Hola hola!
Lamento la tardanza, de verdad, pero quería que este capítulo fuera perfecto y como lo que tenía no me convencía del todo tuve que re-escribirlo un par de veces. Eso y que como sigo sin internet, cuando fui al ciber la semana pasada olvidé la memoria USB donde tenía el cap. En fin, gracias a Red love kawaii, Cin, ValeyRD, IsabellaMurakami, jessicaraya, maria, NelikaEli, Asu Giuliani, Sthef Black y BlackBerryMB3 por sus comentarios y PM, y a todos los que leen, dan fav y follow. Contesto:
Cin: Me alegra que te gustara y que hayas podido imaginártelo por completo, es la idea n.n un beso :3
IsabellaMurakami: Me alegra que te gustara n.n y pues, ahora viene la hora de Kirishime eh? ;)
Maria: Pues directo a lo importante se van ya ;) jajaja lamento haberme tardado y realmente me alaga lo que dices del fics… ya sabes que estaré atenta a tu versión; tenle un poquito de fé ;) un beso :3
Los demas por PM; Ahora sí, ¡A leer!
Capítulo 7: Satisfecho
- ¿Q…Que mierda estás diciendo? – Preguntó Yokozawa confuso y, debía admitirlo, ruborizado.
- Lo que oíste – Susurró Kirishima, tenía un ligero rubor en las mejillas, pero su mirada estaba fija en Yokozawa. – No me interesa Yasuada ni ningún otro hombre, me interesas tú – Dijo con claridad – Llevo semanas imaginando lo que será sentirte dentro, desde aquella vez que se te escapó decir que se sentía "tan bien" – Tuvo que desviar la mirada un segundo, apenado antes de continuar con un tono que intentaba parecer de reproche – Nunca había sentido esa curiosidad hasta que tú hablaste, así que es toda tu culpa y tienes que hacerte responsable, Takafumi.
Lejos de un oso, Yokozawa parecía un cervatillo al que un auto acababa de encandilar con los faros, parado allí con los ojos abiertos de par en par totalmente desconcertado, sin la más mínima idea de que dirección se suponía que debía tomar.
El silencio que siguió a la declaración del castaño fue incómodo. Kirishima se rascó la cabeza sin saber que más decir; a su parecer, había sido bastante claro respecto a lo que quería ¿O quizás debió tirarse a la cama y gritarle "ven y tómame"? Casi se riñe mentalmente por ese estúpido pensamiento, pero era quizás, una manera de distraerse de lo que realmente le preocupaba: tal vez Yokozawa no le apetecía intentarlo, quizás él era el único con la absurda idea de intercambiar roles cuando bastante bien que les funcionaba su relación tal y como estaba.
- Está…está bien si no quieres – Desestimó enrojeciendo de pronto hasta las orejas al considerarlo. Hasta ese momento se había sentido apenado, pero ahora no pudo evitar sentir la vergüenza creciendo en su rostro. – Tampoco es algo que lo desee taaanto y… si no quieres…es una idea absurda… no hay problema…
- Zen, cállate de una puta vez – Gruñó el pelo negro acercándose a él y tomándolo del brazo para pegarlo a sí y besarlo. Kirishima jadeó en sus labios por la sorpresa, pero se dejó hacer, recibiendo un beso profundo y demandante, como el que le había dado en el ascensor de Marukawa Shoten esa misma mañana.
No podía negar que estaba sorprendido, pero a un tiempo la confesión del castaño había hecho feliz a Yokozawa, tranquilizándolo y en cierto modo, halagándolo; él había creído que ya no despertaba el deseo de Zen cuando la realidad era totalmente lo contrario: lo deseaba tanto que quería algo que no habían considerado hasta ahora, algo que él había negado indirectamente desde el primer momento cuando le aseguró a Takafumi que "Aún falta mucho para que alguien como tú pueda dominarme" y ahí estaba, tan solo unos meses después habiéndolo hecho cambiar de opinión sin siquiera proponérselo.
