¡Hola!

Tengo esta historia casi terminada y no pude evitar subirla :3 pienso que sera corta, unos 12 o 13 capítulos.

Aclaraciones: Naruto lo estoy planteando con un temperamento un poco mas serio, así que sera un leve Ooc. El rating es M pero por futuras escenas con toque erótico o contenido sexual. Estoy tocando un tema delicado como lo es el abuso pero no sera muy pesado, luego lo verán en la historia.

Bueno, otras aclaraciones las tocare al final del capitulo.

¡Espero lo disfruten!

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

Cruel Fairy Tale

Capítulo 1

Aún era muy temprano para haber salido de su casa hacia el instituto, de hecho era demasiado temprano. El cielo aún seguía oscuro y apenas se alcanzaban a ver los matices leves del sol pintando las nubes.

Pero no podía estar un minuto más en su casa.

Estaba tan ansiosa por salir que no le importó el levantarse e irse incluso dos horas antes de que empezaran sus clases. De todas formas no había podido dormir en toda la noche, con sus instintos alertas y sus ojos pegados a la puerta de su habitación, el miedo inundándole la piel… Fue imposible dormir. Sus blancas iris no podían dejar de ver la puerta.

O más bien a la perilla de la puerta, pues ésta se había movido casi toda la noche.

Un escalofrió recorrió su pecho hasta revolver su estómago al recordar aquello. Se abrazó a si misma tratando de entrar en calor mientras seguía su caminata.

En ese momento había sentido un miedo asfixiante y si no fuera porque antes de irse a dormir le había puesto pestillo a la puerta no podría ni imaginarse lo que le hubiera hecho ese hombre.

La perilla había forcejeado un par de veces más hasta que desistió y el molesto ruido ya no volvió a molestarla en toda la noche, pero aun así no había podido volver a conciliar el sueño. Ahí no estaba segura. No mientras viviera en el mismo techo que ese hombre.

Un nudo se formó en su garganta al recordar todo lo vivido los últimos dos meses. Dos meses desde que él se había mudado a la casa de su padre, y desde que su propio infierno había comenzado. Ya no dormía y comía bien, el terror y la incertidumbre no la dejaban. Y no sabía qué hacer.

Pero definitivamente no podía decirle a su padre, pues ese hombre era el mejor amigo de su progenitor y Kami sabía que en cualquier cosa le creería primero a él que a su débil e incompetente hija.

Desde que su hermana menor Hanabi había cumplido quince años y la habían aceptado en la prestigiosa secundaria alta con convenio a la mejor universidad de Londres que ella no pudo lograr entrar, Hinata había quedado en segundo plano ante los ojos de su padre.

Siendo Hinata Hyuga la mayor y la que no había podido entrar a esa escuela en el extranjero, se ganó desde entonces la desaprobación de su padre. Aun así Hinata había podido entrar a una muy buena y famosa escuela ahí en su ciudad. Se podría decir que era la mejor. El Instituto Konoha era una de las escuelas más solicitadas y prestigiosas de la localidad de la cual sólo algunos influyentes, chicos inteligentes y sobre todo chicos de familias importantes podían entrar.

Su padre, Hiashi Hyuga, era uno de esos influyentes pues eran dueños de las clínicas privadas de hospitales más celebres de Japón. Y ahora viviendo solamente ella y su padre en esa enorme casa se sentía muy solitario.

Fue entonces cuando él llegó.

El escalofrió en su pecho se hizo más intenso mientras intentaba calmarlo haciendo fricción con sus brazos abrazándose a sí misma.

Hinata aun podía recordar la conversación de la cena de anoche.

-¿Por qué ya no me llamas tío Momo como cuando eras pequeña?

Le había preguntado ese hombre con su voz falsamente amable y con una mirada ansiosa mientras ella sólo podía agachar la cabeza escondiendo sus ojos bajo su flequillo y revolviendo su comida. Tenía miedo a esa mirada lasciva que la desnudaba e intimidaba completamente, que la dejaba débil e insegura cada vez que se posaba en ella.

Al no haber contestado a esa pregunta, Hinata no podía recordar la respuesta que había dicho su padre, la cual estaba segura que había respondido con algo déspota y sin interés ante ella. Pero no le importó, lo que quería en ese momento era irse de ahí y encerrarse en su habitación.

Pues tenía miedo. Le tenía miedo a él.

A Momoshiro Osore.

