My Girl

Capítulo 1

Ella es.

Mi nombre es Alibaba Saluja y hace un mes, en este viejo restaurante chino, en frente de mi casa.

Con las manos en los bolsillos en frente de la puerta de un restaurante chino, se encontraba un chico rubio de ojos color miel vistiendo un saco debajo camisa blanca y corbata de cuadros junto con unos pantalones de tela negros y mocasines negros.

El chico se ajustó un poco su corbata, tragó saliva y entró al establecimiento. Tan pronto como puso un pie dentro, observo a una chica de cabellos rojizos, vestida con un gorro de cocina, una camisa abotonada algo holgada, unos pantalones y unos zapatos cómodos todo de color blanco.

Ella se encargaba de cocinar y servir la comida en el restaurante. Así que no era raro verla con platos y cubiertos siempre saliendo de la cocina y trayéndolo a las mesas de los clientes.

Nuestro chico de cabellos rubios, camino hasta una mesa, de la cual tomo asiento y siguió contemplando a la chica.

Apareció ella… un ángel.

Con detenimiento y siguiéndole con la mirada, sin perderle de vista, se embriagaba de ella.

Esos labios, esos ojos, esa sonrisa, todo aquello me llega a mi corazón.

De repente se estremeció y su corazón latía como loco, mientras agachaba la cabeza y sacaba un pañuelo de su bolsillo para secarse un poco el sudor.

-Perdón por la espera –La voz dulce de una mujer lo sorprendía.

De un sobresalto volteo hacia la persona que le hablaba, encontrándose con los ojos de color fucsia de ella.

-¿Eh?... ¿Qué?... –Balbuceos nerviosos solo salían de su boca, mientras que temblaba de los nervios.

-Es arroz frito, lo que ordenó –La chica le colocó el plato con la comida en la mesa.

-Morgiana, trae otra cerveza para la mesa 3 –Habló un hombre alto fornido y de cabellos rojos y vestido de la misma forma que la chica.

-En seguida –respondió la chica.

Su nombre es Morgiana

El rubio observo el plato de arroz frito delante de él, tomó una cuchara y empezó a degustar. El primer bocado hizo que cerrase los ojos e hiciese una mueca de gusto. Estaba sabroso.

Oh, es imposible encontrar un arroz frito así de rico en cualquier otra parte.

Abrió los ojos y su mirada nuevamente se dirigió hacia Morgiana, atentamente sin dejar de mirarle terminó su comida.

Estoy enamorado.

Una vez que terminó, pidió la cuenta, la chica de cabellos rojos, se le acercó con un recibo, el rubio solo sacó lo necesario para pagarle. Al recibir el dinero Morgiana lo tomó y cerró los ojos mientras le mostraba una sonrisa.

Estoy enamorado de esta mujer.

-Cliente, gracias por venir –Dijo la chica.

Quiero salir con ella.

-Uhm… ah… esto… -Alibaba trataba de hablar, pero sus palabras no salían.

Morgiana solo le miraba sin saber lo que necesitaba, en eso entraban más clientes a lo que la chica se dirigía atenderlos, pero la mano del rubio agarrándole el hombro le detenía.

-Estoy ocupada, ¿qué necesita? –preguntó ella al chico quien aún estaba sin decir palabra.

-Ahmm… yo… no, nada.

Morgiana, solo volteo rumbo a los nuevos clientes que habían ingresado, mientras que Alibaba se quedaba de piedra y cabizbajo. Todo esto no pasaba por desapercibido, ya que el hombre fornido y de cabellos rojos le veía desde la caja registradora.

Que decepción

-0-0-

Alibaba concordó reunirse con Aladdin un chico simpático que trabaja en la misma empresa que él. Su punto de reunión un bar cerca de sus empleos.

-Lamento el retraso –Dijo Aladdin apenas llegando

Alibaba quien ya estaba en el bar hace un par de minutos, solo se limitó a asentir y luego pedir dos jarras de cerveza.

-Que te ocurre Alibaba, deberías de estar más feliz, hoy en el empleo hiciste algo genial hasta el jefe te felicito.

-No es nada –Alibaba le dio un trago a su cerveza.

-Debe de ser por una mujer, ¿es por Megumi verdad?

-¿Megumi? –Alibaba tomo otro trago –Solo fuimos a cenar dos o tres veces, pero eso fue todo, luego no la he visto más.

