Si el suelo que pisas se mueve de esa manera significa que algo grande está pasando, al menos algo más grande que el suelo y por lo tanto más grande que tú.

Uno de los instintos mas primitivos es temerle a lo que es mas grande que tú, el pánico en una situación así no es bueno, pero es totalmente comprensible, Stone abrió los ojos justo cuando las cosas se pusieron especialmente violentas.

Se levantó de golpe, la habitación estaba totalmente sola, la espalda le ardía y sus ojos le picaban.

Dormir sobre una lamina de metal no era el problema, el problema era que esta se calentaba rápido con el resto de la nave, una falla de diseño que Stone detestaba con toda su alma.

Durmió con las botas puestas, una ventaja que ella decidió darse. se puso su chaleco antibalas, y el resto de su uniforme (casi armadura). En su hombro el logo rojo de las Fuerzas especiales. la turbulencia hacía que sus compañeros corrieran por los pasillos, por lo que era fácil entender cuales fueron las ordenes que se dieron mientras ella se entregaba al sueño.

Detesta dormir en horarios de trabajo, pero es complicado cuando tu trabajo te demanda las 24 horas, sin saber nunca cuando tendrás que entrar en acción.

Pronto llegaría a la zona de lanzamiento, se formó junto con el resto de ¿ponys?

Expresiones tales como referirse a todos los presentes como "Ponys" era complicado, junto a ella había centauros, Halcones, zorros y hasta reptiles con el mismo uniforme, el mismo logo rojizo de carta de póquer.

Hasta el frente, un potro fornido con un cubrebocas metálico que bajaba hasta su pecho.

.— muy bien florecitas, conocen la rutina.

Stone giró a su derecha al igual que la mitad de sus compañeros, la otra mitad giró hacia la izquierda y a la par, todos tomaron sus armas correspondientes, El unicornio blanco continuaba.

.— Las instrucciones se las di antes, pero para los flojos y glotones, aquí van de nuevo. Intercepten el paquete, Maten lo que tengan que matar – El potro miró fijamente a Stone, casi como adivinando lo que estaba por hacer. — y aléjense de los ángeles. – tiró de la palanca, la compuerta se abrió y el exterior comenzó a absorberlos – YA NO HAY TIEMPO, VAYAN, VAYAN, VAYAN.

Stone solo escuchó el tercer "Vayan" antes de que el golpe de aire la dejara sorda.

Con el cuerpo extendido la resistencia del viento la hacía caer lento, dejándole ver una capa de nubes rojizas que daban destellos de luz entre ellas, las atravesó con la adrenalina en todo su sistema nervioso, pues sabía que no eran relámpagos.

Del otro lado, una holeada de explosiones cubría la ciudad de Ponyhattan y aéreos eran destruidos por los proyectiles que eran disparados desde el suelo.

Stone, notó cómo uno de sus compañeros entró a una de esas explosiones y sabía que esa seria la ultima vez que lo vería.

Afiló su postura, se volvió un tronco o, mejor dicho, una piedra afilada que cortaba el viento y se precipitaba velozmente.

No notaba la presencia de todos hasta que alguien abrió su paracaídas el los demás lo siguieron, Limestone no sería la excepción, fue en un punto bajo para que los antiaéreos no los detectaran a tiempo, casi casi cuando tenían edificios a su izquierda y derecha, una maniobra peligrosa pero bien practicada, sin embargo, por mas practica que tenga, Limestone siempre tendrá un problema grave, el aterrizaje.


LA ULTIMA PIE: T2


¿Razón para vivir…?: LDOM 3

Sus pies llegaron primero a las ramas de un árbol que creció en medio de la calle, perdió el equilibrio y prefirió rodar llegando al suelo que arriesgarse a romperse un tobillo.

Ya de pie, se quitó la mochila que guardaba su paracaídas, se desenredó y sacó su arma de la espalda, más específicamente: el segundo modelo de un cañón Delta 76 o cómo comúnmente lo llaman sus compañeros, la razón por la que nadie se la quiere coger.

El alargado cargador solo daba una ligera idea de cuantos tiros tenía disponibles, el brillo azulado de su interior siempre la reconfortó, un indicador de tener el tanque lleno.

Junto a ella, pasó el zorro agachado, lo que la incentivó a agacharse también, confiar en los instintos de las distintas especies que le rodean la ha mantenido con vida.

Para su fortuna, cayeron en una zona tranquila, pero a un par de cuadras se podían escuchar disparos, rugidos de bestias y hasta gritos desesperados.

