CONFÍA EN MI

Mi vida tenia tan solo un significado de ser, una única razón por la cual luchar y seguir. No importaba nadie, no importaba nada, a pesar que eso también me incluía a mi. Apoye mi cabeza y mi espalda a la pared, respiraba agitada mientras que sostenía entre mi brazos, el motivo por el cual huía desde hace cinco años para no ser atrapada, para no ser descubierta y para que no me arrebataran lo que por derecho es mio. Tome un poco mas aire, lo pegue contra mi pecho y mirando de un lado a otro avance por el enorme callejón y a tan solo un segundo de voltear la esquina, mi cuerpo choco un poco fuerte contra algo que me hizo retroceder haciendo que agachara la cabeza, cerrar mis ojos y solo pensar: No puede ser, nos encontraron...

CAPITULO 1: EMBOSCADA

HACE TRES AÑOS

Tenía el terrible presentimiento que él sabía algo. Me veía desde el extremo de la mesa mientras mostraba con seguridad su etiqueta, que había aprendido desde pequeño pero ya no sabía si creerlo. Se interrumpió abruptamente para limpiarse la esquina de su boca.

- ¿Te ocurre algo? – me decía al dejar la servilleta en la mesa y sonreírme

- No – cortante, algo temerosa, y a la defensiva salió mi voz. Algo que no debió ser

Se sentó firme para poder verme con mayor claridad. Su mirada podía traspasar mis ojos y ver que hace dos días descubrí ese documento que me decía todas las cosas que él por cobardía no me daba una respuesta clara. Decidí seguir comiendo para poder ignorarlo y no entrar en ningún tema específico.

- Cariño, ¿Esto es porque cancele a última hora nuestro viaje a Venecia?

Suspire con alivio interno al saber que no me había descubierto. Segui comiendo.

- Marie…

Claro así me llamaba, por mi nombre real, cuando estábamos a solas, pero para los demás tenía otro nombre, el falso que insistió ponerme hasta que accedí. Estúpida.

- Por favor sé una señora comprensible. Podremos hacer el viaje a fin de mes.

- No. gracias.

Porque no estaremos aquí a fin de mes.

- Cariño para poder tener las cosas que nos rodea – dijo señalando los lujos que me habían rodeado por tres años, haciéndome sentir una mujer con poder y eso estaba bien pero no acosta de no saber de dónde venía – tengo que trabajar mucho, lo sabes pero mi familia es primero.

Patrañas. Solo me daba ganas de lanzarle cualquier cosa por la cabeza. Control, Isabella.

- ¿Lo entiendes, verdad?

No respondí. Iba volver a hablar pero uno de sus asistentes llego para interrumpirlo.

- Señor, los asistentes ya llegaron… tiene que ir ahora…

- Está bien. Quil.

Se paró con mucho apuro. Si, ve a tu reunión de ladrones y estafadores, pensé. Termine con rapidez la entrada y ya no quería más. Arrastre la silla para atrás y note que Richard ya estaba a mi costado tendiéndome la mano. Lo vi directamente a los ojos, al alzar la vista y así me levante. Retiro su mano para poder verme con algo más de paciencia que acostumbraba.

- ¿No comerás más? ¿No te gusto?

- No tengo apetito – dije para pasar la saliva

Tomo aire por la boca y lo boto por la nariz para mover su cabeza en forma de negación.

- Mañana te regale un collar de oro para que te sientas mejor

- No, lo necesito ya tengo muchos…

Se aproximó un poco y tomo mi mano lo junto con sus labios. Me vio un poco más para susurrar.

- Descansa, dale un beso a Austin de mi parte

- Claro – musite para fingir una sonrisa pero no fue suficiente.

Bajo mi mano y se retiró con sus dos guardaespaldas. De parte de Quil me hizo una reverencia y se fue. Ok es ahora, corrí hacia mi cuarto. Saque la mochila que guarde de bajo de la cama. Verifique todo. Luego me arrodille y retire la alfombra entonces palpe con las yemas de mis dedos la tabla sobresaliente. La encontré y le di un golpe, se abrió y retire la tapa que se veía como sócalo. En su contenido estaba mi pasaporte y varios documentos más con una fuerte cantidad de dinero. Ordene todo para no dejar ninguna evidencia entonces me dirigí al cuarto más importante para mí. Si lo iban a atrapar, cosa que en algún instante sucedería entonces no me encontraran a mí. No, no lo iba a permitir.