-Pero esa chica estaba loca por ti –Aladdin le colocó una mano en el hombro al rubio

-Eso no significa nada –Alibaba tomo otro trago de su cerveza y ordeno otra más.

-¿Por qué no sales primero con ella y después decides? –Aladdin tomo un poco de su cerveza

-No seas tonto, es descortés salir con una chica con esas intenciones.

-Descortes… dudo mucho que sea descortes –tomo un largo trago de su cerveza -Yo me conformaría con cualquiera que me dijera "te amo"

Alibaba miró con cierta desaprobación al chico y luego suspiro, cerrando los ojos y luego observando al vaso de cerveza.

-Si empiezo una relación con alguien, quiero que sea con mi "una en tres billones".

-¿Una en tres billones? –preguntó Aladdin

-En estos momentos existen alrededor de seis billones de personas en el mundo y tres billones de ellas son mujeres –explicó el rubio –Solo existe una mujer destinada para mi ahí afuera. Una mujer de perfecta apariencia y personalidad, esa es la clase de amor que busco.

Aladdin se le había quedado una cara de asombro ante las palabras de Alibaba, para él no era posible que su superior fuese esa clase de persona soñadora, además de que por su mente le paso la idea de que en toda la vida del rubio nunca haya tenido pareja. A pesar de que él era muy atractivo para las mujeres y que hacía un buen trabajo y ganaba bastante bien.

-Bueno, supongo que tus expectativas son altas, cuando tú mismo eres de clase alta. –Aladdin tomo otro trago de su cerveza –Por cierto, ¿no tienes a una chica en mente?, la que sería la "una en tres billones"

Alibaba, aparto su vista, tragó saliva y bebió un trago de su cerveza.

-Si…

-¡¿Eh?! Y ¡¿clase de chica es?! –Aladdin se contentaba que su superior y amigo al menos tuviese una chica que le interesaba.

-Uh… bueno ella es…

-¿Ya se lo confesaste? ¿Están saliendo juntos? –seguía hostigando el chico

-Uhmm… no…

-¿por qué no?

-¡Cállate! Tengo mis razones.

-0-0-

Alibaba se despertaba en su habitación con un poco de resaca, la noche anterior Aladdin no paró de hostigarle con preguntas sobre su chica en tres billones y no conforme con eso quiso llevarle a un burdel, cosa que el rechazo ya que sabía que tenía que laborar el siguiente día.

Una vez que se alisto y preparó todo para salir, decidió primero caminar hacía el restaurante que estaba cerca de su hogar, aunque sabía que abrían a las 10 de la mañana, siempre que estaba cerca, sentía que podría encontrarse con Morgiana alguna vez. Cosa que ese día ocurrió.

Sus ojos no daban crédito, estaba ella ahí delante de él vistiendo una camiseta de tirantes negros, con unos pantalones deportivos holgados y unas chanclas rosas, ella parecía hasta adormilada, es más acababa de bostezar.

Alibaba vio la hora en su reloj de mano, marcaban las 7 de la mañana.

-Ah, cliente –dijo Morgiana al percatarse de la cercanía del rubio. –Buenos días-sonrió ella.

-Bue… Buenos días –dijo titubeante Alibaba.

Rápidamente vio el edificio de apartamentos que estaba detrás del restaurante y no pudo evitar preguntar.

-¿Vives por aquí?

-Si –la chica justo señaló el edificio de apartamentos detrás del restaurante.

-Ahmm… Uh… ¿tienes algún día libre? –Dijo al instante sin pensarlo.

-No. –respondió la chica

Ya veo, no tiene días libres.

-Uhmm Morgiana…

-No, mi nombre Yang Morgiana

-Sí, Morgiana.

-¡No! ¡No! –La chica negó con el dedo índice de su mano derecha –Tu y yo aún sin conocernos. En China mala educación llamar por el primer nombre si no eres alguien cercano –explicó la chica.

No sabía eso.

-Esto… ¿Yang Morgiana?

-¿Sí? –la chica mostraba una gran sonrisa.

-Uhmmm, yo… tu… -Alibaba se aclaró la garganta –es la primera vez que me siento así, a mí me gusta… ¡me encanta el arroz frito que preparas! –todo dentro del chico se caía a pedazos

-Gracias, pasa de nuevo de nuevo a comer por favor –Morgiana sonrió y luego se despidió de Alibaba –Hasta luego.