Alpha calló al último, el unicornio blanco con aquel extraño aparato pegado a su boca y garganta – mierda – alcanzó a decir.

. — Señor, el teniente Frent fue…

. — Lo sé, también lo vi, guarden un segundo de silencio mientras avanzamos.

. — Pero señor Armor …- insistía Limestone.

. — No hay tiempo Stone.

. — Era el único que los podía detectarlos antes que ellos a nosotros.

. — Soy consciente de ello.

Sin muchas ganas, siguió a su líder al igual que el resto.

El panorama no pintaba bien, pronto se toparían con un escuadrón de su misma categoría, hecho pedazos en medio de un monumento a la paz.

. — mierda… - dijo el centauro.

. — primera palabra de mi idioma que pronuncias bien – dijo el zorro – sigue así compañero.

Limestone admiró el monumento, un potro de cuerpo celestial que levantaba firmemente un brazo, sosteniendo un ave emergiendo de un huevo.

El ave estaba llena de sangre, la experiencia de Limestone la hizo deducir que una de esas cosas, había tomado a uno de los soldados, lo había arrojado contra la estatua y su cabeza se reventó contra el ave de piedra, lo sabía pues: su cuerpo estaba tendido en el suelo con una contusión indigestamente visible en el cráneo.

Una joven Can quedó espantada con la escena por el obvio pensamiento de haber podido ser ellos.

Un crujir los alteró, giraron sus armas a donde mismo y de un edificio salió un Potro infectado, errático y con el brazo derecho roto.

La Can le disparó, su pecho reventó y el zombi calló al suelo.

Shining Armor sintió que las cienes le reventarían, ya le habían advertido de esto, usan a los zombis mas dañados cómo alarmas, los sueltan por allí para que los más asustadizos disparen y den su ubicación.

Reprender a la Can fue algo que tuvo que aguantar.

Del techo de una tienda de abarrotes, se asomó una criatura ennegrecida, sus afiladas garras rasgaron el concreto, su boca sin labios se abrió mostrando interminables filas de delgados pero largos y filados dientes.

Con la atención sobre aquel tipo, Stone se dio media vuelta y disparó al lado contrario, el "perro" que se abalanzaba contra ellos explotó esparciendo sus azuladas viseras por todas partes.

La estrategia más común en estas "cosas" era tener un aullador, un señuelo escandaloso que los distraería mientras otros dos o tres los atacaban desde distintos ángulos.

El segundo apareció desde el otro tejado, este fue reconocido de inmediato por las pues amarillentas que brotaban de su gelatinoso interior. "Flores" los llamaban por abrirse como pétalos escupir sus dardos tranquilizantes.

Todos a cubierto, la lluvia de dardos empezó, a la joven can no le dio tiempo de pensar en el tercer monstruo cuando dos tentáculos salieron desde detrás del carro que usaba para cubrirse, se clavaron en su espalda y rodearon su cuello, Stone trató de alcanzarla, salvarla de algún modo, pero los tentáculos la levantaron muy rápido y ni ella pudo pensar en tomar su cuchillo cuando estos mismos comenzaron a triturar sus huesos y en plena agonía, los pinchos de las ventosas desgarraron su carne cual salchicha y la despedazaron frente a sus compañeros, algunos que intentaron disparar fueron condenados por los dardos y los otros atinaron a los tentáculos sin mucho éxito.

Pronto llegaron más criaturas espantosas. Stone apuntó a un toro oscuro, de 4 cuernos y nula visión que se abalanzaba contra ellos, consiguió romperle una pata cuando su disparo se inyectó en el muslo y reventó desde dentro, pero seguía arrastrándose hasta ella.

Así poco a poco los iban rodeando, habiendo aun mas monstruos de los que normalmente enfrentan.

. — RETIRADA. – ordenó tajante Alpha.

La puerta de una bodega fue abierta con magia y los que pudieron entraron buscando refugio, los que pudieron porque a uno de ellos, que trataba de ayudar a su amigo lleno de púas amarillas fue alcanzado por el toro y calló para ver que la criatura devoraba desesperadamente sus piernas.

La puerta fue cerrada, el escuadrón continuó corriendo entre los estantes con refacciones automotrices.

Por una de las ventanas, entró una de las "flores" pero con una variante importante, la incapacidad de disparar las púas, este lo que hizo fue abrirse grotescamente como solo las flores hacen, y mostrando su interior lleno de púas se abalanzó contra el zorro.

