El Eterno Chico Perdido

Ryoga: pensamiento

Ryoga: técnicas

Aviso: Ranma ½ y cualquier otro anime, libro, serie o película que use no me pertenecen.

Academia Hangun:

En las inmediaciones de la academia Hangun se podía ver una peculiar escena, un joven con una enorme mochila al lado sosteniendo un sombrilla y enfrente de él una joven de largo cabello negro arrodillada y con la cabeza en el suelo, mientras una espada se encontraba delante de ella.

Ryoga miraba nervioso a la chica inclinada delante de él - emm, señorita, no tiene porque hacer eso - rascándose la nuca.

-¡NO!- haciendo que el pobre chico perdido diera un pequeño salto del susto - eres el primer chico que me derrota luego de mi entrenamiento con mi maestro - recordando a un joven de corto cabello negro.

-¿ok?- no entendiendo muy bien que quería la chica.

Luego de un largo silencio, siendo el más incomodo el chico de la bandana, la chica por fin decidió hablar - me gustaria que usted tambien sea mi maestro - diciendo finalmente.

-...¿otra más?- recordando parcialmente a una joven colegiala con una bandana de color rojo, cual era conocida de la familia por parte de su tio Dan aparentemente, volviendo su vista a la joven para luego dirigir su vista a la katana delante de ella - ummm, pero ya es casi excelente con esa katana y ni que pensar de esas extrañas cortes de energía que me lanzaba de todas direcciones , me pregunto que querrá que le enseñe, antes que te diga mi respuesta, ¿qué exactamente quieres que te enseñe? - mirando expectante a la chica.

La joven reacciono inmediatamente ante las palabras, levantando la cabeza y arrodillándose, mirando al joven seriamente - quiero que me enseñes como lograstes negar todos tus ataques con solo tu piel desnuda.

-oh, eso- recordando como efectivamente bloqueo todos los ataques de la joven - ahora que lo pienso, por lo que he visto los estudiantes de esta academia son excelentes espadachines, pero no parecen tener un control de su ki muy refinado - recordando cómo sus ojos podían ver fácilmente todo el ki que los alumnos, y la joven delante de el desprendían en gran cantidad, para luego poner una mano en su barbilla - bueno, tiene potencial, por esos ataques invisibles que uso contra mi - sonriendo - ademas sera divertido - finalmente mirando a la joven - de acuerdo, por cierto, mi nombre es Ryoga Hibiki - extendiendo su mano hacia la joven para ayudarla a levantarse.

- Ayase Ayatsuji - aceptando la mano del joven - no se arrepentirá sensei - viendo extrañada como el joven se reía nerviosamente ante el titulo.


Algunas horas después, dojo Ayatsuji:

Ambos jóvenes se encontraban en de rodillas mirándose del uno al otro - Ayatsuji-san, antes de que empecemos me gustaría hablarte de la teoría antes de la práctica de lo que quieres que te enseñe - obteniendo como respuesta una asentida - primero que todo, ¿sabes lo que es el ki?

-Es la fuerza vital que recorre el cuerpo de todos los seres vivos, y es la que usan los artistas marciales para potenciar sus tecnicas sensei - diciendo con seguridad la joven.

-Así es, sin embargo, no solo potencian nuestras técnicas, también potencian y protegen nuestros cuerpos y cuanto más control tengamos, más efectivo será el ki en protegernos - obteniendo una mirada de sorpresa de la joven - y eso es lo que pienso enseñarte, control.

-entiendo sensei- poniendo una expresión seria, cual no duro mucho al ver como su sensei extendía sus dos manos - ¿eh?

-dame tus manos Ayatsuji-san- esperando pacientemente que su alumna le hiciera caso.

-¿¡ehhhh!?- parándose de golpe y alejándose de Ryoga un par de metros mientras su rostro tomaba un tono totalmente carmesí - ¡sensei, no podemos hacer ese tipo de cosas en el dojo!