- ¿Estás seguro? – Preguntó sobre sus labios, para darle tiempo de arrepentirse, y sobre todo para armarse de valor; no es que no supiera lo que tenía que hacer o que fuese su primera vez como activo en una relación sexual, con Takano había jugado ese rol muchas veces; no, era que esta vez era Kirishima, el hombre que amaba, la persona más importante en su vida; y si él quería intentarlo, Yokozawa se encargaría de que esa fuese una primera vez que disfrutara completamente, y eso cargó un gran peso sobre sus hombros.
- ¿Acaso no fui lo suficientemente claro? – Bromeó, tomando una de las manos del oso salvaje y colocándolo sobre su espalda baja para que pudiera sujetarse de su trasero. Yokozawa se aferró besándolo nuevamente, arrancándole un gemido y llevándolo consigo, con total determinación para llevarlo de nuevo a la habitación.
Kirishima se dejó caer sobre la cama con el corazón latiéndole más fuerte y rápido que antes, porque esta vez la expectativa de lo que pasaría era real, no solo el anhelo en su cabeza; Yokozawa sabía lo que quería y realmente estaba dispuesto a dárselo.
Sintió las manos de Yokozawa introducirse en su pantalón, con un roce conocido sobre su piel, pero no fue allí donde se detuvo: sus dedos largos y delgados delinearon su miembro, pellizcando la piel sensible de sus testículos y continuaron en una caricia a través del periné. Kirishima gimió en medio del beso al sentir su dedo rozar su entrada, un área que nunca nadie había explorado.
Yokozawa abrió los ojos con sorpresa retirando su mano y separándose del castaño.
- ¿Esto…es lubricante? – Preguntó desconcertado ante el gel en sus dedos.
Kirishima se estremeció totalmente azorado por verse descubierto, desvió la mirada de pronto sintiendo la necesidad de desaparecer y que lo tragase la tierra cuanto antes. Yokozawa no pudo evitar reír al notar su rubor, no negaba que se sintiera también algo avergonzado, pero con cada nueva cosa de Kirishima que iba descubriendo, solo le daba más confianza para continuar.
- ¿Acaso…te estabas tocando allí pensando en mí? – Preguntó. Kirishima masculló algo que Yokozawa no pudo entender. - ¿Qué? Lo siento ¿Qué dijiste? – Mantenía su sonrisa, Kirishima sintió el impulso de arrojarle algo, lo estaba disfrutando el muy insolente.
- Ya que no lo hacías tu… - Dijo intentando recuperar algo de su dignidad y ganarle esa; pero rápidamente supo que no lo conseguiría cuando la sonrisa del moreno se amplió.
- Oh bueno, si estás tan bien tu solo…- Dijo sugerente, apartándose, pero el castaño fue más rápido atrapándolo con sus piernas y brazos alrededor de la cintura y cuello respectivamente.
- No intentes escaquearte de tus responsabilidades – Le advirtió y la sonrisa felina que le devolvió el hombre de ventas le cortó el aliento por completo, porque claramente no lo haría.
Yokozawa lo besó apenas lo suficiente para que se distrajera y aflojara sus brazos y piernas para poder abandonar sus labios y ayudar a Kirishima a deshacerse de sus pantalones; el miembro del castaño volvía a estar duro y ansioso por recibir atención nuevamente.
Yokozawa recorrió con pequeños besos su longitud, ya se había dedicado a él hacía unos minutos; y si Kirishima lo deseaba lo suficiente como para explorar su entrada por su cuenta, debía cumplir su palabra y hacerse responsable y para eso conseguiría que Kirishima gimiera su nombre haciéndole estallar con sensaciones que nunca antes había sentido.
Mordió la piel de sus testículos, succionando cada uno, disfrutando al ver como el castaño se aferraba a las sabanas de la cama; su lengua se deslizó por el periné, intentando controlar en sí mismo el hormigueó que nacía en su vientre bajo: le había hecho sexo oral a Kirishima muchas veces, hacía tan solo minutos de la última vez, pero esto sería una nueva experiencia para ambos: era la primera vez que su lengua incursionaba en la entrada del castaño, apenas rozándola en principio cuando…
- ¿Qué carajos estás haciendo? – Yokozawa no tuvo tiempo de intentar apartarse o responder: sintió ambas piernas de Kirishima cerrarse por reflejo golpeándole en la cabeza.