Aquel muchacho se quedó quieto mientras el resto se dispersaba y poco antes de que lo atrapara, la repisa de junto calló aplastando a la criatura con cajas llenas de refacciones automotrices.

Stone se sacudió las manos, el zorro le incriminó. — TARDASTE.

. — Quería asegurarme de que iba a morir.

. — Querías asustarme maldita perra.

Limestone le ignoró y continuó caminando con el resto del escuadrón.

Luego de asegurarse de estar a salvo, Alpha pudo decir. — aún estamos un poco lejos del paquete, ¿Cuántos quedamos?

Un vistazo rápido fue suficiente, el zorro, una lagartija el centauro un can y dos ponys y una felina incluyéndole.

. — 7, un tercio de lo que éramos…

. — claro que essste iba a ssser el resssultado – se queja la lagartija .— para que hassemosss casso a hombresss tan idiotass.

Stone puso un gesto de asco, algo parecido a estar oliendo mierda.

. — estár igual desesperado que tú en salir del prroblema – dice el centauro.

. — sí, pero no es su cola la que está en peligro – concluye el zorro – quien diga que los ponys arreglen los problemas de los ponys digan yo – tanto él cómo la lagartija levantaron la mano y dijeron a unisonó – YO.

La pared tras ellos fue derribara, polvo se levantó segando a todo el mundo, lo único evidentemente visible era el toro de cuatro cuernos quien, ahora caminaba mas erguido, al dispersarse el polvo, su pequeño ojo fue revelado justo debajo de su barbilla.

Stone sintió un escalofrió al ver aquel monstruo reflejado en la ventana, aquel ojo la miraba desde el reflejo y ella se metió aún más en el espacio entre el locker y la pared.

La bestia no parecía tener buena vista de todos modos, siguió derecho sin saber que todo el mundo se había escondido y se asomaban para verlo marcarse.

Shining vio el boquete que dejó y supo a donde se dirigía el toro.

Formaba una línea recta desde donde lo dejaron hasta el lugar a donde iban y sin pensarlo mucho lo siguieron con una distancia considerable de por medio.


Las hermosas vistas desde la colina del canguro era adornadas por un atardecer rojizo, un bello momento apreciado por Limestone Pie quien sintió sus lagrimares hincharse ante la abrumadora vista de su futuro.

Alguien más se sentó junto a ella, a la orilla de una caída terrorífica.

. — ¿En qué piensas hermananita?

. — En ti y lo insoportable que eres.

Pikie Pie suspira. — lo divertido de hacer reír a los ponys es averiguar que les hace gracia, pero cómo el nivel de un videojuego, si es demasiado difícil se vuelve frustrante.

Las hermanas se miran a los ojos y entonces Stone sonríe ligeramente. — me alegra ser tu piedra en el zapato.

. — Sonreíste, gané.

Limestone se pierde en el atardecer, una frustración profunda la invade. — sé que todo el mundo lo dice, pero no puedo estar tranquila sabiendo que todo terminó.

. — Equestria murió…-


Limestone limpia el polvo de una ventana con una manga y mira la calle desolada con desconfianza.

Al girar su cabeza con un gesto de asco le indicó al Alpha que no era buena idea atravesar la puerta.

. — bien, acabo de recibir un mensaje – habla el zorro con un dispositivo de pantalla verde en las manos – el equipo Frio está del otro lado del paquete.

Alpha confirma – sabía que no debíamos ser los únicos, ¿ellos saben que estamos aquí?

. — mi comunicador está fallando, les respondí de inmediato, les di nuestra posición y situación pero no tengo modo de saber si han recibido el mensaje hasta que me respondan devuelta.

La mujer de piedra había estado pensando en muchas cosas, entre ellas un recuerdo que compartió con Pinkie, en parte feliz por saber que no vivió esta etapa.

. — sigamos – ordenó Shining Armor.

Poco a poco la locación se volvió más un cuento de body horror, primero, cadáveres dispersos, metros mas adelante apilados y de allí, la carne se unía en una masa amorfa que cubría las paredes y piso de lo que antes era una plaza de mercados.

La entrada "invitándolos a pasar" tenía en la parte superior cientos de costillas acomodadas de tal modo que parecieran dientes afilados saliendo de la boca de un pescado gigante.

Shining Armor sacó un tubito de su bolsillo y lo quebró en sus manos, el gas verdoso los invadió un segundo y algunos los hizo toser.

. — tenemos 5 minutos antes de que el olor nos delate, avancen.