Ryoga la miro confundido - ¿qué tiene de malo? - pensaba extrañado - con Akane hice igual y nunca actuó así - tratando de encontrar una razón para la extraña actitud para finalmente suspirar y poner una de sus raras sonrisas, que según la menor de los Tendo ayuda a tranquilizar - no te preocupes Ayatsuji-san, es totalmente seguro - no notando el efecto de su expresión en la joven.

-¿Acaso así no fue como empezó la relación entre Stella-chan y Kurogane-kun?- recordando una conversación que tuvo con la princesa Vermillion ya hace mucho - recuerdo que Stella-chan dijo que empezaron tomándose de las manos cuando Kurogane-kun estaba enseñándole - dirigiéndole una mirada rápida a Ryoga - ¿acaso sensei quiere lo mismo? - poniéndose aun mas roja ante el prospecto.

-¿Ayatsuji-san?- obteniendo la atención de su alumna nuevamente, aunque ahora se le encontraba mirando atreves de sus dedos, ya que se estaba cubriendo el rostro con sus manos, extendiéndole sus manos nuevamente.

-¡ni siquiera nos conocemos por más de un día sensei!- asustando y confundiendo aun mas al chico perdido con el grito.

Ryoga parpadeo un par de veces - ¿acaso no estoy viendo algo aqui?- mirando a la joven que no se habia movido del lugar donde se encontraba - tal vez deberia decirle que pensaba hacer esto desde el principio, explicarle mejor - sentándose mas rectamente y poniendo una expresión seria - Ayatsuji-san, desde el momento que te vi, desde el momento que me pediste ayuda, esto era lo que quería hacer contigo, tal vez ahora no lo veas, pero espero que contra más tiempo pase entre nosotros aprendas a aceptar que no quiero hacerte ningún daño - asintiendo para sí mismo al ver como la joven bajaba las manos y lo veía asombrada.

-eso, eso, eso era un confesión ¿verdad?- no sabiendo que pensar de las palabras de su sensei, bajando las manos y mirándolo poco a poco - no parece estar mintiendo, es más, lo dice totalmente enserio - sonrojándose mas ante esto, era la primera vez que se le confesaban después de todo - pero aun no estoy lista, aunque sensei parece ser un chico serio y en el que puedo confiar - sintiendo la tormenta en su mente y en sus emociones, volviendo a mirar al joven y ver su sonrisa, para finalmente tomar una decisión y acercarse poco a poco al joven hasta arrodillarse delante de él y tomarle por las manos, mirando a un lado con un ligero sonrojo - es la primera vez que me pasa esto, pero veo que eres sincero, y no sé hasta dónde nos lleve esto, así... así... - tomando un poco de aire y sonrojándose un poco mas - por favor cuida de mi.

-¿eh?- preguntándose que pasa con las jóvenes actuales y como nunca va a poder entenderlas.


Algunos días mas tarde:

Ayase podía decir que la decisión que tomo hace algunos días había sido la correcta, Ryoga se comportaba como todo un caballero con ella y siempre trataba de ayudarla, además que era un sensei excelente - y cuanto más tiempo pasa - poniendo una mano sobre su corazón sintiendo un sonrojo formarse nuevamente - nunca pensé que alguien se podría enamorar tan rápido - volviéndose a ver a Ryoga que se encontraba poniéndose su paraguas en la espalda - aunque él lo hizo desde que me vio, por lo que me dijo - sonrojándose mas al recordar la confesión.

Ryoga por su parte ya se encontraba listo, despues de todo no queria llegar tarde - estoy listo Ayatsuji-san - volteándose a ver a la joven que rápidamente se volteo a verlo, pareciendo salir de su propio mundo - nunca pensé que Ayatsuji-san fuera tan distraída - pensando con un poco de humor.

-¿Adonde quiere que lo guie esta vez Ryoga-sensei?- sonriendo un poco ante su pregunta al recordar como con un poco de vergüenza Ryoga le confesó sobre su terrible sentido de orientación.