- Giselle, dime que ya está listo – le dije al entrar con rapidez y cerrar la puerta para ver que nadie pudiera aproximarse

- Si señora – me dijo al ponerle su chompa que le regale por su cumpleaños

- Mamá – musito mi pequeño que apenas tenía cuatro años – no quero despeta

Sus ojos color verdes al igual que Richard combinado con unos cabellos claros que son herencia de su padre, me hacían sentir una nostalgia enorme, Richard podía ser cualquier cosas pero siempre fue un buen padre desde que nació Austin, apenas iniciada nuestra relación, nos casamos y nueve meses después ya lo teníamos. Pasaron cuatro años en medio de la incertidumbre de que se trataba su trabajo y ahora lo sé.

- Lo sé, pero vamos a dar un paseo, pequeño – lo cargue para tenerlo entre mis brazos

- ¿Papá? – pregunto soñoliento y casi bostezando, es una ternura definitivamente

- Vendrá después, amor – le dije para ver a Giselle que tenía puesta su mochila mientras me comía un sollozo para que no se alarme Austin. – Giselle ¿Ya tienes todo?

- Si señora, el perrito de Austin ya está en el punto de encuentro

- Bien ¿Tu maleta?

- Aquí – dijo para enseñarme su espalda

- Ok, es hora – cargue a mi pequeño y a justar mi reloj. Solo contábamos con media hora para salir de la casa, fuera de eso no podríamos salir. Cubrí a Austin con una manta y me abrazo para quedarse semi-dormido en mi hombro

Me dirigí a una de las paredes donde se haya el closet, abrí la puerta y prendí la luz, Giselle se colgó el bolso de Austin. Entonces empuje la puerta secreta que había diseñado Richard, siempre me pregunte para que lo quería porque no entendía el propósito… pero ahora ya lo sé. Caminamos por un corredor enorme que nos llevaba al cuarto donde se colocaba todos los instrumentos para el jardín. Sin mucho ruido, cerramos la puerta no sin antes ver que alguien estuviera ahí. Giselle se aproximó a un extremo de una mesa de madera mientras yo veía si Austin estaba bien.

- Señora aquí está el cachorro – musito con dificultad porque el perro de raza gran danés había crecido más rápido de lo que considerábamos. Felizmente es calladito porque si no hubiéramos tenido que dejarlo.

- Perfecto ahora tenemos que irnos - Ella se colgó de nuevo el maletín de Austin y le puso la correa al perro mientras que yo con una mano sostenía a mi hijo para que no se despertara. Teniendo extremado cuidado nos acercamos a la puerta, rogábamos que no nos viera nadie. Sin embargo alguien entro de pronto haciéndonos correr por lados diferentes ocultándonos entre cajas y stands.

Trate de fijarme de quien se trataba y no es nada más que Paul, uno de los sabuesos de Richard. Perro faldero con ganas de quitarle el puesto a Quil, a como dé lugar. De pronto note que Giselle estaba en serios aprietos porque el cachorro se había soltado de la correa y comenzó andar por ahí. Paul reviso todo el lugar inspeccionando, pero no nos encontró. Mi corazón empezó acelerarse cada vez más, retumbándome los oídos y mezclándose con mi agitado aliento, no me estaban ayudando a mi autocontrol. Camino un poco más para ver inspeccionar el lugar y en el instante que se iba a ir, Rex, sale de su escondite y mueve algunas cosas haciendo que Giselle se vea descubierta.

- Pero ¿Qué carajos haces tú aquí? – musito para verla y tomarle del brazo con fuerza y levantarla de un tirón

- Eso a ti no te incumbe – respondió ella mientras trataba de zafarse del agarre pero lo único que consiguió es lastimarse más

Instintivamente abrace más a Austin, que agradecí que tuviera el sueño muy pesado. Pero no podía dejarla así, deje a mi hijo a un lado, con mucho cuidado y de a pocos salí de mi escondite entonces note que Paul la tenía sostenida del cuello.

- ¿Pensabas escapar? – dijo con mucha seriedad – sabes muy bien que no puedes salir de esta casa, nadie puede… ahora dime – le grito con mucha fuerza - ¿Con quién ibas a escapar?

Giselle estaba tratando de hablar pero no podía quería llegar al instrumento de jardinería para golpearlo pero Paul no la dejaba.

- Suéltala – grite por atrás gruñéndolo

- ¿Señora? – me dijo sorprendido pero después frunció el ceño – Así que se quiere ir…

Mis ojos se deslizaron por todo el lugar tenía que ver alguna herramienta para poder detenerlo. Entonces note una pala que estaba muy cerca de mí.