Al pisar, el peso de los soldados aplastaba hinchadas venas con sangre negra, algunas estallaban sobre sus botas y otras quedaban alteradas con un color rojizo que se intensificaba, una alarma, pero los guerreros no aceleraban el paso, sabían que era mejor guardar la calma en estos momentos.

Limestone recuerda cuando fue la primera vez que le plantearon entrar a uno de estos sacos de carne y lo primero que pensó fue en que era el día de los inocentes, pero luego de escuchar la explicación y los avances científicos en cuanto al estudio de los "corazones de muñeca" supo que mas temprano que tarde estaría aquí.

Como era de esperarse, algo escandaloso llegó desde el frente, saliendo de la oscuridad cárnica, un ser delgado de cráneo inflamado, gritando cual niño herido y agitando sus largos y casi inutilizados brazos.

Al quedarse tan quietos, la criatura se detuvo y de cerca la pudieron apreciar mejor, con el rostro derretido cómo vela y sin piel aparente, un ojo mas grande que el otro y desnivelados, la cavidad que tenía por nariz se acercó a Shining Armor por ser el "cuerpo extraño" más cercano y con su olor, la criatura retrocedió y regresó a su cueva arrastrando los brazos.

Ya con la confianza de la prisión putrefacta, sólo tenían que tener cuidado de no estar mucho tiempo bajo los ojos que colgaban o estaban integrados a las sangrientas paredes, uno que otro, giraba con el paso del equipo y otros miraban a todas partes nerviosamente.

Stone entonces, recordó eso que había escuchado hace días, sobre que algunos cuerpos siguen consientes cuando son "asimilados" sufriendo constantemente al sentir su ser desplazándose hacia todas partes. Rumores, que no te coman la cabeza.

Era imposible ver y dejar de ver cada mucosidad, cada globo de piel que se inflaba y desinflaba, cada centímetro de muerte viva asechándolos, siendo cómplices de esta mentira.

Pronto encontrarían el centro del complejo, la columna vertebral emergiendo del suelo como un árbol plantado en el infierno, sosteniendo el espacioso techo.

Shining Armor no lo pensó, se abrió paso hasta el tallo y sacó su espada, empuñándola con rabia la levantó por encima de su cabeza, apuntando con la punta el centro de la columna.

Limestone le pidió tiempo y él se detuvo.

. — Una vez lo liberes, sabrán que estamos aquí.

Shining Armor respira profundamente – ¿alguien de aquí no está listo?

Mientras sus compañeros recargaban, Stone notó algo extraño en una de las paredes y cuando el Alpha perforó la carne de la "columna" aquello adquirió sentido, sus 5 ojos se abrieron a la vez y al ver a Stone, se despegó del muro.

Un simio de rostro de tortuga, lo abrían descrito algunos, pero todos los presentes sabían que aquello no era mas que una mezcla de cadáveres.

Shining se apresuró a meter las manos en la abertura que hizo, Limestone disparó y la criatura chocó con el muro del que salió por el impacto.

El alarido de angustia de mil madres llegó desde los túneles, Limestone supuso que era el fin.

Shining sacó el paquete y el mismo comenzó a llorar.

.— shh shh shh – lo arrulló, la tierra comenzó a temblar y las paredes a contraerse.

El instinto les decía que tenían que escapar por el mismo lugar por donde llegaron.


.— QUE LE PASA!

.— Tienes que darle espacio.

.— MALDITA SEA, HAS ALGO.


Las paredes se sellaban a una velocidad preocupante, de pronto los pasos de los bípedos ya no eran suficientes, el centauro ordenó. — SUBAN.

Primero Limestone, luego de ella la lagartija y por último Shining Armor.

El reptil, cerró los ojos antes de ver cómo el zorro era aplastado dejando como única referencia el gelatinoso sonido de la carne retorcerse acompañado de sus desesperadas suplicas de auxilio.

La luz segó a la yegua y cuando por fin pudo ver, lo primero en sus ojos fue un edificio cayéndose acompañado de explosiones y rayos saliendo de todas partes.

.— mierda…

Eso frente a ellos, se le llamaba angel y estaban demasiado cerca.

El centauro dio la vuelta demasiado rápido y perdió el equilibrio, escombros llegaban como misiles y aplastaban vivos y muertos por igual.

Stone salió volando de la espalda de su compañero y rodó un par de metros antes de detenerse con un contenedor de basura, dándose un golpe muy leve a comparación de la caída.