Él y su padre habían estudiado juntos en la universidad y Hinata sólo podía recordarlo fugazmente en su niñez. Pero para su padre era como un hermano y el quedarse a vivir un tiempo en su casa no fue ninguna molestia para él.

Al parecer ese hombre acababa de llegar a Japón y había tenido unos contra tiempos en su nuevo trabajo y mientras regresaba a su trabajo, que hasta ahora Hinata no tenía idea de cuál era, seguiría viviendo en su casa.

Y ya habían pasado dos meses desde entonces.

Dos meses en los que Hinata había vivido en una pesadilla. Escondiéndose de una sombra sigilosa al acecho. Encerrándose en su cuarto sin querer salir, ni siquiera a comer. Tenía miedo de encontrarse con esa obscena mirada y esa aterradora sonrisa que la adsorbían y la dejaban sin ganas de vivir.

No sabía por cuánto tiempo más podría soportar eso. Se sentía cansada. Y con ganas de llorar.

Frenó su caminar al ver como la escuela se alzaba frente a ella y soltó un pequeño suspiro de alivio.

Extrañamente, pero el instituto era el único lugar en el que podía sentirse segura, pues su casa sólo podía describirla como una horrible pesadilla. Y esa pesadilla estaba viva y tenía nombre.

Entró caminando hacia el enorme edificio y hacia su respectivo salón.

Era irónico como algunos chicos matarían por quedarse todo el día en su casa sin querer ir a la escuela y ahí estaba ella: llegando más temprano de, ni siquiera lo habitual, solamente para sentirse a salvo lejos de su casa. Sentirse segura y fuera de peligro.

Ya sentada en el extremo más alejado del salón a lado de una ventana, se recostó en su pupitre somnolienta. Era increíble como en ese lugar se sentía más a salvo que en cualquier otro.

Sintió sus parpados pesados. Las noches sin dormir le estaban afectando, y los cerró rendida ante el cansancio. Al fin se sentía en paz.

Y con esos pensamientos se quedó dormida.

o-o-o-o-o

El sermón que le estaba dando su profesor por llegar tarde otra vez solamente aumentaba su dolor de cabeza.

-¿Naruto me estas escuchando?

-Sí, sí Kakashi-Sensei. – renegó el rubio restándole importancia a la palabrería de su tutor. – Sólo fueron quince minutos. Es la primera vez que llego tan tarde, no volverá a pasar.

El mayor frente a él frunció el ceño.

-¿Quince minutos? Fue media hora Naruto, y ya excediste tu límite de faltas. Así que hoy…

Pero el chico ya no lo escuchaba pues se había llevado una mano a sus sienes tratando de mitigar el dolor.

Joder, era lunes y no estaba de humor para que los profesores comenzaran con la misma rutina de siempre: echarle bronca. Las secuelas de la juerga de anoche estaban dando frutos y su estúpido profesor sólo empeoraba su migraña.

Pero al menos le confortaba saber que él no era el único así.

Volvió su vista un instante hacia el salón de clases en donde casi todos sus compañeros se encontraban charlando (lo más probable) sobre algún rumor, pasándose la tarea de último momento, riendo, riñendo, e ignorando al profesor. Entonces se fijó en los dos idiotas que se encontraban desparramados sobre sus escritorios al fondo del salón mientras intentaban ignorar a las chicas alrededor de ellos.

Una sonrisa maliciosa se asomó a sus labios.

Al menos estaba seguro que el idiota de Sasuke se encontraba igual o peor que él y con esas cotorras alrededor seguro explotaría en cualquier momento. Y Shikamaru en el pupitre de ha lado, estaba cien por ciento seguro que ese vago estaba realmente dormido.

Su maestro le dijo algo acerca de un castigo después de clase por llegar tarde por décima vez en los dos meses que llevaban desde el comienzo del nuevo semestre y Naruto se fue a sentar sin ponerle mucha atención.

Se fue hacia el último pupitre vacío cerca de sus dos amigos azabaches viendo como las chicas alrededor de ellos se dispersaban hacia sus asientos al ver al maestro frente al salón nuevamente.

-Parece que alguien no durmió bien anoche. – habló entonces el rubio sentándose y viendo como el azabache a lado de él se metía dos pastillas a la boca.

-Mph. – soltó éste frunciendo el ceño y Naruto rio al verlo en su misma situación.

Entonces le arrebató la cartera de pastillas metiéndose él otras dos en la boca.