-Kurogane-san quiere que le ayude de nuevo con su práctica- no notando el rápido cambio en la expresión de la joven por una de molestia ante la mención del nombre - dice que desde que su hermano esta tan ocupado ayudando a su novia, no tiene con quien practicar sus técnicas - diciendo distraídamente lo último.

Ahora, Ayase sabía que Ryoga era un chico muy atento y definitivamente apuesto, pero porque no solo ella tenía que haberlo notarlo, porque justo la hermana de una de las personas que mas respetaba tenía que haberse fijado en el, además estaba segura que la menor de los Kurogane solo lo hacía para molestarla - así no puedo deshacerme de ella, Kurogane-kun nunca me lo perdonaría, aunque estoy segura que Ryoga ni notara que ya no está - pensando con un poco de malicia - claro Ryoga-sensei - forzando una sonrisa en su rostro, y mostrándole su mano.

El chico perdido aun sentía vergüenza que siendo ya un adulto en mente, aun necesitaba la ayuda de otros para movilizarse, tomando la mano de la joven.


Tres horas después:

El día no había transcurrido como Ayase se esperaba, ella solo pensaba que Ryoga practicaría con la menor de los Kurogane, claro con la mencionada tratando de ligar con Ryoga para su molestia, y luego regresarían al dojo de su familia donde retomarían su entrenamiento, aparentemente esa no era la idea que tenia Shizuku Kurogame en mente, si la presencia de su hermano mayor en la arena daba alguna pista.

Y Ayase no podía mentirse, estaba preocupada por Ryoga, su sempai era demasiado fuerte y a veces se descontrolaba, mas aun cuando usaba Ittō Shura, la técnica que elevaba a Ikki Kurogane al nivel de un blazer nivel A.

Viendo como ambos se separaban unos metros luego de unas palabras, mientras Shizuku se colocaba al borde para aparentemente actuar de réferi, mirando a ambos combatientes recibiendo una asentida de ambos, dejando su mano caer rápidamente en señal que el duelo había comenzado.

Ikki comenzó el combate como solía hacerlo, con cortes precisos en varios puntos débiles de la guardia de su oponente, obligándole así a usar sus reflejos y técnicas para defenderse, el primer paso de una de sus mejores técnicas, el blade steal.

Sin embargo, para la sorpresa de la audiencia, Ryoga no parecía estar usando nada totalmente llamativo, ni siquiera una técnica, solo se dedicaba a moverse del camino de la espada, prácticamente bailando dentro de la guardia de su sempai - ¿tal vez Ryoga sabe que quiere hacer sempai? - pensaba la joven mientras observaba el combate, después de todo Ryoga unos minutos antes que observara su combate detalladamente - aunque por lo que se, Ryoga no usa una técnica de espada, el es más una mezcla de diferentes estilos de contacto, aunque - volviendo su mirada a la sombrilla - aun no le he visto usar su sombrilla.

Los demás espectadores también estaban disfrutando del combate, en especial la réferi, Shizuku no podía evitar relamerse los labios al ver a su hermano y Ryoga en acción, oh, pero no la malinterpreten, ella sabía que su hermano ya había escogido a la Vermillion, sin embargo, volviendo su vista a joven Hibiki - estoy segura que nadie objetara la entrada de Ryoga-kun en la familia - sonriendo lascivamente para sí, fijándose en especial como los músculos del mencionado se movían - oh si, definitivamente nadie objetara.

Alejándonos un poco de los pensamientos pervertidos de cierta loli, ambos combatientes estaban tomando el combate de formas diferentes, Ikki estaba impresionado que aun no podia analizar la técnica de Ryoga, y el Hibiki no podía evitar comparar en cierta manera al espadachín con su eterno rival Ranma -aunque mucho más lento claro está - alzando una ceja al ver como dicho espadachín detenía su ataque y se retiraba unos metros, poniendo su espada en su mano derecha solamente.

-Hibiki-san, veo que eres un oponente extremadamente fuerte, aunque - entrecerrando los ojos ligeramente - no puedo evitar sentir que no me estas tomando enserio.