-Si, por supuesto, hasta luego… -Alibaba bajo la cabeza en señal de derrota.

Qué demonios estoy diciendo.

-0-0-

Alibaba llegaba a su empleo, una empresa multinacional de bienes raíces. Pero solo llegar ya le estaba llamando su jefe.

-¡Saluja! Tenemos un gran contra tiempo, estamos atrasados debido a un error en las tarjetas postales –El jefe de Alibaba un hombre de mediana edad y gafas –El departamento de relaciones públicas es un caos.

-Mis disculpas jefe –dijo el rubio.

-No, eso fue mi culpa –Dijo esta vez una chica de cabellos rosas. –Lo lamento, se me olvidó por completo.

-No me importa de quien fue la culpa, quiero que lo arreglen inmediatamente.

-Si jefe –Ambos se retiraron de inmediato.

En la sala de conferencias, se hallaban ambos, con varias cajas con tarjetas postales, las cuales debían de corregir. Casi todo el día de trabajo les tomo a los dos corregir.

-Por fin terminamos –Dijo el rubio después de empaquetar una caja.

-Alibaba, todo fue mi culpa, lo siento –Dijo esta vez la chica de cabellos rosa muy apenada.

-No, no te preocupes Kougyoku. Yo también cometo errores. Además esto es algo parecido a lo que me paso cuando apenas había entrado a trabajar en la compañía. –Alibaba se rasco la cabeza y sonrió

Kougyoku también sonrió al ver al chico.

-Alibaba, si te parece bien, ¿te gustaría salir a tomar algo conmigo? –preguntó la chica

-Gracias, pero tengo que levantarme temprano mañana. Quizás otro día.

-Entiendo, otro día será. –Dijo la chica sin dejar de sonreir.

Sé que Kougyoku tiene interés en mí, pero ella no es mi una en tres billones.

-0-0-

Salió de su empleo y caminó por las calles de noche, en su mente solo tenía quería hacer algo o mejor dicho ver a alguien en específico.

Quiero verla otra vez, Morgiana…

Una imagen de la chica de cabellos rojizos apareció en su mente, sonrió ampliamente solo por imaginársela.

De repente su celular empezó a vibrar, un mensaje le había llegado. Era de Megumi, la chica con la que había salido un par de veces

En sí el mensaje solo decía "¿por qué no me has vuelto a llamar? ¿no soy suficientemente buena para ti? Quiero verte."

Lo siento Megumi, tú no eres la indicada, en estos momentos la chica que ha cautivado mi corazón es…

Alibaba guardo su celular y entró al restaurante, con solo pisar un pie dentro pudo ver a Morgiana atendiendo a los clientes que estaban ahí.

Ella.

El rubio tomo asiento en una mesa, ordenó lo de siempre, un plato de arroz frito, el cual le fue servido por Morgiana. En ese momento quiso tomarle la mano pero no se atrevió.

¡Voy a declararme!... Pero en mis 27 años jamás me le he declarado a nadie.

Sin notarlo, había terminado su comida.

¿Cómo le confiesas tu amor a alguien?

Los latídos de su corazón empezaron a acelerarse, su respiración estaba agitada, tomo un poco de agua para calmarse, pero aún seguía nervioso.

-Tomaré el plato –dijo la chica de cabellos rojizos acercándose.

Instintivamente Alibaba le agarró su mano, cosa que sorprendió a Morgiana, ella vio directamente a la cara del rubio. Sus ojos se encontraron.

-Me gustas –Dijo Alibaba con su corazón latiendo como loco y su pulso acelerado junto con un leve rubor en sus mejillas.

-¡Listo dos fideos! –Decía en voz alta uno de los cocineros

Morgiana estaba confundida, solo miraba al rubio sin saber lo que había dicho.

-Cliente, ¿está bien? –preguntó la chica.

-Uhmmm… ahmm… -de repente Alibaba no sabía que decir.

-No se ve muy bien. Jefe –Llamó la chica

Y tan pronto como llamó salió del mostrador el hombre alto fornido de cabellos rojos.

-¿Se encuentra bien? ¿Quiere que llame una ambulancia? –preguntó el hombre.

En esos momentos Alibaba era un manojo de nervios y vergüenza, no sabía que decir y solo balbuceaba.