- ¿Ibas a escapar con la zorra de la señora? – rio un poco – vamos a ver que dice el jefe de esto

De pronto Giselle partearlo y el retrocedió soltándola para caer fuertemente al suelo mientras yo cogía la pala con ambas manos y musite:

- Tu – grite con fuerza, este volteo con la mano en el estómago tosiendo por el patadón – lo único que sabrá tu jefe de mi es que me fui muy lejos de él, imbécil

Entonces con todas las fuerzas lo golpee en el rostro con la pala, cayendo al suelo inconsciente. Solté la pala para correr hacia Giselle que estaba tratando de respirar.

- Giselle, Giselle… - le decía al llegar a ella mientras le tomaba los brazos para que me viera

- Estoy bien mi niña – dijo recuperando la voz

La ayude a pararse y caminamos un poco hasta llegar a la altura de Austin, entonces vi una sombra que se aproximaba. Carajo es demasiado tarde para ocultarnos otra vez. Espero que llegara y tratar de defendernos entonces la persona llego.

- Siento la tardanza… pero que – Sam deslizo sus ojos hacia Paul que estaba tendido en el suelo y después nos vio a nosotras - ¿Ustedes hicieron esto?

- Si – dijo Giselle algo molesta – ¿Porque te tardaste tanto? – pregunto mientras se quitaba la mochila y se la tiro

- ¿Crees que es fácil sacarme encima al jefe? – se defendió en el instante que atrapaba la mochila y se colocaba al lado de ella para ver que estuviera bien

Yo me acerque a Austin y lo cargue nuevamente. Al voltear vi que Sam cargaba a Rex mientras Giselle se acomodaba la mochila de Austin en su hombro.

- Es mejor que nos vayamos – musite algo más aliviada al saber que Sam estaba de nuestro lado

- Si, niña y la próxima que tú te tardes quedaras como él

Amenazo Giselle señalando a Paul. Sam puso los ojos en blanco y nuevamente nos pusimos en marcha. Llegamos con mucho cuidado al auto de Sam que se encontraba por la puerta posterior de la casa. Tuvimos que trepar unos enormes arbustos. Primero paso Giselle, luego Austin, posteriormente yo con Rex. Pero al instante que Sam iba a subir se escuchó algunos pasos, nos obligó a escondernos saltando por completo el arbusto. Giselle tenía la llave del auto, corrió hasta él con Rex y le quito el seguro. Una vez que tenía la puerta abierta, regreso con nosotros. Sin embargo, se escuchó de pronto algunos quejidos de parte de Sam. Carajo.

- Niña ya podemos irnos – musito Giselle para verme con preocupación

Sam es mi asistente, desde que puse un pie en esta casa. Siempre me cuido y me protegió de todo, así como Giselle. Ambos son mayores que ello pero eso no importa ahora, él me necesita y no lo dejare solo.

- Cárgalo – le dije mientras le entregaba a Austin – llévatelo lejos. Sino salimos en cinco minutos, no dudes en arrancar. Solo huye ¿Entendiste?

- Pero mi niña – susurro ella con los ojos desesperados

- Solo hazlo – dije para prácticamente empujarla y ella solo atino en correr

Me iba a parar y saltar los arbustos pero de pronto note que Sam terminaba de trepar los arbustos. Me hice a un lado para que pudiera bajar note que estaba algo golpeado pero nada grave.

- No pensaron que se iban a ir sin mi ¿No es así?

Sonreí débilmente y corrimos hacia el carro, entramos prácticamente lanzándonos a la parte de atrás, Giselle apretó el acelerador y nos fuimos a toda velocidad. Austin seguía algo dormido en el asiento del copiloto mientras Sam y yo tratábamos de recobrar el aliento. Es la última vez que vería el cielo de noche en Volterra, extrañaría eso y de más pero no podía quedarme aquí, la vida de mi hijo estaba en peligro, mi vida está en peligro, todas las personas que estaban a mí alrededor lo estaban. Me saque la mochila y empecé a buscar lo necesario, ya estábamos por llegar al aeropuerto. Nadie decía nada en el trayecto, seguro solo queríamos contemplar la vista.

- ¿Segura que puedes irse sola mi niña? – me dijo Giselle mientras me veía con sus ojos llenos de lágrimas. No pude más, aspire un poco de aire y la abrace con todas mis fuerzas... es muy probable que no la vuelva a ver, que nunca más la vuelva a ver, tampoco a Sam, llore en silencio para no hacerla sufrir más.