Los espectadores ante estas palabras no pudieron dejar escapar un sonido de sorpresa, ¿alguien aun subestimaba a Kurogame-kun?, era lo que pensaban. Volviendo sus miradas para ver como Ryoga solo ponía una mano detrás de su nuca en señal de de vergüenza.

-no creo que esa fuera la intención de Ryoga-sensei- ante el comentario sus compañeras se voltearon ante la joven para ver que mas tenía que decir - creo que Ryoga-sensei simplemente esta tratando de controlar lo mejor posible su ki - y Ayase sabia eso ya que una de las primeras cosas que estaba aprendiendo era a visualizar el ki de los demás, y el de su sensei estaba compacto alrededor de su cuerpo, mientras el de su sempai se encontraba desbordándose de este, y Ayase sabía que podía significar esto.

-Prepárese Hibiki-san, porque pienso derrotar su mejor técnica con mi mejor técnica - diciendo la frase tipica que siempre usaba antes de activar - ¡Ittō Shura! - siendo rápidamente rodeado por una intensa aura de color blanca, poniendo su espada en forma perpendicular al lado, sosteniéndola fuertemente - ¡Raito! - desapareciendo de la vista de todos.

Lo que sucedió a continuación sorprendió a todos los presentes, incluso al mismo Ikki. En menos de un segundo que le había tomado al joven kurogame recorrer la distancia a su oponente para asestar el golpe de su técnica de alta velocidad, algo que nunca nadie de ellos había visto sucedió, Ryoga Hibiki había movido su brazo a una velocidad comparable y ahora se encontraba sosteniendo a Intetsu por la cuchilla fuertemente, mientras una ligera aura de color verde esmeralda le cubría la mano, evitando efectivamente que se cortara - ¿Per... - no terminando su pregunta el joven Kurogame al haber bajado la guardia totalmente y recibir un contundente golpe de Ryoga dejándolo inconsciente al instante, depositándolo con cuidado en el suelo mientras veía paciente como los espectadores se acercaban rápidamente a los dos combatientes.

Shizuku se apresuro rápidamente para ver como se encontraba su hermano, suspirando a los pocos minutos al ver que solo se encontraba inconscientes, volviendo su vista al Hibiki con una clara mirada que pedía respuestas.

-Sensei, ¿Como pudiste ver donde iba a atacar sempai?-

Ryoga miro a su alumna directamente, no notando como esto la ponía nerviosa - no tuve que verlo - sonriendo un poco al ver la curiosidad en la mirada de todos - Kurogame-san desbordaba tanto ki que fue sencillo usar el mío para saber exactamente adonde se dirigía su espada, sabiendo eso solo tuve que dejar que mis instintos se encargaran del resto - señalando con su mano al aura en su mano que poco a poco desaparecía - es lo que pienso enseñarte Ayatsuji-san - volteándose a ver al resto - díganle a Kurogane-san que podemos practicar cualquier día que quiera - volteándose a ver la ventana para ver como ya se hacia un poco tarde - creo que debemos regresar al dojo Ayatsuji-san, aun tenemos un par de horas para practicar, nos vemos - dirigiéndose a los amigos de Ikki y dándose media vuelta - te espero en la puerta - señalando la salida y caminando tranquilamente, sabiendo que la joven seguro quería despedirse primero.

-Nunca pensé que esto pasaría cuando Hibiki-san y Ikki iban a tener un combate de practica - menciono Stella recibiendo una asentida de los demás que pensaban lo mismo, para ver como Ayase daba una reverencia para volver con su sensei, aunque una voz la detuvo.

-Es mejor que te asegures tu puesto con el Ayatsuji- volteándose para ver la que había hablado era la menor de los Kurogane - ahora que he visto un poco de lo que Ryoga-kun puede hacer estoy más que decidida de integrarlo a la familia - volviendo a verla directamente a los ojos retándola.

