanto le debo.
―El servicio es cortesía del centro comercial. Ya estoy por cerrar y…
―Sí yo… comprendo. ¡Muchas gracias por todo!
Sin más, lo vi alejarse lentamente del tópico. Por mi lado, un pequeño dolor de cabeza se hizo presente. Recordar es parte de mi vida… Carajo, me lo merezco por trabajar por encima de horario laboral.
―Sí que tienes un don para atraer problemas a dónde vas… No es momento de contarte todo lo que sé… aún tienes cosas que hacer para que sepas la verdad… Pero me pregunto ¿Cuánto tiempo hace falta para que la catástrofe nos destruya a todos? Estoy seguro… Que solo tú puedes evitarlo… Lincoln ―. Dije mientras lo perdía de vista.
―Solo espero estar preparado para afrontarlo, y si estoy junto a él mejor.
Mi vista se giró hacia el reloj, para saber de cuánto tiempo me excedí.
―Carajo… Son los treinta minutos más incomodos que he pasado en este trabajo.
Sin más salí del tópico con parsimonia. Mientras pensaba en que cenaría el día de hoy.
―Supongo que me espera una deliciosa sopa instantánea. ¿Qué más podría pedir? Es mejor que tener que pasar horas de hambre para cazar algún animal.
Solo quedaba llegar a casa, descansar y seguir con mis planes. Esta era mi nueva vida y no lo cambiaría por nada del mundo. Esperaba con ansias comer esa sopa instantánea, y quizás quedarme dormido leyendo alguna comic estúpido. Quien sabe, quizás hasta vuelva soñar con todas esas mujeres que me hicieron feliz… Eso sí que estaría bien.
―0―
Notas del autor
Algunos datos curiosos del protagonista:
- Al momento de iniciar la historia, el mismo había perdido la fe en el amor. Es por eso que sus dos últimas parejas (Cookie y Cristina) nunca llegaron a tener una conexión con él.
- Al Lincoln de esta historia le costó mucho tiempo graduarse como doctor. Más que todo por los problemas políticos, económicos y sociales de la época donde vivió.
- Para el final del segundo episodio, ya conocía del paradero de Ronnie Anne: el Panteón Municipal Número 3 en Tijuana, México.
- Nunca pudo recuperarse de la perdida de sus hermanas, sigue amándolas hasta donde siga el personaje con vida.
- Relacionado a esto último, sigue poseyendo visiones de ellas materializadas en diversas formas. Aunque ya es capaz de tolerarlas mejor que antes.
- El Lincoln de esta historia perdió su virginidad con Lynn Jr.
- Por un tiempo, creyó que construir la máquina del tiempo era una total pérdida de tiempo. Pero los mensajes grabados de Lisa lo hicieron reflexionar.
- Algo que no mencioné (más que todo porque no supe como introducirlo) es que ya en el tiempo presente, el Lincoln de esta historia se ha acostado con varias mujeres, siempre usando un nombre distinto.
- Una de las mujeres con las que se acostó Lincoln en el presente, es la profesora Agnes Johnson.
- Él mismo se considera un alcohólico, aunque en la práctica no demuestre serlo.
- Siente mucha culpabilidad por la pérdida de sus dos hijas. Algo que lo perseguirá hasta su último día.
- Y por último y quizás lo más importante. Podríamos decir que este Lincoln pertenece a una línea de tiempo diferente al del fanfic principal. Sin embargo… No es la única.
Gracias por haber leído esta historia.
¡Saludos!