- ¡ZEN! – Gruñó saliendo de entre sus piernas - ¿Qué diablos…? – Pero se calló al verlo, el castaño se cubría el rostro con un brazo y lo poco que dejaba al descubierto estaba tan rojo que parecía una señal de pare.
- No… ¿Qué estás…? Eso es… es vergonzoso – Balbuceaba.
- No vengas conque eres tímido ahora – Lo riñó medio en broma. Kirishima habría reído, porque su oso salvaje siempre sería así de "encantador" aun en una situación como esa, pero la vergüenza que sentía podía con él. No se atrevió a descubrirse el rostro y mirarlo, nadie nunca lo había visto de la manera en que lo estaba haciendo Yokozawa, hecho lo que su pareja hacía, se sentía vulnerable a él y eso le avergonzaba a pesar de saber que no desearía estar en esa posición con nadie más.
Takafumi por su parte sonreía suavemente ante la estampa que le mostraba; amaba ver esa faceta suya, amaba descubrir que Zen no era tan desvergonzado como se comportaba en ocasiones y aún más amaba que él fuese el único al que le permitiera verlo de esa forma.
Volvió a su rostro, besando su mejilla para intentar tranquilizarlo, tomó la mano del castaño para descubrir su rostro. Los ojos de Zen evitaban mirarlo y se descubrió pensando que después de todo, Kirishima podía llegar a ser realmente adorable y deseaba, más de lo que había creído, hacerlo suyo por completo, por primera vez.
- Confía en mi Zen – Le susurró al oído con voz grave y ronca por el deseo que crecía con cada segundo; no soltó su mano y con la otra presionó suavemente para que abriera las piernas de nuevo.
- Confió en ti – Aseguró el castaño aflojando un poco las piernas – Es solo que…
- Cierra los ojos, céntrate en lo que sientes, no pienses en nada más – Le pidió; el castaño asintió sin soltar su mano, cerrando los ojos y sintiendo a Yokozawa otra vez entre sus piernas, su aliento cálido sobre partes de su anatomía que nunca habían recibido la atención de nadie; y entonces lo sintió: La presión suave, cálida y húmeda de su lengua.
Sus dedos se crisparon al contacto, sintiendo como Yokozawa bordeaba su entrada, recorría su esfínter; sintió la mano de Yokozawa darle un suave apretón a la suya mientras la otra le regalaba suaves caricias circulares en la cara interna de su muslo.
- Ah… Ta…Takafumi… - Como toda respuesta Kirishima sintió la lengua del moreno introducirse por completo, rozando sus paredes haciéndole arquear la espalda por lo placentero que estaba resultando eso, por lo erótico que era sentir la respiración de Takafumi sobre su miembro o el vaivén de su lengua. Apretó aún más la mano de su pareja, aferrándose al colchón con la otra; era tan vergonzoso y sin embargo lo último que quería era que no se detuviera – Ahg… no… Ahh te… no te detengas – Suplicó.
Y Yokozawa no pensaba hacerlo, cada jadeó, cada movimiento crispado de Kirishima, cada espasmo en su cuerpo solo lo hacían sentirse cada vez más satisfecho y feliz; su propio miembro había vuelto a enristrarse tan solo de escuchar y sentir lo que estaba siendo capaz de causar en su pareja.
Se separó solo por un segundo, moviendo sus caderas para que su miembro mantuviera el roce sobre el de su pareja, disfrutando de sus gemidos suaves, y de los movimientos de su cadera en respuesta a la fricción; mientras las manos del oso salvaje tomaban el frasco de lubricante que había estado abandonado en la cama desde su interrupción anterior y vertió una buena cantidad sobre sus dedos.