-Esta migraña me está matando. – se quejó para después pasarlas con su propia saliva. – Todo es tu culpa Shikamaru. – se volvió ahora hacia el susodicho de la coleta quien movía su cabeza aun recostada sobre sus brazos hacia su dirección. – De ti y de tu novia universitaria.

El de la coleta cerró los ojos molesto.

-Qué mujer tan problemática. – soltó desganado.

-Apuesto que no dices lo mismo en la cama.

Y Naruto rio a carcajada abierta al escuchar las palabras dichas por el moreno.

Shikamaru suspiró ignorando sus palabras y Sasuke sonrió burlón.

-¡Naruto! – la voz del maestro resonó por todo el salón para callar a su alumno problemático y éste solamente pudo limitarse a parar su risa difícilmente.

Después de un rato, la clase de Kakashi-Sensei se había terminado muy rápido para alivio del rubio. Mientras el mayor se retiraba, toda la clase rompió una vez más en bullicio y las chicas se congregaron alrededor de ellos otra vez.

Pero él no estaba de humor para eso.

Su migraña se había intensificado, así que con mal humor se incorporó de su asiento dispuesto a marcharse del ruidoso salón. Necesitaba dormir un poco y tal vez saltarse la siguiente clase. Pero al momento de incorporarse la persona al lado de él también se había levantado rápidamente caminando sin medir sus pasos ocasionando un leve golpe entre sus cuerpos.

-Lo siento. – fue la repuesta por inercia del rubio mientras se volvía hacia el causante del golpe, topándose con una chica frente a él.

Fue entonces cuando Naruto se percató de la presencia de esa persona. Era una escuálida chica que se encontraba al lado de la ventana al final de la fila. La reconocía sólo porque siempre se sentaba allí y al parecer siempre se quedaba dormida. No destacaba mucho y aunque llevaban casi tres años en ese instituto no podía recordar su nombre. Pero la verdad era que no le importaba demasiado.

La chica se limitó a negar nerviosa con la cabeza mirando hacia abajo mientras su exageradamente largo cabello oscuro y su flequillo cubrían sus ojos.

Para Naruto era una chica que no pintaba demasiado en las clases y que su nombre no valía la pena recordarlo. No hacía nada para sobresalir ni cuidar de su aspecto. Era flacucha y muy pálida. Y lo peor es que nunca la había escuchado hablar, ni siquiera ahora que lo había golpeado por accidente se limitaba a darle una disculpa. Esa clase de personas simplemente lo desesperaban.

-Alza la cabeza podrías causar otro accidente.

Soltó sin pensar. A lo mejor había sonado un poco rudo pero también podía culpar al dolor de cabeza que traía en esos momentos y a que esa chica simplemente no decía nada y eso lo irritaba.

Vio cómo se ponía rígida por sus palabras y volvía a asentir con su cabeza sin mirarlo a los ojos ni una vez.

El chico bufó restándole importancia y salió del salón dejando atrás a sus amigos. Sabía que ellos lo seguirían más tarde pues la resaca que cargaban no era un juego, ni siquiera un premio, pero ellos se la habían buscado.

Sonrió de lado al recordar lo que habían hecho anoche mientras se dirigía a la azotea a echarse una siesta, olvidándose del accidente que había tenido hace un momento con aquella chica.

o-o-o-o-o

Gracias a Kami el día se había ido rápido y su última clase tocaba en el laboratorio de ciencias. Pero hace poco menos de dos meses que no tenían maestro de química y su tutor, Kakashi-Sensei, casi siempre les impartía esa clase superficialmente o simplemente era hora muerta y se iban a sus casas.

Naruto estaba seguro que hoy sería uno de esos días y así podría irse antes a casa, pero claro, exigente tutor le tenía algo preparado para el final de la clase por su llegada tardía y si no quería otro reporte de su profesor y otra reprimenda por parte de su padre tenía que quedarse. Al fin vivía solo en su propio departamento con su propio coche, sin obligaciones y demandas por parte de su progenitor pues ahora que estaba por graduarse de preparatoria y a punto de entrar a la universidad, Naruto habia convencido a sus padres de que debía de comenzar a vivir solo y si quería que eso siguiera así tenía que dejar que esos problemáticos reportes le siguieran llegando a su padre.

Pero al menos su dolor de cabeza había desaparecido después de una buena dosis de comida, agua y otras dos pastillas durante el receso, ahora se sentía mejor. Sin embargo el día no mejoró.