Al ponerse de pie, sintió una puntación en su espalda, casi se disloca el hombro pero logró tomar lo que se le clavó y al sacarlo apreció en su mano un fierro oxidado en forma de punta de flecha. "tétanos" pensó para sus adentros "el mundo se cae a pedazos y yo moriré por tétanos"

Frente a ella, un espectáculo, el angel destruía todo y a todos a su paso, detrás de ella el resto de su squad en el suelo.

La lagartija no se movía en lo absoluto, teniendo un ataque de pánico, el centauro quedó con una pata rota y apretaba los dientes aguantando el dolor.

Shining se puso de pie y palideció con lo que observaba.

Miró a Limestone y le entregó lo que cargaba entre sus brazos.

. — ¿Qué crees que haces?

. — cumpliendo la misión.

Al darse la vuelta, se topó con todas las criaturas que estaban dentro del "corazón de la muñeca" y las que estaban 3 cuadras a la redonda.

Stone sabía lo importante que era cumplir con la misión, fue difícil dar la espalda, pero su necesidad emocional fue superada por su entrenamiento como soldado.

Era irónico que su única esperanza fuera ir corriendo casi directo al angel, a esa "fuerza de la naturaleza" que levantaba la tierra, abría el mar y rompía el cielo.

La luz no la dejaba ver bien, las piedras que volaban hacia ella por poco la aplastan, soldados escapaban del lugar, gritos y explosiones la dejaban sorda, estaba en medio del campo de batalla.

El edificio terminó de caer, la nube de escombros se la tragó y con su cuerpo cubrió al niño en sus brazos.

Lloraba, pudo escucharlo, después del escandalo hubo un momento de calma y solo entonces pudo escuchar al infante llorar, le vio la cara completamente limpia, lo que fue una sorpresa puesto que imaginaba que tanto tiempo metido en aquella columna lo habría deformado.

Su pequeño cuerno brillaba y sus mejillas rojas resaltaron con la entrada del sol a la nube de escombro.

Limestone sintió que se había recargado en algo, al darse la vuelta, entendió que un promocional desgastado calló detrás de ella y se había clavado en la tierra.

Una luz terrenal perforó la nube, Limestone lo reconoció cómo los faros de una camioneta.

Una silueta bajó del vehículo, delgada y con una manguera metálica conectando su cuerno con su gigantesca mochila y del mismo modo, la mochila conectada al rifle en sus manos.

Limestone sabía bien que era, había tenido un contacto muy cercano con esa tecnología, era de su bando, calló de rodillas y comenzó a quitarle el pañal al niño – Estoy viva – dijo en voz alta – por ahora.

Una afirmación un tanto boba de no ser porque en ese momento, estar muerto no significaba inanimado.

. — tengo al niñ… al paquete.

La adolescente ya no le apuntaba, con su sola voz la reconoció de inmediato.— Limestone…

. – … ¿niña?

Pumpkin cake se acercó a tratar de levantarla.

. — ¿Qué haces aquí Cake?

. — me ascendieron, mi escuadrón está muy cerca, te sacaremos de aquí.

. — wowow. Espera ¿eres parte del escuadrón frío? … ¿sabes qué? No me importa, toma – le entrega al bebé.

. — ¿sin pañal?

. — la muñeca al que se lo quitamos lo reconoce por el olor – Limestone se guarda el pañal en uno de sus múltiples bolsillos .— te doy tiempo para que corras – carga su arma.

. — ¿que? No voy a dejarte aquí.

. — es una orden soldado.

. — denegada.

Limesotne la toma del cuello de su chaleco y la levanta con violencia – te llevarás al bebé de mierda maldita niña.

La furia con la que le hablaba no parecía afectarle, Pumpkin se quedó firme en su lugar, sin apartar la mirada, sin cambiar su cara.

. — te lo llevarás – repite – te alcanzaré en la base.

. — sé cuándo mientes.

Tras esto, Limestone pie se tomó un par de segundos para respirar, se sintió culpable por haber sonado tan ruda, hace meses que no veía a la pequeña y tal vez era el mejor momento para girarse y decirle "cuídate, te quiero"

Las llantas levantaron polvo y Pumpkin se fue pisando el acelerador con vehemencia.

Limestone solo vio el vehículo marcharse, se quedaría con las ganas de decirle algo bueno para variar.

La nebulosa atmosfera se disipaba, Stone sujetó su cañón con ambas manos y comenzó a caminar hacia el lado opuesto al que se fue Pumpkin, podría correr pero la verdad estaba desganada, hace mucho tiempo que lo está.