-Te encontré, Alibaba –Dijo una chica de cabellos castaños corto, de baja estatura, vestía un abrigo gris, debajo una blusa negra, con unos shorts vaqueros y botas altas.

-¡¿Megumi?! –Se sorprendió el rubio al verle – ¿cómo es que conoces este lugar?

-Te vi saliendo del edifico así que te seguí –la chica se acercó al rubio.

-Eso es acoso.

La chica ignoró las palabras del rubio.

-¿Por qué no respondes mis mensajes? tampoco contestas mis llamadas.

-Lo siento he estado muy ocupado en el trabajo –Dijo Alibaba volteando la cara y bajando su cabeza.

-Entonces ¿aún estas interesado en mí? –preguntó la castaña. Inclinándose para estar más cerca del chico.

-Ugh… No… es que…

Ante esta escena, Morgiana solo retiró el plato de la mesa del rubio y se marchó a atender a los demás clientes.

-Eres un gran chico, pero me dijiste que no habías tenido novia en cinco años –continuó hablando Megumi –Pienso que eso es un gran desperdicio.

La castaña se acomodó a un lado de Alibaba quien estaba aún cabizbajo.

-Así que si quieres, podría ser algo casual –ella le agarraba el brazo al chico –si después quieres que terminemos, entonces terminamos. ¿Así que por qué no me das una oportunidad?, no hay ningún problema ¿verdad?.

-No me gustan esa clase de cosas –Alibaba aún estaba cabizbajo –Esas relaciones quizás sean simples, no son duraderas y pueden ayudar a llenar el vacío que siento cuando estoy solo –tragó saliva y continuó –Pero mi corazón no sentirá emoción con algo así. –Volteo su cara viendo directamente a Megumi –Quiero enamorarme de la única mujer en la tierra destinada para mí.

Las palabras de Alibaba hicieron que Megumi se sorprendiera, pero luego ella estallo en risas.

-Alibaba sueñas como un niño pequeño, ¿crees de verdad que puedes encontrar a alguien así?

-Si… ¡Ya la encontré! –Dijo el rubio viendo directamente a Morgiana quien estaba justo sirviendo un plato en una mesa cercana a ellos. – ¡Y está aquí!

Morgiana volteo a ver al chico rubio con cara de curiosidad.

-¿De verdad me odias tanto que tienes que decir mentiras? –Megumi agachó la cabeza –Eres muy malo Alibaba.

El rubio solo pudo mirarle confundido.

La castaña entonces empezó a llorar y gritar.

-¡Es imposible que te guste una china como ella!, ¡¿crees que soy estúpida?!

-No, espera, lo digo en serio. –Decía el rubio con tal de calmar a la chica.

Pero de la nada un gran golpe se llevó en la parte posterior de su cabeza cortesía de Morgiana.

-Hiciste llorar a una mujer, debes de ser una mala persona, no te perdono. –Dijo enfurecida la chica de cabellos rojos.

-E-espera un momento Morgiana…

-¡Tú y yo no nos conocemos! ¡No me llames por mi primer nombre!

Luego de eso Morgiana saco a patadas al pobre Alibaba quien solo pudo irse del restaurante mientras que Masrur el hombre fornido y alto detenía a la chica.

Esto debe de ser una broma.

Alibaba se encontraba no muy lejos del restaurante, sentado en la acera, llorando además de estar muy magullado.

Jamás imagine que terminaría así.

-Cliente –Masrur encontró al rubio llorando en el suelo.

-Je-jefe…

-Todavía no ha pagado su arroz frito –Dijo el hombre alto enseñándole un recibo.

-Ah… pero… -Alibaba sacaba su billetera –mis sentimientos, ¿ella los pudo entender?

-¿Quién sabe?, no creo que ella entienda mucho el idioma.

-¿Eh? –Alibaba sacó lo suficiente para pagar.

-Te diré algo, ella es la hija de un amigo mío, si intentas algo, te matare. –Dicho esto último Masrur se retiraba

-D-de acuerdo –dijo con algo de miedo y lágrimas en sus ojos el rubio.

Parece que será todo un desafio lograr que este amor se vuelva realidad.

Alibaba, miró hacia el cielo, estaba la luna llena en todo su apogeo.

Pero jamás imagine que esto sería así de horrible.

Continuara.

Notas del autor: Una nueva historia por fin y ahora si es full Alimor, con mucha comedia. Espero que gusten de esta historia como a mí me gusta escribirla.