Al entrar al laboratorio de ciencias y ver a Kakashi-Sensei, éste les había dicho que desde ahora tendrían un nuevo profesor de química.

El peli plateado se había ido del salón y un hombre envuelto en una bata blanca había entrado sonriendo.

Era el nuevo profesor quien se presentó como Momoshiro Osore.

Un hombre alto, ancho de hombros y de complexión corpulenta. Su rostro era duro enmarcado por una barbilla cuadrada y ojos grises mientras su cabello era una espesa mata castaño peinada pulcramente haca atrás. A Naruto le pareció un profesor normal y algo amigable pues después de las presentaciones se la llevaba sonriéndole a sus alumnos y hasta platicando y riéndose de algunos temas en común.

Al presentarse habló sobre que había estudiado y ejercido en Londres en un importante hospital pero como u trabajo lo absorbía demasiado quiso tratar algo nuevo en su país natal, Japón, argumentando que la docencia siempre le había llamado la atención.

-Y ahora heme aquí. – habló con su voz grave sin perder la extraña sonrisa del rostro. – Espero me traten bien chicos pues sus calificaciones dependen de mí. – sonrió ampliamente. – Se aceptan sobornos. Recuerden: me gustan los chocolates dulces, entre más dulces mejor. – guiñó uno de sus ojos sacando una risa general y un suspiro por parte de las chicas quienes emocionadas hablaban de lo apuesto que era el nuevo profesor.

Después de eso el timbre volvió a sonar dando fin a las clases del día. Todos salían del salón mientras Naruto se despedía de sus amigos azabaches pues aún tenía que quedarse al castigo. Después de un idiota proveniente de Sasuke y una pequeña disputa entre éste y el rubio, se fueron y solamente quedo él en el laboratorio.

El maestro aún seguía en el escritorio y Naruto recordó como su tutor le había dicho que como castigo tendría que ayudar al nuevo profesor a ordenar el laboratorio después de que la clase terminara.

Dio un suspiro fastidiado.

Fue en ese momento cuando se percató de cierta débil presencia que caminaba silenciosamente hacia la salida.

Era la chica pálida de antes.

-Señorita Hyuga. –habló entonces el profesor captando la atención del chico.

¿Hyuga? ¿Por qué se le hacía familiar ese nombre?

La susodicha al escuchar la voz del mayor paró en seco y Naruto pudo distinguir como ésta se ponía rígida. Estaba de espaldas a ellos y podía jurar que vio como temblaba levemente, o tal vez podría estarlo imaginando.

– ¿Por qué no me ayuda a recoger los utensilios de las mesas del laboratorio? – le había preguntado y ella se había vuelto hacia ellos asintiendo lentamente, con su flequillo aun ensombreciendo sus ojos mientras sujetaba con fuerza su bolsa entre sus manos.

Parece que no soy el único castigado este día. Pensó Naruto.

Sonriendo extrañamente, el profesor ahora se había vuelto hacia el rubio.

-Tú eres el joven Uzumaki ¿No es así? – preguntó amable a lo que el susodicho asintió. – Kakashi me contó tu caso. Puedes ir por unos papeles que dijo que me daría, ya que me los entregues puedes irte a casa.

-¡Genial! – respondió el rubio sonriendo ampliamente, después de todo sí se iría más temprano. Este nuevo maestro le comenzaba a caer bien. Se volvió hacia el mayor y después de haber visto la cara divertida que ponía por lo que había dicho trato de corregirse nervioso: - Digo, sí. Enseguida voy por ellos Osore-Sensei.

-Gracias. Y por favor dime Momo-Sensei. No quiero que mis alumnos me traten tan formalmente.

El chico sonrió y vio como el mayor se metía dentro de la oficina que se encontraba tras el escritorio en donde se guardaban todas las herramientas y materiales necesarias para el laboratorio, así como los químicos que solamente el maestro podría utilizar.

Antes de salir hecho un rápido vistazo a la extraña chica viendo cómo se dirigía a una de las mesas dispuesta a limpiarla.

Verdaderamente se le hacía extraña. Era extremadamente delgada y parecía algo enferma, como si en cualquier momento pudiera caerse y romperse algo. También se dio cuenta que tampoco al maestro le había dirigido una palabra, ni siquiera lo había mirado. ¿Que acaso esa chica siempre era así? Era demasiado retraída, nada que ver con su Sakura-chan, la chica pelirosa que conocía desde su niñez y de la cual había estado enamorado desde entonces.