- Si, puedo sola con esto... – susurre con fuerza – por favor – le dije mientras sacaba en efectivo 1500 dólares – toma esto para que puedas irte, embárcate ahora...

- Niña esto es mucho no podemos recibirlo – menciono Giselle con el apoyo de Sam

- Es una orden – comunique tajante mientras abría su bolso y metía el dinero – yo tratare de estar en contacto contigo, pero recuerda no hables de mí con nadie... sino – dije para voltear y ver a la razón de mi vida – estaremos en peligro

- Por supuesto que no diré nada, cuídese mucho – sonrió y de pronto sonó la llamada de abordar, ella tomo su mochila Sam su maleta. Me dio un beso y un medallón para luego irse con Sam, que no fue hasta dedicarme unas palabras de aliento. Le correspondí y luego se fueron.

Yo suspire y a los cinco minutos me llamaron a mí. Me acerque a los asientos para poder cargar a Austin, mientras tomaba mi maleta. Bien, desde hoy mi vida va a cambiar. Recuperare mi verdadera identidad para poder ser alguien libre. Tome a Rex y lo puse en su jaula que previamente estaba en el carro de Sam. Lo iban a llevar en la bodega. Al registrarlo me dirigí hacia la recepción de boletos y entregue mi pase de abordar y la señorita me vio con algo de curiosidad, enarque una ceja y de pronto agacho la vista con rapidez para musitar:

- Que disfrute su vuelo, señorita

Solo asentí y rápidamente camine por el pasadizo, recordé todas las cosas que dejaba, los años que viví aquí, la coordinación para poder huir de esa vida, vacía y con negocios turbios. Coloque a un semi – despierto Austin y en el asiento mientras que yo terminaba de dar el último suspiro. De pronto me puse a pensar si es buena idea en ir hacia la casa de mis padres, pero supe que ya no había marcha atrás en el instante que el capitán anuncio el vuelo y destino mientras veía mi pasaje. Puse mi cabeza hacia atrás y voltee para ver a Austin. Recordé las cosas que nos habían pasado, la forma en que conocí a Richard, todo y para que me haga esto. No, no me iba a encontrar. Entonces sentí que el huir me permitiría estar a tiempo con mi hijo, pero sentía que esto solo es el inicio de algo muy grande, suspire para colocar mis manos en el mango del asiento. En cuanto el avión sentí que dejaba algo atrás. Sin embargo ahora tenía que sacar provecho de todo lo que aprendí en este tiempo y las palabras últimas que Sam me dijo… y que ahora en mi auto exilio aprendí cuatro cosas.

La primera, corre del pasado para poder salvar un futuro. La segunda, evita involucrarte con alguien, de esto dependerá que no te encuentren, nunca te quedes en un mismo lugar, porque así eres más fácil de rastrear y cuando sientas que ya no puedes dar más… solo recuerda… ellos te buscaran hasta que te tengan lo que quieren… pero que por derecho te pertenece…

Pase saliva ruidosamente y viendo mi pasaporte pensé. Ahora que ya recupere mi vida ya puedo hacerme llamar nuevamente Isabella Marie Swan.


Hola lectores y autores de todo el mundo. Principios de mes y les traigo una historia nueva, aquí vemos una Bella volviéndose fuerte. Dejando todo lo conocido por algo que la obliga huir y abandonar todo. Ahora tiene que cuidar su única razón para seguir con vida. ¿Que pasara con esta historia? ¿Que fue lo que encontró para que la afecto tanto? Quizás tengan una idea así que espero sus comentarios!

Quiero agradecerles a todas los lectores, autores y silenciosos que apoyan a los fics que creo. A mi grupo de facebook WORLD OF MAYITO y las chicas de ELITE FANFICTION que me apoyan con las publicaciones a Maya Masen, Marie Pattinson, Montse Díaz, Melina Aragon y a mi querida amiga Angeles Bzc que me apoya siempre. Gracias por estar en esta nueva aventura de fic jejje

Bueno lectores les invito a leer los siguientes capitulos para que se enteren de mas cosas y descubramos la trama de esta nueva historia. Tambien les invito a leer COMPLETAMENTE MÍA. Ambas historias las actualizare los domingos por la noche. Espero sus comentarios y les haya gustado. Adios, Bye bye, Au revoir.