Dejó el roce para dirigir sus dedos a la entrada de Zen, tanteando primero con uno, como si quisiera advertirle o quizás pedir permiso; el castaño no se apartó por lo que Takafumi continuó introduciendo solo una falange en principio, y retirándola, esperando a que Kirishima se acostumbrara a la intrusión antes de introducir un segundo dedo.
- Espera… espera… - Intentó, arqueando la espalda. Él se había detenido en la soledad de su casa porque la intromisión le había parecido molesta, y justo ahora no lo sentía muy diferente. Yokozawa no se detuvo, sus dedos se abrían y cerraban en su interior – Arhg no… Ah – Jadeó cuando el pelonegro atrapó su miembro con su boca nuevamente, el castaño se retorció, la intromisión dejó de ser el centro de atención para su mente y en su lugar se centraba en no correrse y acabar el momento por la forma en que el hombre de ventas besaba, succionaba, mordía y lamía su miembro – Ah… Takafumi… deten ¡ahg! - Apenas y notó el tercer dedo en su interior, entrando y saliendo, adaptándolo lo mejor posible. – Oh te detienes o me corro – Gruñó entre jadeos.
Yokozawa rió por lo bajo, deteniéndose, no quería llevarlo al límite, no todavía. Se estiró para tomar un nuevo condón de la mesita de noche, dispuesto a colocarlo sobre su miembro duro, pero Kirishima le sujetó de la mano.
- No…- Negó con las mejillas rojas – Te dije que quiero sentirte. – El pelo negro se ruborizó.
- Deja de decir cosas vergonzosas – Lo riñó.
- Tengo más de donde salió eso – Aseguró el castaño con una risita burlona que intentaba disimular su vergüenza.
- No creo que tengas algo más vergonzoso que decir – Kirishima enarcó una ceja aceptando el reto – Zen… ¿estás seguro…? – El castaño se incorporó un poco besando su quijada hasta llegar a su oído, con la principal intención de evitar verlo a la cara mientras susurraba.
- Yokozawa San, por favor sé gentil – Yokozawa casi se atraganta por eso, masculló algo, no estaba seguro si era una respuesta o solo una maldición por ese empeño de Zen de siempre querer avergonzarlo y aún más de porque siempre lo lograba. Lo besó en el hombro como un gesto tierno que estremeció a Zen con la misma intensidad como lo había hecho todos lo que Yokozawa le había hecho hasta el momento, porque era su forma de responderle a su comentario; de decirle que, de hecho, lo sería.
Dejó que Yokozawa volviese a recostarlo en la cama, acomodando una almohada en su espalda antes, para luego posicionarse entre sus piernas, alineando su miembro a su entrada. El corazón se le desbocó al sentir el roce, mientras los ojos castaños del oso salvaje se mantenían fijo en los suyos; y la expectativa se transformó en emoción y rápidamente en miedo.
¿En qué diablos estaba pensando? Él conocía la anatomía de su pareja por completo y Yokozawa tenía un miembro para nada despreciable, no había manera de que eso entrara en él.
- Relájate – Le susurró el pelonegró al notar el cambio en su mirada; empujando con suavidad. Kirishima se tensó al sentir la intromisión sintiendo el dolor agudo en toda su espalda baja, contrayendo como acto reflejo su entrada y arrancando sin quererlo un fuerte gemido de Takafumi – Zen… respira. – Le pidió poniendo todo de sí para no correrse por lo fuerte que estaba apretándose el castaño a su alrededor; intentó realizando pequeñas caricias en su abdomen y su torso para ayudarle a relajarse. – Si no aflojas un poco no podremos…
- ¡No! ¡Espera! ¡Espera! – Lo interrumpió - ¡Sácalo! – Exclamó Kirishima; Yokozawa sintió la tensión del castaño alrededor de su miembro incrementarse. – ¡Duele como el demonio!
- Está bien, relájate – Intentó calmarlo y Kirishima debía admitir que no fueron sus palabras sino esa voz sedosa que usó lo que lo relajó. El pelonegró lo besó, atrapando solo su labio inferior de forma tierna – Voy a esperar que te acostumbres, pero tienes que relajarte.