" te amo "

Susurró el viento.

Con dolor en los ojos, ella le responde. — pero yo no…

A sus pies, la mitad de un soldado se seca, Stone la pisa sin mayor pena, rodearlo y saltarlo era un gasto innecesario de energía.

Las voces en su cabeza la vuelven a atormentar.

"pudiste salvarla"

.— pero entonces, ¿Quién la salvaría después?

No había nada mas que ella, el angel desapareció junto con el caos que provocó, su mente vagabunda se detuvo y entonces Limestone notó cómo la luz que golpeaba su espalda se detenía y una gigantesca sombra cobijaba la calle.

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. — te odio.

Limestone suspira profundamente, los ojos le pican por la nube de polvo que tuvieron que soportar y sin embargo ella disfruta de la sensación, del mismo modo que aprecia la textura del gatillo y el cargador del cañón.

Los vidrios rotos del lado derecho reflejan erróneamente a quien le mira atentamente, da la vuelta y entiende que no tiene que entenderlo.

Plana a simple vista, la muñeca parece una estrella de mar de 12 patas sujetándose a los edificios, suspendida y estirada para ver a Limestone y su cañón de plasma cargado.

De su centro, sale algo, algo explota en una ventisca de aliento fétido y filas sobre filas de dientes de cierra giran en direcciones contrarias mientras el rugir de la bestia hace que sus oídos, nariz y ojos sangren.

Stone siente todo ese dolor, pero no se mueve, levanta su cañón y descarga el cartucho entero al interior de la "muñeca"

Los dientes se notan cada vez mas grandes, ella entiende que lo único que puede hacer ahora, es ser como piedra en el océano y se deja hundir.


Si el suelo que pisas se mueve de esa manera significa que algo grande está pasando, al menos algo más grande que el suelo y por lo tanto más grande que tú.

Uno de los instintos más primitivos es temerle a lo que es más grande que tú, el pánico en una situación así no es bueno, pero es totalmente comprensible, Stone abrió los ojos justo cuando las cosas se pusieron especialmente violentas.

. — detén el camper, ya despertó.

Daring Do dio la orden, el vehículo se detuvo, los baches la habían despertado.

. — Limestone – la llama. — ¿estás bien?

Tenía la mirada perdida, pero era bueno ver que sus pupilas habían vuelto.

. — ¿se pondrá bien? – pregunta la niña.

. — hay que esperar lo mejor Pumpkin – la tranquiliza Tree Hugger.

. — oigan, ¿al menos saben si está consciente? – interviene el pegaso.

La aventurera acaricia gentilmente su rostro y pregunta. — ¿puedes decirnos algo?

Finalmente, la yegua parece reaccionar, pero luce confundida. — ¿Daring Do?

. — si… soy yo.

Gira la cabeza y ve a todos sus amigos abordo. — ¿Dónde estamos?

. — en el camper, a las afueras de Canterlot.

. — … ¿que?

. — enfermaste, buscamos un médico.

La yegua gris se recuesta por completo, frota su cara con desesperación. – mierda… ¿Qué hice ayer?

. — un trato con una bruja – le responde en tono de reclamo.

. — no ayer idiota, hablo del ayer que vendrá mañana.

Silencio incomodo, Do se levanta – creo que deberías dormir otro rato.

La cobijan bien y se marchan uno a uno para dejarla descansar, al final, la única que queda es la pequeña cake quien estaba escondida detrás de todos.

Lentamente, la tierna niña se le acerca y sacando un paquetito de su bolsillo susurra. — sé lo que necesitas – desenvuelve el cilindro y se lo deja en el pecho a Limestone .— una barrita de miel, para la digestión.

Stone no deja de mirarla, algo en su corazón se calienta y su piel se pone chinita cuando la niña le dice. — sé cuándo mientes…

Limestone intenta decir algo, pero aquella niña termina con la confesión – sé que te gusta la miel, te vi comer en el banquete con Starlight.

Ya a solas, con una barrita de miel en su mano intenta incorporarse, logrando solo sentarse.

La ventana a su costado le muestra el cielo que parece estar en una lucha eterna con el sol y la luna negándose a dejar su lugar.

La confusión se fue disipando así cómo la capacidad de recordar lo que no ha pasado,

esa noche no durmió, ni la siguiente.

Ni la siguiente.

Canción de créditos.— Mind Brand: cover by JubyPhonic.