Pero, Hyuga. Volvió a pensar. ¿De dónde había escuchado ese nombre?

Salió rápidamente del salón hacia la sala de maestros para encontrarse con Kakashi-Sensei, después de que éste le entregara unos formularios regresó al laboratorio lo más rápido que pudo, así se podría ir cuanto antes a su casa y dormir lo necesario. Y tal vez mas tarde llamarle a la pelirosa pues estando en diferentes salones este día solamente había alcanzado a saludarla durante el receso y todo ese tiempo la chica se la había pasado con el idiota de Sasuke. Sin mencionar que desde la fiesta de anoche no la había visto puesto que Sasuke se había encargado de llevarla a su casa y no dejaría que el idiota le ganara.

Con esos pensamientos Naruto había llegado al salón y al entrar vio como aquella chica pálida tenía en sus manos algunos materiales de los que había recogido de las mesas. Pero algo andaba mal, estaba más pálida de lo habitual y frente a ella tenía al maestro quien al verlo entrar se apartó sigilosamente de ella.

A la vista de Naruto parecía que la estaba ayudando, o algo parecido.

-Oh, Uzumaki-san parece que ya traes los papeles. – habló el mayor despacio mientras tomaba los materiales que traía la chica rozando levemente sus manos mientras ésta daba un pequeño respingo hacia atrás desviando sus ojos de la sonrisa retorcida que le dedicaba el mayor. Después de eso se acercó al rubio ignorante de la escena. – Muchas gracias, ahora puedes irte.

El profesor tomó los papeles que le extendía el chico y junto con los materiales desapareció tras la puerta detrás del escritorio.

Naruto sin más, tomó su mochila y se encaminó hacia la puerta satisfecho por ya poder irse. Pasó por un lado de la peliazul y pudo darse cuenta como ésta aún seguía rígida, temblando levemente, sin moverse de su lugar y con la mirada perdida en el suelo. No le dio mucha importancia a su estado y se dispuso a marcharse.

Realmente era una chica muy rara.

Fue entonces cuando de pronto sintió como era detenido desde la manga del chaleco de su uniforme.

¿Se habría atorado su chaleco en algo?

Se volteó extrañado por el repentino forcejeo hacia su muñeca.

Pero mayor fue su sorpresa al toparse con una peculiar mirada blanca y suplicante frente a él. Los ojos de un extraño color perla de la chica lo miraban angustiados y suplicantes a la vez. Podía sentir desde su agarre como ésta temblaba deliberadamente. Y su rostro extremadamente pálido estaba coloreado por un intenso rubor que la hacía parecer sumamente frágil.

Y entonces Naruto se acordó de respirar.

Su rostro lo había tomado por sorpresa, jamás lo había visto tan de cerca hasta ahora. Sus iris, acuosas y dilatadas, lo estaban absorbiendo completamente.

¿Pero por qué tenía esa expresión?

Parecía como si…

Sin embargo sus pensamientos se detuvieron al escuchar un sonido proveniente de los pequeños labios de la chica.

-P-Po…P-P…

Y entonces un sentimiento extraño lo inundó cuando le habló por primera vez con una voz tan suave y quebradiza que salía lastimera de su garganta:

-P-Por favor… No t-te vayas… - su pequeña vocecilla salió en un susurro aferrándose más él, como si su vida dependiera de ello. – N-No me dejes… sola.

Parecía como si… tuviera miedo.

o-o-o-o-o

¡Espero les haya gustado! :3 gracias por leer y espero con ansias sus comentarios acerca de la historia.

Aclaraciones:

- Primero que nada como leyeron Hinata sufre un cierto acecho por parte de uno de los personajes de la historia. La verdad no quise poner a ningún personaje de la serie pues ninguno lo veía adecuado para el papel que quería que interpretara es por eso que me invente a Momoshiro Osore pues si voy a terminar odiándolo es mejor que sea inventado y en lo personal no odio a los personajes antagonistas de la serie de Naruto y no los veía como personajes villanos para mi historia.

- Como se dieron cuenta es universo alterno, en japón por eso incluiré algunos términos que usan ellos.

Y bueno pronto saldrán mas personajes y la historia avanzara. En el segundo capitulo se descubren mas cosas,

así que nos leemos pronto! :D

Ciao!~