- Debes amarme demasiado para dejarte hacer esto por mi todo el tiempo – Balbuceó casi con un puchero. Yokozawa rio, podría decirle que la primera vez siempre dolía, que luego se sentía muchísimo mejor, pero no fue eso lo que brotó de sus labios.
- Te amo Zen – Kirishima jadeó de sorpresa, atacando los labios del pelonegro, recuperando la intensidad y el control en ese beso. Yokozawa gimió en sus labios, respondiéndole con el mismo deseo, sintiendo como el castaño se relajaba un poco lo que él aprovechó para tantear su tolerancia, moviendo la cadera suave y lentamente. Kirishima cortó el beso de inmediato.
- ¿Me detengo? – Susurró Takafumi. Zen se mordió el labio, finalmente negando. Yokozawa sonrió continuando con sus embestidas suaves, dándole oportunidad a que se acostumbrara a la intrusión y el movimiento, besando su quijada, succionando la piel en su cuello o mordiendo suavemente la piel sensible tras su oreja, para mantenerlo relajado. – Se sentirá mucho mejor, lo prometo – Aseguró a su oído. – Solo déjame encontrar…
Como si lo hubiese planeado, su miembro rozó ese delicioso nudo de nervios en el interior de Zen; el castaño gimió fuertemente apretándose alrededor de su pareja, sintiendo como Yokozawa volvía a embestir contra ese lugar que producía fuertes descargas eléctricas que crispaba de placer su cuerpo, haciendo que su mente se nublara con un único pensamiento
- M..ah…mas – Gemía retorciéndose bajo el cuerpo del oso salvaje – Oh Taka…fumi…sigue … - Yokozawa sonrió complacido, con la confianza para aumentar el ritmo de sus embestidas; cada una dedicada a hacerlo estallar de placer, a hacerle sentir lo que nunca antes había sentido.
Kirishima movía las manos sobre la cama como si no supiera que hacer con ellas, seguía doliendo, no iba a negarlo; pero el placer era tan intenso que no podía importarle menos, al contrario, sus caderas habían empezado a moverse en respuesta a Yokozawa, profundizando cada vez más su incursión, sentía que iba a venirse en cualquier momento, pero no quería y permitir que esa nube de placer desapareciera tan pronto.
Finalmente, sus manos encontraron asirse con lo que tan ansiosamente buscaban; se posó sobre el hombro de Yokozawa halándolo hacía su persona, rodeándolo con ambos brazos y aferrándose a su espalda; deleitándose con la expresión concentrada de Yokozawa sobre él; era tan excitante como había imaginado, e incluso más.
- Z…Zen – Jadeó Yokozawa inclinándose para besar sus labios con ansias, con una sed que solo podía ser saciada bebiendo los gemidos del castaño; dejando que el sonido del vaivén de sus caderas, sus respiraciones agitadas y los jadeos ahogados fuese lo único que se escuchara en todo el apartamento.
- Ta…Takafumi – Gimió – Voy a…voy…- Yokozawa aceleró las embestidas sin dejar de besarlo, mientras su mano se hacía con el miembro del castaño bombeando de arriba abajo para llevarlo al límite, a ese punto de no retorno. Dejó sus labios para poder observar su rostro, para grabar en su memoria esa primera vez, ese primer orgasmo de Kirishima recibiéndolo en su interior, para no perder detalle de como por primera vez desde que estaban juntos, era Kirishima el primero en correrse.
El castaño se corrió finalmente con un gemido ronco del nombre del oso salvaje, cerrando los ojos dejándose llevar por la marea de sensaciones y placer; sus uñas clavándose en la espalda de Yokozawa quien ante la simple visión del editor sintió que llegaba a su límite; continuó con un par de envestidas más, sintiendo como Kirishima se contraía a su alrededor con espasmos y sin contenerse más dejó que el orgasmo lo alcanzara; llenando con su esencia el interior de Kirishima,
Les tomó unos minutos normalizar sus respiraciones; las manos de Zen seguían aferradas a la espalda de Takafumi quien se había dejado caer parcialmente sobre él en un medio abrazo; podía percibir la sensación cálida y pegajosa escurrir de su interior y se aferró aún más a él buscando sus labios para besarlo, toda la intensidad de antes se había aplacado; este era un beso suave, apacible que le agradecía por haber cedido a sus caprichos, que intentaba expresarle lo que sentía y por si las dudas lo verbalizó.