-Inténtalo- siendo esto lo unico que dijo la heredera del estilo Ayatsuji itto-ryu para volver rápidamente donde el chico perdido antes que este perdiera el rumbo.


Cinco meses más tarde:

Ayase recordaba muy bien ese día en el estadio hace cinco meses, recordaba muy bien como la joven Kurogane la había retado, y recordaba muy bien como ella se había propuesto solo hace unos mes proponerle a Ryoga-kun que formalizaran su relación, claro, ella sabía que posiblemente muchos no aceptaran su decisión, ya que aun le faltaba terminar el ultimo año en la academia, pero con Shizuku merodeando y cada día acercándose mas a su Ryoga, no podía pensar en otra opción.

Aunque, eso ya no importaba.

-Ryoga-kun- sosteniendo una fotografía donde se mostraba a un feliz Ryoga abrazándola, ya que ese día por fin había podido conseguir un empate con su sempai, sonriendo tristemente ante la fotografía - ¿donde estas?

A su lado, abrazándola se encontraba una igual de triste Stella, triste por lo que sentía su amiga, volteándose a ver a su novio que se encontraba hablando por teléfono, para ver como este cerraba su celular y se volteaba a verla a ambas.

-Ayase-san- obteniendo la atención de la triste blazer - la verdad no se qué fue lo que viste, y también mi hermana, en ese miserable pero... - pero decidiendo no seguir con su insulto al ver la mirada asesina que le mandaba la joven -...mi hermana te está esperando afuera - y sin decir mas salió de la habitación, siendo seguido a los pocos minutos por ambas jóvenes.

Ya afuera, efectivamente al lado de una lujosa limosina se encontraba la joven Kurogane con una sonrisa que rápidamente elevo la esperanza en Ayase, corriendo a su lado - ¿por fin lo encontraste Shizuku-chan? - recibiendo como respuesta una sonrisa.

-Por supuesto, quien crees que es mi familia, aunque - frunciendo el seño para decidir mejor mostrarle a la joven porque no estaba totalmente feliz, entregándole una fotografía.

Ayase tomo la fotografía y casi salto de la alegría al ver que su Ryoga se encontraba en ella, y más aun sonriendo - ¿qué? - diciendo casi inaudiblemente al ver el resto de la fotografía, dirigiendo su atención a la Shizuku que tan bien no se veía muy feliz por ese detalle - ¿quién es? - preguntando con clara molestia.

Esta pregunta y molestia surgía de ambas jóvenes ya que en la fotografía Ryoga no se encontraba solo, sino que a su lado se encontraba una atractiva mujer de cabello corto azulado, algunos años mayor por lo que notaron. Viendo más de cerca Ryoga no se encontraba solo sonriendo tontamente, sino también ligeramente sonrojado, lo cual no les agradaba para nada a ambas jovenes.

-Bueno, es mejor que vayamos, cuanto antes mejor - comunico la menor de los Kurogane ingresando a la limosina siendo seguida por Ayase que se sentó a su lado.

-¿Adonde Shizuku-chan?- preguntando aunque ya sabia la respuesta.

-A Nerima para recuperar lo que nos pertenece- ordenándole al conductor que arrancara y pusiera curso a la prefectura de Nerima.

Ikki y Stella solo vieron como la limosina se alejaba cada vez mas - ¿crees que todo resulte bien Ikki? - llamando la atención de su novio.

-No lo sé, pero la próxima vez que vea a Ryoga, le enseñare que nadie hace llorar a mi hermana - sosteniendo fuertemente el mango de Intetsu.


Y por fin un capitulo mas, esta vez con "Rakudai Kishi no Cavalry" o "La Heroica Historia de un Caballero Caído", espero que lo disfruten.

Ahora, toquemos unos puntos, se que los capítulos parecen oneshots, sin embargo no se preocupen, todo se unirá en su debido tiempo. También algunos partes que no entiendan se explicaran mejor en los capítulos siguientes. Dicho esto, nos vemos hasta el próximo capitulo.