- Te amo Takafumi – Yokozawa se ruborizó y Kirishima rió volviendo a besarlo, porque solo el Oso Salvaje de Marukawa Shoten podía ruborizarse de esa forma después de todo lo que le había hecho.
Ellos habían estado con otras personas antes, cada uno tenía su propia historia, su propio pasado; pero Kirishima sonrió al pensar, que después de todo, podía decir que Takafumi había sido su primera vez.
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- Así que te comportabas raro y hacías cosas osadas en la oficina porque estabas celoso de Yasuada ¿Eh? – Comentó Kirishima a modo de broma, tenían unos minutos así, acostados juntos en la cama. Yokozawa había limpiado un poco el desastre seminal que habían causado y estaban disfrutando ahora de la compañía del otro por un rato antes de ir juntos a la ducho y ¿Por qué no? Buscar un segundo round.
El oso salvaje tenía los brazos a la cabeza usando las manos de almohada mientras que el castaño acostado de medio lado lo observaba, ambos lo suficientemente cerca para disfrutar del calor que sus cuerpos expedían.
- No me lo recuerdes – Gruñó.
- Y si te dijera que siempre me ha llamado la atención… no sé…Ijuiin, tal vez… ¿Qué harías? –Preguntó con una clara insinuación. Yokozawa endureció la mirada por un segundo, sonriendo con afabilidad luego.
- Tengo hambre – Dijo simplemente - ¿Traerías los bentos que dejé en la cocina?
- Pensé que eran para mañana.
- Mañana preparo otros – Dijo besando al castaño quien asintió incorporándose de la cama.
- Está bien – Aceptó – Pero no me has contesta...- Kirishima se interrumpió al caer estrepitosamente al suelo sintiendo el agudo dolor en sus caderas como si algo las partiera atravesándola desde adentro a la vez que las piernas dejaban de sostenerlo. Yokozawa rio bajito, ¿Para qué hacer una batalla verbal cuando podía dejar que su cuerpo fuese venganza suficiente? - ¡Takafumi! – Exclamó el castaño con dramatismo al ver a Yokozawa incorporándose - ¡Me dejaste invalido! – Lo acusó.
Yokozawa rio abiertamente, ayudándolo a incorporarse.
- ¿De qué hablas?, si fui gentil – Bromeó – Además, te gustó, ¿o no? – Cuestionó con altanería ayudándolo a sentarse de nuevo a la cama. Yokozawa disfrutó enormemente como el sonrojo teñía hasta las orejas de Zen mientras asentía. - Entonces más te vale que no te intereses en nadie más o no se va a repetir – Amenazó robándole un beso suave – Traeré algo de comer.
Kirishima lo miró colocarse los calzoncillos antes de alejarse fijándose en su espalda desnuda y trasero bien marcado. Amaba ese trasero más que nada, pero debía admitir que a pesar del dolor todo en esa noche había valido la pena, y por supuesto que quería repetirlo, así que no…no se fijaría en nadie más.
- ¿Y si es solo sexo sin interés? – Preguntó por lo alto.
- ¡Púdrete! – Rio ante la respuesta del pelo negro, porque amaba a Yokozawa, lo deseaba, pero también amaba ganarle y cabrearlo en el proceso.
FIN
_OO_OO_
¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado :) la verdad estoy muy satisfecha con el resultado, quería que a pesar de que los roles sexuales cambiaran, siguieran siendo el mismo Yokozawa y Kirishima de siempre y creo que lo logré n.n espero que piensen lo mismo :P
Les agradezco a todos por llegar hasta aquí y apoyar esta pequeña locura que surgió en un día de aburrimiento mientras sufría del tráfico en el bus y de mi pequeño amor porque los ukes tomen el control de vez en cuando ;)
Nos leemos pronto
Besos :3